10/04/2017, 18:28
Shiona escuchó a Akame atentamente, sin mostrar ningún ápice de cambio en la expresión de su rostro. Cuando el Uchiha terminó, la Uzukage apoyó un codo en la mesa y se rascó la barbilla, pensativa, acercándose un poco al chaval.
—Mmh...
Aún aguardó unos pocos segundos para contestar. Se enderezó en su asiento.
—Y sin embargo, no es esa debilidad tuya la que a mí me preocupa —dijo—, sino otro tipo de debilidad. La que manifiestas cuando dejas que esa ira te invada e interfiera con lo que es un hecho: que ese hombre va a pagar por todo lo que ha hecho y por lo que planeaba hacer.
»Piénsalo. La justicia va a servirse. No hay nada por lo que debas necesitar una compensación, si lo que te preocupa es que pague. Pero si te empieza a preocupar no hacerle pagar tú mismo por sus malas acciones, entonces lo que estás buscando es venganza. Sangre. Violencia. Es un mal camino para recorrer, Akame-kun. Un camino que no deseo que recorras.
»Respecto al genin de la otra aldea, sinceramente, no sé de qué sientes vergüenza. Si lo hubieras atrapado, ahora estaría muerto, muy probablemente. Y vosotros habríais contribuido a ello. Y yo tendría muchas cosas que arreglar si quisiera que nadie se enterase de quién ha matado a ese genin. ¿Entiendes, Akame-kun? Hay un momento y un lugar para la rivalidad, y ese momento y ese lugar son diferentes al que vivisteis. Pídele un duelo shinobi a la antigua usanza, si lo deseas. Pero no te arrepientas de lo que podría haber sido la muerte de un inocente.
»O a lo mejor te conviertes en un monstruo igual de terrible que ese hombre sobre el que quieres ser juez y verdugo.
Carraspeó, y se levantó.
—Bueno, creo que ya está todo dicho. Akame-kun, Eri-chan. ¡Marchad! Tomáos el resto del día como descanso, y partid sin demora mañana por la mañana.
Shiona les condujo amablemente hacia la puerta, pero emanando una presencia que indicaba que no deseaba conversar más sobre el tema.
—Mmh...
Aún aguardó unos pocos segundos para contestar. Se enderezó en su asiento.
—Y sin embargo, no es esa debilidad tuya la que a mí me preocupa —dijo—, sino otro tipo de debilidad. La que manifiestas cuando dejas que esa ira te invada e interfiera con lo que es un hecho: que ese hombre va a pagar por todo lo que ha hecho y por lo que planeaba hacer.
»Piénsalo. La justicia va a servirse. No hay nada por lo que debas necesitar una compensación, si lo que te preocupa es que pague. Pero si te empieza a preocupar no hacerle pagar tú mismo por sus malas acciones, entonces lo que estás buscando es venganza. Sangre. Violencia. Es un mal camino para recorrer, Akame-kun. Un camino que no deseo que recorras.
»Respecto al genin de la otra aldea, sinceramente, no sé de qué sientes vergüenza. Si lo hubieras atrapado, ahora estaría muerto, muy probablemente. Y vosotros habríais contribuido a ello. Y yo tendría muchas cosas que arreglar si quisiera que nadie se enterase de quién ha matado a ese genin. ¿Entiendes, Akame-kun? Hay un momento y un lugar para la rivalidad, y ese momento y ese lugar son diferentes al que vivisteis. Pídele un duelo shinobi a la antigua usanza, si lo deseas. Pero no te arrepientas de lo que podría haber sido la muerte de un inocente.
»O a lo mejor te conviertes en un monstruo igual de terrible que ese hombre sobre el que quieres ser juez y verdugo.
Carraspeó, y se levantó.
—Bueno, creo que ya está todo dicho. Akame-kun, Eri-chan. ¡Marchad! Tomáos el resto del día como descanso, y partid sin demora mañana por la mañana.
Shiona les condujo amablemente hacia la puerta, pero emanando una presencia que indicaba que no deseaba conversar más sobre el tema.