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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
La afirmación de Shiba la inquieto y relajó a partes iguales, pero Suzume necesitaba entrenar más seriamente, y con lo emocionada que se veía junto a aquella nueva chica, podía ser un pequeño y nuevo empujón que la ayudara. Alcanzarían un parque con diversos columpios, zonas para trepar, balancines y más. Ambas chicas se dirigeron al cubil de arena sin dudarlo y Saki las siguió.

Saki pudo observar que los bancos estaban bastante alejados, por lo que si debía intervenir tal vez no podría llegar a hacerlo a tiempo. Sin embargo, había un balancín de muelle con forma de caballo bastante simplificada. Era lo más próximo que tenía, así que tampoco es que hubiera muchas más opciones más allá de sentarse en el suelo. Se sentó sobre este, y dio un pequeño vaivén hacia arriba y abajo, y uno más corto hacia delante y atrás. Cruzó las manos sobre lo que sería la cabeza de la estructura y se arqueó un poco hacia delante con la espada entre sus brazos, dispuesta a observar el combate con detenimiento.
¡Gracias a Ranko por el avatar!
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Suzume le contestó y se puso en guardia, preparada para el combate.

El plan de Shiba, si es que se le puede llamar plan, era esquivar todas las técnicas que le lanzase Suzume, porque claramente mantendría la distancia. Así que en cuanto se puso a hacer sellos, la pelirroja ya estaba casi esquivando. Entonces le lanzó un beso y algo se fundió en Shiba, tardó más de lo esperado en reaccionar y tuvo que rodar para esquivar el aliento acido.

Ese tiempo, Suzume lo usó para acercarse y asestarle una patada directa al estomago. Shiba agarró dicha pierna para, después de recibir el golpe, hacerle una llave y levantarla del suelo solo para tirarla a él de nuevo. (16 PV)

Si el golpe conectaba y Suzume acababa en el suelo, Shiba intentaría ponerse encima, sentandose sobre la cadera de la cantante e intentando agarrarla de las muñecas para inmovilizarla.

Si lo conseguía, acercaría lentamente su rostro con una sonrisa picara para susurrarle:

¿Te rindes?


- PV:

191/200


- CK:

120/120



- Daño provocado: 16 PV
- Acciones ocultas:


- Fuerza: 40
- Resistencia: 40
- Aguante: 40
- Agilidad: 40
- Destreza: 40
- Poder: 20
- Inteligencia: 20
- Carisma: 20
- Voluntad: 40
- Percepción: 30





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Shiba esquivó su beso, mas no su patada. Claro, la fuerza de Suzume dejaba mucho qué desear, así que no hizo mucho daño. Al contrario, le sirvió a la pelinaranja para detenerla y azotarla contra el suelo. Suzume soltó un quejido al chocar contra la arena, aunque pronto se sintió mucho mejor cuando Shiba subió encima de ella y la intentó inmovilizar.

¿Rendirme? ¿No ibas a romperme como una ramita? —le dijo para provocarla.

Estando a como estaba, no podía hacer mucho, así que levantó una rodilla con toda la fuerza que pudo para golpear a Shiba en la espalda [-13PV]. Si impactaba, intentaría desequilibrarla, quitarla de encima y rodar para apartarse de ella. Si no lograba quitársela, repetiría el rodillazo.


PV:

60/85

-15

CK:

75/75

+10



¤ Hitai-ate [Protección 7PV)] (a la cadera)
¤ Portaobjetos básico [Capacidad 7/10] (en el muslo derecho), dentro el cual:
  • Kunai × 2 [Anilla 9PV, Corte superficial 8PV, Corte 12PV, Penetración 18PV]
  • Shuriken x 5 [Corte superficial 8PV, Corte/impacto 12PV]
A la vista / No visible / Agotado

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¿Rendirme? ¿No ibas a romperme como una ramita?

Realmente no estaba agarrando con toda su fuerza a Suzume, no quería hacerle daño y parecía tan fragil como la taza de cristal más brillante y fina del mundo. ¿Cómo iba a ir con toda su fuerza?

Suzume le dio un rodillazo en la espalda y rodó fuera de su agarre, Shiba la recibió con una sonrisa, como si fuese la picadura de un mosquito. Una vez suelta, ambas se pusieron en pie de nuevo.

Venga, no quieres que te parta tanto — le guiñó un ojo y volvió a ponerse en guardia. — Va, intenta golpearme.

Era dificil saber si Shiba estaba burlandose o de verdad intentando enseñarle a pelear.


- PV:

182/200


- CK:

120/120



- Daño provocado:
- Acciones ocultas:


- Fuerza: 40
- Resistencia: 40
- Aguante: 40
- Agilidad: 40
- Destreza: 40
- Poder: 20
- Inteligencia: 20
- Carisma: 20
- Voluntad: 40
- Percepción: 30





Responder
Ah, ¿No quiero eso? Pues pondré a danzar a Shiba-sensei si no se anda con cuidado. —dijo con una pícara sonrisa, alzando los puños en una pose de combate entre floja y juguetona.

Tanto el guiño como las palabras de la pelinaranja le incitaron, y Suzume pronto se vio cerrando el espacio que las separaba. Le lanzó un puñetazo al estómago [-13PV], y lo continuó con una patada al mismo lugar [-13PV].

Pensó que debería alejarse antes de que Shiba contraatacase, pero sus pies no se movieron, y quedó muy cerca de su contrincante, sin tiempo para hacer nada más.


PV:

60/85


CK:

75/75




¤ Hitai-ate [Protección 7PV)] (a la cadera)
¤ Portaobjetos básico [Capacidad 7/10] (en el muslo derecho), dentro el cual:
  • Kunai × 2 [Anilla 9PV, Corte superficial 8PV, Corte 12PV, Penetración 18PV]
  • Shuriken x 5 [Corte superficial 8PV, Corte/impacto 12PV]
A la vista / No visible / Agotado

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Oh, si hubiese sabido lo confuso que se pondría todo tan rápido. A ver, seguramente hubiese combatido con ella igual. Y tampoco era TAN confuso. Aunque Shiba no quería hacerle daño, física ni emocionalmente, Suzume había aceptado combatir. Era entrenamiento, sí, pero le sabría fatal acabar el combate sin haberse esforzado al máximo al menos en algún momento.

Por eso, en apenas un milisegundo de ponderación, decidió ponerse seria un momento. Desvió el puñetazo de Suzume y esquivó sin problemas la patada, para contraatacar de inmediato con una patada con su diestra en el costado de la amejin (16 PV). Por un momento se había planteado usar chakra, pero entonces sí que la partiría como una ramita seca.

Era mejor mantenerlo todo amigable por ahora, ya tendría tiempo de pelear en serio más adelante.


- PV:

182/200


- CK:

120/120



- Daño provocado: 16 PV
- Acciones ocultas:


- Fuerza: 40
- Resistencia: 40
- Aguante: 40
- Agilidad: 40
- Destreza: 40
- Poder: 20
- Inteligencia: 20
- Carisma: 20
- Voluntad: 40
- Percepción: 30





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A Suzume no le sorprendió que sus golpes no conectaran. Es más, le daba incluso más determinación para seguirlo intentando. Se giró velozmente y colocó los brazos frente a sí para bloquear la patada de Shiba. Incluso con eso, le dolió un poco.

Continuó su ofensiva y lanzó un rodillazo al estómago de la pelirroja [-13PV]. No hizo mucho más, pues la patada bloqueada le había quitado el aliento levemente, y prefería defenderse un poco.

Sin embargo, algo que se acumulaba dentro de ella era calor. Cada que intercambiaba golpes con Shiba, cada que se le acercaba, sentía el calor de la Kusajin en su piel. Y sentía un calor distinto dentro de ella. Era una emoción que le impulsaba a acercársele más y más a la chica, y que le sonrojaba cada vez que lo hacía. Una emoción que no dejaba de atraer sus ojos a los de la chica.


PV:

53/85

-7

CK:

75/75




¤ Hitai-ate [Protección 7PV)] (a la cadera)
¤ Portaobjetos básico [Capacidad 7/10] (en el muslo derecho), dentro el cual:
  • Kunai × 2 [Anilla 9PV, Corte superficial 8PV, Corte 12PV, Penetración 18PV]
  • Shuriken x 5 [Corte superficial 8PV, Corte/impacto 12PV]
A la vista / No visible / Agotado

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Pelear con Suzume era mucho más dificil de lo que había imaginado. Era cierto que físicamente no era ni medio desafio. Sin embargo, había algo que no había calculado. Y era tan obvio, que ahora llegaba a dolerle. No eran sus puñetazos, no era su Taijutsu ni su acido. Su mirada, su respiración acelerandose y que poco tenía que ver con el combate.

Suzume estaba emocionada, sonrojada y estaba consiguiendo que Shiba sintiese algo de calor. Solo algo, que para ella ya era demasiado. No sabía qué acabaría pasando si el combate seguía, pero no temía las consecuencias.

Su mirada estaba tan fijada en los ojos de la idol que apenas pudo reaccionar a su rodillazo, gracias a las diosas que era extremadamente lento y torpe. Lo bloqueó con los brazos y se lo devolvió con una patada baja, directa al muslo de Suzume (16 PV). Por suerte, los golpes de Suzume seguían siendo una broma.



- PV:

178/200


- CK:

120/120



- Daño provocado: 16 PV
- Acciones ocultas:


- Fuerza: 40
- Resistencia: 40
- Aguante: 40
- Agilidad: 40
- Destreza: 40
- Poder: 20
- Inteligencia: 20
- Carisma: 20
- Voluntad: 40
- Percepción: 30





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Suzume ya estaba cansada. No porque hubiese hecho mucho, sino porque los golpes de Shiba le habían drenado de energía. Sonrió y soltó un "¡Ajá!" cuando su rodillazo conectó. Pero la patada de contraataque le desequilibró, trastabilló y dio manotazos en el aire, pero no pudo evitar caer contra Shiba. Si ella no se apartaba y detenía su caída, Suzume la tomaría de los hombros con un suspiro para evitar dar contra el suelo.

Hey... —comenzaría, resollando de cansada y adolorida —. Creo... Creo que no debería seguir... Shiba-sensei... —dijo con ojos sinceros y voz dulce.
Responder
En cuanto vio a Suzume perder las últimas fuerzas e ir a caer al suelo completamente derrotada, evidentemente Shiba la agarró con toda la delicadeza que tenía en ella.

Hey... Creo... Creo que no debería seguir... Shiba-sensei...

De cerca, era todavía más dificil concentrarse en algo que no sea su intensa mirada o su perfecto rostro a escasos centimetros. Incluso Shiba tenía problemas para hablar en esa situación.

Ehh.. Sí, deberíamos parar. Si quieres bailar necesitaras estar de una pieza y tal. ¿O ya estás cansada?
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La fuerza con la que Shiba le detuvo le hizo soltar un suspiro y una risita.

¿Cansada? N-no... No sé... Sólo... Adolorida, creo. Parece que sí me puedes romper como a una ramita, ¿Eh? —dijo sin apartar la mirada de ella. Algo le atraía más y más hacia ella. Casi sin querer, su voz se volvió un susurro—. No sé si... Si la arena de aquí sea adecuada para bailar. Creo que... Necesitaremos un mejor sitio. Creo que...

Tragó saliva. No estaba segura de lo que hacía, ni de si era buena idea, ni de si Saki lo aprobaría. Pero la intensa mirada de la Kusajin le convenció de soltar las palabras.

Creo que nuestra habitación de hotel es suficientemente amplia.
Responder
¿Cansada? N-no... No sé... Sólo... Adolorida, creo. Parece que sí me puedes romper como a una ramita, ¿Eh?

Le dio un breve apretón en los hombros, por donde la sujetaba.

Pero una ramita muy dura. O al menos, algo más dura de lo que aparente. — le comentó sonriente sin siquiera parpadear, mirandola directamente a los ojos.

. No sé si... Si la arena de aquí sea adecuada para bailar. Creo que... Necesitaremos un mejor sitio. Creo que...

Claro, tienes razón. No sé donde podremos...

Creo que nuestra habitación de hotel es suficientemente amplia.

Le gustaría ser de esas personas que piensan las cosas antes de decirlas, que tiene en cuenta el peligro de una acción antes de emprenderla, pero si Shiba quiere hacer algo, simplemente tira hacia delante sin preguntarse ni a sí misma.

¡Claro! ¡Sería genial! ¿Creeis que cabremos las tres?

Ni siquiera pensó en lo que había dicho hasta que ya estaba dicho y entonces miró a Saki, esperando confirmación de la adulta del trio.
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El combate obviamente no fue algo ni mucho menos espectacular. Suzume pareció empeñada en luchar cuerpo a cuerpo, y ya desde el principio había tirado su as bajo la manga, en vez de haber esperado a tener una oportunidad de oro cuando la hubiera apresado. Shiba estaba dominando el combate con total facilidad como era de esperar, casi parecía que estuviera peleando con una niña de 5 años.

Saki se inclinó accidentalmente en una ocasión para estar atenta igualmente al combate, para después ayudar a explicarle a Suzume donde podría mejorar. Aquello provoco una reacción sobre el muelle balanceándola hacia atrás, cosa que se repitió con un lento periodo en el pequeño balancín. Poco a poco, eso la saco de prestar atención al combate.

Era un vaivén lento y pausado, pero algo en el interior de la morena se removía. Aquella niña pequeña que fue privada de toda diversión desde una edad tan tierna, en pos de que se volviera una mujer capaz de llevar adelante el gran negocio familiar, y tal vez algo más si era capaz. Sus mejillas volvieron a tomar un color rosado mientras esta se centró mirando el pequeño muñeco, abriendo muy poco su pequeña boca en señal de asombro.

Shiba la trajo de vuelta, cuando se dirigió a ella, pero tardaría un poco en terminar de reaccionar por lo que podrían verla moverse un poco en el caballito.

¿Eh? ¿Qué? — Soltó los manillares, y rapidamente fue a recoger su espada que yacia en el suelo, bajandose con total facilidad—. B-Bueno, no creo que haya problema si estas un rato. Pero no puedes quedarte a dormir, sino puede que tengamos un problema
¡Gracias a Ranko por el avatar!
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Suzume soltó una risita ante el comentario de la "ramita dura", y sonrió bastante cuando Shiba accedió a ir con ellas. Volteó a ver a Saki con la misma sonrisa enorme.

¡Senpai! Aw, ¿Pero qué problema podría haber con ello? ¡No la dejaremos regresarse a mitad de la noche, sola! Podría... Podría entrar a escondidas si senpai cree que los del hotel nos regañarán... —soltó otra risita y regresó su mirada a Shiba. Ella todavía la sostenía de los hombros, y la cantante no haría nada para zafarse de ello—. ¿No le gustaría a Senpai que Shiba-san nos acompañara más rato?
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Shiba se acarició la nuca, intentando pensar en qué podía ella decir en esa situación. Claro que quería ir a la habitación de Suzume y Saki y practicar baile, por supuesto que no quería meterlas en lios.

Entiendo que no te agrade la idea, Saki-san. Si os va a suponer algún problema, no hace falta que practiquemos baile. Aunque me encantaría, más que encantarme estoy deseosa de hacerlo. Sin embargo, lo último que quiero es meteros en problemas después de invitarme a cenar y de entrenar con Suzume-chan. Así que, bueno, lo que vosotras decidais está bien para mí.

Sonrió sinceramente y se quedó ahí de pie esperando la decision.
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