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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Te digo que no tiene ningún sentido conservar la nueva trilogía, para mí que la van a sacar del canon.

Decía el médico mientras le extendía el cambio al vendedor del puesto, quien estaba terminando de meter en una bolsa de papel unos vegetales que pretendía usar para preparar el almuerzo.

Yo solo se que lo que están haciendo con la serie me esta gustando bastante.

Dōsan se limitó a asentir mientras juntaba agarraba la bolsa.

Solo queda esperar a ver como hacen. ¡Nos estamos viendo!

Se terminó de despedir con una sonrisa en el rostro, correspondida por el verdulero y se empezó a alejar caminando.

Las getas del muchacho sonaban contra el piso de las calles de Uzushio a cada paso que daba, anunciándose a cualquiera que no tuviese un temita de oído o algo similar. No estaba precisamente lejos de su hogar pero unos minutos caminando tenía que hacer. Dobló en una esquina y a los pocos metros se vio obligado a detenerse.

Frente a un local cerrado, un bar que no abriría hasta la noche, una impecable y un tanto abultada billetera de cuero se hallaba tirada en el medio de la calle.

El médico miró el local, miró por donde vino y luego a los costados, tratando de encontrar a alguien que se le pudiese haber caido la billetera en un tiempo próximo pero no veía a nadie

¿De quien será esto?

No pudo evitar preguntarse sosteniendo la bolsa con una mano y su mentón con otra.
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#2
El joven médico shinobi Yasuyori Hayato iba caminando adormilado por las calles de la aldea de Uzushiogakure. Como era ya su costumbre en un día libre, despertó tarde, ya que la noche anterior estuvo hasta altas horas estudiando, desayunó con sus padres y salió a caminar por las calles para despejar su mente y, tal vez, crear ideas. Todo con el fin de alejarse un poco del recuerdo de su hermano fallecido.

De vez en cuando, se detenía a ver las vitrinas con libros, esperando a ver algún nuevo ejemplar de teoría en Iryo-nin, pero, como en todos los días hasta ese momento, no vio ningún libro que no tuviera ya. Suspiró y continuo su camino sin rumbo.

Mientras caminaba, miraba hacia todos lados algo distraído y a ver si encontraba algo interesante. Para entrenar su mente, trataba de analizar médicamente a las personas que pasaban a su lado. "Esa tos se debe a una obstrucción... debe ser fumador... se nota que ese hombre bebe bastante, su hígado debe estar resentido... embarazo de 18 semanas..." Sus pensamientos se interrumpieron al ver a un joven alto de cabellos largos que le parecía conocido.

Caminó hacia él y notó que se encontraba distraído viendo una billetera en el suelo. Al ver su rostro, reconoció al joven como otro ninja médico. -Eres... Tashiro, ¿no? Entrenaste como médico...- Le dijo, tratando de hacer memoria. -¿Que sucede?- Dijo con curiosidad al ver que miraba con atención aquel objeto en el suelo.
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#3
Mientras el muchacho estaba sumido en su pensamientos, un peatón se aproximó hacía él y con unas palabras lo trajo de vuelta a la tierra. -Eres... Tashiro, ¿no? Entrenaste como médico... ¿Que sucede?- De golpe su preocupación no pasó por quien era el dueño de aquella billetera que estaba tirada en el suelo sino quién era ese muchacho y de donde lo conocía.

-Eeh... Si, si.- Contestó, visiblemente descolocado por la repentina aparición o quizás no tan repentina pero que lo habría tomado con la guardia baja. -Entrenar como médico... Supongo que sería una manera de decirlo, si. Pero solo se una cosa o dos.- Se sinceró con el muchacho que no lograba recordar.

Llevó la mano de su mentón hasta delante y con su índice señaló el objeto en cuestión. -¿De casualidad esa billetera no es tuya, no?- Preguntó Dōsan.
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#4
La respuesta de Tashiro le arrancó un resoplido por su nariz. Hayato recordaba de algo al ninja en frente suyo pero él no lo recordaba. Tal vez era impresión suya, tal vez se había equivocado, pero para Yasuyori, todo se reducía a que él había hecho algo mal.

"Supongo que soy olvidable..." Pensó, autoflagelándose como siempre hacía.

-No, no es mía.- Dijo sin rodeos, mirando el objeto y luego a su al rededor. -Tampoco he escuchado a nadie que la busque... supongo que lo mejor será buscar a su dueño... ¿Te parece si la abrimos para ver si hay alguna identificación- Dijo mirando hacia la billetera en el suelo, sin animarse a tocarla o cogerla.

Era ninja de Uzushio, si, pero su yo ansioso en su interior le decía que nadie respetaría su cargo si tomaba aquella billetera que no era de su propiedad.
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#5
La billetera no era de Hayato, y tampoco sabía de nadie que estuviese buscándola. Una parte del vago esperaba que fuese suya así podía volverse rápido a casa y hacer nada con su vida. Pero bueno, parecía que las cosas no iban a poder ser tan fáciles.

-Si, podría ser una solución a este dilema.- Contestó a su propuesta de echarle un vistazo al interior del objeto en cuestión. Con un gesto de su mano lo invitó a jugar la carta que había puesto sobre la mesa, sobre todo porque él cargaba con sus víveres encima.
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#6
Hayato suspiró y sintió un vacío en el estómago. "Seguramente la abro y, justo en ese instante, llega el dueño y me acusa de ladrón..." Pensó, sin considerar el respeto que inspiraban los ninjas en uzushio.

-Si... es cierto....- Dijo, dubitativo.

Dobló sus rodillas para ponerse en cuclillas y, con una mano temblorosa, tomó la billetera y la abrió, buscando rápidamente con la mirada un pequeño documento que pudo reconocer como una identificación. Lo tomó y lo leyó. -Matsuo Yasuhiro... ¿lo conoces?- Dijo el joven mirando a Tashiro desde su posición en el suelo.
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