Tenía algo de provisiones para permitir darse el lujo de tomar un rodeo antes de regresar a su hogar, aunque la carga de la mochila era un peso que el dificultaba la tarea. En aquellos momentos el Yotsuki quería darse un tiempo para sí mismo, para reflexionar exactamente sobre la situación del mundo en general. "¿Realmente yo podré hacer algo para cambiar todo esto?" Se prometió a sí mismo el ambicionar lo imposible, pero no estaba del todo seguro de cómo iba a proceder de aquí en adelante. "No está resultando cómo me lo imaginaba." Su sueño era conocer el mundo, además de dejar una marca en la memoria de las personas. Pero, ahora se cuestionaba sí sus anhelos tenían cabida en aquella realidad.

Así, con su inspiración, tomó la decisión de emprender un reto personal: Ver que tan alto era capaz de llegar, siendo que aquella montaña representaba metafóricamente una cumbre inalcanzable, al igual que aquella paz que se rompió hace tiempo. "¿Quién rayos mandaría a ponerle escaleras a una montaña? Joder, que las leyendas de los locales no me ayudan a darle una explicación lógica." Suspiró.

Avanzaba silencioso, siendo el frío viento lo único que le acompañaba en su sendero... ¿O quizás no?

Tal vez lo ignoraba, pero él no era la única persona ahí con una meta propia en ese lugar.

Ese día, la morena, tenia una misión importante. Una que no daba espera y desde muy temprano le había obligado a partir, y a pesar de todo ella lucia una mueca de profunda pereza y molestia - que suerte que traje bocadillos...- murmuro la jovencita, mientras avanzaba y con una de sus manos libres, tanteaba la mochila en su espalda ¡habia de todo allí dentro! Desde golocinas hasta ruidosos paquetes de papas que traqueaban conforme Akane se movia. Saco de su equipaje un par de dulces, guardo uno en una mano y el otro se lo llevo a la boca, una vez retirado el envoltorio.

¡Aah! Que bueno estaba, su rostro se ilumino y se mostró satisfecha tras saborear un par de veces la golocina. Pasos mas adelante, se detuvo al toparse con el primero de los muchos escalones que daban la bienvenida a la montaña - Ay - la muchacha respirar o ondo, saco pecho y dio un primer paso, se notaba tan seria que realmente daba la impresión de que podría emprender tan dura travesía y llegar a la cima - ¡Pero que locura!- chillo - El abuelo esta loco ¿como podría? - achico la vista y posando su mano sobre la frente, para que el sol no le molestara, intento buscar la cima - Ja...- aun se preguntaba como era posible que el viejo lograse subir la montaña, y no una, si no varias veces en el trascurso de los años.

Otro suspiro se le escapo de los labios, no podía volver, había aceptado y no podía simplemente olvidarse de lo que había prometido. A su ritmo, avanzo un par de escalones, alejándose de la linea de partida y y acercándose "peligrosamente" a la silueta que la rebasaba escalones mas adelante "Compañía" eso creyó en un comienzo y queriendo alcanzarlo brinco entre las escalas hasta estar lo suficientemente cerca - ¡Hey!- le llamo la vocesilla de la muchacha tras su espalda.

Una acción peligrosamente ingenua...

Tal y cómo podía suponer, él no era él único que tomó la decisión de peregrinar hasta la cima de aquella imponente montaña. Lo que si no se esperaba, era que se tratase de una voz femenina y juvenil la que quisiese llamar su atención. "¿Una niña en este sitio?" Quiera que no, el joven era algo conservador e idiota si se trataba de las mujeres, por lo qué volteó curioso ante el llamamiento. "¿Huh?" se dijo al darse cuenta de quién le acompañaba.

Se trataba de una morena un tanto regordeta, pero qué a pesar de todo lucía bastante bonita y arreglada en su aspecto. Probablemente fuese de la misma edad que él, pero antes de siquiera contestar el saludo no pudo evitar desviar la mirada hacia el brazo derecho de la muchacha, dónde ella portaba una clara bandana shinobi. "Una kunoichi, ya decía yo que una niña normal no debería estar en este sitio." Al voltearse caminó para tratar de ver más cerca el símbolo de la bandana, sólo para entrecerrar algo los ojos al darse cuenta de aquel símbolo con forma de espiral. "Mierda" Se detuvo en seco a unos dos metros de la muchacha, cruzando los brazos con una mirada afilada.

—¿Qué quieres de mí?— Le interrogó con tono serio.

A ciencia cierta, él no sabía como comportarse en un caso así. De lo poco que escuchó, Uzushiogakure les acusó durante el examen chunin en medio del caos. El Yotsuki creía tener al menos una visión imparcial del asunto, dada la versión que le contó cierto peliverde de Kusagakure. El problema era que eso no le garantizaba en ningún momento que al toparse con alguien de la espiral este no fuese a defender aquella postura. "Esto es insufrible" Aún así, aunque por fuera mantuviese una mirada afilada, no era su intención actuar cómo un patán, pero la situación le empujaba a ser más cerrado.

Y la pobre ilusa se quedo esperando un "Hola" que nunca llego. También se mostró sorprendida al encontrarse con que el otro, era un ninja, y mejor aun, que era de Amegakure. Lo entendió de inmediato y se detuvo en el último escalón que logro pisar antes de que el se girara y le dedicara tan crías palabras. Misma frase que no hizo mas que arrebatarle una carcajada que no pudo callar - ¿Disculpa? - que no buscaba problemas, pero no por ello perderia su humor usual - yo solo saludaba, pero por lo visto, de modales no sabes nada~ - se cruzo de brazos, llevándose antes la golosina que hubiera estado guardando, hasta entonces, en una de sus manos - " Hola linda, ¿como estas?" - dijo, imitandolo- "Oh muy bien, muy bien, gracias por preguntar" - agrego a su monologo, moviendo las manos en busca de dramatismo.

Volvió entonces, después de unos minutos, a retomar su caminar. En cuestión de segundos estuvo al lado del chico, al cual pudo detallar mejor, su cabello era raro pero lo dejo pasar por ese instante. había algo mas importante de lo que hablar, se detuvo entonces por segunda vez - relajate, ¿realmente crees que, de querer iniciar una pelea te habría siquiera saludado? - enarco una ceja y luego con un movimiento de sus manos, quiso restarle importancia al asunto - mas importante...- le vio por el rabillo del ojo, con un rostro sereno - ¿No tienes hambre? - se dio vuelta rápidamente, girando sobre su propio eje con ambas manos en la cintura - porque yo si, además - le dedico una mirada minuciosa - niño, estas muy flaco -

Descolgó su mochila y la tomo entre sus manos, abriéndola y buscando dentro de esta una de las muchas frituras que había llevado consigo para el tortuoso camino - mira- saco paquetito de papas y se lo restregó en la cara - no agradezcas~ - canturreo ella, giñandole un ojo.

—¿Modales?— Repitió socarrón —No estamos en tiempos para andarnos con esa clase de sutilezas, niña— Quiso mantener el temple estoico, aunque la verdad quería abrir la boca para rebatirle sus palabras.

"Claro, cómo no. Se hace la ofendida para que yo quede cómo el malo de la película. Hombre, no es la primera vez que intentan hacerme esto, está demente si cree que me va a engatusar de esa forma." Luego la chica se excusó, diciendo que no tenía planes de atacarle, pero seguía sin decirle la motivación por la cuál le dirigió la palabra en primera instancia. ¿Qué asuntos podrían tener ellos dos? Estaba por averiguarlo.

Sin embargo, la muchacha continuaba relajada y calmada, aún ante la hostilidad mostrada por el muchacho de los cabellos coloridos. Fue entonces que llegó el momento raro, cuando le invitó de sus chucherías al joven sin ningún tipo de recelo alguno, pero que le tocó el orgullo al escuchar cómo criticaban su peso. "ME HA LLAMADO FLACUCHO MUERTO DE HAMBRE, ¿CÓMO SE ATREVE?" La Akimichi no lo dijo de esa forma, pero él se lo tomó así. No había otra cosa que valorase más que su propio aspecto físico.

—Estoy así porqué no vas a encontrar un solo gramo de grasa aquí, esto es puro músculo— Alzó su brazo derecho, presumiendo su condición que pese a no estar perfectamente marcada, al menos demostraba el entrenamiento realizado.

Aún con todo eso, la niña tomó una bolsa de frituras y se la puso enfrente de sus narices, aún con una sonrisa y un guiño de complicidad, ante lo cuál no pudo evitar ladear la cara durante unos instantes. "Que haces maldito imbécil... No deberías estar entablando amistad con ninjas de una aldea que podría volverse tu enemiga a futuro, pero... ella está siendo amigable conmigo, sin juzgarme pese a llevar la bandana de Amegakure en el cuello." Era algo lógico el evitar relacionarse de más dada la situación de tensión internacional que se vivía, ¿pero era lo correcto? "¿Acaso en otra época actuaría diferente? ¿Por qué debo discriminar ahora?" Cerró los ojos y soltó un largo suspiro.

No quería portarse así, no era propio de él.

—Esta bien— Inmediatamente relajó la postura, serenando su rostro también mientras tomaba la bolsita de papitas con algo de duda. —Gracias— Tenía la cabeza gacha, pues estaba avergonzado por comportase de una forma tan insolente.

Abrió con parsimonia la bolsa, tomando tímidamente una papalina y llevándosela a la boca, sólo abrir bien los ojos al darse cuenta del buen sabor que tenían.

—Joder, no había probado antes unas cómo estas.

¡Bingo! Su yo interior descanso, por un minuto creyó que se desataría alguna batalla sin sentido - De lo que te has perdido~ - le canturreo la morena entre risiillas traviesas. Tomo un paquetito de frituras para ella también - hmm - sus ojos ambarinos volvieron a posarse en su acompañante, en todo el para ser mas precisos - ¿Que decías de los músculos? - se atrevió a tantearlo con una de sus manos, picando por aquí y por allá, con su dedo índice - Yo conozco de músculos y dejame decirte que ahí no hay mucho que apreciar - le aseguro, asintiendo con seriedad.

Ella se creía una experta en la materia, se la pasaba observando a esos chicos 2 o 3 años mayores que ella, en busca de sus cuerpos perfectos. Pero solo era un gusto extraño, le resultaban demasiado interesantes esos cuerpos tonificados, nada sexual. Estaba claro que la única cosa que amaba enserio era la comida. Se perdió por algunos instantes en sus propios pensamientos, llevándose de vez en cuando una fritura a la boca - Aaaah - suspiro sonoramente, con una sonrisa tonta en la cara. Volvió enteramente su atención al de cabellos tricolor - y bueno, ¿como te llamas desconocido?[ - se limpio la cara por si alguna miguita se había quedado allí y colgando su mochila sobre su hombro, estiro la mano que le quedaba libre.

- Akane, ese es mi nombre - sonrio- un gusto - puesto que ya había pasado la atención, que mejor que presentarse.

—¡Epa, epa, epa!— Dio un saltito hacia atrás cuando la morena le picaba con el dedo. —No mallugues la mercancía— dijo orgulloso. —¿A qué demonios te refieres con eso de que sabes de músculos?— Dijo incrédulo. Ella no lucía mal, pero tampoco tenía un cuerpo de fisiculturista. ¿Cómo podía ella con esa muchacha atreverse a hablarle de músculos al Yotsuki? A simple vista no le daba ningún argumento válido que respaldara sus palabras.

"Es más, yo no he llegado ni a la mitad de la bolsa y ella está por acabársela. ¿Cómo puede comer tan rápido?"

—No te las tragues así, se disfrutan más si las degustas despacio— Quiso convencerla de manera fútil.

Fue entonces que la muchacha quiso pasar a lo que en cualquier otra situación normal deberían haber hecho desde un principio: Presentarse. La gordita sólo dio su nombre, sin apellidos que le adornaran. ¿El motivo? Quizás no quería que supieran que era de algún clan ninja famoso, pero en el caso del Yotsuki era distinto. Mentí al decir que lo más importante era su aspecto, porque seguramente lo más importante para él era su nombre.

Inmediatamente una enorme sonrisa de confianza se hizo visible en su rostro, se irguió de repente mientras cruzaba su pie derecho por delante del izquierdo, deslizó los dedos de su zurda entre los cabellos multicolores de su fleco y clavó sus ojos en la muchacha, mientras el brillo del sol dibujaba sombras en su silueta.

—Mi nombres es King Rōga~ se presentó con el tono de voz más fingido que pudo.

"No puedo creer que estuve a punto de dejar pasar una oportunidad cómo esta para regalarle al mundo la magnificencia de mi presencia..." En su mente, era un triunfo total.

- Bueno, sera King entonces~ - el muchacho tenia infulas de estrella, eso penso y se rio. Se comio otra papa y...se terminaron. El paquete quedo vacio rapidamente y ella sin verle mucho problema volvio a tantear en la maleta - Niño, ¿como crees que logre esta figura? - bromeo en respuesta al comentario que el chico hubiera hecho antes. Saco un paquete, igualmente de fritiras, pero este era de un color diferente al primero y olia a chuletasin duda.

Antes de degustar el primer bocado vio a Roga - ¿ y que ye trae a estos lares? - cuestiono curiosa, dandole por fin la primera mordida a la fritura que despedia tan explendido olor - ¡kya, delicioso!~ -sus mejillas se colorearon un poco y continuo comiendo feliz.

- ¡Pero come, come! - le animo la morena con engtuciasmo - No te preocupes, tengo muchas mas~

—¿Lograr figura?— No quería ser descortés, pero aquel cuerpo regordete era totalmente opuesto al concepto de lo que es una buena figura para el Yotsuki. —Será figura de pelota— Exclamó con los ojos bien abiertos. Ella le había llamado flaco, pues él el llamaba gorda. "Pero yo lo hago con más estilo, ¡ja!" Río para sus adentros cruzándose de brazos.

Luego le increpó sobre el motivo por el cuál estaba ahí presente, siendo que al ser algo intrínsecamente personal del Yotsuki, no tuvo mayor reparo en comentárselo.

—Estoy aquí para superar mis propios límites— admitió mientras desviaba la vista hasta la cima —Me dijeron que estas escaleras llevan a la montaña más alta del País de la Tierra, así que tomé la decisión de comprobarlo por mi mismo. Es mi meta, voy a conquistar esta cumbre cueste lo que me cueste— No fanfarroneaba, la determinación se manifestaba cómo una tempestad relámpagueante en el brillo de sus ojos. —¿Y tú?— Entrecerró los ojos mientras la miraba de arriba para abajo. —¿También planeas llegar a la cúspide de la montaña?— Más que deducción, no encontraba otro motivo por el cuál alguien iba a ir a ese lugar. Simplemente lo asumió.

—Si sigues comiendo así estarás con el estómago muy lleno y te costará caminar— le reprochó mientras le ofrecían otra bolsita. —¡No me he terminado la primera cómo para comerme otra!— Alegó.

Y entonces, se le prendió un foco invisible encima de su cabeza. "¡Eso!"

—¡Hagamos una carrera de aquí hasta la punta de la montaña! Si gano deberás admitir que estoy en buena forma— Le dijo. —¿Aceptas o vas a quedarte aquí comiendo todas tus provisiones?— Sí es que podía llamársele así a aquel montón de comida chatarra.

La muchacha finjio sorpresa e indignación tras escucharlo, sólo quería molestarlo un poco por dárselas de listo - Estoy aqui porque asi me lo pidieron, pero eso no importa ahora...- entrecerro la mirada y fruncio el ceño ligeramente- ¡Que grocero!- le señalo con el índice de forma acusadora - ¡como puedes hablarle así a una dama! - afilo la mirada y continuo acusándolo, con su dedo índice como si fuera cometido la peor de las ofensas. Ocasionalmente tomaba una papita, sin quitar la expresión de supuesta molestia de si cara.

- No, no quiero hacer carreras con un niñito delgado y pálido - argumento - fui amable contigo y me insultas ¡jum! - la indignación no le daba para no comer, así que continuo comiendo de las frituras hasta que finalmente, minutos mas tarde, la bolsa estuvo nuevamente vacía. Se aburrió de bromear, guardo el paquete ya vacío en su maleta y se sacudió las manos, así como la ropa - En fin~ ¿que decías de una apuesta? - la morena se sonrió y lo vio de pies a cabeza - si ganas admitire que estas en "buena forma", pero únicamente porque tu lo dices, no porque yo lo creaaa~ - canturreo haciendo enfacis en esa ultima frase.

La kunoichi se estiro un poco, levanto los brazos hacia el cielo y volvió a bajarlos enseguida. Acomodo su mochila mejor, para que no fuera a resultar le un estorbo en caso de que la carrera se diera.

"Subir sera mas entretenido de esa forma"

—¡No tergiverses las cosas para ponerlas a tú favor!— Extendió el brazo y le señalo con el dedo índice de su zurda, agitándolo de arriba hacia abajo. —¡Tú fuiste la que empezaste!— Él no se iba a dejar amedrentar por ninguna niña.

La kunoichi pareció declinar al inicio sobre la propuesta del joven Yotsuki, aunque luego cambió repentinamente de opinión, pero no sin continuar con una burla mordaz.

—¡Voy a hacer que te tragues tus palabras!— Resopló mientras sonreía apretando los dientes.

"Pero miren ese carácter, por Ame no Kami." Se ajustó la carga a la espalda.

—Será una carrera limpia, sin trampas, objetos ni técnicas. ¿De acuerdo?— Le interrogó mientras se cruzaba de brazos por enésima vez.

La muchacha se sonrió, era un chico de lo mas divertido. Asintió despacio a cada una de sus palabras, evitando decir alguna cosa que pudiera enojarlo mas. Akane se paro firmemente sobre el escalón en el que se encontraba, acomodo su cabello de tal forma que no fuera a estorbarle luego y entonces... - Bueno, bueno - se aferro a las correas de la mochila que llevaba en la espalda y las sostuvo con fuerza - En sus marcas - se inclino ligeramente hacia el frente - listos~ - canturreo - ¡FUERA! - La morena corrio escalones arriba sin mirar a ningún otro lado que no fuese al frente.

"Esto es estúpido"

se dijo a si misma, pocos minutos después de comenzar a correr. Tras meditarlo un poco llego a la conclusión de que la sola idea de "llegar a la cima" era demasiado estúpida, para su desgracia su cuerpo comenzó a sentirse fatigado, era claro que no era una gran deportista pese a entrenar a menudo - tsk - chasqueo la lengua, mientras algunas gotitas de sudor comenzaban a aparecer en su rostro.

El muchacho hizo lo propio ajustándose la carga, caminado para quedar a la par de la morena. Flexionó las rodilla izquierda mientras mantenía recta la pierna derecha, inclinándola hacia atrás para tener una posición favorable para salir en carrera. "Te estás jugando tu reputación, tu fama, tu orgullo, tu honor, tu dignidad. Vamos lobo, es ahora o nunca. No puedes dejar que mancillen tu nombre de esa manera. Eres el jefe de jefes" Centró su vista en las escaleras de piedra, aquellas que se antojaban infinitas mientras desaparecían en las nubes mucho antes de llegar a la cumbre.

Escuchó atento mientras Akane anunciaba la cuenta regresiva para dar inicio a la competición personal entre los dos genins.

-En sus marcas
-listos~
-¡FUERA!

Y arrancó cómo alma que lleva el diablo.

Rápidamente, se adelantó a su competidora. Su complexión delgada le ayudaba a ser más ligero y rápido en primera instancia. No tardaría en rabasarle por el costado y ponerse justamente enfrente de ella. "¡Así me gusta! ¡QUE ME MIREN LA ESPALDA!" Se dijo internamente, cuando por fuera soltó una estruendosa carcajada por su anticipada victoria.

Paso tan rápido a su lado que no pudo no molestarse. justo en su orgullo, bueno, desde antes de aceptar sabía que no tendría muchas oportunidades pero había guardado la lejana esperanza de que, tal vez, lograse llegar primero - Aaah, que molesto -suspiro con cierto deje de molestia mientras corría tras el muchacho.

Continuo corriendo, aunque estuviera cansada y claramente no fuera a obtener la victoria, no permitiría que pisotearan su orgullo una vez mas, al menos llegaría a la cima aunque fuera de segundo lugar - Te estoy pisando los talones, flaquito~ - le canturreo la kunoichi al de Ame - sigo sin ver esos músculos -rió- ¿estas seguro de que hay alguno? - si no podía ganarle, al menos se aseguraría de que la carrera fuera mas amena, al menos para ella. Bromear y reírse de su acompañante hacia que olvidara el cansancio momentáneamente.

sin embargo Las grandes zancadas que en un inicio dio, comenzaron a amainar y con el correr de los minutos, el ritmo que había intentado mantener, para no quedarse atrás se perdió "Es inútil" una sonrisilla se dibujo en sus labios y sin decir nada se detuvo escalones mas adelante - Lo alcanzare después - intento recobrar el aliento en una gran bocanada de aire y se tumbo sobre un escalón - si, tal vez luego - agrego un tanto agitada y claramente cansada.

"¿¡Pero con qué ovarios se atreve a hablarme así estando cómo estamos!? ¡Es una descarada!" Le dijo el comal a la olla. Volteó la cara hacia atrás, observando cómo la muchacha se fatigaba por el esfuerzo. Él disminuyó un poco la velocidad, no para darle tregua, sino para evitar cometer el mismo error que la kunoichi y cansarse por intentar soltar toda su velocidad en un instante. De todas formas, sabía que seguía superándola aún con eso. Además, bajar el ritmo le permitiría hablarle de regreso.

—¿¡Por qué no vienes aquí a gritármelo en mí cara!? ¡Ah cierto!, NO PUEDES. ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!— Estaba disfrutándolo, y mucho. La maquiavélica carcajada hizo eco en la montaña.

En algún punto la muchacha se frenaría, siendo que Rōga trataría de avanzar un poco más antes de hacer lo mismo. "Conoces el viejo cuenta de la liebre y la tortuga. No cometas un error lobo, que te puede salir muy caro." Intentó sermonearse a sí mismo, para no bajar la guardia ante su competidora por mucha ventaja que tuviese.

Sacaría una cantimplora de su mochila para beber un poco, pendiente de los escalones inferiores a la expectativa de ver a Akane subir, con tal de no dejarse rebasar por descansar demasiado. "Debo mantener la ventaja en todo momento." Pensaba, cuando en realidad su mayor preocupación debería ser el tratar de llegar a la cima, porque quizás aquella cumbre sería la que los venciese a los dos.