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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Un día normal de primavera, las pequeñas hojas rosadas adornando el suelo de las calles, la suave brisa refrescante que apacigua los potentes rayos ultravioletas expedidos por el astro mayor que ilumina todo Ōnindo, los ninjas de Uzushiogakure mezclados con los civiles que repletan las calles de la aldea shinobi perteneciente al país de la Espiral, que provocan un bullicio imposible de ignorar se pasean por las calles realizando sus tareas diarias.

Sí, eso le habría gustado estar presenciando al Uzureño, pero para su desgracia, el lugar donde se encontraba, no se parecía a la descripción antes nombrada, todo era verde, todas casas de madera, y la única diferencia que salvaba al lugar de ser un monótono montón de edificios exactamente iguales en medio de un bosque, era un par de lugares que destacaban por su altura, pero el resto parecían una copia de la primera edificación de la aldea.

Ashito se encontraba atravesando las calles de Kusagakure, paso a paso buscando encontrar lo que buscaba desde que ingreso en la academia, tuvo suerte de poder ingresar a la villa, ya que lo hizo acompañado de un residente de la aldea, de otra forma nunca habría logrado atravesar las puertas de semejante lugar, el completo crédito de poder continuar con su búsqueda se lo debía a Nonoha, sin ella jamás habría ingresado a la aldea oculta entre las hiervas, de hecho, ni siquiera habría podido encontrarla, tenía antecedentes de no tener muy buena orientación, por lo que nunca podría haber encontrado la fortaleza shinobi del país del Bosque.

El joven había tomado varias precauciones para pasar desapercibido, no quería recibir miradas indeseadas todo el tiempo por ser un forastero de la villa, por lo que al salir de la casa en la que se encontraba unas horas atrás, se quitó su bandana del cinturón para poder pasar como un civil más de la aldea.

Sabía que era lo que tenía que encontrar, pero no sabía por dónde empezar a buscar, no podía ir preguntando persona por persona si conocían a alguien con el apellido que tanto odiaba, aunque por cómo iba la situación, probablemente terminaría haciéndolo, después de todo, que otra forma tendría un analfabeto de encontrar a alguien, incluso si hubiera un directorio donde consultar, sería inútil porque no sabe leer.

<< Un lugar donde conozcan a todos, un lugar donde concurran la mayoría de las personas, mmm…>> el joven Uzureño pensaba y pensaba tratando de hallar la forma de iniciar su búsqueda, sabia que seguro alguien de aquí debería conocerlos, pero, la pregunta era ¿Quién?

- ¡Ya lo sé!- exclamo de repente el muchacho llamando la atención de varias personas en las calles de la aldea- Una taberna, ahí va mucha gente, y los taberneros saben todo sobre sus aldeas- agrego ignorando las peculiares miradas que eran dirigidas hacia su persona comenzando a correr en busca del lugar mencionado.

Varias horas después…

- ¡Mierda! Porque todo aquí es tan monótono, acabo de pasar por aquí hace unos instante, como demonios puede ser que después de buscar por horas no pueda encontrar una maldita taberna- los humos del chico ya se habían ido hasta las nubes casi podía verse el vapor salir por arriba de su cabeza, estaba cansado sediento y para colmo no se había saciado cuando comió antes, por lo que ahora tenía hambre nuevamente.

- Talvez debería volver a casa- pensó desanimado y sin tener ni una sola pista de su objetivo.

- Oye niño- llamo un hombre desde la entrada de su casa, el sol ya se había puesto y la aldea se había teñido de oscuridad, siendo iluminada levemente por las luces procedentes de las casas que bordeaban las calles- ¿Que estás haciendo? hace rato que te veo dando vueltas por aquí y me estas empezando a cabrear, ¿debo recordarte que estas en una aldea repleta de shinobis?, si estás pensando en saquear algún lugar, te advierto que te ira mal, no sé de donde vengas, pero no te conviene realizar vandalismo aquí- agrego el hombre con cara de pocos amigos, el tipo era bastante alto llegando rozar el metro noventa, su cuerpo parecía bastante entrenado, por lo que podía deducir que se trataba de ninja fuera de servicio, en su cara se mostraban unos grandes ojos café marcados por un ceño fruncido que mostraban una gran molestia, pero lo que más llamaba la atención del Uzureño, no era ni su altura ni sus palabras, le inquietaba el hecho de que la mitad de su rostro parecía marchitado, su color era más rojizo que las otras partes de su piel, sin duda había tenido sus buena experiencias, ya que la quemadura de su rostro descendía hasta su cuello perdiéndose entre sus ropas.

<< Como demonios se dio cuenta que no soy de aquí…>> pensó mientras examinaba las palabras del sujeto<< Ah, ya entiendo, dedujo que al dar tantas vueltas por el mismo lugar, no conozco la aldea, nada fuera de la verdad, aunque no tiene por qué creer que soy un ladrón, no he hecho nada sospechoso, al menos que dar vueltas por horas por el mismo lugar sea sospechoso…>> una gota de sudor se resbalo por su nuca cuando comprendió en la situación que se encontraba el shinobi de Kusa y como había llegado a esa conclusión.

- Lo siento, no quería molestarlo, no soy ningún ladrón ni estoy pensando en hacer ningún acto de vandalismo, es solo que como dedujo, no soy de aquí y no se hacia dónde debo ir- exclamo con mucho respeto hacia el shinobi para evitar tener algún problema.

- Supongamos que lo que dices es cierto, no me interesa lo que hagas, pero ya estoy cansado de verte por aquí, te daré algunas indicaciones para no volverte a ver, ¿hacia dónde quieres ir?- pregunto desganado, aunque sin quitar su cara de odio a la humanidad.

- Estoy buscando una taberna, nece…

- ¿Una taberna, siendo tan pequeño? ¿Y dices que no eres un vándalo?- interrumpió el hombre dando un paso al frente como quien se prepara para atrapar a alguien.

- Eh, no, no es que esté buscando la taberna en sí, es que necesito encontrar a alguien, y estoy seguro de que en una taberna lo conocerán, no soy ningún vándalo de verdad no quiero problemas aquí- contesto exaltado el joven por las sospechas del Kusareño<<¿De verdad parezco un maleante?>> pensó decepcionado por la forma en que estaba siendo tratado, nunca lo habían tratado como a un maleante, es más, por su apariencia, siempre lo habían tratado como a un niño inocente<<Parece que en el mundo de los shinobis no puedes fiarte de nadie, bueno, al menos él no lo hace>>

- Ok, no te creo una palabra de lo que dices, pero supongo que no puedo obligarte a irte de la aldea solo por mis sospechas, te guiare hasta la taberna, pero no te separaras ni un segundo de mí, no confió en ti, y estoy seguro que harás algo que perjudique a la aldea, me recuerdas a esos malditos de Uzushiogakure, vamos- exclamo el hombre comenzando a caminar a un paso bastante acelerado.

- E-está bien- respondió el niño bastante intimidado por el shinobi que tenía en frente<< La intuición de este tipo es increíble, menos mal que guarde mi banda>> pensó observando su mochila con una sonrisa bastante nerviosa.

El paso del ninja mayor era muy rápido, y contando las largas piernas del hombre, se hacía un paso casi imposible de seguir para Ashito caminando, por lo que el Uzureño lo seguía a trote a sus espaldas.

-Eh, disculpe, ¿hasta dónde tenemos que ir?- pregunto el peliazabache algo agitado por el trote luego de varios minutos de seguirlo en línea recta.

El Kusareño se mantuvo en silencio evitando responder al niño, aunque luego se arrepentiría ya que el Uzureño comenzó a preguntar una y otra vez lo mismo.

- Oiga señor, ¿hasta dónde tenemos que ir?, señor, señor, ¿falta mucho para llegar? oiga, oiga, señor ¿en dónde queda la taberna?- a cada una de las preguntas una vena se marcaba más y más en la frente del ninja, hasta que ya no aguanto más.

- ¡¡¡Ya cállate o te matare maldito niño!!! ¿Ves esa torre grande de ahí? Es en donde se encuentran todos los locales de comida bebidas o cualquier cosa que quieras comprar, ya te dije hasta donde vamos, ¡Ahora cierra la boca o yo te la cerrare! ¿Entendido?- tras la gran respuesta del shinobi, el mismo acelero aún más el paso dejando atrás al impactado peliazabache, quien se sorprendió por la reacción del ninja de la hierba, y se vio obligado a realizar una carrera para alcanzar a quien casi le había provocado un infarto instantes atrás.

Solo pasaron unos minutos hasta que llegaron a la torre del ocio, habrían tardado más, pero debido al acelerado paso del Kusareño, se ahorraron varios minutos para llegar.

- Es aquí, ven te llevare hasta una buena taberna, no vaya a ser que entres en un lugar de mala muerte y termines desapareciendo- comento el hombre dando el primer paso para ingresar en la torre.

-Eh, ¿Qué? Desapareciendo, que clase de torre es esta, ¿no se supone que es una aldea shinobi? Debería estar más protegida que cualquier otro lugar- exclamo claramente asustado por las palabras del adjunto.

- No a estas horas, sin contar que la gente de aquí sabe a dónde debe o no meterse, en todo lugar hay algo oculto que escapa a las manos de la ley, no existe la paz o la justicia absoluta, eso es solo una ilusión, al menos mientras existamos los shinobis, la paz nunca será absoluta- al decir esas palabras su ceño seguía fruncido, pero no tanto como antes, podía notarse la diferencia entre su cara con molestia o la que llevaba ahora que era un tanto seria.

- Pienso diferente- respondió el Uzureño colocando una cara seria al igual el shinobi de Kusa- Somos nosotros quienes fracturamos el mundo, seamos o no shinobis, el mundo seguiría igual o peor, las cosas no cambiaran solo porque dejen de existir los ninjas, es más, el mundo necesita las sombras, todo se basa en equilibrio, no existirían héroes si no hubieran villanos, es la misma luz la que provoca la sombra, no hay nada que no tenga un contrario, demasiado dulce te empalada, demasiado salado te lastima, el punto está en encontrar el equilibrio, los ninjas son los que actúan en las sombras, lo que hacen los trabajos que otros no pueden hacer, sin los ninjas el mundo viviría de guerra en guerra, es gracias a los ninjas que se logró esta paz, aunque sea temporal, creo que estas menospreciando mucho nuestra profesión.

- ¿Nuestra profesión?- pregunto el hombre colocando una diabólica mirada en el Uzureño.

- B-bueno, nu-nuestra, tu profesión, en cierta forma, ¿no todos somos shinobis? Después de todo, quien no tiene algo oculto en las sombras, o quien no ha hecho algo sin esperar ningún crédito, ¿eso no lo hacen los ninjas?- respondió trabándose varias veces pensando en cómo arreglar la que se había mandado.

- ¡JAJAJA!- la risa podía oírse en casi toda la torre del ocio, parecía haber escuchado al mejor cómico del mundo decir el chiste más recordado en la historia- No te preocupes, hace mucho que deduje que eras un shinobi, no parecías ser un vándalo, solo te acompañe porque no creía que un ninja que oculta su bandana hiciera algo bueno en una aldea ajena, jaja, ya me estas empezando a caer bien, tu lógica no está nada mal, talvez si estoy menospreciando un poco nuestra profesión- incluso riéndose, su ceño fruncido no desaparecía, su temperamento seguramente no era nada sencillo de controlar.

- ¿Eh? ¿Todo el tiempo supiste que era un ninja? Tienes idea de cuánto me costó idear esa excusa, casi siento que se me revienta la cabeza- reclamo el niño haciendo pucheros con su boca.

- Jajaja, se nota que pensar no es lo tuyo- respondió el mayor colocando su mano sobre la cabeza del chico- Ah, por cierto, olvide presentarme, soy Shiratori Kuma- exclamo el mismo extendiendo la mano hacia el Uzureño.

- Yo soy Kurusu Ashito- correspondió el joven al saludo, aun con un leve recelo por lo que le había hecho.

- Oye, que me estés comenzando a caer bien, no significa que confié en ti, es más, ahora que confirmo que eres un shinobi, puedes estar seguro que no te quitare el ojo de encima mientras estés en la aldea- claro, podrá caerle bien todo lo que quieras, pero en el mundo shinobi, el único que cree completamente en alguien, es el antiguo Hokage de la hoja.

Los pasos habían bajado el ritmo al ingresar en la torre, por lo que tardaron algunos minutos más en llegar al lugar a donde estaba siendo guiado el Kurusu, la puerta estaba algo gastada, incluso había partes astilladas, el ninja tomo la perilla la giro y empujo hacia adelante, el lugar era muy oscuro, un repugnante olor a alcohol y otras sustancias salieron de adentro, inundando su nariz de un aroma que para alguien que jamás había probado una gota de alcohol, era nauseabundo.

<<Demonios, si me trajo aquí porque no quería fuera a un lugar de mala muerte, no quiero ni imaginarme como sería un lugar de mala muerte>> pensó dudando si entrar o no, Kuma ya había ingresado sin siquiera mirar en su dirección<<Ah, tendré que aguantarme, yo elegí venir aquí>>.

Shiratori se dirigió directo a la barra, la cual se encontraba al final de la habitación a unos 5 metros de la entrada y pidió un trago, parecía que había olvidado el porqué de su presencia ahí. Con un gran suspiro, Ashito ingreso al lugar siguiendo los pasos del quemado y se colocó en la barra a un metro del shinobi.

- ¿Qué haces aquí? Este lugar no es para niños- expreso el cantinero llamando la atención del Kurusu, Shiratori de verdad parecía haber olvidado que vino con él, ya que a pesar de estar a solo un metro de distancia, lo ignoraba totalmente, como si hubiera ido a beber después de un mal día.

- Eh, yo, estoy buscando a alguien- pregunto el chico algo inseguro por la apariencia del lugar, era una taberna común y corriente, solo que Ashito nunca había estado en una y no se imaginaba un lugar tan lúgubre.

- Pues estas en el lugar equivocado, esto no es una oficina de atención al público, nada aquí es gratis, si quieres una conversación, compra algo- las palabras frías y secas del cantinero le hicieron ver que al parecer ya había dicho esa frase muchas veces, por lo que seguramente tendría la información que buscaba.

- Eh, ¿tiene algo sin alcohol?- pregunto algo avergonzado, las tabernas son famosas por vender alcohol, y él va a una a comprar algo sin alcohol, tiene mucha lógica.

- Agua- respondió el hombre con una irónica sonrisa mientras fajinaba un jarro de vidrio.

- Muy bien, deme cualquier cosa, de todas formas no planeo tomarlo- expreso el Uzureño empezando a cansarse de la actitud del cantinero.

- Aquí tienes, son 50 ryos- claro, un niño jamás sabría de tragos, por lo que el tipo, sirvió el trago más barato cobrándole como el más caro, aunque a Ashito no le importo, 50 ryos no eran nada si lograba conseguir alguna pista de paradero de su familia, por lo que pago sin rechistar.

- ¿Ahora me dirás lo que quiero saber? indago el joven guardando su monedero nuevamente donde estaba.

- Si lo sé, no tengo ningún inconveniente- respondió el hombre poniendo más atención en la palabras del chico.

- Necesito saber cualquier cosa que sepas sobre la familia Yoshimitsu- soltó sin morderse la lengua y sin importarle nada más que eso.

-Oh, hace mucho que no oía ese apellido, si los conozco, aunque abandonaron Kusa hace bastante, para ser exactos, 15 años atrás, no se si lo que escuche es cierto, pero se escucharon rumores de que la familia volvería a unirse- con cada palabra el ceño de Ashito se fruncía más y más, aunque no entendía ni un pimiento a que se refería con volverse a unir.

- A que te refieres con volverse a unir- interrumpió el joven tratando de quitar sus dudas.

- De verdad no sabes nada ¿verdad?, la familia Yoshimitsu es más antigua incluso que los años que lleva el tratado de paz entre las tres naciones, eran un clan con mucha influencia en la aldea de la hierba antes de lo sucedido en el valle del fin, cuando las 5 grandes naciones cayeron, el poder del país del bosque se fue fortaleciendo, y a su vez disminuyendo el de la familia Yoshimitsu, aun después de que se formara el tratado de paz, el clan aun tenia gran autoridad en el país, pero con el pasar del tiempo, sus riquezas se fueron reduciendo y su autoridad disminuyendo, provocando así, que el clan se dividiera en dos, hubo algunas batallas internas para definir el control de la familia, aunque todo lo hacían a escondidas del Morikage, no querían involucrar a la aldea en asuntos del clan, luego de algunos años de discrepancia entre ambas partes, la mitad de la familia se mudó al país de la Espiral, donde se establecieron y fueron creciendo al servicio de Uzushiogakure, después de la separación, todo el asunto fue informado a la aldea, no muchos se enteraron, pero ni te imaginarias lo que las personas pueden decir estando ebrias- una leve sonrisa salió de la boca del castaño que atendía la taberna mientras llevaba un trago a su boca- Bueno, que mas, ah, ya se, al parecer la parte del clan de la Espiral quiso unir fuerzas con un clan que estaba empezando a crecer y hacerse famoso en el país del fuego, Kursu o Krusu, algo así, pero algo salió mal, y todo el clan fue completamente aniquilado.

-¿Qué? E-eso es imposible, no puede haber sido aniquilado- interrumpió muy alterado el Kurusu tratando de hallar alguna explicación al asunto.

- Oye, oye, no me interrumpas, la historia aun no acaba, no fue completamente aniquilado, quedaron los miembros más fuertes, ellos regresaron aquí, y pidieron ayuda a la otra mitad, podrían no vivir juntos, pero aun así, parece que aun llevan algo de compasión por su familia, 10 años, eso se tardaron en localizar a los responsables de la aniquilación, actualmente, la totalidad del clan Yoshimitsu se encuentra luchando contra el clan Kurusu en el país del fuego. Bueno, eso es todo lo que se, apenas si se algo, ja, tienes suerte de que me haya interesado la historia, dicen que luego de que acabe la batalla el clan volverá a ser uno solo- Ashito solo se quedó sentado con la vista hacia abajo y luego con una sonrisa algo oscura sujetó el vaso que le habían servido y se lo tomo de un trago.

- Puaj, esto es asqueroso, como puede gustarles esto- exclamo el Uzureño tosiendo y sujetando su garganta- Eh, gracias- vocifero entrecortándose con la tos para luego girar y dirigirse hacia afuera siendo seguido por Shiratori.

-¿Y? ¿Conseguiste lo que buscabas?- pregunto el shinobi colocándose a su lado.

- Si, y con creces- respondió sin siquiera dirigirle la mirada <<Con esto estoy mucho más cerca, ya falta menos, Madre, Padre, ya falta poco, podrán descansar en paz>> pensó mientras salía de la gran torre para dirigirse hacia la salida de la aldea.

- No creo que sea buena idea el irte a estas horas, podrás ser un ninja, pero créeme cuando te digo que los bandidos de por aquí no son nada débiles- comento el quemado mirando en la dirección contraria- Eso de allá, es una posada, podrás pasar la noche ahí- acoto mientras señalaba con su dedo el lugar que indicaba.

- Muchas gracias por todo, Shiratori-san- el joven se puso en marcha hacia la posada indicada dejando al shinobi de Kusa parado sobre la calle mientras lo veía marchar, desde que había escuchado la historia del cantinero, la actitud del niño había cambiado drásticamente, era mucho más sombría que el Ninja que lo observaba, incluso podría llegar a causar miedo.

***

- Ahh… al fin en casa- Exclamo parado frente a la puerta de Uzushiogakure, habían pasado poco más de un mes desde su partida, por lo que la alegría que recorría su cuerpo en ese momento no tenía comparación, había pasado por muchas cosas, desorientaciones, asaltos, peleas, visitas a desconocidos, entre otras, pero, al menos, había logrado cumplir con el objetivo del viaje, y eso lo tenía más que satisfecho, tenía unas ganas incontrolables de volver a ver a su hermana<<¿Estará preocupada por mí?, hace más de un mes que no me ve, estoy seguro que saltara de alegría al verme>> el joven ingreso y se dirigió directo hacia jardín de los cerezos, donde siempre entrenaban después de la academia, y allí estaba, su cabello castaño seguía igual, parecía que no había pasado ni un día desde que se había ido, en la plataforma donde siempre lo esperaba se encontraba entrenando su ninjutsu, de verdad era habilidosa, seguramente se convertiría en una kunoichi más poderosa que él, estaba completamente orgulloso de ella.

- Sakura, ya regrese- exclamo a un lado de la plataforma.

Sus ojos se iluminaron, comenzaron a brillar de tal forma que los rayos del sol rebotaban en ellos y encandilaban a quien la mirara, ceso su entrenamiento y entrecerró los ojos para poder vislumbrar a quien la hablaba, ya que el sol le impedía poder ver con libertad en su dirección.

-¿Ashito?- pregunto la castaña dirigiéndose a la orilla de la plataforma, mientras se iba acercando el ceño de la niña se entrecerraba, sus puños se tensaron y comenzó a correr en su dirección, Ashito, esperando una cálida bienvenida de su hermana, abrió los brazos y cerró los ojos, para después sentir una fuerte patada en su barbilla.

- Idiota, porque te tardaste tanto, ni siquiera fuiste a una misión, estoy segura- cada una de las palabras iba acompañada de un golpe de la niña, mientras él comenzaba a correr tratando de esquivarla<< Estoy en casa>> pensó mientras corría desesperadamente por todas las plataformas, sin duda alguna, no hay nada como estar en casa.
Verás

La gente vive su vida ligada a lo que ellos mismos creen que es correcto y cierto, asi es como definen su realidad, pero, ¿que significa estar en lo correcto o en lo cierto?, son solo conceptos vagos, su realidad puede ser tan solo un espejismo.
Victoria

- Hablo-

<<Pienso>>



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#2

Este tema ha dejado de ser un unific. Se convoca la participación de Ashito y Nonoha.



Sin embargo, Ashito jamás llego a pisar la posada que Shiratori le había señalado. Una figura alta, envuelta en una oscura capa y con una máscara blanca que simulaba la forma del rostro de un lobo le salió al paso súbitamente y le agarró del brazo. Junto a la cintura, su vestimenta se abultaba ligeramente. Debía de llevar consigo una espada o un arma de características similares.

—Alto ahí —le ordenó una voz femenina, fría y acerada—. Morikage-sama ha ordenado tu presencia en su despacho... shinobi de Uzushiogakure.

Y, sin darle tiempo siquiera a replicar, la mujer comenzó a arrastrar al muchacho en dirección contraria. Tan solo se detuvo momentáneamente cuando pasaron junto al ninja que había estado acompañándole todo el tiempo. La kunoichi giró la cabeza hacia él y, en la oscuridad de la noche, sus ojos dorados refulgieron llenos de ira.

—Tú también deberás responder ante Kenzou-sama, Kuma-san. ¡¿En qué narices estabas pensando al dejar que un shinobi de otra aldea vagara a sus anchas por Kusagakure?!

El hombre bajó la mirada pero no respondió. Para no hacerlo, quedaba claro que la mujer debía de ser de algún rango superior al suyo. Con un nuevo tirón, Ashito y la mujer reanudaron la marcha.

...

Lejos de allí, un hombre aporreaba la puerta de una casa en mitad de la noche.

—¡Hiwatari Nonoha! ¡Quedas arrestada por orden de Morikage-sama acusada de traición a la aldea!

No había tiempo para contemplaciones, en cuanto se abrió la puerta, el ANBU no dejó ni un instante para las preguntas. Prácticamente ignorando a sus familiares, inspeccionó la casa hasta que dio con la habitación de la niña, la sacó de su cama y prácticamente se la llevó a rastras.

...

Moyashi Kenzou se alzaba de pie, imponente, con las manos entrelazadas tras la espalda. Pese a las intempestivas horas que eran, estaba perfectamente ataviado con su indumentaria de Kage. Incluso se había puesto el sombrero sobre la cabeza para la situación. Sus ojos evaluaban ceñudos la aldea que se extendía más allá del enorme ventanal de su despacho. Pero lo que más imponía de él era que su eterna sonrisa se había desvanecido de sus labios.

—Espero que tengáis una buena excusa para explicar esto —siseó, amenazador.

Lentamente, se volvió hacia los dos genin que aguardaban en mitad del despacho. Y sólo entonces serían capaces de ver la ira que despedían sus ojos, el grave semblante de su rostro hasta ahora siempre sonriente. Kenzou siempre se esforzaba por tratar a todos sus shinobi como iguales, como una gran familia a la que debía mantener unida. Pero aquella noche, uno de sus hijos había cometido un acto muy grave como para ser perdonado tan fácilmente.

—¿Qué hace un shinobi de Uzushiogakure en Kusagakure? ¡Hablad!
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#3
Su imaginación le jugó una mala pasada, todas esas imágenes, diálogos pensamientos, e incluso el encuentro con su hermana fueron solo sus deseos de volver nuevamente a su casa, deseos, solo eso.

Al agradecer al Shiratori por su ayuda, se dispuso a continuar en la dirección señalada, habría llegado a la posada, sino hubiera sido detenido por una figura oscura que se posó detrás de él, tomando su brazo y llevándolo junto a la cintura provocandole un arduo dolor en su hombro.

—Alto ahí— la voz femenina se dejó escuchar amenazante, provocando un fuerte escalofrió que recorrió todo su cuerpo— Morikage-sama ha ordenado tu presencia en su despacho… shinobi de Uzushiogakure— agrego un tono despectivo, separando la frase “shinobi de Uzushiogakure” de la oración.

<<Como demonios supieron que pertenezco a Uzushio, ni siquiera se lo dije a Shiratori-san>> pensó bastante alterado por la situación que comenzaba a tornarse peligrosa.

La mujer lo arrastro con ella hacia el despacho del Morikage, aunque no sin antes detenerse frente al shinobi con el que había estado instantes atrás exhortándolo por su actuar, una terrible angustia invadió su ser al escuchar las palabras de la que podía deducir, era anbu de Kusa.

- Lo siento mucho, Shiratori-san- susurro al pasar junto al cabizbajo shinobi, que sin duda alguna comprendía perfectamente las consecuencias de sus actos.

Al llegar al edificio del actual líder de la aldea oculta entre las hiervas, pudo ver que no solo él tendría consecuencias por sus actos, Nonoha se situaba en medio de la habitación, parecía haber sido arrastrada al despacho desde la misma cama, no podía creer lo que veía, había recibido una enorme ayuda procedente de los dos que ahora estaban siendo culpados de traición, aunque seguramente, ninguno pensó que sus actos los llevarían a tales extremos.

El Morikage se encontraba de pie, imponente, con su serio rostro situado frente a un enorme ventanal que dejaba ver prácticamente toda la aldea, si Ashito creía que Shiratori daba miedo, estaba a punto de experimentar una emoción nueva.

— Espero que tengáis una buena excusa para explicar esto— las amenazantes palabras del líder de la aldea se dejaban escuchar firmes y claras, un desgarrador sentimiento invadía su interior por haber involucrado no solo a uno sino a dos shinobis de la aldea en la que se encontraba, pero aun así, no se arrepentía de nada, solo de esa manera podría haber llegado a cumplir con su objetivo, y por ello, lo único que no estaría dispuesto a sacrificar era a su hermana.

— ¿Qué hace un shinobi de Uzushiogakure en Kusagakure? ¡Hablad!

Ashito espero unos segundos después de oír hablar al Morikage, después de todo, por más que no estuviera arrepentido, eso no hacía que sus piernas dejaran de temblar como dos pequeñas ramas tambaleadas por una fuerte ventisca.

- Lo-lo siento, yo s-soy el responsable, ellos no sabían que era un shinobi- expreso con su temblorosa voz para tratar de excusar a los otros involucrados- Es a mí a quien deben castigar, ellos solo fueron, fueron, utilizados, no tienen que ver conmigo- cada una de las palabras salían, aunque temblorosas por la situación, salían tan seguras como si se tratara de la verdad, aunque no fuera ese el caso, tantos años fingiendo tendrían que haberle dado algún talento para actuar, seguramente sabrían distinguir que mentía, pero él se mantendría firme en esa respuesta, haría lo más que pudiera para poder librarlos de esa situación, su caso era inexcusable, pero tanto Nonoha como Shiratori podían salir impunes de ahí, claro, según su propia interpretación de la situación.

Perdón por postear ahora, olvidé que era Nonoha quien debía hacerlo.
Verás

La gente vive su vida ligada a lo que ellos mismos creen que es correcto y cierto, asi es como definen su realidad, pero, ¿que significa estar en lo correcto o en lo cierto?, son solo conceptos vagos, su realidad puede ser tan solo un espejismo.
Victoria

- Hablo-

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#4
Esa noche mientras dormía,alguien irrumpió en su hogar y sin dar muchas explicaciones, se llevaron a la más pequeña de la familia pese a los ruegos de sus padres y reclamos de su abuelo. Se dejó llevar, sin oponerse demasiado pues aunque no sabía lo que sucedía intentaba no asustarse lo suficiente o al menos, no demostrar el terror que sentía. Se le aguaron los ojos, pero por ningún motivo se permitió llorar ¿Por qué, porque no llorar y desahogarse? “debo ser fuerte” eso se repitió una y otra vez hasta que fue llevada ante el Kage.

Y todo era silencio, solo podía ver con sus ojos azules la silueta de espaldas del hombre dueño de aquel despacho. Nonoha seguía sin comprender porque estaba allí y aunque deseaba preguntarlo, mantuvo la boca cerrada aun cuando se encontraba temblando; ya no era la niña sonriente de siempre, estaba asustada aunque no reflejara eso en su pequeño rostro y mientras aguardaba, escucho la puerta abrirse y al girarse ahí estaba el – ¿A-ashito? –su vocecilla en un hilo de voz, pronuncio el nombre de aquel pelinegro que había conocido una mañana.

“¿Qué hace el aquí?” lo veía con incredulidad, confusión, miedo…

Pronto, el Morikage, que había estado de espaldas observando desde la ventana se giró y camino hacia ellos. Todo estaba absolutamente bien, hasta que el mayor pronuncio aquellas palabras y posteriormente escucho la excusa que Ashito daba - ¿Qué? - se quedó en silencio algunos segundos, perpleja por lo que acaba de escuchar - ¿Shi-shinobi de Uzushiogakure? - y lo entendió, comprendió porque estaban tratándola como una traidora, era a causa de el y a su ingenuidad. Dejo que algunas lágrimas brotaran de sus ojos mientras observaba inmóvil sus pies desnudos, incapaz de levantar la vista – Y-yo lo siento - lloro un poco más, no eran lágrimas de tristeza, ahora lo sabía, lloraba de impotencia y rabia.

Aunque ese día en el puente se dio cuenta de que Ashito no era un simple joven, nunca se le ocurrió que fuese realmente un ninja de otra aldea, pues el tema nunca se tocó – Que tonta – murmuro para si misma encogiéndose de hombros – Y-yo me di cuenta de que era un ninja justo después del altercado con los bandidos, en el puente Kannabi - levanto la vista entonces, para observar el rostro del mayor que exigía explicaciones,la mayor autoridad en su aldea – Quizás suene tonto pero, no supuse que fuera ninja de otra aldea…yo, me disculpo por mi estupidez – y volvió a bajar la cabeza, sujetando sus manitos con fuerza entre si.

- No debiste aceptar quedarte en ese momento, si sabias que esto traería problemas – susurro – Es tu culpa, todo es tu culpa… -agrego- ¡Mi familia ha tenido que pasar por esto gracias a ti! ¡Mentiroso! - grito la castaña dolida por lo que sucedía, temerosa por lo que pudiera pasar a continuación.

Off: Bueno, debo decir que me tomo por sorpresa esto x'D pues tiempo atrás le había mencionado a Ashito que estaba considerando irme, después de que se terminara la trama que llevábamos. Pero en vista de lo sucedido, esperare a que termine este tema, para no dejar nada inconcluso y a medias.

Gracias por la atención y me disculpo por las molestias.
Responder
#5

No pasa nada, Nonoha. Si la cosa va a buen ritmo no creo que se demore mucho.

Con los brazos cruzados, el dedo índice golpeando rítmicamente el bíceps y el ceño fruncido, el Morikage escuchó con atención las explicaciones de los dos jóvenes. El primero en intervenir fue Ashito, pidiendo disculpas y descargando la culpa de los hombros de Nonoha y Shiratori alegando que ellos dos no sabían que él era un shinobi. Kenzou cuadró los hombros y alzó la barbilla ligeramente. Aquel había sido un acto noble, sin duda, pero inútil.

Sin embargo, si creía que las sorpresas iban a acabar en aquel momento, se equivocaba profundamente.

Nonoha le devolvió una bofetada al shinobi extranjero cuando confesó que ella sí sabía que era un ninja, aunque no sabía que era de otra aldea. Por si no fuera suficiente, justo entonces su fortaleza se rompió y arremetió contra el otro, echándole todas las culpas de lo sucedido.

Lo que uno había pecado de honorable, la otra lo había echado por los suelos con su egoísmo.

—¿Acaso me tomáis por estúpido? —replicó Kenzou, entrecerrando aún más los ojos—. Resulta que los guardias de la entrada de la aldea os vieron pasar. Tú sentada en un carro, Nonoha, y tú a pie junto a ellos. Y por supuesto que sabías que era un ninja de otra aldea, Nonoha, ¡¿o es que en la Academia no os enseñaron los diferentes símbolos?! —gritó, claramente enfurecido—. Puede que ahora no lleves la bandana chico, pero sí lo hacías cuando traspasaste mis dominios. Los hombres que guardaban la entrada aquel día eran unos novatos y creyeron que contabais con mi permiso y sólo por eso os dejaron pasar. Pero en cuanto me avisaron de lo que había sucedido mandé a mis ANBU a seguirte los pasos. Sí, también sé lo de Shiratori, y sé que él también sabía que eras un shinobi. Así que ahora mismo me vas a explicar qué demonios estaba haciendo un shinobi de otra aldea como tú.

Se volvió hacia Nonoha.

—Y tú... has traicionado mi confianza, Nonoha. Has permitido que un ninja extranjero entrara en nuestros dominios arriesgando los secretos de la aldea y su seguridad. Eso es un acto de traición imperdonable. Y ya sabes lo que significa.




Akito en el post Rumbo al objetivo escribió:Ashito no sabía qué hacer, la verdad era que el único que no encajaba ahí era él, después de todo, Ren y Nonoha vivían allí y Hiwata es un viejo amigo de la familia, por lo que el único desconocido del grupo, llevaba una bandana de Uzu en su cinturón.
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#6
Nonoha dejó caer sus lágrimas, mientras el Morikage esperaba impasible la respuesta de la jovencita, las palabras de la kunoichi demostraban sorpresa, aunque luego el tono de voz fue cambiando hasta llegar a un grito en el que intentaba descargar su rabia contra Ashito.

Asi como salía cada palabra de la boca de Nonoha, se iban incrustando en el Uzureño cómo flechas, mandando a la mierda su excusa y su intento de exculpar a ambos shinobis de Kusa.

Ashito no comprendía porque debía tratar de quitar la culpa de ellos, en primer lugar, él no llego hasta ahí por sus propios méritos, es más, jamás habría logrado encontrar Kusagakure con sus propias habilidades, por lo que toda la responsabilidad debería caer sobre la misma que ahora lo culpaba. Sus puños se apretaban con mucha fuerza y su respiración temblorosa podía oírse claramente en todo el despacho, su miedo, aunque aún presente, estaba siendo superado por su ira, estaba acostumbrado a cargar con todo y que nadie más que él quede involucrado, pero la situación estaba superándolo, y no aguantaría mucho más, su mente le pedía a gritos que se descargara << ¿No debiste aceptar quedarte? ¿Mi familia ha tenido que pasar por esto gracias a ti? ¡¡Qué demonios está diciendo!! ¡Sin mí su familia estaría pasando por lo peor! ¿Acaso olvido quien los ayudo en el mismo puente desde el cual me trajo aquí?, no tube serias heridas en la batalla, por demonios me trajo, ¿Qué yo soy el culpable?>> de verdad quería gritárselo en la cara, pero sabía que sería inútil, para que hacerlo, solo causaría peores cosas, por lo que decidió, como siempre, tragarse sus opiniones para él y guardar silencio.

- Que gracioso, y yo que pensaba que éramos amigos, que iluso…- susurro a un lado de Nonoha, aunque en ningún momento le dirigió la mirada, ni siquiera cuando la muchacha le había gritado.

Justo después de su escena, el Morikage tomo la palabra, mostrando una faceta aún más atemorizante, y claro, en cada una de sus palabras llevaba la razón, era imposible que ni Nonoha ni su familia, no se dieran cuenta que era de Uzushiogakure, ya que en todo momento-A excepción de este- llevaba su protector orgullosamente en su cintura, e incluso si no lo llevaba, estaba claro que no pertenecía a Kusa, por lo que de todas formas era traición.

- Al parecer ya estamos condenados, así que no veo porque no podría decirles…- susurro levemente, aunque podía ser oído por todos en la habitación- Estoy aquí buscando información, Uzushiogakure no está involucrada, son razones personales, la Uzukage talvez ni siquiera sepa que estoy aquí, tampoco busco nada de Kusa, solo trato de localizar a mi… Familia, si es que puedo llamarles así- expreso el joven ya rendido, era imposible excusar a nadie, tanto Nonoha como Shiratori caerían con él.
Verás

La gente vive su vida ligada a lo que ellos mismos creen que es correcto y cierto, asi es como definen su realidad, pero, ¿que significa estar en lo correcto o en lo cierto?, son solo conceptos vagos, su realidad puede ser tan solo un espejismo.
Victoria

- Hablo-

<<Pienso>>



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#7
Sabia cuan ingenua había sido, sabía que sus palabras solo la habían hundido aún más, pero sinceramente tal hecho ya no le importaba, porque justo en ese momento ya la decisión había sido tomada, llorar o suplicar no cambiaría la situación ¿Por qué no a sincerarse entonces? Se había dejado llevar por el desespero y finalmente, hecho eso que siempre repudiaba.

Aunque sus ojos seguían llorosos y no podía controlar el temblor de su cuerpo, con la cabeza gacha asintió a las palabras del kage – S-si señor, lo entiendo - apretó los puños, pero minutos más tarde se dio cuenta que no importaba ya, que molestarse simplemente no le devolvería aquello que acaba de perder.

- ¿Amigos? –murmuro entonces en cuanto Ashito termino de hablar, una sonrisa melancólica se dibujó en sus labios y sus profundos ojos azules le observaron fijamente – No, supe desde ese instante en que fingiste sonreír, que no podríamos ser amigos y termine de confirmarlo mucho después, cuando conversando sobre tu "familia" apareció esa expresión –confeso la niñita sin apartar su vista del otro – Ashito, creo que tienes un mal concepto de esa palabra y tal parece, que yo también –volvió la vista al frente, observando el suelo mientras retorcía sus dedos intentando detener el temblor- claramente ser amigos significa confiar en el otro y estar dispuesto a arriesgarte por alguien más, sin importar que – jugueteo un poco más con sus manos mientras se animaba a seguir hablando – Está claro que preferí mi bienestar por encima del tuyo y que, tu no pudiste confiar enteramente en mi –palabras infantiles seguramente, pero consideraba que ninguno de los había sido capaz de ver al otro como un ”amigo” y por eso ahora, estaban como estaban.

- Habría sido seguramente divertido - "ser amigos" pero aquello ultimo solo fueron eso, pensamientos.

“Una mentira es una mentira, por pequeña que sea” Eso le habían enseñado, pero justo ahora había hecho todo lo contrario a eso y había preferido salir bien librada del asunto, hundiéndose aún más “Supongo que solo quería regresar no… no, fue eso”

Off: Aasdsada Si llego a tardar mucho, es porque estere fuera este fin de semana, aun asi intentare postear dentro del plazo de las 72 horas ^^
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#8
Bajo la presión de lo inminente, el shinobi de Uzushiogakure comenzó a hablar. Según sus palabras, había ido hasta tan lejos de forma autómata, sin contar ni siquiera con la autorización de su Kage, por lo que la mano de la aldea y de una posible traición a la alianza que sostenían quedaba descartada. Presumiblemente, la razón de tan suicida intención era buscar información sobre su familia. Kenzou no estaba al corriente de la vida personal del chico, y la verdad no podía estar menos interesado. En aquellos instantes, su máxima prioridad era su propia familia.

Y nadie podía saber que un genin de Uzushiogakure había entrado y salido de su aldea sin su consentimiento.

—No hay nada que me pueda garantizar que tus palabras sean ciertas, muchacho. Pero aunque lo sean, has entrado en mi aldea buscando información y eso se considera espionaje. Bien debes ser consciente de que no puedo dejar pasar algo así por alto.

Con un chasquido de dedos, los mismos ANBU que les había apresado con anterioridad aparecieron de la nada e inmovilizaron rápidamente a los muchachos sin ningún tipo de delicadeza.

Impasible al rifirrafe que habían mantenido ambos chicos sobre el valor de la amistad, el Morikage se volvió hacia Nonoha.

—Me has puesto en una situación muy desagradable, niña. Y mucho me temo que no me habéis dejado alternativa. Por la seguridad de la aldea, y por la seguridad de nuestro Tratado de Alianza con Uzushiogakure y Amegakure, no puedo dejaros salir de aquí. El crimen por espionaje y traición a la aldea...

»Es la muerte.


Como dos robots automatizados, perfectamente sincronizados, los dos ANBU cogieron a los dos chiquillos sacaron sus espadas al unísono y las colocaron sobre los cuellos de los genin. Moyashi Kenzou cuadró los hombros, serio, recto, pero con un evidente rastro de sufrimiento en sus ojos. La ejecución fue rápida para evitar sufrimientos innecesarios. A la orden de un gesto de su mano, los filos arrancaron la vida de tan jóvenes brotes. Su sangre manchó la alfombra del Morikage, que contemplaba la escena guardando la entereza como un buen líder sabía hacer. Con un último suspiro, se dio media vuelta y regresó al ventanal. De sus envejecidos ojos cayó una sola lágrima. Aunque fuera el líder indiscutible de la aldea, no era agradable tener que matar a una de sus hijas.

—Limpiad el estropicio y deshaceos de los cuerpos. No quiero que haya ningún testigo.

—Sí, señor.

Los dos ANBU cargaron los cuerpos inertes de Nonoha y Ashito y se dispusieron a salir del despacho. Sin embargo, antes de que pudieran hacerlo, recibieron una última orden.

—Ah. Traed también a Kuma Shiratori y a la familia Hiwatari. La traición debe pagarse...
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#9
La muchacha le mostro su error y tenía razón, él no había confiado completamente en ella, por lo cual no podía llamarla amiga, al ver la sonrisa melancólica de la chica, nuevamente le vino ese sabor amargo, talvez…no, no había forma de salir de esta.

- Habría sido seguramente divertido- la muchacha no acabo la frase, pero Ashito sabía perfectamente a lo que se refería.

<<Si, seguramente, pero eso es imposible>> pensó mientras levanto la cabeza para escuchar las palabras del Morikage, sabía perfectamente que el líder de la aldea no tenía elección, por lo que lo único que hizo fue asentir levemente con la cabeza.

Al chasquear los dedos, los mismos ANBU que los habían llevado hasta ahí, los tomaron por la espalda inmovilizándolos, y en esa misma posición, escucho la condena que el cabecilla de Kusa dicto.

Apenas salió la última palabra escuchada por el Uzureño, pudo sentir sobre su garganta el filo que amenazaba su vida, su corazón latía demasiado rápido, seguramente acabaría muriendo por un infarto antes que por el filo, pero no fue así, el sabor a hierro comenzaba a inundar su boca mientras sentía el arduo recorrido del filo trazar el camino que se llevaría su vida, sin dudar ni un segundo, la mano que sostenía el arma, se movia inalterablemente, un recorrido que seguramente habría realizado incontables veces, no distinguía género, ni edad, ni rango, solo avanzaba hasta quitar el último aliento de la víctima.

Su visión empezaba a nublarse, sus manos se entumecían y su cerebro le fallaba, ni siquiera podía pensar claramente<<¿Me pregunto cómo se verá mi rostro en este momento?>> sus pensamientos parecían estar inconscientes de que estos serían sus últimos segundos, o talvez solo se protegían de la locura que lo invadiría si solo recordara el motivo de su viaje, o lo que había dejado atrás, pero por más que su mente luchaba para evadir esos pensamientos, parecía que el tiempo se había detenido, podía pensar en absolutamente cualquier estupidez y su cuerpo nunca tocaba el suelo<<La muerte no es tan terrible al parecer, dicen que es una aventura, pero me siento demasiado cansado para recorrerla, ya quiero que todo acabe, talvez así pueda estar al fin en paz>>

Los pesares no se habían ido, de hecho eran más que antes, no solo no había logrado hacer nada con su objetivo, sino que había terminado con la vida de otras personas…en vano<< Lo siento, al parecer tenías razón… no sirvo para este trabajo>> la imagen de su hermana se reflejó en su mente en ese instante y la sangre ya no era el único fluido que se derramaba por su rostro, después de 5 años, sus lagrimales habían soltado todo lo que se guardaron desde que comenzó su pesadilla, ese fue su fin, su ultimo pensamiento, su ultimo pesar, su último suspiro, ya no quedaba más que un cuerpo inerte desangrándose, cayó de un golpe sobre la alfombra del despacho, dejando la marca de su muerte sobre ella.

El destino no es algo que este dictado, pero son nuestros pasos los que nos hunden o elevan en el mundo, sus pasos se hundieron desde el día en que decidió su objetivo, y el mundo acabo por tragárselo, sin importarle su vida, su objetivo, o quien lo espera, observando la luna, con lágrimas sobre sus ojos, a quien ya no le queda nada.

- Volverás hermano ¿verdad? Debes volver, debes volver…- solo un susurro, un susurro de alguien sin objetivo y con la mirada perdida, un susurro de alguien que espera lo imposible y lo sabe, un susurro de quien vacío sus lagrimales, solo esperando, y de quien esperaría hasta su final.


Bueno, ese fue el ultimo mensaje de Ashito en el tema, no se si Nonoha responderá o no, pero, Ashito Out.
Verás

La gente vive su vida ligada a lo que ellos mismos creen que es correcto y cierto, asi es como definen su realidad, pero, ¿que significa estar en lo correcto o en lo cierto?, son solo conceptos vagos, su realidad puede ser tan solo un espejismo.
Victoria

- Hablo-

<<Pienso>>



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