29/06/2017, 23:24
Observé como el guardia buscaba en lo que sería la lista de todos los participantes al torneo, tardó algunos segundos en ubicarnos pero finalmente nos cedió el paso, no sin antes llamar a su compañero.
—Muchas gracias.— Agradecí amablemente mientras aceptaba la bolsa, no tardé nada en curiosear todos y cada uno de los objetos que nos entregaron.
Caminé junto al pez en la dirección que nos habían dicho, pero mi atención quedó en el ticket de alimentación. —Espero que hagan buenas pizzas aquí, nada mejor que comida gratis.— Sonreí imaginando la cantidad de cosas que podría hacer con aquel vale, los patrocinadores no sabían lo que habían hecho al otorgarme ese tipo de beneficios.
Llegar a Sendōshi no causó inconveniente alguno, la capital estaba resguardada tras muros de rocas que parecían ser característicos del lugar y el camino por donde debíamos cruzar no estaba bien definido, tardamos varios minutos en encontrarle pero finalmente y con ayuda del mapa logramos retomar la dirección a Nishinoya.
Los edificios se manifestaron de forma paralelas, las dos torres serían nuestra residencia y tras lo visto separaban a los participantes por sexo, posiblemente tuviera de vecino a Mogura, Karamaru o al mismísimo tiburón. —Por fin, ya empezaba a creer que no llegabamos hoy, estoy muerto.— Dije de forma un poco exagerada. ----Por mi está bien, quiero entrenar un poco antes de la iniciación. Nos vemos mañana.— Hice caso omiso a lo de las chicas de compañía asumiendo que sería una broma por parte del escualo.
Sin más que decir me retiré a mi habitación.
—Muchas gracias.— Agradecí amablemente mientras aceptaba la bolsa, no tardé nada en curiosear todos y cada uno de los objetos que nos entregaron.
Caminé junto al pez en la dirección que nos habían dicho, pero mi atención quedó en el ticket de alimentación. —Espero que hagan buenas pizzas aquí, nada mejor que comida gratis.— Sonreí imaginando la cantidad de cosas que podría hacer con aquel vale, los patrocinadores no sabían lo que habían hecho al otorgarme ese tipo de beneficios.
Llegar a Sendōshi no causó inconveniente alguno, la capital estaba resguardada tras muros de rocas que parecían ser característicos del lugar y el camino por donde debíamos cruzar no estaba bien definido, tardamos varios minutos en encontrarle pero finalmente y con ayuda del mapa logramos retomar la dirección a Nishinoya.
Los edificios se manifestaron de forma paralelas, las dos torres serían nuestra residencia y tras lo visto separaban a los participantes por sexo, posiblemente tuviera de vecino a Mogura, Karamaru o al mismísimo tiburón. —Por fin, ya empezaba a creer que no llegabamos hoy, estoy muerto.— Dije de forma un poco exagerada. ----Por mi está bien, quiero entrenar un poco antes de la iniciación. Nos vemos mañana.— Hice caso omiso a lo de las chicas de compañía asumiendo que sería una broma por parte del escualo.
Sin más que decir me retiré a mi habitación.