Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
— Ayer me intentaron robar también, pero conseguí evadirlos sin mucho problema. Bueno ¿seguimos Chika?
— ¿V-Vais a subir aún así? —
Chika había ido asintiendo para confirmar que estaba escuchando a aquellos hombres que resultaron ser víctimas y no delincuentes.
— Claro, sigamos, yo no tengo nada de dinero así que no habrá problema en que nos roben. — contestó totalmente despreocupada, encogiéndose de hombros.
— No te preocupes por ello, seguro que ella es capaz de ocuparse sin problemas. Es una genin de Amegakure, seguro que solo con verla salen despavoridos ante una asesina en serie como ella
Chika soltó una breve carcajada.
— Me ha pasado alguna vez pero no he matado a nadie todavía. Aunque una vez le disloqué el hombro a un niño en mi dojo. Creo que no le he vuelto a ver desde entonces. — se llevó un dedo a la barbilla, pensativa. — En fin, vamos.
Emprendió de nuevo la marcha, dispuesta a llegar hasta arriba, cuando recordó que aquellos hombres querían subir también.
— Oh, si queréis podéis subir con nosotras.
Y tras eso, ahora sí, se giró dispuesta a seguir subiendo.
— Gracias a los Dioses ¿como podemos compensaros? — Dijo respirando aliviado, y perdiendo tensión sobre sus hombros.
— ¡Una buena comida, me muero de ganas de un buen buffet! — dió unos pocos saltitos en el mismo sitio, casi sin moverse, mientras se llevaba las manos al pecho cerradas y luego al estomago para acabar estirandolas de la emoción.
— O-Oh, llevamos un pequeño restaurante, asi que no será un...
— ¿¡Has oido eso Chika!? ¡Vamos a partirle los morros a esos bandidos! — Respondió interumpiendoles, y tirandole de la mano para retomar la escalada.
— Claro que no, de hecho, contra más mejor, ¿no? Además, seguro que lo de los bandidos no es más que un mal entendido.
Chika sonrió, confiando en que los bandidos no la obligasen a pelear. Sabía perfectamente que sí habían intentado cobrarles el paso a aquellos hombres. Sin embargo, esperaba que con una advertencia todos pudiesen ser amigos.
— ¿¡Has oido eso Chika!? ¡Vamos a partirle los morros a esos bandidos!
— Vamos a intentar dialogar primero y pelear después, solo si es necesario, ¿vale?
Enseñó las palmas a Fëng y a los transeuntes para intentar calmarlos, aunque igual para la mujer era un poco estúpido porque era ciega.
Los caminos por la montaña dejaban sin embargo ver un bonito paisaje a sus alrededores, por un lado algunas montañas se solapaban entre ellas mostrando la cordillera que formaba toda aquella zona. A lo lejos en otro sitio, se podía distinguir una densa capa verde de bosque y a su lado una con un color más claro, que determinaba un prado. Si fuera de noche, seguramente verían luces en el horizonte allá donde estaba Notsuba o la cima del Volcán de Lengua Ígnea; un increíble espectáculo de ver este último, desde una distancia segura. El cielo por su parte permanecía ligeramente nublado, pero no amenazaba con lluvia y mostraba sus claros azulados
— ¿Que te apetecería probar, Chika? Me muero de ganas por algo de carne
— [Oh, si quereis carne, podeís escoger una de nuestras mesas con parrillas
— Aunque el ramen sale bastante bueno
— Y no podeís iros sin probar los postres; mi especialidad es la mousse de limón
— ¡¡Woooh!! ¡¿Has oído eso?! ¡Tengo ganas de esa barbacoa! — dijo girandose a Chika, mientras ellas iban delante dirigiendo la marcha.
— ¿Que te apetecería probar, Chika? Me muero de ganas por algo de carne
La única respuesta que Chika conocía a semejante pregunta era un sí. Tal cual, plano y directo. Solo la mención de la carne ya había hecho que su estomago diese un vuelco hacia un lado.
— [Oh, si quereis carne, podeís escoger una de nuestras mesas con parrillas
Y entonces hacia otro lado.
— Aunque el ramen sale bastante bueno
Del bote que dio volvió a su posición original.
— Y no podeís iros sin probar los postres; mi especialidad es la mousse de limón
Ahora directamente se puso a rugir.
— ¡¡Woooh!! ¡¿Has oído eso?! ¡Tengo ganas de esa barbacoa!
La peliazul, tras limpiarse con la manga del karategi el hilo de saliva que se le estaba cayendo, se giró de nuevo a la pandilla, con gesto serio.
— Está bien, aceptaremos la comida. Pero no por dar ninguna paliza sino por dialogar y negociar pacificamente con esos señores que están armando follón.
Y si tenía que partirle los dientes por una barbacoa, que fuese con causa justificada.
Tras varios minutos caminando, acabarían bordeando una de las montañas por un camino esculpido ligeramente estrecho. Podría llegar a pasar muy justo un carromato, pero sería jugársela demasiado tanto para el conductor, la mercancía y los animales.
— Nos emboscaron aquí, más adelante. Conseguimos huir dejando caer algo de dinero mientras corríamos sobre el que se abalanzaron como agua en el desierto.
El más bajo de los hermanos tragó saliva, mientras que el más grande, se aferraba a la tinaja con un gran temor a perderla esta vez. Una suave brisa agitaba el ambiente, llenando los pulmones de los presentes de un puro aire perteneciente a las capas más altas.
— Si, están unos metros más adelante — añadió la ciega sin duda en su tono de voz. — Deberiamos protegerles ¿no? ¿Quieres que me quede yo atrás? — Preguntó a Chika, antes de que reanudaran su marcha
— Si, están unos metros más adelanteDeberiamos protegerles ¿no? ¿Quieres que me quede yo atrás?
Ni siquiera cuestionó como podía saber Fëng donde estaban o cuantos eran, solo se giró a ella con expresión seria.
— Sí, quedate aquí. Yo intentaré adelantarme y hablar con ellos, os avisaré si se ponen violentos.
Cogió su bandana y se la ató en la frente. Tendría que usar todos los recursos posibles para convencerles, de la forma diplomatica o de la forma karateka. Ambas le parecían buenas hasta que sin querer partía huesos a la gente. De hecho, si no tenía cuidado, igual decapitaba a alguien.
Tragó saliva y siguió el sendero, atenta a cualquier posible sitio donde pudiesen emboscarla.
Fëng se llevaría una mano a la cabeza a modo afirmativo, de la misma forma que un soldado raso aceptaba sin rechistar una orden de cualquier rango superior. Tras avanzar un poco más, de un hueco de la pared aparecería un hombre con ropas de diversos tonos marrones y verdes, con lo que parecía una especie de porra en una de sus manos, siendo esta arrastrada levantando algo de polvo, y yendo en dirección a la joven.
— ¿A dónde creéis que vais? Debéis pagar un peaje para ascender a la montaña — afirmaría con una voz seca y carrasposa.
Si la amejín se giraba entonces, podría observar que a la espalda de su pequeño grupo, otros dos bandidos habían salido también en su búsqueda para cerrarles el paso, armados con un kusarigama en manos de uno, y una lanza en las manos de otro. Detras del que parecía ser el cabecilla, también salió una persona más, de la misma fuerte complexión que el resto, con una extraña espada en sus manos.
— Woops, parece que estamos en problemas — dijo sin cambiar su inocente tono de voz, mientras movía la cabeza de un lado a otro.
— ¿A dónde creéis que vais? Debéis pagar un peaje para ascender a la montaña
Chika alzó las manos de inmediato, enseñando las palmas en dirección a los bandidos en señal de paz y calma.
— No queremos problemas. Si nos dejáis pasar, no os tendré que dar una paliza. — soltó con el tono y la sonrisa más inocente que podía permitirse.
Chika observó con atención sus alrededores, viendo lo bien armados que iban los bandidos y cómo estaban emboscando al grupo, que era justo lo que quería evitar.
— ¿Por favor?
Empezó a recular lentamente intentado acercarse tanto como fuese posible a sus compañeros antes de que estallase la pelea.
Tras la simple y tierna "advertencia" de Chika, todos los combatientes armados comenzarían a reirse descaradamente, incluso teniendo que apoyarse los que estaban detrás uno sobre el hombro del otro.
— ¿Darnos una paliza? ¿Tú? Serás de Amegakure, pero no veo ningún otro distintivo en tí más allá de la bandana. Y encima eres solo una cría, una genin, y seguro que recién salida de la academia — pasó una mano por debajo de uno de sus ojos, para retirar una lágrima. — En fin
Chasqueó los dedos, y acto seguido el grandullón de los hermanos que las acompañaban pasó la vasija al mediano, y acto seguido abrazó con fuerza a Fëng, levantándola del suelo sin ningún problema.
—Ay va ¿Tanto me quieres? Que nos acabamos de conocer — rió.
— Para ser la primera vez, lo habeís hecho muy bien
— ¡V-Vale, y ahora devuelvenos la otra! — gritaría aferrandose a la ceramica.
— De eso ni hablar, el precio eran 100.000 ryos. Y cada peaje son 1.000. Entre las dos son solo 2.000 ryos
— ¿2.000? Pues como la del pelo azul no tenga para las dos, tienes un problema. Porque yo vivo de la caridad — volvió a reir.
— ¿Darnos una paliza? ¿Tú? Serás de Amegakure, pero no veo ningún otro distintivo en tí más allá de la bandana. Y encima eres solo una cría, una genin, y seguro que recién salida de la academiaEn fin
—Ay va ¿Tanto me quieres? Que nos acabamos de conocer —
Chika se rascó la nuca y empezó a masajearse los hombros mientras se acercaba al líder mientras éste se discutía con el grandullón que parecía haberlas traicionado. Fëng no parecía estar en ningún peligro, de hecho, estaba riéndose.
Se plantó ante el líder y concentró su chakra mientras levantaba la pierna para darle una patada frontal. Se había puesto en un ángulo para que sí llegaba a darle, el hombre se estampase contra una pared y no se cayese a los pinchos.
¤ Raiton: Lightning Mae Geri ¤ Elemento Rayo: Patada Frontal del Rayo - Tipo: Ofensivo (contundente) - Rango: S - Requisitos:Yotsuki 30 - Gastos: 36 CK - Daños: 60 PV - Efectos adicionales: Manda volando al enemigo cinco metros. - Carga: 2 - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El usuario usa toda su fuerza para propinar una patada frontal cargada con chakra eléctrico para hacerla más rápida y letal. Durante la carga, planta ambos pies en el suelo y coloca ambos brazos a los lados para después levantar la pierna diestra y lanzar una patada frontal que al golpear suena con un fuerte estruendo semejante a un trueno y manda al enemigo volando hasta cinco metros.
La patada de Chika daría de llenó contra la cara del lider, quien saldría disparado y chocaría contra una pared cercana. El "rugido" de su pierna, y posteriormente ver al lider salir despedido contra la pared, captaria la atención de todos los presentes, incluida de la ciega que sonrió al "ver" lo acontecido.
— ¡M-Maldita cria! ¡¿A que coño estais esperando?! ¡Capturarlos! ¡Matadlos a todos! — Gritaría ante la declaración de guerra de la genin.
—¡Devuelvenos a nuestra madre!
— ¡No la vais a necesitar porque os vais a reunir con ella! — Se puso en pie intentando recomponerse, utilizando su enorme porra como soporte.
Acto seguido, el bandido que estaba al lado del lider, se abalancaría sobre la peliazul blandiendo un dao con la inteción de cortar todo su torso (40PV por un corte). Unos metros más alejados de ambos, los hermanos se veían aterrados por la presencia de los otros dos bandidos, que portaban una lanza y las cadenas.
— ¿Y-Y ahora que hacemos? — Añadió el grandullon, aferrandose a Fëng pero esta vez bastante asustado.
— ¡No debimos haber aceptado! ¡Os lo dije!
— ¿¡Y-Y que querias que hiciera!? ¿¡Dejar que nos arrepatasen a papa también!?
— Pobres ¿os han engañado con los restos de vuestros familiares?
— ¡Si! ¿¡Y qué!?
— No os culpo, yo hubiera hecho lo mismo por cualquiera de mis hermanas — Fëng entonces se deslizaría, como si jamás hubiera estado siendo prisionera de aquellos fuertes brazos. — Yo me ocupo de estos dos, vosotros manteneros a salvo
— ¡Ni lo sueñes, os quedais aquí con ella — dijo lánzando el peso del arma contra el hermano más bajo.
Fëng lo interceptaría en un movimiento casi inhumano, enroscando parte de la cadena a su brazo, e impidiendo que esta pudiera continuar dando un par de vueltas y luego tocando el suelo.
—Que asco me dais, solo os movéis por dinero y bienes materiales — respondió con un tono serio, y por primera vez, mostrando una emoción que no era fellicidad.
Pensó, con toda su buena fe, que con una patadita a su líder los bandidos se lo pensarían dos veces. Pero no, había sobreestimado la inteligencia de los bandidos o su bondad, porque la primera reacción del líder fue pedir muerte.
— ¡M-Maldita cria! ¡¿A que coño estais esperando?! ¡Capturarlos! ¡Matadlos a todos!
Quería dejarlo inconsciente de esa patada. Le hubiese gustado tener el tiempo para rematarlo, pero uno de sus compinches se acercó a atacarla y tuvo que retroceder a toda velocidad, subiendo el camino y alejandose de sus compañeros, lo cual no le gustaba.
— Por favor, no quiero haceros daño. Parad y no tendrá que morir nadie.
Realmente no quería tener que ponerse seria y hacerle daño a alguien. Pero tampoco iba a dejar que le hiciesen daño a gente inocente. Si pudiese solucionarlo hablando, todo estaría bien. Si no respondían a esta última petición, tendría que ponerse seria.
El cabecilla entonces volvería de dirigir a su compañero, lanzandose ambos esta vez sobre ella, dispuestos a golpearla con aquella enorme porra ( 50 PV) mientras que el otro buscaria un hueco, para interceptar a Chika si intentaba esquivar la porra para atravesarla con su Dao ( 22PV)
En el otro lado, Fëng dio un fuerte tirón de la cadena que tenía ahora enroscada en su brazo, forzando al bandido que la sostenía a soltarla, pero este pareció negarse, y cayó contra el suelo ( 15PV por la caida) ante un impulso no solo que no esperaba, sino que era claramente mucho más superior a él.
—¡T-Te vas a enterar! — Gritó el que portaba la lanza, mientras corría freneticamente, y algo asustado directo a ella, con la intención de atravesarla por el torso.
Fëng tan solo se desplazó ligeramente a un lado, pero lo hizo con una gran velocidad, para después golpear la madera de la lanza con su mano extendida y abierta, golpeando con el lateral de la mano y destrozándola por completo ante la mirada de los que tuvieran la atención sobre ella.
—¿De verdad crees que puedes atacar y dañar asi sin más a una ascendida? — Aprovechó entonces el momento de confusión del bandido, para soltar una palmada directa contra su cara ( 15PV), haciéndole retroceder del impacto varios metros.
Chika siguió retrocediendo al ver que los bandidos no se retiraban. Era más agil que ellos así que podría seguir huyendo hasta el confin de los tiempos sin hacer absolutamente nada. Y eso le hubiese valido si no fuese porque Fëng estaba pegandose con otros dos. Tenía claro que en el momento en que se detuviese le caerían dos golpes que no quería recibir, pero no podía correr a toda velocidad y concentrarse en una técnica. Y pegar cuerpo a cuerpo estaba descartado siendo ellos dos.
Se le ocurrió una idea, no era la mejor idea, ni siquiera la consideraba una buena idea, pero sonaba viable en su cabeza. Saltó verticalmente con toda la fuerza que tenía, alzandose varios metros. En el aire, empezó una secuencia de sellos que culminó en el punto más alto del salto, que sería de menos de ocho metros.
Señaló con sus manos a los bandidos mientras hacía un gesto con la cabeza de disculpa. Una corriente electrica salió de sus dedos directa al líder bandido y su amigo, no podía titubear, así que la corriente estaba en su versión más poderosa. Pero si había sobrevivido a su patada, debería sobrevivir a esto.
El problema ahora era que estaba cayendo sin control. No se haría daño por la caida, porque caeria de pie como buena kunoichi que era, pero no podría defenderse durante el instante que tardaría en caer.
¤ Raiton: Kangekiha ¤ Elemento Rayo: Ola de Inspiración - Tipo: Ofensivo (electricidad) - Rango: C - Requisitos:Raiton 10 - Gastos:
12 CK
(Raiton 20) (multiplicable x2)
(Raiton 30) (multiplicable x3)
- Daños: 20 PV - Efectos adicionales: - - Sellos: Jabalí → Buey → Rata - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones:
La ráfaga de electricidad abarca 1'5 metros y avanza 3 metros (mutiplicado x1)
La ráfaga de electricidad abarca 2'5 metros y avanza 5 metros (mutiplicado x2)
La ráfaga de electricidad abarca 4 metros y avanza 8 metros (mutiplicado x3)
El ejecutor genera desde sus manos una conjunción de descargas eléctricas que viajan e impactan al objetivo al unísono. El poder de la técnica puede variar mucho, dependiendo del chakra utilizado por el ninja. Puede utilizarse junto a técnicas Suiton para aumentar su potencia.