Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
El corazón de Hanabi latía a toda velocidad, bombeando sangre a un cerebro que todavía estaba desperezándose y no era capaz de procesar toda la información que le llegaba, además, como un ariete dispuesto a derribar las puertas de todas las convicciones en las que le habían educado con la más férrea disciplina. Alumno de Uzumaki Shiona, quien había gobernado más de cien años y había vivido casi doscientos, y que había recibido muy frescos los ideales de los primeros líderes de Uzushiogakure. Los ideales de Shiomaru, y de los otros Tres Grandes Kages.
Uno, los bijuu eran monstruos de chakra nacidos de los pecados del hombre, que sólo buscaban la destrucción, y que además eran bien capaces de causarla. Aquellos monstruos ahora tenían nombre propio, parecían bastante inteligentes, y además se había demostrado que cada uno luchaba por sus propias motivaciones. Kokuō y Shukaku, Gobi e Ichibi.
Dos, por su peligrosidad, los bijuu debían mantenerse encerrados para siempre en guardianes humanos llamados jinchūriki, tal y como Rikudō mantuvo al Jūbi en las leyendas del pasado de Oonindo. Ahora Aotsuki Ayame había liberado las cadenas de uno de ellos, después de haber estado prisionera ella misma bajo sus pezuñas. Y el bijuu ni siquiera hacía esfuerzos por salir.
Y Tres, jamás debía cometerse de nuevo el error de las Antiguas Cinco Grandes. Jamás debía utilizarse el poder de los bijuu, pues era maligno por naturaleza. Y Datsue y él habrían muerto de no ser por esa simbiosis que...
...esa simbiosis.
Hanabi tragó saliva, y tuvo que apoyarse en Datsue para no desfallecer.
—No sé si será peor que le guarden el secreto tanto tiempo o se lo digan directamente, Datsue. Esto es... —tartamudeó—. Respetaré su decisión y guardaré también su secreto. Pero esto cambia demasiadas cosas, Datsue. Nadie va a aceptar esta nueva realidad, nuestros ancestros nos enseñaron que había que mantenerlos encerrados, ¡nadie va a creer todo esto! Además...
»...Datsue, tú también estás colaborando con el Ichibi, ¿cierto? Durante el combate, os escuché hablar... al unísono, Datsue. Dime, ¿cómo se llama él?
Datsue tuvo que admitirle algo de razón. Cuando se temía algo, lo mejor era hacerlo cuanto antes y quitarse aquel peso de encima. Con Yui, se corría el riesgo de que ese peso de encima fuese tu cabeza. Pero al menos era mejor que se lo contasen ellos a que lo descubriese por otra persona. Así, después de todo, serían ellos quienes estuviesen en posesión del cuándo y del cómo. ¿Y quién decía que un Kage Bunshin no era oportuno para revelar semejante noticia? «Y con un rastro de sangre bien lejos de la Villa, por si las moscas».
—Además... —Datsue levantó la cabeza, sabiendo lo que llegaría a continuación—...Datsue, tú también estás colaborando con el Ichibi, ¿cierto? Durante el combate, os escuché hablar... al unísono, Datsue. Dime, ¿cómo se llama él?
—Shukaku… Se llama el Gran Shukaku —respondió con culpa. Con pesar. Desde hacía un tiempo, algo parecido a sentimiento de culpa brotaba en su pecho. Ahora esos remordimientos estaban aflorando—. No, yo no lo llamaría colaborar. Shukaku me salvó de Zoku. Shukaku me salvó de Bakudan. De no ser por él, ni usted ni yo seguiríamos respirando. Pero para llamar a esto colaboración, yo tendría que estar dándole algo a cambio. ¿Y qué le he dado, hmm? Nada. —chasqueó la lengua, irritado.
Todo aquello estaba mal. Todo aquello era una mierda.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Hanabi clavó la vista en la arena de la playa, pensativo. Dentro de él, el miedo a que Shukaku en realidad estuviera planeando ganarse la confianza de Datsue para escapar era grande. Pero había visto lo que acababa de suceder entre él y Kokuō, y le había parecido tan... auténtico. Además, por mucho que Datsue dijese que no estaba colaborando, es lo que le había parecido durante el combate. Para él, Shukaku estaba colaborando con Datsue porque ambos querían derrotar a ese General.
Shukaku y Kurama parecían tenerse bastante tirria.
—Shukaku. Pues bien, nunca me imaginé, de verdad que te lo puedes creer, diciendo esto, pero...
»De parte de toda Uzushiogakure, gracias, Shukaku. No sé por qué lo has hecho, si por Datsue, por ti mismo, o por qué. Pero gracias por salvarle a él. Es el futuro de la villa.
Ahh, había recibido muchas lecciones de sus mayores. Pero parece que las nuevas generaciones también tenían mucho que decir.
—¡Anda, Hanabi, no exagere! —exclamó, dándole una fuerte palmada en el hombro. De colegueo—. El futuro de la villa. Pfff. —Más le valía a la villa guardarse más bazas que la suya. Sonrió. El puto Shukaku era un caso—. Dice Shukaku que para ser un humano tiene un chakra respetable, pero que ya va siendo hora de que cuelgue el sombrero. ¡Cosa con la que estoy en total desacuerdo! —exclamó, por si acaso.
Lo que le faltaba a Uzu. Perder al máximo valedor de la paz y estabilidad. Pronto, descubrirían ambos, no iba ser solo Uzu quien necesitase de su temple y visión, sino Oonindo entero.
«Datsue, Datsue... Casi consigues emocionarme con las palabras de antes y todo.»
Datsue tenía serias dudas de que eso lo dijese en serio.
«Aunque, si tan jodido estás, ¡solo tienes que quitarme el sello! ¡Y adiós remordimientos! ¡JIAJIAJIAJIAJIÁ! Vamos, vamos. Sabes que yo no te haría daño. Eres el Hijo del Desierto, después de todo. Eres mi Hijo. Y hoy me has hecho sentir orgulloso.»
Datsue no dijo nada. No pudo contestarle. No supo hacerlo. Se restregó un ojo —se le debía haber metido un grano de arena, porque le picaba—, y miró a Hanabi. Sintió un nudo en la garganta. Un torbellino de responsabilidad se arremolinaba en su pecho. Uzu. Shukaku. El sombrero de Kage. La responsabilidad del jinchuuriki. Las consecuencias de sus actos. Las responsabilidades de un amigo. Tantas y tantas cosas. Tantos y tantos pensamientos.
Necesitaba despejarse. Necesitaba caminar de vuelta a la Villa sin pensar en nada. Llegar a casa, desahogarse en su diario. Releerlo. Sopesar. Decidir.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
(Fuerza 80) vs (Resistencia 40), atributo deficiente
Menuda palmada de colegueo. La hostia tumbó a Hanabi en el suelo, que además ya estaba dolorido por los dos combates seguidos que había librado. El hombre dio un alarido de dolor, y se sujetó el hombro mientras rodaba por la arena.
—¡Pero animal! —gritó—. ¡Desde cuándo te has vuelto tan fuerte, cabrón!
Claro, las carreras arrastrando troncos... pues es lo que tienen. Y Hanabi podía tener el chakra de un bijuu, pero por fuera seguía siendo un poco enclenque.
»¡Si no quieres que cuelgue el sombrero, al menos no me mates tú! —Se levantó con dificultad—. Deberíamos volver al refugio, curarnos las heridas y volver a Uzushiogakure lo antes posible... Me fui sin avisar y casi vuelvo muerto.
«¡JIAJIAJIA! ¡Así me gusta! ¡Dejando claro quién está por encima de quién!»
—¡Pero animal! —gritó Hanabi—. ¡Desde cuándo te has vuelto tan fuerte, cabrón!
Esa era una muy buena pregunta.
—Desde hace varios meses, Hanabi-sama. Desde hace vaaarios meses.
«¿No decías que no ibas a mentirle nunca más? Dile la verdad. Dile que te volviste así desde que esa loca suicida se morreó con el gorila aquel.»
«¡E-eso no es verdad! ¡Yo lo que buscaba era convertir mis debilidades en fortalezas! ¡Sorprender! Además, Aiko no es ninguna loca suicida.»
«Ah, perdona, Hijo, perdona. Debí confundirme, qué cabeza la mía. Pensé que estábamos hablando de la chica que te encontraste empalada en el Valle de los Dojos por montar un espectáculo, la misma que una semana después se inmoló en el torneo.»
«Esa no era…»
«O…»
«¡JAAAAAAAAAJIAJIAJAIJIAJIAJIÁ!»
«¡JIIIIAAAAAAAAAAAAAAA!»
«Eso no es… Eso fue porque… Bah, ¡vete a la mierda!»
«¡JIA JIA JIA! Va, va, no te enfades. Si a mí en el fondo me cae bien. ¡Me gustan las locas! Es divertida, al menos. Mucho más que esa nueva con la que te estás viendo»
Ah, no. Ni hablar. No pensaba entrar en su juego, y menos mantener una conversación con Shukaku sobre sus relaciones amorosas. ¡Ni de coña! Optó por cerrar su mente y centrarse en Hanabi.
—Sí, vámonos pues. Me gustaría ver la cara de Katsudon cuando le cuente todo esto —confesó, divertido. Luego se acordó de algo, y desvió la mirada hacia los restos del cadáver de Bakudan. Qué coño, antes le había dicho a Hanabi que el General no era más que cenizas. Un lapsus, sin duda, porque no lo había abrasado, sino aplastado con el mazo de su Susano’o—. Ahora me arrepiento un poco de haberle matado así. Me hubiese gustado analizar el sello de Kurama.
«¡Pff! ¡Una basura es lo que era el sello! Tú y yo podríamos hacernos algo mucho, muuuucho mejor»
«En eso, Shukaku… En eso estamos JODIDAMENTE de acuerdo». Y con ese último pensamiento en la cabeza, Datsue empezó a caminar junto a Hanabi. Todavía les quedaba un largo recorrido hasta Uzushiogakure no Sato. Su villa.
Su hogar.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
—Sí, vámonos pues. Me gustaría ver la cara de Katsudon cuando le cuente todo esto —confesó Datsue, divertido.
—Seguro que le da un infarto o dos —rio Hanabi—. Me pregunto qué tal le estará yendo en el País del Hierro con Reiji-kun. —Si Hanabi supiera...
—Ahora me arrepiento un poco de haberle matado así. Me hubiese gustado analizar el sello de Kurama —saltó de pronto el Uchiha, observando los macabros restos aplastados de Bakudan. Hanabi no quiso prestarles mucha atención.
—Podríamos habérselo llevado también al Consejo —se lamentó Hanabi—. De todas formas, casi podemos dar las gracias de haber salido vivos. Y ahora tenemos cierta idea de qué poder tiene un General. Y la verdad, Datsue, me asusta. Quiero decir, no voy a pecar de falsa humildad...
»...somos los dos ninjas más fuertes de Uzushiogakure. Y aunque estábamos reventados del combate anterior, ese tío nos estaba barriendo.
—Lo somos —tuvo que coincidir Datsue—. Lo estábamos. Y sí, nos estaba barriendo. Pero yo no diría que estábamos reventados, ¡yo diría que estábamos en la mierda! —exclamó Datsue—. Vamos, ¡estabas inconsciente y yo en las últimas! ¡Y tenía miedo de que en medio de la refriega te atacase a ti! Si hubiésemos estado al cien por cien…
Sacudió la cabeza. ¿Qué más daba? Los combates reales no eran un puto torneo. No empezabas preparado, alerta, y al máximo de tus facultades. Un combate real era sucio. Un combate real era injusto.
—Pero sí, a mí también me asusta. Suerte que he hecho las paces con Daruu y Ayame, ¿hmm? En caso de peligro solo tengo que avisarles y tengo a una especialista en Genjutsus auditivos y otro en Ninjutsus a mi lado. Cuando un General me ataque, no ataca a uno, sino a tres. Y parecido ocurre con Ayame —se rascó la cabeza—. Honestamente, es de Juro de quien habría que preocuparse. Es él quien no puede conseguir refuerzos inmediatos.
Estaban unidos por el sello-comunicador, claro. Pero dependían de la distancia que les separase.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Hanabi y Datsue entraron de nuevo en la cueva que llevaba a la guarida secreta. Ahora que Hanabi lo pensaba, quizás ya no era ni tan secreta ni tan segura. Sintió una punzada de ansiedad en el pecho: aquél había sido el refugio de su equipo durante tantos años...
—La verdad, apoyo completamente que establezcas vínculos con los shinobi de otras villas —admitió—. Pero tampoco te dejes llevar por esa seguridad. Quizás algún día no puedan acudir. Tenemos que estar preparados para todo. —El Uzukage rebuscó en un armario al lado de su cama y sacó una cajita con un símbolo médico. La abrió y cogió un bote con tapa de rosca que contenía una especie de crema. Se untó el ungüento con cuidado y esgrimiendo una mueca de dolor a lo largo de alguna de las quemaduras más feas, y luego arrojó el bote a Datsue—. Toma, te vendrá muy bien. Es medicina Hyūga. Muy eficaz.
Datsue frunció el ceño. No enfadado, o contrariado, simplemente pensativo por lo que acababa de escuchar. Quizá algún día no puedan acudir. ¿Qué pasaría entonces? ¿Qué hubiese pasado si no hubiesen respondido a su llamada aquel día? ¿Si tuviese que enfrentarse, él y Hanabi solos, a Bakudan?
«Maldito Hanabi… ¡Yo que quería relajarme y no pensar en nada durante el resto del día!» Ya le habían fastidiado la tarde. «No», dijo una voz de pronto, dentro de su cabeza, revelándose. «Hoy hemos matado a un General. Hoy hemos vengado a los nuestros. Hoy… hoy toca disfrutar, y cuando llegue mañana ya nos preocuparemos».
Asintió para sí. ¡Pues claro que sí, coño!
—Entonces solo nos queda entrenar todavía más duro para volvernos todavía más fuertes, ¿hmm? —sonrió, sabiendo la tremenda dificultad que escondían sus palabras. Cuanto más fuertes se hacía uno, más difícil se volvía seguir progresando. Estaba llegando a cierto punto en el que se veía incapaz de seguir escalando. ¿Estaría llegando ya a la cima de su profesión?—Hmm... —soltó cuando recibió el ungüento, extrañado—. ¿Medicina Hyūga? Pensaba que esos solo sabían dar hostias y poner los ojos en blanco.
No le hizo ascos, sin embargo. Se quitó el chaleco militar y, apretando los dientes para no soltar un gruñido, se la fue pasando por las heridas más feas. Heridas que, curiosamente desde que tenía a Shukaku en su interior, sanaban el doble de rápido.
—¿Sabe qué nos vendría realmente bien? —preguntó, paseando la mirada por toda la habitación—. Una botella de sake. Vamos, no me diga que no os guardabais a escondidas alguna botellita para amenizar las noches. No digo de vaciárnosla, pero… ¡Un brindis nos merecemos! ¡Que hemos derrotado a un General, leches! ¡A un General!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
—¡Jajaja, poner los ojos en blanco! —Hanabi no pudo evitar estallar en una sonora carcajada. Qué cosas tenía aquél chiquillo. Cada vez...
...cada vez le caía mejor.
—¿Sabe qué nos vendría realmente bien? —preguntó Datsue, paseando la mirada por toda la habitación—. Una botella de sake. Vamos, no me diga que no os guardabais a escondidas alguna botellita para amenizar las noches. No digo de vaciárnosla, pero… ¡Un brindis nos merecemos! ¡Que hemos derrotado a un General, leches! ¡A un General!
Hanabi levantó una ceja.
—¿Sake, Datsue? ¿De verdad? —preguntó, indignado—. ¿Y exponernos a que venga otro de esos cabrones y nos pille con la guardia baja?
· · ·
Sake.
—Yyy... y entoncesh, tío —le contó Hanabi. Estaba cogido a Datsue por detrás del hombro, como si fuera su colega de toda la vida—. ¡Me intentó beshar! ¡Tío, me intentó beshar! ¡Yui, la temible! ¡Eshtábamos borrashos, y... hip... y shabes que el alcohol te hace ver las coshas de otra manera, pero...! Tiene losh dientes como sieeerras tío. Una mierda voy a beshar a Yui.
Hanabi le estaba contando sobre su última borrachera, con los otros dos kages. Sinceramente, no se acordaba de la mitad, y la otra mitad quizás estuviera deformada por el alcohol que tomó entonces y que estaba tomando ahora.
»Esh curioso. Luego la vi disscutir con su subalterna. Parecía shelosa. ¡Ja! Shelosa. Shanise, shelosa. ¿¡Lo pillas!? Pero ttío, crreo que... creo que tienen algo entre ellash, sabes. A lo mejor shon bi.
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es
Por supuesto, en un momento como aquel no perdían el tiempo hablando de cosas banales. ¿Con todo lo que estaba cayendo? ¿Con los Generales y Kuurama? Oh, no, no, no. Allí, en aquella habitación secreta, legada por la mismísima Shiona, hablaban de cosas serias. Trascendentales para Oonindo entero. Hablaban de...
—¡Nooo! ¡Nooo pueede sheeer! ¡Hip! —Datsue tenía los ojos vidriosos y se carcajeaba por cualquier tontería, pero por aquella se hubiese reído sobrio por el resto del día—. ¡¿En sheerio que Yui…?! ¡Oh, venga! ¡Bueeeníiiiisshiiimo!
Oh, dioses. Sólo de imaginárselo… ¡Solo de imaginárselo! Y, tenía que reconocer una cosa: ¡Hanabi era mucho más simpático borracho! Como que se relajaba más. Como que dejaba salir su verdadero ser. ¡Su esencia!
—¡Jajaja! Shanise shelosa. ¡JAJAJAJA! —Qué cojones, ¡Hanabi era un crack!—. Puesh eesha tía cashi me rebana el cuello, la joputa. No quiero ni… ¡hip!, ni imaginarme lo que… lo que haría a quien le rrrrobe a sssuu shica. —¡Debía andar con pies de plomo! Claro que Hanabi era un soltero, apuesto, todavía joven. ¡Tenía derecho a hacer lo que quisiese! ¡El amor no tenía barreras!
De pronto se cayó al suelo, de culo. Tal había sido la revelación que había sufrido.
—¡Oh! —señaló a Hanabi con un dedo, como si le sucediese algo—. ¡Oooohhhh! —Y empezó a sacudir dicho dedo frenéticamente—. ¡Tuuuú! ¡Haaanabi! ¡Tuuuuú! Qué tienes que… Jia jia jia jia. ¡JIA JIA JIA JIA! ¡Qué tú le debesh una cita a Yui! ¡Una cita romántica!
Trató de ponerse en pie y tuvo que agarrarse de Hanabi para conseguirlo. Apoyó la mano en sus hombros para captar su total atención.
—¡Una cita romántica con Yui! ¿Recuerdash? ¡Jojojo! ¡La apueshta! ¡Perdishte LA APUESHTA!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Y ahí fue, en ese momento exacto, cuando Hanabi dejó de reír. Se había puesto todo blanco, y aunque miraba a Datsue a los ojos, en realidad miraba mucho más allá. A unas tierras lejanas donde siempre llovía.
—¿Pero y shi lo que diches es shierto...? ¿Y shi Shelosa... digo Shanise me decapitha? —De pronto, Hanabi sintió ganas de vomitar y tuvo que reprimir una arcada—. ¿De verdad tengo que hasherlo...? ¡Mi sueldo! ¡Te doy mi sueldo de uuun mes entero! Porfa, tío, va, ¿shomos colegasss o qué? —Hanabi se levantó y se abrazó a Datsue, llorando desconsolado.
El rostro pálido de Hanabi, como si hubiese visto a un muerto, no hizo sino despertarle todavía más carcajadas. Tantas que le dolían las tripas de tanto reír.
—Vamosh, vamosh… Qué va a decapirte, deca... decapitarte. Ademásh… —Oh, sí, ahora se la iba a devolver—. ¡Tú erash el que me decía que confiashe en losh amejinesh, ¿ssí o no? ¡Puess ahora confía, confía! —Y mató la carcajada en su garganta, pues no era plan de reírse en la cara de su Uzukage, por muy borrachos que estuviesen los dos.
—¿De verdad tengo que hasherlo...? ¡Mi sueldo! ¡Te doy mi sueldo de uuun mes entero! Porfa, tío, va, ¿shomos colegasss o qué?
Verle así, abrazado a él, llorando, le partió el corazón. Sus carcajadas se convirtieron de pronto en un gran remordimiento.
—El… ¡Hip! ¿El shueldo del mess, dicesh?
Bueno, quizá lo que le partiese verdaderamente el corazón era ver todos esos billetes tirados a la basura por una cita. Y quizá, los verdaderos remordimientos venían por todas las cosas que no se podría comprar si rechazaba la propuesta. Aunque, al fin y al cabo, ¿acaso el dinero compraba la felicidad? ¿Qué eran unas risas, al lado de unos cuantos caprichos?
«Pero, a ver, ¡piensha un momento! ¡Fríamente, con claridad, coño! El Kage dijo que… Dijo que cobraba diez vecess lo que un Jonin, ¿no? Hoooshtiaaa puuuta, Datshue tío, ¿cómo vas a rechazar eso?»
Y, por otra parte, ¿acaso no quería oír las anécdotas que Hanabi tendría que contarle de esa cita? ¿Acaso no valía miles de ryos imaginarse la cara de Shanise, toda enfadada? ¿Qué valía más cuando uno vivía su última noche, el recuerdo de todas esas risas o el fajo de billetes bajo el colchón?
La respuesta no era sencilla, de eso no había duda. Estaba en un jodido dilema. Y, cuando habías dudas, Datsue siempre elegía lo mismo:
—Hanabi… Hanabi… Me dijishte que… Me dijishte que el dinero no traía la felici… ¡hip!, felicidad. ¡Que sholo traían lujoss que daban problemas! —Sí, Datsue siempre elegía lo mismo. Y quizá por eso era hora de empezar a cambiar—. No, ¡no! ¡No me tientesh! Yo quiero… ¡Yo quiero seguir sush enseñanzass! ¡Ashí que… Ashí que nos olvidaremosh del dinero, y confiaremosh en los amejinesh! ¡Todo shaldrá bien, Uzukage-sama! ¡Ya lo ve-verá! ¡Todo shaldrá bien! —siguió exclamando, dándole pequeñas palmadas en la espalda para reconfortarle.
Todo iba a salir bien. Yui tendría una cita con Hanabi. Se enamorarían. Tendrían hijos. Y vivirían felices para siempre. ¿Qué cómo lo sabía? Bueno, dicen que el alcohol es malo, pero todo el mundo que lo probó sabe que, llegado a cierto punto, otorga una clarividencia y una visión del futuro inalcanzable por un triste sobrio. O siquiera por el maldito Sharingan.
Datsue lo tenía claro. Todo iba a salir bien.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Hanabi aprendió una lección aquél día: nunca apuestes contra Uchiha Datsue. El muy hijoputa sabía reclamarse su premio. Honestamente sorprendido, porque Datsue había aceptado el dinero, y desolado, Hanabi se apartó de Datsue y agarró bien fuerte la botella de sake. Quizás deseando morirse allí mismo, el Uzukage pegó el trago más grande que había pegado en su vida, y cayó redondo en el colchón.
—Putamierda.
Al día siguiente, ambos tendrían que partir hacia Uzushio en un viaje que se les antojaría muy largo.
Y así lo hicieron. Con un resacón que te cagas y un dolor de cabeza tan grande como si les hubieran metido un Chidori por la oreja.