9/02/2017, 23:14
Pese a que Haskoz rechazó su ofrecimiento, lo hizo recuperando su habitual ánimo y eso tranquilizó al Uchiha de Tanzaku. Además, alegó que Noemi se había ofrecido a ayudarle y, desde luego, no iba a ser un tipo como Akame quien se interpusiese entre ellos. «¿Es realmente posible el amor entre ninjas?».
—Sí, lo entiendo —asintió Akame, ligeramente turbado al pensar qué era lo que podrían llegar a hacer para necesitar tanta intimidad.
En ese momento, el shinobi recordó una vieja historia que Kunie le había contado hacía algunos años, una de esas epopeyas en las que al final todo acababa yéndose al diablo porque los protagonistas estaban encaprichados de casarse y formar una familia. Aquel día Akame había aprendido una valiosa lección. Un ninja jamás debía dejarse llevar por los sentimientos ni las emociones; porque no eran más que puntos débiles tan fáciles de explotar que hasta un iniciado podría aprovecharlos. Sucumbir a los encantos del género opuesto era algo que, desde luego, debía quedar fuera del terreno del Ninshuu, porque solo así un ninja era capaz de realizar su labor y...
—¡Eh! —exclamó el Uchiha—. No te olvides de preguntarle... Ya sabes. Lo mío.
Hasta los mejores ninjas cometían fallos.
—Sí, lo entiendo —asintió Akame, ligeramente turbado al pensar qué era lo que podrían llegar a hacer para necesitar tanta intimidad.
En ese momento, el shinobi recordó una vieja historia que Kunie le había contado hacía algunos años, una de esas epopeyas en las que al final todo acababa yéndose al diablo porque los protagonistas estaban encaprichados de casarse y formar una familia. Aquel día Akame había aprendido una valiosa lección. Un ninja jamás debía dejarse llevar por los sentimientos ni las emociones; porque no eran más que puntos débiles tan fáciles de explotar que hasta un iniciado podría aprovecharlos. Sucumbir a los encantos del género opuesto era algo que, desde luego, debía quedar fuera del terreno del Ninshuu, porque solo así un ninja era capaz de realizar su labor y...
—¡Eh! —exclamó el Uchiha—. No te olvides de preguntarle... Ya sabes. Lo mío.
Hasta los mejores ninjas cometían fallos.