Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
22/05/2019, 16:57 (Última modificación: 22/05/2019, 16:59 por Sagiso Ranko. Editado 1 vez en total.)
Al parecer, la maniobra de Ranko había surtido efecto: a pesar de que Yota intentó evitar su movimiento, la patada ascendente conectó con su barbilla, mandándolo por los aires. Sin embargo, casi al mismo tiempo, su contrincante lanzó otro jutsu de raiton.
Ranko no tuvo tiempo suficiente siquiera para cubrirse. Recibió las agujas eléctricas de lleno, la mayoría se clavó en su torso, una en su hombro y una en su muslo. La reacción de la chica vino un segundo después, cuando dio una pirueta hacia atrás, aprovechando el movimiento del shōfū. Pero, apenas intentó enderezarse de nuevo, cayó con una rodilla al suelo. Se llevó las manos al pecho y vientre, sintiendo el doloroso cosquilleo que el jutsu había dejado en su cuerpo y los calientes agujeritos que ahora adornaban su ropa. El eco del chillido del relámpago se desvaneció lentamente de sus oídos.
“¡Rayos! Literalmente… Digo, no puedo contrarrestar esto. Tanto sus jutsus como el movimiento de su cuerpo son mucho más rápidos que los míos. ¿Qué puedo hacer ante él?”
Se dio cuenta de que resollaba. Sus cuerpo ardía, pero podía seguir adelante. Apretó los dientes y los puños y, después de tomar aliento un segundo, en lo que Yota se recuperaba de su patada, se colocó en posición de nuevo.
“¿Qué puedo hacer? Darlo todo.”
En un instante, imaginó cómo su cuerpo se envolvía en un aura guerrera: el aura del conejo que había imaginado en su pelea en el Valle. Lanzó un grito, como si reuniese la energía que le quedaba para ejecutar un ataque final, cual si fuese la heroína de una historieta. Corrió hacia la izquierda, hacia la pared del risco, mientras hacía sellos manuales.
—¡Doton! —dio un salto y se pegó en la superficie vertical, con palmas y plantas pegadas a la pared. De ésta surgió velozmente un muro que, a la vista de Yota, sería horizontal, con el emblema de la familia Sagisō, la orquídea garza blanca, grabada en su superficie. Ranko pensó que era mejor usar el muro de tierra en la pared del risco, pues si lo hacía en la plataforma corría el riesgo de debilitarla —. ¡Doryūheki!
Desde detrás del muro surgieron entonces tres Rankos, las cuales corrieron tan rápidamente como pudieron hacia Yota: una fue por su flanco izquierdo, y al llegar a él se barrería para darle una fuerte patada baja; otra iría por la derecha y saltaría antes de llegar a él, intentando asestarle una patada voladora; otra saltaría hacia Yota, intentando caer sobre sus hombros para hacerle una especie de llave.
Ya había usado ese movimiento con Rōga, pero con menos decisión. Esperaba que Yota tomase la decisión equivocada y su combo muro + clones diese resultado. Además, le había costado muchos recursos en cuestión de chakra.
¤ Hitai-ate [Protección 7PV)] (atada alrededor del cuello)
A la vista / No visible / Agotado
Daño recibido:-30 [Acupuntura Raiton] Posible daño infligido:60PV [Reppū] O 40PV [Dynamic E.] O 50PV [Gekkō]
¤ Doton: Doryūheki ¤ Elemento Tierra: Muro de Estilo Tierra - Tipo: Defensa - Rango: B - Requisitos: Doton 20 - Gastos: 16 CK - Daños: - - Efectos adicionales: Defiende 40 PV - Sellos: Tigre → Liebre → Jabalí → Perro - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: La barrera mide 2 metros de ancho y 3 de alto (aumenta con la multiplicación)
El usuario crea una pared sólida de tierra como forma de defensa. El ejecutor de la técnica puede convertir su chakra en tierra dentro del cuerpo y escupirlo para formar la barrera, o manipular la tierra frente a él con el mismo objetivo. Entonces, la tierra se levanta y se endurece de forma casi instantánea, protegiéndolo. Dadas las propiedades especiales de la tierra, la pared es altamente resistente al agua, pero es débil a ataques de elemento rayo. Los usuarios pueden personalizar la apariencia de la barrera, a efectos totalmente interpretativos.
¤ Bunshin no Jutsu ¤ Técnica de Clonación - Tipo: Apoyo - Rango: E - Requisitos: Ninjutsu 10 - Gastos: 3 CK/clon (máx. 1 por cada 10 de Inteligencia) - Daños: - - Efectos adicionales: - - Sellos: Carnero → Serpiente → Tigre - Velocidad: Instantánea
Un Ninjutsu que crea una copia intangible del cuerpo del usuario, sin ningún tipo de sustancia ni solidez. Puesto que el clon, por sí mismo, no tiene la habilidad de atacar, y sólo puede utilizarse pues para confundir al enemigo, normalmente empleado en combinación con otro tipo de Ninjutsu o tácticas. Es una técnica muy básica, pero con ingenio puede utilizarse de forma efectiva. Los clones se disipan cuando entran en contacto con cualquier cosa. Pueden ser fácilmente diferenciados de una persona por usuarios de Dōjutsu. Un usuario con ojos normales puede también distinguir los clones del original, puesto que éstos no tienen sombra y no causarán perturbaciones en el área que les rodea (no levantarán polvo, aplastarán la hierba, etc).
En caso de que alguno de los tres ataques conecte, las posibles técnicas serían: ¤ Konoha Reppū ¤ Vendaval de la Hoja - Tipo: Ofensivo - Rango: D - Requisitos: Taijutsu 30 - Gastos: 36 CK - Daños: 60 PV - Efectos adicionales: Derriba al oponente proporcionando una oportunidad - Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
Esta técnica es un buen ejemplo de cómo un simple movimiento de Taijutsu puede convertirse en una herramienta destructiva y letal. El ataque es, simplemente, una patada baja giratoria cargada de chakra, pero suficientemente fuerte para despegar del suelo a adultos corpulentos como si no pesaran nada. La meta es tirar al oponente al suelo y causar un daño considerable en la parte inferior de su cuerpo.
¤ Dynamic Entry ¤ Entrada Dinámica - Tipo: Ofensivo - Rango: D - Requisitos: Taijutsu 20 - Gastos: 24 CK - Daños: 40 PV - Efectos adicionales: - - Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: El impulso de velocidad en el aire puede hacerse desde 10 metros.
—Esta técnica consiste básicamente en que el usuario atice una patada voladora en la cara del oponente, a una velocidad considerable y desde cierta distancia, en ocasiones haciendo acto de aparición en escena y pillándolo por sorpresa. Normalmente, se suele usar un kunai como distracción para aprovechar el momento de despiste del adversario y asestar el golpe. Para aumentar la sorpresa de la técnica, el usuario puede gritar su nombre dramáticamente mientras la ejecuta.
¤ Hakuto Gekkō ¤ Caída Lunar del Conejo Blanco - Tipo: Ofensiva - Rango: D - Requisitos: Taijutsu 30, Destreza 30 - Gastos: 30 CK - Daños: 50 PV - Efectos adicionales: Derriba al oponente. - Sellos: - - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El usuario se sube al oponente (habiendo previamente saltado sobre él, o mientras ambos estén en el aire), rodeando su torso con sus piernas, luego gira sobre sí misma velozmente usando sus brazos para moverse. El giro desequilibra y derriba al enemigo, impactándolo contra el suelo gracias a un impulso de chakra. El usuario puede usar la fuerza del choque para alejarse de su oponente, dando un pequeño salto en el aire.
El nivel de agresión iba escalando exponencialmente. Ambos jutsus fueron terceros y mientras yo recibí un señor golpetazo en la mandíbula, Ranko recibió toda la furia del chidori de aquellos senbon en su cuerpo. Salí volando para atrás y caí de culo sobre la superficie de aquella plataforma de combate, todavía doliendome del golpe encajado.
— Eres realmente fuerte...
Si que lo era, pero ella no estaba por detenerse. Había entrado en una especie de frenesí y se había apoyado en la pared del risco tras haber soltado un chillido como de guerra. Estaba fuera de sí, totalmente entregada a aquel combate. Me fui levantando y vi como se escondía tras un muro de piedra o tierra, qué sé yo, que había creado de la nada.
«¿Quieres jugar a escondernos? a mí también se me da bien»
Mis manos se habían juntado y empezaron una rápida cadena de sellos, los cuales terminaron en una sonora palmada y, acto seguido del suelo, e incluso del risco empezarían a surgir figuras azabaches que terminarían por ir acercándose a las distintas Rankos, aprovechando que yo me había mezclado con las figuras negras para camuflarme.
Estado de Yotita
• PV:
63/160
–
• CK:
133/220
–
- 25
–
Regeneración de chakra impedido
–
Fuerza: 35
Resistencia: 30
Aguante: 40
Agilidad: 50
Destreza: 45
Poder: 50
Inteligencia: 40
Carisma: 20
Voluntad: 30
Percepción: 40
Hitai-ate [Atada en la frente/7 PV de protección]
¤ Kasumi Jūsha no Jutsu ¤ Técnica de los Sirvientes de la Niebla - Tipo: Apoyo (Genjutsu ambiental) - Rango: D - Requisitos: Genjutsu 20 - Gastos: 25 CK (impide regeneración de chakra) - Daños: - - Efectos adicionales: (ver descripción) - Sellos: Buey → Jabalí → Caballo → Rata → Palmada - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: 30 metros
Este genjutsu crea una serie de réplicas ilusorias del usuario, vestidas completamente de negro y armadas con kunais también ilusorios, que aparecen uno por uno desde los árboles, las rocas u otros obstáculos del entorno (incluso del suelo) para arrinconar al enemigo. Sus movimientos son más lentos de lo normal, pero cuando son atacados se multiplican, por lo que en este sentido parecen fantasmas que habitan en la niebla.
Apenas saltó desde atràs del muro, Ranko notó que Yota no había desperdiciado el tiempo. Después de llamarla "realmente fuerte", había llevado a cabo un jutsu que la chica no había visto nunca. Un montón de Yotas oscuros surgían del suelo y de la pared del risco, todos con sendos kunai.
La Ranko que se había barrido atravesó a uno de los Yotas, desapareciendo cual fantasma. La Ranko de la patada voladora hizo lo mismo. La tercera Ranko cayó sobre uno de los clones, y esta vez lo atravesó con un cuerpo real. El clon se desfiguró, como si fuese un reflejo en el agua, y luego se dividió, surgiendo con esto un nuevo Yota sombrío.
"¿Pero qué…? ¿Qué jutsu es éste? ¿Es como el Kage Bunshin de madre? No, ése no hace que se multipliquen… Ni son tan lentos como éstos..."
Ahora, todos los Yotas siniestros iban hacia ella, con sus cuchillas en ristre. Ranko tomó un segundo para adoptar su postura y contestar.
—Y Yota-san es realmente hábil.
Comenzó a intentar defenderse. Apartó a un par de Yotas con sendas patadas, solo para que cuatro Yotas se preprasen para atacar. Giró, intentando evadir los kunai, pero sus oponentes eran poco más que fantasmas o sombras. No eran lo suficientemente sólidos como para golpearlos adecuadamente. Sintió un atisbo de pánico, pues creyó que se le echarían todos encima para derribarla.
"Un momento… ¡El verdadero Sasagani-san! ¿Dónde quedó? Tendré que alejarme de todos estos clones…"
Flexionó las piernas, como si se estuviese rindiendo ante el escuadrón de Yotas oscuros.
—Hitoshin.
Un instante después, Ranko salió disparada de su lugar, como munición de una catapulta. El suelo se agrietó violentamente, y pronto la kunoichi dejó atrás al Yoterío para verse sobre la pared del risco, algunos metros por encima de la plataforma. Se arrodilló sobre el muro, resollando e intentando descansar todo lo posible, mientras buscaba las ropas brillantes del chico entre la multitud de gente de negro. Su trenza caía hacia su derecha y se agitaba cada vez que resollaba. Este combate había resultado más intenso de lo que había pensado. Lo cual no era malo. Se preguntó si la plataforma aguantaría la fuerza de su Hitoshin.
"Porque mis piernas apenas y la aguantaron" pensó, sintiéndose cansada y adolorida.
Acción oculta: La Ranko real era la que intentaba hacer el Hakuto Gekkou.
Si se usa un Taijutsu básico aprovechando el impulso, incrementa el daño del mismo en 10 PV. Debido a la presión en las piernas, solo puede usarse una vez por turno.
(Taijutsu 60) El usuario puede ejecutar el salto una segunda vez de manera seguida, en una dirección diferente si así lo desea, siempre que el salto anterior le haya hecho caer sobre una superficie firme.
(Taijutsu 75) El usuario puede ejecutar el salto una tercera vez de manera seguida, en una dirección diferente si así lo desea, siempre que el salto anterior le haya hecho caer sobre una superficie firme.
- Sellos: - - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: Impulso de 12 metros, ruptura del terreno en un diámetro de 5 metros.
El usuario dobla las rodillas y concentra su chakra en sus piernas. Acto seguido da una potente patada doble al suelo, lanzándose a toda velocidad en cualquier dirección cual bólido. Esta técnica se basa más en el uso de la fuerza para impulsarse, por sobre el sigilo o la destreza, por lo que el salto produce una ruidosa ruptura en el punto de origen, desestabilizando a quien se encuentre lo suficientemente cerca, a la vez que provee de una oportunidad de sorpresa en caso de usarse de manera ofensiva directa. Gracias al impulso, si el usuario conecta algún golpe básico al final del salto, dicho ataque se verá levemente amplificado.
Aquel genjutsu tenía un sin fin de usos en el que el límite solo era la imaginación de cada uno. Aotsuki Ayame me lo demostró en el Torneo de los Dojos. En aquel combate que estaba realizando con Ranko lo único que buscaba era agotarla, confundirla, que se expusiera... y entonces aprovecharlo. Me había acuclillado entre todos aquellos clones de tal forma que mi cabeza no fuera visible, mezclarme con los sirvientes de la niebla de la mejor forma posible.
Hasta que finalmente se expuso.
No pude evitar mostrar una leve sonrisa de pura satisfacción. Mi mano se alzó y de mi dedo surgió una telaraña que se clavó en la sandalia de la muchacha.
— Te tengo
Preparé mi cuerpo para el inminente despegue fruto de la inercia que llevaba la propia kunoichi mientras ya iba preparando mi siguiente golpe. Todo fue a gran velocidad para mi pierna ya estaba envuelta en una peligrosa voragine de chispas. Sin tiempo para descansar, apoyé la pierna izquierda en el risco y con la derecha golpee la cabeza de la chica, lo cual la devolvería a la plataforma donde hace unos breves instantes habíamos estado peleando y en la que los clones negros habían desaparecido ya.
— ¡Furasshu!
Estado de Yotita
• PV:
63/160
–
• CK:
103/220
–
- 6
–
- 24
–
Fuerza: 35
Resistencia: 30
Aguante: 40
Agilidad: 50
Destreza: 45
Poder: 50
Inteligencia: 40
Carisma: 20
Voluntad: 30
Percepción: 40
Hitai-ate [Atada en la frente/7 PV de protección]
¤ Senpō: Kuromibōjin no Shiruku ¤ Arte Sabio: Seda de la Viuda Negra - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Senjutsu 20 - Gastos: 6 CK/telaraña (1 telaraña cada 10 puntos en Senjutsu, máximo 5 telarañas) (divide regeneración de chakra) - Daños: - - Efectos adicionales:(Senjutsu 50) Se pueden redirigir las telarañas y hacerlas girar un máximo de 90 grados - Sellos: - - Velocidad: Instántanea (creación), Rápida (velocidad de movimiento) - Alcance y dimensiones:
Sencilla creación de hilos de telaraña, estas pueden ser originadas o bien por los dedos de la mano o bien escupidas por la boca y puede llegar a alcanzar algo que esté a 10 metros. Al estar reforzadas en chakra tienen una resistencia digna de mención, siendo capaces de resistir el peso del usuario sin romperse. Aún así, cualquier daño por sección partirá en dos el hilo de telaraña. Resultan ser de increíble utilidad, desde apoyo para movimientos complicados y cabriolas hasta para sujetar un enemigo o la extremidad de este, para desestabilizarlo o hacerle mover en la dirección deseada. Las telarañas tienen la misma resistencia que cualquier otra telaraña y si es expuesta a cualquier fuente directa de fuego se quemará. Por otra parte, una vez se deje de aplicar chakra en ellas serán totalmente inservibles.
(Senjutsu 50) Alcanzado cierto nivel de maestría se puede cambiar la dirección de la telaraña al aplicar un impulso de chakra (5 CK).
- Daños: Taijutsu básico + 20 PV - Efectos adicionales:(Raiton 50) En la versión multiplicada al impactar se hace un descarga de chispas que repele al objetivo lanzandolo en la dirección opuesta al golpe - Sellos: - - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El usuario ha aprendido a recubrir con una fina pero potente capa de chakra raiton una de sus extremidades, ya sea del codo hasta la mano, o de la rodilla hasta el pie, para realizar golpes potentes apoyándose en el uso de su elemento y del taijutsu enseñado en la academia. Al alcanzar el máximo de poder, el usuario ejecutor podrá lanzar por los aires a su objetivo.
Gracias al potente impulso del Hitoshin, Ranko no notó que había tirado también de un polizón. No fue sino hasta que aterrizó en la pared del risco que vio a Yota acercarse tan velozmente como su salto.
—¡No…!
La velocidad de la Kunoichi no le llegaba por mucho a la de Yota, por lo que no tuvo tiempo ni de evadir ni de bloquear. Su oponente le asestó una potente patada electrificada a la cabeza.
Aunque no tardó ni un segundo en aterrizar contra la plataforma, sintió que el transcurso de la caída duraba horas. El golpe reverberó en todo su cráneo, y la electricidad revolvió su cuerpo entero. Recordó que la técnica con la cual Rōga había acabado su combate había sido similar: una patada con Raiton. Recordó por milésima vez el golpe de su hermana contra su brazo y sus huesos rompiéndose.
"El Rayo" reflexionaría mucho después "es un recordatorio de mi fracaso. El Rayo es mi límite, no puedo ser más fuerte que él. El Rayo es lo que nunca podré ser."
A pesar de haber terminado como su pelea en Unraikyo, Ranko sintió la enorme diferencia: la pelea con King Rōga había terminado en una especie de empate moral, con Ranko muy herida y Rōga vulnerablemente exhausto. Pero esta vez, Yota había llevado la delantera todo el tiempo, a pesar de los golpes que hubiese conectado la ninja de la trenza.
Ranko tardó unos momentos en lograr volver en sí. Se dio cuenta de que estaba en la plataforma, boca arriba. Los sirvientes habían desaparecido hasta de su memoria, gracias al golpe. Intentó levantarse, pero apenas y pudo alzar la cabeza. El Flash de Yota había sido demasiado para ella.
Se sentía mareada, y un fuerte dolor de cabeza frustraba cualquier intento de ponerse de pie. Después de mucho esforzarse, logró sentarse. El impacto había roto la liga con la que ataba su trenza, y ahora su cabello comenzaba a despeinarse. Resollaba y sudaba, y sentía el metálico sabor de la sangre en sus labios, junto con un intenso ardor. Escupió hacia un lado, confirmando su sangrado, y un tanteo con su lengua confirmó que se había partido un labio.
Ranko apenas pudo reaccionar. Tan solo lo suficiente para ver venir la embestida, pero le faltaron unos buenos segundos para pensar y realizar una defensa ante mi ofensiva. Pero no pudo ser. La devolví de una simple patada hasta la plataforma donde había empezado la pelea y yo me dejé caer por el peso de la propia gravedad, mientras con chakra aplicado en mis extremidades inferiores, amortigüe la caída.
De pronto sentí como tenía la frente bastante sudada. Ranko había sacado lo mejor de mí. Me obligó a esforzarme. Solo por aquello, ya había valido la pena.
—C-creo… Creo que… No puedo… continuar.
Me acerqué a ella. Kumopansa hizo lo propio.
— Oye tronca, ¿estás bien o qué?
— Bueno, bueno, esto ha estado muy bien, Ranko-san. Tendríamos que repetirlo más veces — dije con total sinceridad mientras le brindaba mi mano— Pero ahora creo que nos hemos ganado unos buenos dangos, ¿no te parece?
Tal parecía que Yota estaba satisfecho con el combate, a pesar de su corta duración. Ranko no se sentía así, pues se confirmaba lo muy por debajo que estaba en cuestión de habilidad. Kumopansa se preocupó por ella, de cierta manera, aunque le volvió a llamar tronca.
—S-solamente un poco herida, Kumopansa-san. ¡Pero nada grave! No se preocupe…
La actitud de Yota le pareció alentadora. La instó a repetir la pelea en alguna otra ocasión, y sugirió ir a comer algo.
—¿Da… dango? —Sintió que la sangre de su boca era sustituida por saliva por el antojo. Tomó la mano de Yota y se asistó de él para ponerse de pie trabajosamente —. Suena perfecto. ¿P-podría Yota-san esperar un momentito?
Ranko cerraría los ojos, intentando recuperar el aliento todo lo posible. Le dolía (y sangraba) el labio, le ardían los impactos del Raiton, y su cabeza daba vueltas aún. Después de un minuto casi exacto, Ranko abriría los ojos, acompañándolos de una cálida sonrisa. Entre resuellos le dedicaría una reverencia al rubio y le tendería una mano con sólo los dedos índice y corazón extendidos.
—T-tengo entendido q-que también se… se hace al terminar u-un combate amistoso. ¿No? —Esperaría un momento a que el chico aceptara su saludo antes de continuar —. Yota-san es… es realmente fuerte. Y rápido. S-siento no haber e-estado a… a su nivel. ¡Con gusto entrenaré con usted en el futuro!
"Sasagani-san me ha mostrado algo de lo que carezco. No importa qué tan fuerte golpee si no soy lo suficientemente rápida como para conectar un golpe..."
—S-solamente un poco herida, Kumopansa-san. ¡Pero nada grave! No se preocupe…
El animal la entendió y se retiró con pequeños pasitos hacia atrás.
—¿Da… dango? Suena perfecto. ¿P-podría Yota-san esperar un momentito?
Ya había vuelto a las andadas, ya volvía a tratarme con el respeto que se le merece a un superior. Pero parecía estar más suelta que antes, supose que por ahora lo mejor seria tomárselo con calma. Ya trataríamos ese tema en otro momento.
— Claro, claro, no hay ninguna prisa —contesté mostrando una sonrisa.
La chica había mostrado su mano, la tenía delante de mis narices, tenía un par de dedos extendidos y la cabeza agachada.
«¡Hostias, el sello de la reconciliación!»
¿Cómo había podido olvidarme de aquello? Por fortuna ella no lo hizo. Menos mal que se había acordado...
—T-tengo entendido q-que también se… se hace al terminar u-un combate amistoso. ¿No?
Rápidamente junte mis dedos con los suyos, creando aquel símbolo que había sido transmitido de generación en generación.
. Yota-san es… es realmente fuerte. Y rápido. S-siento no haber e-estado a… a su nivel. ¡Con gusto entrenaré con usted en el futuro!
— No te fustigues tanto, Ranko-san, por favor. Pero me alegra ver que podemos entrenar más veces en el futuro. Es solo que... osea, tengo la sensación de que.. bueno, que podría ser que yo haya tenido más experiencia y por eso tengas esa sensación, pero debes saber que no todo el mundo con quién he luchado ha visto mis genjutsus —y era verdad, aunque también era cierto que aquella era una nueva faceta en mi repertorio de jutsus.
Entonces apareció Kumopansa de nuevo, con el portaobjetos de ranko sujetado por sus fauces.
El rubio fue lo suficientemente paciente como para permitirle un minuto a Ranko para respirar. Además, correspondió el sello con su mano ante la sonrisa de la chica. Yota le dijo algunas palabras para alentarla.
En primer lugar, le alegraba la posibilidad de que volvieran a combatir en el futuro. En segundo lugar, que no debería de sentirse tan frustrada, pues él tenía más experiencia. Ranko asintió, puesto que había sentido la habilidad, fuerza y velocidad del chico. ”Es una seña de lo mucho que me hace falta mejorar…” pensó con un suspiro. Lo último que él mencionó fue ella, a diferencia de otros, había presenciado su genjutsu.
—¿Genjutsu? —Como si reaccionara a alguien llamándole por detrás, volteó para ver el resto de la plataforma. Los Yotas oscuros habían desaparecido sin dejar rastro, y un segundo después, Ranko entendió —Ooh… Nunca había visto uno así. ¡Qué interesante!
Se alzó un poco la pechera de su blusa para presionar su labio con la tela. Le ardió un poco más, pero supuso que debía de evitar que sangrara más. Volteó un poco hacia abajo para ver a Kumopansa acercársele con las pertenencias de la chica en la boca. Ranko no sabía cómo funcionaba la boca de las arañas, pero se sintió agradecida. Le dedicó una breve reverencia al arácnido y una sonrisa a como pudo. Interrumpió la presión en la herida para colocarse su portaobjetos y su wakizashi.
—Muchas gracias, Kumopansa-san. ¿S-sabe, Yota-san? Hace un… ehm… Hace un tiempo entrené con otra persona que... Bueno, es curioso, pero… También usaba Raiton y Taijutsu a-al mismo tiempo. Nintaijutsu, c-creo que lo llamó… —Ranko se quedó pensativa un momento, con la pechera presionada contra el labio y manchándose lentamente de rojo.
Asentí con la cabeza ante la sorpresa de la gennin. Aquel día había usado varias nuevas armas en forma de jutsu. aunque ella no terminase por creerlo, aquella pelea había sido de lo más productiva, al menos para mí.
—Ooh… Nunca había visto uno así. ¡Qué interesante!
— ¡Oh, sí! Los hay de muchos tipos. La verdad es que es una rama bastante interesante...
Y lo era, no decía ninguna mentira. El mundo estaba plagado de todo tipo de ilusiones, cada una de ellas más distinta de lo que uno pudiese pensar. Aunque sus artes eran muy distintas del taijutsu que al parecer era la gran virtud de la gennin que tenía en frente. Pero nunca era tarde a ampliar el repertorio de habilidades. Nunca sabes a qué peligros o enemigos puedes enfrentar en el futuro...
—Muchas gracias, Kumopansa-san. ¿S-sabe, Yota-san? Hace un… ehm… Hace un tiempo entrené con otra persona que... Bueno, es curioso, pero… También usaba Raiton y Taijutsu a-al mismo tiempo. Nintaijutsu, c-creo que lo llamó…
Kumopansa se mostró agradecida también, devolviendo la reverencia como buenamente una araña como ella podía hacer, haciendo usod e sus patas para moldear su rígido cuerpo.
— Quizás podría darse el caso de que te vieras atraída por el raiton —bromee soltando una pequeña risilla.
Entonces recordé algo.
— ¡Ay! disculpame un momento, Ranko-san
Mis armas. Kumopansa había traído las de Ranko, pero lógicamente no las mías. Así que fui a buscarlas por mi mismo y me las coloqué debidamente.
— Ya está, cuando quieras podemos ir a por esos dangos
Ranko no pudo hacer más que creerle a Yota. Su padre utilizaba muchas técnicas ilusorias, pero nunca se las enseñó ni a ella ni a su hermana. Tal vez porque ambas tuvieron un acercamiento más íntimo con el combate directo que con las ilusiones. La chica no dijo nada de ésto, y solamente soltó un "Ooh~" en voz baja.
Algo que le causó un poco de gracia, pero le encantó mucho fue que, a pesar de su actitud directa, a Kumopansa no le hacían falta modales, pues le devolvió la reverencia de manera arácnida, amoldando el movimiento a su cuerpo. La chica soltó una risita ante el comentario de Yota sobre el Raiton.
—T-tal vez mi estatura me… me hace ver como u-un pararrayos. —No supo de dónde salió tal chascarrillo, pero le hizo reír un poco más.
Parecía que su labio sangraba cada vez menos. La herida parecía ser muy superficial. "Parece que mi cabeza es más dura de lo que creía…" pensó, mientras Yota iba a por su equipo propio y ella revisaba la herida con su lengua. Su blusa estaba adornada con una mancha rojo oscuro del tamaño de un puño. El chico estuvo listo un segundo después. La de la trenza asintió, preparada para marchar.
"Espera, ¿Trenza?"
No lo recordaba, pero el Flash de Yota y el impacto contra la plataforma le habían reventado la tira que ataba su trenza, y ahora ésta se deshacía a cada paso que la chica daba. Ranko soltó un suspiro, un tanto molesta, y, al no querer hacer esperar a Yota, decidió no arreglarla. En su lugar, agitó su cabeza y recorrió su cabellera con las manos para dejarla suelta por completo. Ahora tenía una cortina de ondulado cabello castaño oscuro que caía a su espalda. Algo medio decente, pero a menos no se veía a medio hacer como la trenza.
—¡A-andando! —Su voz sonaba cansada pero alegre, y su respiración se había calmado ya mucho. Ahora seguiría a Yota, pues posiblemente él conocería el mejor lugar para comer Dangos a esa hora.
—T-tal vez mi estatura me… me hace ver como u-un pararrayos.
No dejaba de ser divertido imaginarse a la chica haciendo su función de pararrayos. Incluso creo que se me escapaba la risa por debajo de la nariz mientras en mi cabeza me imaginaba la escena. La chica, ya lista para partir removió sus cabellos para liberarlos por completo antes de alzar el vuelo.
—¡A-andando!
Dicho y hecho. No hicieron más intervenciones de nadie para aquella peculiar comitiva que formaban el chico, la chica y la araña pusieran rumbo al primer chiringuito que se les cruzase por delante para ir a tomar esos dangos. De pronto me vino algo a la cabeza.
— Oye, Kumopansa... ¿Dondce crees que iría Sora-sensei?
— ¿huh? Pues... no sé... la verdad es que esa humana me da mal rollo, tío
Probablemente Ranko no entendiese de la misa a la mitad, pero si había alguna debilidad que compartiera con mi sensei era nuestra obsesión por unos buenos dangos. Oh, sí, disfrutábamos de aquellos pequeños momentos.
Una vez ya habíamos dejado el acantilado atrás, nos adentramos por las calles de la aldea y metí las manos en mis bolsillos.
A Yota pareció hacerle gracias el chistecito del pararrayos, lo cual mantuvo de buen humor a la chica. Ranko les siguió, confiando en que le mostrarían un buen establecimiento donde comer.
De pronto, Yota preguntó por Sora-sensei, según Kumopansa, una humana que le daba mal rollo. Ranko se sintió intrigada, pero no comentó ni hizo pregunta alguna, pues pensó sería maleducado.
"La maestra de Yota-san… Lo más probable es que sea mucho más fuerte que él, y si Kumopansa-san dice que ella es así… Suena… Suena un poco a que es alguien temible."
Ranko no había tenido otro maestro aparte de su madre, por lo que era una relación medio ajena a ella. No es lo mismo que alguien se dedique a enseñarte y entrenarte, y ya, a que lo haga y te dé besitos de buenas noches al caer el sol. Después de todo, Sagisō Komachi parecía ser dos personas: una ninja calculadora y cien por ciento pragmática, y una madre hipercariñosa que llamaba a su hija "Princesita Conejo".
Aunque a Ranko le gustaba el dango, no era su favorito, por lo que no frecuentaba muchos lugares fuera donde lo vendiesen. Además, la mayoría de sus comidas venía de la cocina de la familia Sagisō.
Trataba de pensar opciones a las que ir y que no estuvieran muy lejos. Porque otra cosa no, pero después de un combate, unos dangos entraban la mar de bien. Era prácticamente ya como un ritual después de un agotador entrenamiento.
— ¡Mira! Ese de ahí podría estar bien
Le salió absolutamente del alma. Pero ahí estaba, delante de nuestras narices. Un local tranquilo y sencillo con su terracita y sus mesas de madera bajas y un ambiente completamente veraniego.
— Está bien, ese no lo he probado, ¿Qué dices, Ranko?
Kumopansa no tardó en ubicar un local entre las calles de la Aldea. Se veía sencillo y lo suficientemente tranquilo como para que Ranko no tuviera un ataque de ansiedad. Realmente le desesperaban los lugares atiborrados de gente.
Ranko siguió al rubio hasta el lugar, mientras pensaba qué pediría.
—C-creo que podría… Creo que podría ordenar…Ahm… A-algo de bocchan dango. —dijo en voz baja, con un dedo en el mentón, mientras imaginaba las tres bolitas de diferente color —. A-aunque preferiría algo… ahm… algo frío para beber. Primero. Por… por mi herida en el labio. Digo.
Esperaba que su manera de expresarse no desesperarse a Yota, aunque presentía que tal vez Kumopansa se quejaría. Se la podía imaginar llamándola "tronca" de nuevo. La chica iría tras del par arácnido, y esperaría a que el chico ordenase antes de hacerlo ella misma.