Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
¿Qué por qué había ido tan lejos? Muy sencillo. Antaño mis antepasados, varias generaciones hacia atrás, al menos 4 o 5, vivieron en aquel País, el País del Fuego. Y como todo joven, la curiosidad me podía y lo peor de todo, durante toda mi vida aún no había pisado aquel lugar el cual siempre quise visitar. Solo oía lo que decían mis padres. Por lo visto, al igual que en el norte del País del Espiral, aquí también había gran cantidad de bosques, aunque solían ser todos muy parecidos entre sí a diferencia del País del Bosque. Los rios regaban la región y se podía encontrar alguna que otra montaña; vamos, un lugar idóneo para los que le gustaba el alpinismo y patear. Pero aquello no era lo mío. Mis intereses se basaban en ver con mis propios ojos la tierra donde mi familia se crió.
Desde que salí del Remolino tuve que caminar durante al menos 3 o 4 horas, al final perdí la cuenta y a medida que me iba adentrando por los bosques la tarea se iba haciendo más y más pesada. En ocasiones me paraba, tomaba un trago de agua de mi botella y recostaba mi mano zurda en la empuñadura de mi kodachi en una falsa sensación de apoyo que lo único que hacia era desequilibrarme.
Hasta que encontré un lugar en el que detenerme.
Seguí el sonido del caudal de uno de los rios, quizás de orilla a orilla habían 5 metros y la vista se perdía tanto para ver su nacimiento como para ver su desembocadura, y a lado y lado, arboles, arboles y más arboles, o lo que es lo mismo: bosques.
-Sí, este es un buen lugar-
Asentí con firmeza y, depositando una fina capa de chakra en las suelas de mis sandalias empecé a caminar por encima de la superficie del agua, la cual era bastante cristalina y dejaba ver las piedras que descansaban en sus profundidades. Cerré los ojos y junté mis manos a la altura del pecho dejándome llevar a donde mi imaginación me permitiese gracias a aquel sonido de paz y serenidad compuesto por la corriente de agua y el cantar de los pájaros.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
Los pasos acompasados y lentos de su madre lo acompañaban. Al otro lado, el arrastre de una mochila que pesaba mucho más que él. Y en el ambiente, un calor y un clima al que no estaba acostumbrado. Se limpió una gota de sudor de la frente y miró a Kiroe con queda súplica.
—Mamá, ¿no crees que nos hemos ido un poco lejos para hacer un picnic? —inquirió, con fastidio. Dejó caer la mochila y dejó caer también su cuerpo, recostándose sobre el tronco de un árbol.
Su madre suspiró y apoyó sus manos sobre su cadera. Sonrió maternalmente y le revolvió el pelo a su hijo. Este chasqueó la lengua con fastidio.
—¡Siempre el pelo! ¿Por qué tienes que tocarme el pelo? —se quejó.
—Vamos, vamos, no es para tanto —respondió Kiroe—. Hijo, lo siento, pero la verdad es que no hemos venido sólo a hacer un picnic. Me retiré hace mucho, pero un jonin amigo mío me ha pedido un favor y...
—¡No me jodas, todo este camino para eso!
Plas.
Una buena torta que había dejado marca. Eso es lo que recibió Daruu como respuesta.
—¡Basta! ¡Deja de hablarle a tu madre así, o aún volverás a casa sin comer! —dijo la matriarca, y agudizó el oído—. Al este del río Megami, una hora hacia el sur —Repitió las indicaciones tal y como las había aprendido antes de salir de Amegakure.
»Quédate aquí y no te muevas. Volveré dentro de dos horas, aproximadamente —Se agachó para coger un pequeño paquete de la mochila y se dispuso a marcharse subiéndose en la rama de un árbol cercano.
—Vale, mamá... —contestó el rubio, y Kiroe se perdió entre las copas de los robles.
Abrió la cremallera de la mochila y cogió un sandwich de jamón y queso. Distraído, la apoyó sobre un árbol, la cubrió con un montoncito de hojas y caminó en dirección al río fijándose por dónde estaba yendo para volver más tarde.
Allí se encontró con un extraño de frente, que tenía los ojos cerrados y una bandana de Uzushiogakure. Su primer encuentro con un ninja de otra aldea. Retrocedió un paso y chocó contra un manzano cercano, que se movió y dejó caer uno de sus frutos al agua, chapoteando.
«Mierda».
Negro era su pelo, y negra la trenza que salía desde la base de su cabellera. Negro, tan negro como las prendas que vestía. De su cuello colgaba el símbolo del Yin, atado con una fina cuerda. Tenía pendientes, de plata, con forma de aro.
—Ho... hola. —Se vio obligado a decir algo, porque la manzana había tenido que sacarle del trance.
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
Allí me encontraba, en mitad de la aldea con una señora katana en mis manos. Mediría alrededor del metro de largo y era preciosa. Me encontraba batallando contra una legión de shinobis de vete tu a saber donde, derrotándolos uno tras otro entre sablazos y técnicas ígneas, cada cual más grande y devastadora, convirtiéndome en el héroe de Uzushiogakure. Cada vez había menos y a mi loado tenía a Uchiha Kota, mi inestimable hermano, luchando conmigo, codo con codo, por la supervivencia de los nuestros hasta que allí apareció una bestia enorme, tenía varias cabezas y 4 brazos y dos piernas, además de una prominente cola que terminaba en un aguijón aún mayor.
Ambos nos miramos y asentimos con la cabeza y nos lanzamos a por él cuando de pronto el bicho, temible y abominable dejo salir un tímido y escueto "hola". Un saludo que me quitó del trance, jodiendo aquella épica batalla, puesto que en realidad fue aquel chico el que pronunció aquella palabra.
Abrí mis ojos azabache con lentitud mientras vislumbraba su silueta delgada pero lo que más me llamó la atención fue aquella larga y prominente melena dorada. Separé mis manos y me fui acercando, alzando la mano y saludándole con una sonrisa en el rostro.
-¡Hey!-
*Joder.. lo has jodido, chaval, ¡Era la maldita mejor pelea que he visto jamás!*
Pero solo era una fantasía, algo que yacía en mi subconsciente. El deseo de convertirme en un shinobi de referencia para los míos y librar una batalla que me sacase todo lo que aguardaba en mi interior para finalmente salvar a la gente de Uzushiogakure.
A medida que me acercaba pude ver que él también lucía una bandana ninja, pero no veía el remolino que estaba tallado en la mía, sino la lluvia del País de la Tormenta. Un shinobi de Amegakure, la primera vez que veía alguien proveniente de allí.
-Vaya, ¿Eres shinobi de Amegakure? ¡Menuda paliza venir hasta aquí! Soy Uchiha Yota, de Uzushiogakure. Un placer.... Esto, ¿Cómo te llamas?- me presenté mientras con mi mano zurda hacía remolinos con la punta de mi trenza.
A juzgar por su apariencia, aquel chico de cabellos dorados debía ser alguien cercano a mi edad, sino de la misma. Quizás hubiese tenido suerte y compartiéramos las mismas ambiciones y por qué no, quizás algún que otro hobbie. Deseaba que aquel fuese un inesperado, pero furctifero encuentro del destino.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
Dio un paso atrás, quizás por desconfianza, quizás por miedo. Lo cierto es que no había estado nunca delante de un ninja de otra aldea, y aunque éste aparentaba ser más o menos de su edad, no terminaba de fiarse de que sus intenciones fueran buenas. No tendría, por otra parte, que pasar nada, más teniendo en cuenta la forma con la que le había saludado.
Las tres grandes naciones con aldeas shinobi estaban unidas en una especie de Alianza. Más que una Alianza, un Pacto de no agresión y no interferencia en sus respectivos territorios, a no ser que sus misiones se encontraran la una con la otra en un país neutral. Estaba, en efecto, en un país neutral, pero técnicamente Daruu no tenía ninguna misión que cumplir, así que era imposible interferir con nada.
Todo lo tímido que tenía el rubio lo tenía el moreno de extrovertido. Señaló que si Daruu era un shinobi de Amegakure debía de haber sido una paliza llegar hasta allí, y se presentó como Uchiha Yota. También preguntó por su nombre.
«Vaya, un Uchiha...»
Aquello le fascinó. Le habían contado tantas cosas sobre los Uchiha... Sabía que eran legendarios como soldados y en combates uno contra uno llevaban las de ganar, pero nadie le había contado por qué. Sólo que sus ojos eran capaces de cambiar, y que cuando uno los veía debía reconsiderar la opción de escabullirse o, como mínimo, tener mucho cuidado.
¿De qué eran capaces esos ojos, para que se les tuviera que tener tanto miedo?
—Yo... me llamo Hanaiko Daruu. Encantado, su... supongo. —Se había relajado un poco, pero aún así se sentía incómodo en esa situación. ¿Debía correr, debía mantener silencio y contar mentiras a diestro y siniestro para no comprometer la información de la aldea?
Al final, sólo pudo quedarse de pie y rígido como una figurita de porcelana.
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
22/05/2015, 20:59
(Última modificación: 22/05/2015, 21:23 por Sasagani Yota.)
Joder, se me estaba empezando a subir la mosca a la jodida nariz. ¿Por qué estaba siendo tan reservado y acobardado? Me paré en seco y traté de rebobinar y pensar en algo que hubiese hecho mal y dicho de malas maneras pero por mucho que me esforzase no caía en nada. Me lo quedé observando, viendo como no hacia nada más que quedarse como un pasmarote y soltar su nombre prácticamente a regañadientes, poco a poco. Mil y una paranoias rondaban mi cabeza.
-¡Un placer!- dije sonriente, tratando de calmar aquellos nervios o aquel miedo.
*¿O es que el objetivo de su misión soy yo?*
En efecto, llegué a pensar en esa posibilidad, pero por mucho que preguntase no soltaría prenda, quizás sería mejor darse un rodea para ver de qué se trataba realmente.
-Dime, Daruu, ¿Qué te ha traído hasta aquí?- hice una breve pausa y volví a caminar -Lo cierto es que podríamos quedarnos aquí charlando pero será mejor que vayamos a buscar una sombra para estar más cómodos ¿No crees?-
Contestase o no, le indicaría con mi zurda que me siguiese y pasaría de largo de su posición, sin detenerme y acabaría llegando a la primera línea de arboles de aquel bosque, lugar donde escalaría hasta la primera rama gruesa y dejaría reposar mis glúteos, observando el brillo de aquel rio.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
El muchacho parecía muy simpático, pero el acobardado Daruu no mostraba signos de relajar la rigidez de sus músculos. Ni siquiera los de la cara. Hasta el más inexperto lector de rostros sería capaz de observar la incomodidad del rubio. Por eso, no había ninguna duda sobre el tipo de respuesta que iba a recibir Yota cuando preguntó qué le había traído hasta allí.
—No creo que sea prudente contárselo a otro ninja —rió, pero fue una risa nerviosa—, lo único que puedo asegurarte es que nada serio. No estoy de servicio.
El muchacho de Uzushio, injustamente juzgado, sugirió ir a buscar algo de sombra para estar más cómodos. Su cuerpo y su piel se lo pedían. Su cerebro decía que no.
—No, no lo creo. No debería estar aquí, de hecho. Hasta luego.
Se dio la vuelta y empezó a correr en dirección a la mochila del picnic.
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
26/05/2015, 01:19
(Última modificación: 26/05/2015, 01:28 por Sasagani Yota.)
-Entonces has venido de...-
Ni siquiera pude terminar de decir lo que iba a decir. El rubio, ostensiblemente nervioso vete a saber tu porque, se despidió después de decir que no estaba de misión. Bueno, al menos ya sabía que no era su objetivo, podía respirar más tranquilo pero seguía inquietandome sus formas y aquel ambiente que se había creado de tensión. Quería que se relajase pero no pude encontrar una forma de conseguirlo antes de que saliese por patas.
-Me cago en mi vida- gruñí por lo bajo.
Acto seguido, desde la rama en la que me había posado, salí disparado a por él, volando de rama en rama. Debía detenerle.
-¡Oye, espera! ¿Qué diantres pasa? ¿Estás buscando algo?-
Estaba dispuesto a ayudarle sin con eso lograba relajar aquella incómoda tensión que se había instalado en el shinobi de la lluvia.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
26/05/2015, 10:26
(Última modificación: 1/06/2015, 12:29 por Amedama Daruu.)
Estaba seguro de que había dejado atrás a su inesperado acompañante, pero Uchiha Yota era un muchacho insistente, y sin saber que Daruu pensaba que él era una posible amenaza, se había puesto a perseguir al rubio de rama en rama. Por supuesto, cuando el muchacho se percató de que le seguían, apretó el paso, corriendo él también.
A pesar de que no tenía ningún interés en establecer contacto con el extraño, Yota no dejaba de insistir en que le dijera qué le pasaba.
—¡Déjame, déjame! —exclamó—. ¡No estoy haciendo nada, no es de tu incumbencia, no soy una amenaza para tu país!
El pánico empezó a invadirle, hasta tal punto que el entorno que le rodeaba comenzaba a percibirse como una neblina borrosa. Y sin darse cuenta, se había pasado del punto de recogida del pic-nic.
Chocó contra una espalda fornida, alta; su dueño llevaba una navaja colgada de la cintura. Escalofriante fue la sonrisa que le dirigió cuando dio la vuelta desenvainándola, y cuando Daruu se dio cuenta de que habían cuatro más como él supo que se había metido en un buen lío.
—Bueno, bueno... ¿pero qué tenemos aquí?
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
Por mucho que preguntase, el rubio no iba a detenerse, sino todo lo contrario. Aumento el ritmo de sus zancadas y corría con todas sus fuerzas, presa absoluta del pánico alegando que no era una amenaza para Uzushiogakure.
-Mierda, ¡Ni yo para ti ni para tu país! ¡¡DEJA DE HUIR!!-
Pero de nuevo, fue totalmente inútil. Seguía saltando de rama en rama, tratando de acortar distancias pero era demasiado tarde. Daruu chocó contra el fornido cuerpo de un hombre, el cual al ver al gennin empuñó un arma blanca que llevaba guardada en su cinto. Pude observarlo todo desde mi posición, desde la cual ya me estaba preparando, aquel hombre no me daba tranquilidad alguna. Vi como le decía algo, aunque desgraciadamente no pude oírlo. A su alrededor, 4 personas más observaban la escena. Era el momento de intervenir. Salté desde la rama con gran impulso al mismo tiempo que ejecutaba la nueva técnica de taijutsu que había aprendido. Como si fuese una flecha humana, levanté mi pierna derecha y le propiné un zapatazo en la boca al hombreton que le obligo a salir despedido hacia sus compañeros mientras yo me reincorporaba y me colocaba al lado del de Amegakure.
-¿Estás bien, tío?- me interesé por el muchacho.
-¡eh, tu! Será mejor que no te metas con mi amigo, es un tipo peligroso-
*Joder, en menuda nos hemos metido..*
No las tenía todas, pero deseaba que tras mi aparición, colocandome a su lado para ayudarle, entendiese de una buena vez que noe ra una amenaza para él. Me la había jugado al todo o nada, pero ahora el chico podría confiar en mí.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
1/06/2015, 12:28
(Última modificación: 1/06/2015, 12:29 por Amedama Daruu.)
Oh, pero no iba a ser tan fácil como Yota pretendería hacerlo. El hombretón pareció percibirle por el rabillo del ojo y agarró su pierna al pleno vuelo. Haciendo uso de la propia energía cinética del mocoso, dio la vuelta sobre sí mismo aún con el tobillo agarrado y lo lanzó en la dirección de Daruu. Yota pasó justo por encima, sobrevoló por encima de unos arbustos y se estampó contra el tronco del árbol que había detrás. Daruu cometió el error de mirar hacia atrás, preocupándose de pronto por el extraño que en el fondo había venido a salvarle.
Craso error.
Sintió un brazo rodeándole el cuello y el frío beso de un puñal, afilado, muy afilado.
—Ya veo lo peligrosos que sois, niñatos —dijo, riéndose. El aliento le olía como si se hubiera zampado cien cabras en podredumbre—. Solo os iba a robar las cosas, pero ahora que habéis intentado zurrarme, os tendré que matar. Nadie se enfrenta a la banda de Chiyo el del Cuchillo y vive para contarlo.
Quizás no era el mejor momento para reirse. Tenía que admitirlo. Pero no pudo evitar soltar una sonora, sonora carcajada que retumbó en todo el claro del bosque. El cuchillo se apretó más contra su piel, y sintió el helado filo cortar la piel. Un hilillo de sangre resbalaba ahora por su clavícula. Gimió.
—¿¡Te ríes de mí, hijo de puta!? ¡¡Despídete de tu vida!!
Apartó el cuchillo hacia un lado, lo giró de modo que la punta apuntase hacia la garganta del rubio, y la movió con agilidad hacia su garganta.
—Qué nombre más ridículo —dijo Daruu antes de prender su cabeza en llamas, como una bombilla. Sí, ya lo sé, qué comparación más tonta. Pero le sirvió para que el hombre se asombrara de espanto y de quemazón en el brazo, soltara el cuchillo y se apartase de golpe.
Daruu pateó el cuchillo y de un salto se puso donde se encontraba Yota.
—Cambio de planes, extraño de Uzushio —dijo, tapándose la herida de la garganta con escozor—. Confiaré en ti. Chiyo el sin Cuchillo me parece más peligroso que tú.
—¡¡Chicos, a por ellos!!
Los cinco bandoleros, armados con navajas —menos Chiyo, que ya no tenía Cuchillo— corrían hacia ellos sin ningún orden particular. Como los bandidos sin formación que eran.
En teoría, no debían de tener problemas.
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
Estaba todo calculado al milimetro. El machote estaba centrado en Daruu, el de Amegakure ya no debía saber de quién narices huir o de quién era amigo y yo, desde aquel escondite improvisado no tuve elección. Cierto era que veníamos de lugares distintos y en aquel momento ni siquiera pensé en la Alianza de las tres grandes aldeas. No. Lo que vi fue alguien con quien me apetecia estrechar vínculos y ahora estaba en aprietos así que ni lo pensé, me lancé como un estúpido.
Todo iba genial, el tipo no parecía haverme visto...
*¡Joder!*
Pude sentir como me aprisionaba la pierna para pocos segundos después sentirme como se siente un proyectil, mi objetivo noe ra otro que el que se suponía era mi compañero pero algo falló en el vuelo, seguí deslizandome por el aire y acabé dandome un cocotazo contra la la dura corteza de un árbol. Con el sobresalto de mi aparición en escena, llevandome la mano a la coronilla, levanté la cabeza para ver como todo iba empeorando a pasos agigantados. No solo no conseguí golpearle, sino que había apresado al gennin, apuntalandole con su cuchillo mientras se burlaba de nosotros y se presentaba ante un nombre de lo más cutre salsichero.
-¿Chiyo el del Cuchillo? ¿De donde has sacado semejante estúpidez? En realidad no has visto nada..-
Pero no pude terminar. Para mi asombro, ante las provocaciones de Chiyo y de DAruu, el de Ame hizo arder su cabeza antes de que el bandido perforase su tráquea.
*¿Cómo lo ha hecho?*
No lograba salir de mi asombro, pero no cabia duda alguna. Aquella técnica o lo que fuese que hizo, era un katon, lo cual nos daba una ventaja interesante. Ambos eramos afines a aquel destructivo elemento y teníamos que basar nuestra defensa en las llamas que aguardaban en nuestro interior, pero debíamos darnos prisa.
-Por fin, joder. Ya era hora de que entrases en razón, Daruu-san.- admití, visiblemente más aliviado -Desafortunadamente tendremos que librarnos de estos incordios-
Pude apreciar como mientras hablabamos Chiyo nos enviaba a sus hombres así que empecé a realizar rápidamente una larga secuencia de sellos. Eran 5 y venían totalmente desorganizados. Di un pas firme al frente, curvando mi dedo indice y pulgar en torno a mis labios y lancé un chorro de fuego en forma de abanico, ladenaod mi cara para cubrir un rango de alcance mayor.
-Ve tu a por tu amigo el sin cuchillo. Yo me encargo de sus lameculos-
Al contrario que antes, mi voz había cambiado su tono, ahora hablaba desde la seriedad, analizandolo todo. Sabia que el Gokakyu no los habría matado, como mucho algo heridos, pero también era consciente de que Chiyo podría aprovechar para huir, alguien debía enfrentarse a él mientras el otro neutralizaba sus subordinados. Al igual que mi voz, algo más cambió, ahora lo veía todo con mayor claridad, a un ritmo más lento y era capaz de ver los chakras exteriores con facilidad, reduciendo así el posible número de sorpresas. El sharingan había sido llamado a la batalla. Mi mano diestra, además, sujetaba el kunai de mi portaobjetos.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
Yota le apremió, comentando que ya iba siendo hora de que entrase en razón.
—Joder, eres un extraño de otra aldea, tenemos Alianza, pero permíteme desconfiar.
«Sus ojos han cambiado, como en las historias...» —De las pupilas del Uchiha había surgido un pozo negro extra, con forma de coma, y sus irises se habían tornado del color de la sangre.
El muchacho se adelantó, y tras una serie de sellos larga expulsó un gran abanico de fuego que abrasó a los bandidos, incluyendo a Chiyo el del Cuchillo, que no había logrado salir del radio de la técnica a tiempo. Los alaridos no cesaron ni cuando la técnica cesó. En llamas, los bandidos daban vueltas gritando como locos.
—Me parece que no hará falta que vaya a por Chiyo —dijo Daruu con una sonrisa.
—¡Suiton: Mizurappa! —Una voz de mujer hendió el ambiente y a Daruu se le pusieron los pelos de punta. Amedama Kiroe acababa de salir de unos arbustos y había lanzado un chorro de agua a los bandidos, que acababan de estamparse contra diversos troncos al linde del claro. Pero ya no en llamas—. ¡Largáos! Como os vuelva a ver por aquí, os mataré. Lo juro.
Chiyo el del Cuchillo fue el primero en salir corriendo. Y sin su cuchillo. Los demás le siguieron.
Kiroe se acercó a Daruu ignorando por completo a Yota y le dio un capón tan grande que le dolería durante días.
—¡Ayayayayay!
—¿¡No te he dicho que no te movieras del sitio, animal!?
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
-Yo te permito lo que tu quieras, ¡Pero joder! ¿Acaso tengo pinta de clavarte un kunai por la espalda?- señalé a los bandidos que estaban quemandose tras el efecto del Gokakyo no jutsu -Ellos si lo harían, Daruu-
Realmente pensé que, al menos el líder de aquellos matones de poca monta opusiera más resistencia y fuese capaz de ofrecer más pelea, en definitiva ser un poco más duro de pelar que verse superado por unas pocas llamas de nivel bajo. En el fondo me hubiese gustado el poder lucirme con aquel imbécil, como en la secuencia que imaginé en mi cabeza cuando Daruu me interrumpió en el rio. Pero la realidad nos golpeó de frente. Eran incapaces de superar a un par de gennins. Qué patético.
-Sí, eso me temo..-
*¿De dónde diantres ha salido?*
Nos pilló a todos por sorpresa aquel grito femenino y a juzgar por la reacción del chico, completamente inmóvil, no debía ser alguien que le trajese buenas vibraciones. ¿Habrían venido a ayudar a la banda de Chiyo? Deseaba que no fuese así... Hasta que les arrojó una técnica de suiton, calmando las llamas que se propagaban en su ropa maltrecha e invitandolos a largarse.
-¡Eso, largaos de una vez, desgraciados!-
Me giré dispuesto a darle las gracias a aquella mujer, con Daruu aún inmóvil en su sitio y el brazo de aquella fémina empezó a moverse, cogió impulso y la mano acabó impactando en la parte trasera de la cabeza del gennin de Amegakure. Torcí el gesto, antes de hacer nada. El día se iba trasformando, poco a poco, en uno de aquellos raros de narices.
-Esto... Gracias por la ayuda- agradecí, aunque era evidente que no lo hizo por mí, me había ignorado por completo y centró todo su ser en aquel collejón a Daruu -¿Os conoceis?-
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
Kiroe se percató entonces de la presencia del Uchiha de Uzushiogakure. Un muchacho enclenque todavía, pero en su aspecto se atisbaba cierto potencial oculto, el potencial de un demonio que aspira nacer con ojos cada vez más fuertes. El potencial de un Uchiha. Lo notaba, lo notaba incluso antes de ver el símbolo de su clan en ninguna parte.
Le sonrió, e hizo una pequeña reverencia.
—No hay de qué, shinobi de Uzushiogakure —contestó a Yota—. En cuanto a si nos conocemos... Este enano cabezón es mi hijo. Le dije que no se separase porque habíamos venido de picnic y tenía que cumplir cierto recado, y sin embargo... El muy idiota decidió que sería buena idea desobedecerme.
»En fin, visto los problemas en los que te ha metido Daruu-kun, ¿qué te parece si te invitamos al picnic?
—¡Pero mamá, no hay tanta comida, creía que era para noso...!
Plasca. Segundo capón. Encima del primero. Eso debió de doler.
—¡Tú te callas!
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
La miraba con respeto, con el mismo respeto que se observa a un superior al que hay que obedecer. No quería ser víctima de uno de esos golpes pero fue a partir de ese instante que la mujer me reconoció, dirigiéndose hacia mi como "shinobi de Uzushiogakure". Normal, ella aún no sabía mi nombre. Pero no por ello dejó de sorprenderme aquel reconocimiento de una completa desconocida mayor que yo. Fue todo un halago.
-Uchiha Yota, me llamo Uchiha Yota- respondí a modo de corrección -¡Vaya! ¿Así que usted es la madre de Daruu-san? ¡Es un placer conocerla!-
*¿Cómo? ¿Me está invitando de verdad?*
Intenté abrir la boca, pero fue en vano. El rubio protestó y le cayó un nuevo golpe en la cogorota. Los capones se iban sucediendo y cada uno parecía más contundente, cerré los ojos como acto reflejo y tragué saliva. No me gustaría ser yo quien los recibiese.
-Pues la verdad es que sería un placer compartir un rato con vosotros pero no quisiera ser un incordio- contesté al ver la negativa del gennin de la lluvia. Por lo visto no había suficiente comida para los 3.
-Pero no le golpee más, por favor. Me duele incluso a mí...-
Aquello último fue un impulso que no pude frenar, como cuando te metes en el campo de batalla sin pensarlo dos veces ni analizar lo suficiente la situación. Ahora debía prepararme por mi dosis de mano dura.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
|