Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
—Jeh. —Kurama se dio la vuelta y se dirigió de nuevo hacia el trono, a paso lento—. Ha habido gente entre mis filas que mostraban el mismo escepticismo que tú, Akame-kun. Te podría decir muchas cosas, entre otras, que no necesito poder crear vida para gobernar sobre ella. —Giró el rostro para mirarle de reojo—. ¿Puede acaso un Kage crear vida? ¿La nación más grande y más poderosa puede crear vida? Y aún así gobiernan, ¿no? Lo que yo propongo es muy simple: somos los seres más poderosos que pueden caminar sobre la tierra: nosotros tenemos el derecho legítimo a gobernar sobre otras formas de vida inferiores.
»Tenía curiosidad por ti, Akame. Ese es el motivo de nuestro encuentro. Pero de paso, enviarás un mensaje a tus amos: os someteréis a mi Imperio o caeréis como las Villas. Como todos los demás. Y para responder a tu prueba de fe...
Chasqueó el dedo.
»Un ninja como tú podrá apañárselas, estoy seguro.
¡Puff!
¡¡GROOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAAARGGG!!
Kurama desapareció en una nube de humo y a espaldas de Akame sonó un estruendo gutural, terrible, que hizo retumbar las paredes del castillo y balancearse la lámpara de araña roñosa que colgaba del techo. Tras él, a una distancia aproximada de cinco metros, se alzaba un enorme...
...dragón rojo de tres cabezas y seis colas. O sin duda una quimera similar a un dragón occidental, con la piel escamada carmesí, las caras de un lagarto y unas alas de murciélago enorme. La bestia aleteó tratando de alzar el vuelo, pero a todas luces las membranas no tenían la suficiente fuerza para levantarlo.
El monstruo rugió con fuerza, dio un salto, y trató de darle una dentellada horizontal al Uchiha por su izquierda.
- PV:
400/400
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- CK:
400/400
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Daño por mordisco: 100 PV
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Ni en sus más locas suposiciones Akame habría podido esperar que sus demandas iban a ser cumplidas con una literalidad fuera de lo común. Porque cuando aquel tipo que Kurama había esclavizado para tomar una forma humana se desvaneció en una nube de humo, el Uchiha supo dos cosas; la primera, que aquello no había sido sino un Kage Bunshin. Y que por tanto el chakra total del verdadero Kurama sería —al menos— el doble de lo que él había visto. Ese simple pensamiento le encogió el pecho.
La segunda cosa fue que Kurama, en efecto, podía crear vida. Así se lo demostró un rugido ensordecedor a su espalda, que para cuando Akame se volteó descubrió que pertenecía a una horrenda quimera que parecía haber sido creada a imagen y semejanza del Dragón Rojo; una cruel burla del próximo Emperador de Ōnindo, sin duda. Una con tres fauces repletas de afilados dientes, más letales que cualquier filo de acero, que buscaron cerrarse en torno a su comparativamente diminuto cuerpo.
Akame, sin embargo, era rápido; y contaba con su Sharingan. Trató de esquivar la dentellada de aquel monstruo con colas saltando hacia atrás con cuanta fuerza le dejaron sus piernas. De conseguirlo, se alejaría con un par de saltos más, buscando poner distancia entre él y aquella aberración de chakra y escamas. Notó el tacto frío del trono de piedra en su espalda cuando dio con él, y supo que era momento de dejar de huir; debía enfrentar al poder de Kurama con el suyo propio. Y, como el Emperador de Ōnindo estaba a punto de descubrir, aquel joven Uchiha no se dejaba matar fácilmente.
El Sharingan en los ojos de Akame cambió de forma, y los negros tomoe se fundieron en una espiral —irónico— que ocupó todo el iris. Aquellos orbes refulgieron con el poder de su linaje, tratando de proyectar en aquel monstruo nacido de un bijū su propia voluntad; de someterle, aplastando a la de su anterior amo hasta que no le quedara más opción que claudicar. Y cuando lo hiciera, una sola orden se impondría a todo lo demás:
«Dispárate una bijūdama con toda la potencia que seas capaz.»
Mecanismo oculto de kunai [en la muñeca derecha]
- Kunai (x1)
Portaobjetos [en el cinturón, espalda]
- Hilo shinobi (x1)
- Hikaridama (x1)
- Ōkina Hyōrōgan (x1)
- Antídoto (x1)
- B-ranku no Kibaku Fuda (x1)
- Comunicador avanzado (x1)
- Esposas supresoras de chakra (x1)
- Juego de ganzúas (x1)
Portaobjetos [en el muslo derecho]
- Shuriken (x10)
Ninjatō [a la espalda]
¤ Mangekyō Sharingan ¤ Ojo Giratorio Caleidoscópico - Requisitos:Uchiha 80
El Mangekyō Sharingan es una habilidad legendaria entre los Uchiha, que tan sólo ha emergido en unos pocos miembros del clan a lo largo de la historia. Todavía existen misterios que rodean al ojo y al propio clan, incluyendo al método por el cual se obtiene. Por los registros que existen en la actualidad, todos los usuarios que han poseído el Mangekyō Sharingan han sufrido una gran pérdida, de alguien muy querido, o pasado por experiencias realmente traumáticas. La leyenda más conocida es la de Uchiha Hazama, que obtuvo su caleidoscopio tras la muerte de su compañero Senju Kyosuke.
Los iris del usuario siguen siendo rojos, mas la forma de su pupila cambia drásticamente de un miembro del clan a otro, por lo que cada Mangekyō es único. El Mangekyō en sí no es más fuerte que el tres aspas en un combate normal, de hecho, sólo se activa cuando se utilizan las habilidades que otorga. Sin embargo, éste asombroso Dōjutsu permite al usuario ejecutar poderosas técnicas, que, además de tener un innato y gran poder destructivo, drenan enormemente el chakra del usuario. Una vez desbloqueado el Mangekyō Sharingan, el usuario es capaz de controlar a bestias con cola (bijū) y someterlas a su voluntad gastando 22 CK/turno.
El uso perpetuado de las técnicas del caleidoscopio lleva gradual e inevitablemente a la ceguera total, y a la imposibilidad de utilizar nunca más el Sharingan en cualquiera de sus fases. Adquiriendo los ojos de un familiar cercano, un Uchiha es capaz de obtener el Mangekyō Sharingan Eterno (Eien no Mangekyō Sharingan), que nunca pierde su luz.
Los dientes del dragón rozaron a Akame, rasgándole la ropa, pero sin conseguir herirle. Las zarpas de aquél monstruo hindieron en el suelo, resquebrajándolo. Corrió hacia el Uchiha, y entonces, se detuvo en seco. El pseudo-bijū dio con una mirada hipnótica con forma de espiral que pronto se reflejó en los ojos de las tres cabezas. Embobado y babeando, la criatura bajó las dos de los laterales. La tercera permaneció atenta a Akame. Recibió sus órdenes. Era incapaz de comprender el lenguaje humano, sin embargo, el poder de aquellos ojos iba mucho más allá de la humanidad. Por eso tenían un coste. Pero por eso, también, tenían un resultado.
El dragón giró el cuello todo lo que pudo, apuntándose a la barriga, y comenzó a cargar una esfera de chakra blanco y negro que se hizo cada vez más y más y más grande. La energía rozó la tripa del animal y comenzó a desgarrarlo, pero aún así siguió cargando más chakra, más chakra, más chakra.
Y luego, disparó.
La explosión fue brutal. Engulló a Akame, engulló al trono de piedra, engulló la lámpara de araña, los pilares, las paredes y lo que había más allá. Engulló a las armaduras incompletas y viejas de los samurái que poblaban aquellas ruinas abandonadas. El destello se vio desde Los Herreros, donde muchos artesanos dejaron su oficio de lado un momento para sumirse al pánico en lo desconocido. El temblor pudo sentirse en Yamiria, e incluso en Uzushiogakure. Un tren que circulaba por unas vías cercanas descarriló y murieron al menos veinte personas.
Y aquél sitio dejaría de ser conocido por lo que fue.
Gebijūdama de 666 PV.
¤ Gebijūdama ¤ Esfera de Bestia con Cola Menor - Tipo: Ofensivo - Requisitos: - - Gastos: 0.6*X CK - Daños: X PV - Efectos adicionales: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones:
La bomba ocupa X/100 metros de diámetro, y la explosión abarca X/10 metros de tamaño.
El láser ocupa de ancho el doble de la esfera y el doble de la explosión hacia delante.
La Gebijūdama es una versión más débil de la técnica definitiva de un bijū. Para formar el ataque, el usuario concentra chakra positivo negro y chakra negativo blanco, lo reúne en una esfera y lo comprime dentro de su boca. El chakra necesita ser balanceado en una proporción 8:2, respectivamente, o será contraproducente. Para finalizar, puede dispararlo en forma de una enorme explosión de energía hacia delante en proporción a su tamaño o en forma de bala de color oscuro que provoca igualmente una enorme explosión al impactar contra algo. La Gebijūdama es increíblemente densa y pesada, y el Gebijū se puede ver hundido en la tierra en el proceso de creación. Usada cerca de otros Gebijū u otros bijū, puede ser combinada aumentando drásticamente su tamaño y su poder destructivo.
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18/02/2020, 11:51 (Última modificación: 18/02/2020, 11:52 por Uchiha Akame.)
"Pedid, y se os dará."
Así se hizo: incluso Kurama no era rival para el poder del Mangekyō Sharingan. La criatura quimeresca se revolvió en su propia carne, con confusa determinación, para cumplir el mandato de su nuevo amo. Akame vio como en las fauces de una de aquellas cabezas se concentraba una esfera de energía que le resultaba terriblemente familiar —ya había visto a dos jinchūriki diferente hacer eso mismo con anterioridad— y que por tanto, supo de las consecuencias que tendría. Y entendió su error.
—¡Hos... hostia puuuutaaaAAAAA!
Tenía poco tiempo para reaccionar. Los tres tomoe de su Sharingan izquierdo se fundieron en una espiral que parecía no parar de girar mientras chispas de chakra carmesí saltaban a su alrededor. Akame se concentró un momento y justo antes de que aquella explosión lo devorase todo...
«Zzzzup.»
... desapareció.
¤ Uzume ¤ Diosa del Amanecer - Tipo: Apoyo - Rango: S - Requisitos:Uchiha 80, Hidari no Mangekyō - Gastos: 50 CK - Daños: - - Efectos adicionales: (ver descripción) - Carga: (ver descripción) - Velocidad: Rápida (preparación), Instantánea (teletransporte) - Alcance y dimensiones: (ver descripción)
Habilidad del Mangekyō izquierdo de Uchiha Akame, cuya esencia reside en evitar la confrontación y el enfrentamiento. Utilizando este poder, el usuario es capaz de teletransportar su propio cuerpo a otra ubicación en apenas un parpadeo, tras concentrarse durante unos instantes. El ejecutor también puede llevarse consigo objetos inanimados u otras personas (ya sea voluntariamente o no), pagando un extra de 10 CK por persona, mientras sea capaz de establecer contacto físico directo.
(Inteligencia 80) El ejecutor debe tener en su mente una idea aceptablemente clara del lugar al que va a "saltar", por lo que es necesario que ya haya estado allí.
(Inteligencia 100) El ejecutor puede teletransportarse a un lugar en el que no haya estado físicamente si es capaz de conseguir una imagen mental lo suficientemente precisa del lugar (por ejemplo, leyendo los recuerdos de otra persona). Sin embargo, en este caso el ejecutor debe igualmente tener una noción clara de dónde se ubica su destino por lo que debe ser capaz de ubicarse con precisión en ese lugar concreto de Oonindo. Por ejemplo, podría leer los recuerdos de una persona para teletransportarse a su casa, pero debería conocer la ciudad donde se ubica, los alrededores y ser capaz de emplazarlo con precisión en un mapa mental del lugar.
Pese a que se trata de una técnica poderosa, presenta varias debilidades. Además de su alto coste de chakra y el daño para el ojo del usuario que supone, el ejecutor se rodea de un aura chisporroteante de su propio chakra unos segundos antes de ejecutarla; lo que implica que debe tenerse cierto margen de tiempo para poder esquivar un ataque con ella. Además, un enemigo que ya la conozca podrá identificarla fácilmente e incluso cortar la canalización hiriendo al usuario antes de que sea capaz de teletransportarse.