Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
El de Kusa probablemente sea el que más interesado estaba en mantenerle la conversación al pequeño desconocido, pero la actitud que pronto adoptó el de la cara cubierta comenzó a molestar a la rubia de forma puede que muy exagerada, le resultaba desagradable y punto. Pero le dejó hablar libre, a pesar de que cambió su postura como si estuviese dispuesta a escuchar mucho más.
Finalmente el tal Rain terminó y soltó unas frases como si pretendiese intimidar o hacerse el chulo, cualquiera de las dos posibilidades no surtió ningún tipo de efecto en la Kageyama que permanecía de pie y cruzada de brazos, con una expresión amenazante dibujada en el rostro y una vena algo hinchada en la frente.
—De respeto nada, ¿no? —soltó justo después de que Rain terminase su charla—. Estoy segura de que a la Uzukage no le agradará nada que uno de sus shinobis ande faltándole al respeto gratuitamente a sus compatriotas e incluso a shinobis de otras aldeas —le espetó esperando que escuchase.
Realmente le había caído fatal que el tipo se pusiera a hablar de esa manera y exigiese que se pusieran en sus zapatos cuando él ni se fijó en que ambos habían dejado sus actividades para tratar con ellos, incluso Koko había ofrecido su ayuda en caso de tratarse de alguna misión y el hecho de que tuviese la bandana a simple vista debería de haber sido motivo suficiente para que al menos intentase confiar un poco en ella. En su lugar podría decirse que sintió cómo le escupían en la cara, encima todavía ni sabía de dónde venía Zaku, tal vez y era de otra aldea generar conflictos entre villas era lo peor que podían hacer unos genins.
Rain con cara de pocos amigos frenó en seco todo el entusiasmos de su hermano, cortó de golpe todas las intenciones de realizar alguna actividad interesante junto a los presentes. La expresión del pequeño cambió drásticamente, sus ojos comenzaron a humedecerse para comenzar a caminar, acto seguido el de rostro cubierto se disculpaba por lo ocurrido.
Que tipo más antipático… espero que las personas de Uzu no sean como este tipo. – Pensaba mirando con cara de decepción al muchacho.
Con una expresión de desagrado la rubia seguía con los brazos cruzados, esperó que terminara su compañero de aldea para decirle unas cuantas cosas, molesta principalmente por su falta de educación y de respeto hacia el Hyuga, no le gustaba la impresión que estaba dejando con la gente extranjera.
- Tiene razón Koko, eres muy desagradable, solo quería pasar un divertirme junto a ustedes, aprovechar de conocer a mis vecinos de Uzugakure. – Expreso dirigiéndose a Rain. – Es la primera vez que salgo de mí aldea, uno de los motivos de visitar este lugar era conocer los habitantes de los alrededores, pero lamentablemente las primeras impresiones no son para nada buenas. – Siguió hablando adoptando una postura mucho más seria.
Era una lástima que esté muchacho empañara un buen momento, a pesar de que la rubia en todo momento se encontraba desinteresada por la presencia de Zaku jamás fue grosera ni nada por el estilo, entendió que el de ojos blancos solo quería compartir con gente extranjera.
Con mi espalda apuntando a los shinobis estranjeros pude escuchar sus quejas y reclamos. Solo gire la cabeza a un costado buscando el reflejo de sus ataques verbales a cuales no respondería ninguno, acelerando El Paso para marcharme más rápido.
A menos esperar, mi hermanito y yo nos encontramos de frente a otros sujetos. Estos si eran mayores y sus espadas y armas viejas y magulladas que convinan con su ropa sucia, daban la impresión de que eran bandidos. Dos sujetos que se acercaban poco a poco bromeando entre ellos y desplazando sus armas blancas. Al parecer no les importaba la bandana que llevaba representando una aldea Ninja. Ellos solo buscaban problemas y dinero.
Mi hermanito corrió tras de mí y ambos fuimos desplazándonos despacio hacia atrás. Nunca olvidando que estaban los otros dos. Entonces pienso; - ¿cómo puede ser posible que en un lugar como este nos encontremos tanta gente? - en mi mente paso que quizás esos bandidos nos hayan seguido por algun lugar de la carretera para emboscarnos en cualquier momento.
Para un ninja de cualquier nivel, estos bandidos podrían ser pan comido, pero a mí me preocupaba el hecho de que mi hermanito estaba entre nosotros, y si algo sale mal y le pasa algo entonces no me perdonaría nunca.
Aquellos dos mayores seguían riendo y burlándose de nosotros, llamándonos ninjitas en pañales y otros isultos que solo le causaba gracia a ellos. Mientras reían a carcajadas sus podridos dientes apestosos eran inevitablemente exuberantes.
El tal Rain simplemente le había caído fatal a la de Uzushio, después de todo le había faltado al respeto a un compatriota y gratuitamente también a un potencial extranjero, por si fuera poco ella tenía la bandana a la vista, bastaba con bajar un poco la mirada para localizar el símbolo pero no pareció serle de verdadera significancia al contrario que decidió retirarse sin más.
Ni siquiera atendió a las críticas de los otros dos, se retiró hasta que a la distancia un par de individuos le interceptaron. «Encima eso, si lo dejo me caerá un regaño de la Uzukage »pensaba la pecosa muy irritada por eso y se notaba en la presión que ejercía en sus brazos con sus propias manos.
—No hagas nada, Zaku, podrías terminar en un lío importante si algo sale mal —indicó al Hyuuga sin moverse de su ubicación.
Esperaba que el de Kusa le hiciera caso.
No permitiría que lastimasen de gravedad al enmascarado para evitarse líos con la Uzukage, pero tampoco se lanzaría a ayudarle sin más, después de todo se había mostrado sumamente arrogante y por lo tanto debería de ser capaz de hacer algo, por mínimo que sea. «Venga imbécil, demuestra que puedes defender tu postura »pensaba la kunoichi que no iba a mover ni un pelo en son de ayudar a su compatriota.
El enmascarado se marchaba del lugar junto a su hermanito sin decir ni una palabra, ignorando completamente lo que le decían los ninjas. Al poco andar unos sujetos los intersectaron, por lo que el Hyuga podía observar se trataba de unos bandidos, su equipamiento estaba desgastado, sus ropas estaban completamente sucias, no quería imaginarse el olor que llevaban. Estos se acercaban amenazantes hacia Rain, movían sus armas burlándose del muchacho.
Si no hago algo estarán en graves problemas, pero debo tener cuidado llevan armas, no sé qué intenciones tendrán. - No sabía qué hacer, levemente su cuerpo comenzaba a temblar producto del nerviosismo.
Al parecer la rubia se percató de la reacción de Zaku, de inmediato advirtió los peligros que correría si prestaba ayuda al enmascarado. Al muchacho le entro por un oído y le salió por otro las palabras de su compañera, no estaba dispuesto a dejar solo a una persona, mucho menos cuando se encontraba con un pequeño a su lado.
- Entiendo los riesgos pero no podemos dejarlo solo, mucho menos si está con ese pequeñín. – Soltó mirando a la rubia.– Si quieres te puedes quedar aquí mirando, pero yo iré ayudar. - Salió corriendo donde se encontraban las personas en problemas.
A toda velocidad metió su mano derecha en el porta objetos para sacar un kunai. Una vez que llego a su destino, se ubicó a un costado de Rain dándole la espalda al niño, dándole una mejor protección, si uno de los bandidos intenta llegar a esté tendría que pasar por los dos ninjas. Con su kunai empuñado miro al enmascarado sin decir ni una sola palabra, movió levemente la cabeza dando a entender que venía ayudar y que estaba preparado para combatir a su lado.
Pena y vergüenza, lo que sentía al ver la repentina reacción del shinobi de Kusa. Sentía pena por haberlo tratado de la forma que lo hice y ahora intenta proteger a mi hermano. El me demostró que las personas buenas si existen.
Con más firmeza y seguridad agarro un kunai de mi porta objeto con una mano y con la otra hago sellos. De repente mi sombra se alarga buscando a uno de los bandidos que se acercaban a nosotros más rápido debido a la acción de Zaku.
Por supuesto que sí ves algo que va hacia ti lo intentas evadir de cualquier forma solo porque no lo conoces y no quieres saber lo que te pueda hacer. Esto hiso que se dividieran y evitando mi sombra tenía a uno, intentando moverlo hacia mi pero en otras direcciones. Esperando que Saku se encargara del otro si se atreviera a hacer algún movimiento ofensivo al llegar a nuestra posición.
Por su puesto que mi porte aún seguía igual, no podría moverme mientras intento atrapar al bandido con mi sombra, pero de igual forma tenía el kunai en la otra mano, esperando.
Concentrado solo en la sombra que lo perseguía, no logró darse cuenta de que estaba justo enfrente de mi, pero dándome la espalda. Por lo menos, hasta que su compañero le gritó alertándolo de mi sorprendente ataque con mi kunai. Pero ya era demasiado tarde para evitar ser lastimado gravemente, al menos no fue asesinado, por su reacción inmediata a la alerta.
El bandido al escuchar la alerta del compañero, giró su cuerpo completamente deslizando su katana. Al menos pude perforar su espalda y rajarla debido a su movimiento. Pero no lo suficientemente como para asesinarlo. La katana era fácil de evadir ya que venía por un objetivo que no veía. Incline mis rodillas y agaché mi cuerpo para dejar pasar la katana sobre mi, cortando algunos pelos de mi moño. Pero esta misma posición me permitió dar una segunda puñalada, al impulsar mis piernas inclinadas y dejar toda la fuerza de impulso en el arma. Esta vez le clavaría justo en el baso tan profundo que se me hacía difícil sacarlo, asique el rival solo se apartó hacia atrás y se quedó con el kunai clavado.
Su movimiento hiso que nos dividiera una distancia defensiva entre los dos. Ya le deje claro que no era ningún mocoso al que se le podría aventar dándole espadazos así por así.
«Como poder podemos »pensó la kunoichi tras chasquear la lengua al ver que el de kusagakure no le llevó el apunte en lo más mínimo y se lanzó a proteger al menos al niño. Curiosamente este último había sido agradable y realmente necesitaría algún tipo de protección, pero la pecosa se mantuvo de brazos cruzados a la distancia, tal vez su sola presencia lograse darles un mísero mensaje a aquellos dos bandidos.
De todas maneras, el enmascarado decidió jugársela de carnicero y acuchilló infinidad de veces al bandido, pero no estaba teniendo en cuenta al niño, inclusive la kunoichi pudo ver perfectamente como un espadazo dirigido al de la máscara fácilmente podría decapitar al menor así que con un movimiento a gran velocidad, la chica se apareció justo detrás del mismo y lo obligó a agacharse atrapándole con ambos brazos como si de un abrazo se tratase.
—¡Atentos al peque, por dios! —Bramó la kunoichi alejándose junto con el menor.
Siempre atenta al movimiento de los bandidos obviamente, aunque aquel movimiento instantáneo la había afectado un poco, por lo menos los músculos los sentía demasiado tensos por lo que no se estaría moviendo demasiado rápido por unos minutos probablemente. De todas maneras, se sentía segura de poder contra cualquiera de aquellos dos si es que decidían ir a por ella y el niño.
Al ver la acción de Zaku, los bandidos peligrosamente comenzaron avanzar en dirección a los muchachos, demostraban estar muy molestos, amenazantes empuñaban con fuerzas sus armas dispuestos a matar si fuese necesario. Afortunadamente se dividieron, cada ninja tenía en frente a un oponente, para el Hyuga esto le favorecía, confiaba en sus habilidades mas no las de Rain, jamás lo había visto en acción por lo que pelear a su lado no le generaba una buena sensación.
- Byakugan. - Decía mientras juntaba sus manos levantando el dedo índice.
Sus pupilas parecieran que se habían agrietado, junto con esto un conjunto de venas hinchadas comenzaron aparecer desde los laterales de la cabeza hasta la parte exterior de sus ojos. Su Byakugan estaba activado, ahora podía ver en 360 grados, su percepción había aumentado considerablemente, ademas el chakra de su rival.
Rápidamente de su portaobjetos saco 4 senbons y se los lanzo a gran velocidad a su rival, acertó dos en cada muslo impidiendo el movimiento del bandido, producto de su poder ocular el daño aumentaba ya que los lanzo en sus puntos de chakra.
- Toma esto. – Concentrado le gritaba al bandido.
Volteo la mirada para ver como la rubia salvaba la vida del pequeño, con un movimiento a gran velocidad apareció detrás de esté y lo obligo agacharse esquivando el filo de la katana, para luego alejarse unos cuantos metros del campo de batalla. Zaku sorprendido se quedó observando lo ocurrido pero estaba consiente que no podía hacer nada, tenía que preocuparse de su oponente que en cualquier momento sacaría las agujas de sus piernas para atacarlo.
Girando las pupilas de los ojos hacia el costado donde se llevó la kunoichi a mi hermano, pude presenciar otro acto bueno por parte de esos dos cuales le había ignorado por completo hasta el punto de faltarles al respeto.
Me sentía apenado pero mi rostro no lo mostraba. Luego volví a concentrar mi mirada en el bandido al frente como también el otro había sido sacudido por el Ninja a mi lado.
Los bandidos gruñendo tuvieron que marcharse huyendo. Lo que si nunca se iban a pensar que unos muchachos le patearan el trasero. Y por su puesto que sería su más grande deserción.
Cuando se marcharon finalmente, me giré para darle el frente a los dos que me ayudaron. No podía mirarlos a los ojos fijamente, por lo que declaré con la vista al suelo y cabizbajo.
-Perdónenme, nunca pensé que fueran a ayudarme con esta situación. Imagine que actuarían recíprocamente y me dejarían a mi suerte. Ha sido mi error y lo reconozco.-
Luego levanto la mirada y estiro mi mano derecha hacia Shishio como para llamarlo sin anunciar.
-Para remediar mis anteriores acciones quisiera invitarlos a nuestro pequeño campamento. Podríamos conocernos mejor pasando un rato juntos. Y estaremos hasta la siguiente mañana porque partiremos hacia nuestro hogar-
Mi hermanito había cambiado la expresión de su cara completamente y corrió de las manos de Koko hacia la mía muy contento. Y afirmando mi propuesta. Al parecer Shishio había hecho una conexión con aquellos dos ninjas muy fuerte con tan solo un momento de haberlos conocido. Aquí es donde veo a mi madre y su gran carisma. Por desgracia soy más como mi padre y después de aquellos sucesos le declare la guerra a la felicidad y la confianza cosa que iría recuperando con el tiempo.
Rápidamente luego de aquellas demostraciones, ambos bandidos se retiraron sin más dejando en claro que eran de los peores ladrones jamás vistos en todo Oonindo, después de todo usualmente suelen al menos darles un golpe a sus enemigos antes de echarse a correr de semejante manera y si a eso le sumamos que habían sido vencidos fácilmente por un par de genins la cosa simplemente empeoraba para ellos. Probablemente morirían de hambre si no mejoraban al menos un poco sus habilidades.
De cualquier modo, Koko se había asegurado de sacar del peligro al pequeño que lejos de dedicarle alguna palabra de agradecimiento o lo que fuese, prefirió simplemente despegarse de ella tan pronto como Rain le hizo una señal.
El chico de Uzushio se había tomado las molestias de pedir disculpas respecto de su actitud y por si fuera poco pretendía solucionarlo invitando a ambos a ese campamento suyo en el que —según lo dicho— pretendía socializar tal y como el niño había querido hacer en un principio.
A ella al menos no le hubiese desagradado la idea de haber sido propuesta anteriormente, pero ahora mismo simplemente prefirió fulminar con la mirada al contrario.
—Si prestaras atención habrías sabido que hablabas con una compatriota —le espetó señalando la bandana anudada en torno a su cuello para que le dedicase una mínima mirada.
«Ya me veo que se distrajo mirándome las tetas como los demás »pensó bastante molesta ante la idea. Muchas habían sido las veces que se distrajeron y no notaron la placa a pesar de estar tan a la vista.
—Y lo lamento mucho, pero yo no participaré en esto —agregó a sus anteriores palabras—Nos vemos por ahí —concluyó dedicándoles una leve reverencia, aunque seguía con cara de pocos amigos.
Sin esperar más nada del shinobi con el rostro cubierto, la rubia se dio media vuelta e inicio la marcha que la debería de llevar de vuelta hasta Tanzaku Gai, donde al menos podría relajarse un poco y con algo de suerte olvidarse de todo lo ocurrido allí. «Bueno, al menos Zaku no se portó como un imbécil »se dijo a sí misma en un intento por rescatar algún buen suceso en aquel día.
Al parecer el daño provocado fue considerable para esos bandidos, los cuales no lo dudaron y a duras penas lograron correr perdiéndose en el bosque, quizás por la vergüenza de haber sido derrotados por dos genin regañaban mientras se marchaban. Con su Byakugan activado el muchacho se aseguró que nadie se encontrara por los alrededores, puede que estos sujetos no estuvieran solos, así que con un giro en trecientos sesenta grados vio que los ninjas se encontraban solos.
- Se han ido, estamos solos. – Hablo en voz alta, esperando que el resto lo oyeran.
Camino hacia el grupo mientras sus ojos volvían a la normalidad. Lo primero que logró escuchar fue a Rain disculpándose por su actuar, jamás pensó que le ayudarían por cómo se había comportado hace unos minutos atrás, por otro lado la rubia estaba bastante molesta, al menos eso demostraba. Para enmendar su error el enmascarado los invitaba a su campamento con el fin de conocernos y pasar un buen momento. Una sonrisa aparecía en el rostro del Hyuga, le parecía genial la idea, mas no a Koko, la que no quería participar y comenzó a caminar en dirección a la posada dejando a los dos jóvenes en el lugar.
- Que gente más rara la de Uzushiogakure. – Con una sonrisa miraba al enmascarado. – Vamos Koko, ahora eres tú el problema... Ya se disculpó, pasemos un momento agradable los cuatro. - Le gritaba a la rubia, la que estaba a unos cuantos pasos de distancia.
Al lado del enmascarado se quedó parado mirando la reacción de la muchacha, suponía que algo debían provocar sus palabras en la rubia, al menos esa fue su intención, había costado demasiado trabajo relacionarse con Rain como para que a la primera se marchara dejándolos solos.
Pasadas las 72 horas procedo a saltear a Rain. De todas formas ya me comuniqué con él~
Tras la partida de aquellos bandidos bastante lastimados, el joven al que Koko había ayudado decidió despegarse de ella sin ceremonias ni indicaciones aunque no podía culparle ni nada parecido. Simplemente se resignó ante los hechos y decidió que lo mejor sería voltear e irse tan lejos como pudiera de aquellos dos entes. Y con dos entes hablamos de los de Uzushiogakure, que Zaku se había portado muy bien en todo momento.
Aunque este último fuera el que prefirió lanzar unas últimas palabras en un intento por retener a la rubia en la escena. Cosa que en cierta manera la gustaba por significar que la tenía en cuenta, pero por el otro no le agradaba por el simple hecho de estar hablando de Rain, aquel que le había faltado al respeto abiertamente y sin motivos, ignorando completamente el símbolo de su propia bandana que tan oculta no estaba… ¿O sería que se distrajo mirándole los senos? Sería normal, pero igual de molesto.
—Lo siento Zaku, pero ya me ha puesto de mal humor y con quedarme empeoraría la cosa —sentenció aun dándole la espalda a aquellos tres, un momento después giró la cabeza para mirarles por encima del hombro—. Espero que la próxima vez que nos encontremos sea bajo otros términos, Rain —le espetó severa, con toda la intención de intimidarle.
Y es que realmente no le agradaba ese tipo de trato entre compatriotas, es decir, si un shinobi de Kusa había sido tan agradable en comparación, algo mal estaba ocurriendo en algún lado si entre compañeros se trataban tan mal. Pero Koko no era una chica rencorosa, no si el otro se toma las molestias de disculparse o mismo si acepta disculpas en caso de que ella sea la que la fastidia, pero como se olvide y vuelva a hacer lo que hizo aquel día, definitivamente iba a caerle con alguna queja a la Uzukage…
Indistintamente de todo, la fémina volvió la mirada al camino y alzó una mano en señal de despedida antes de desaparecer de la escena empleando una técnica sencilla pero sumamente eficaz. Claro que para ello utilizó la mano libre.
¤ Sunshin no Jutsu ¤ Técnica del Parpadeo Corporal - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Ninjutsu 40 - Gastos:
14 CK/20 metros
52 CK para huir de un combate
- Daños: - - Efectos adicionales: Cada uso restará 10 puntos de aguante durante los próximos 5 turnos - Sellos: Carnero/una mano - Velocidad: Instantánea
El Sunshin no Jutsu es una técnica basada en un movimiento ultrarrápido, permitiendo a un ninja moverse de cortas a largas distancias a unas velocidades casi imperceptibles. Para un observador cualquiera, resulta como si el usuario se hubiera teletransportado. En ocasiones, se utiliza una pequeña señal para camuflar los movimientos iniciales del usuario. Esta técnica se basa en el uso del chakra para vitalizar temporalmente el cuerpo y moverlo a velocidades extremas. La cantidad de chakra requerida depende en la distancia total y la elevación entre el usuario y el destino. La técnica puede usarse, además, para escapar del campo de batalla. Las diferentes villas tienen variaciones de esta técnica, e incluyen un elemento extra para distraer al oponente. En Konoha, se utiliza un rastro de hojas.
Ahora sí, estoy fuera del tema. Un placer rolear con ustedes.