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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
Callate, maldita salvaje. Se suponía que este veneno te paralizaría entera. Tsk, da igual. Te apuñalaré el corazón y a tomar por culo.

Ven aquí si te atreves, desgraciada

Acto seguido, saltaria sobre ella empuñando todavia la agujara y buscando atravesar el pecho de la kunoichi. Lyndis esta vez daría un paso lateral, haciendo que de sus piernas unos pequeños rayos recorrieran sus piernas, dejaría que Sasu avanzara y le propinaría una fugaz patada en la espalda con la espinilla de la cual saltarían varios relampagos. El impacto puede que hiciera que esta atravesara la puerta separaba el descanso y las aguas termales.

¿Aaaah? ¿Eso es todo lo que tienes? — dijo arqueando una ceja, mientras uno de sus brazos estaba colgando, y la amenazaba con el otro puño. — Vamos, levantate. Te mandaré a dormir calentita


- PV:

200/200


- CK:

174/180

-6


- Daño provocado: 16 PV + 10 PV
- Acciones ocultas:

Fuerza 40
Resistencia 40
Aguante 40
Agilidad 40
Destreza 40
Poder 20
Inteligencia 40
Carisma 40
Voluntad 40
Percepción 40

Bandana ninja de Kusagakure (Brazo derecho, protege de 7 PV)
Portaobjetos básico (0/10) (Lateral derecho)

¤ Raiton: Karada No Nagare
¤ Elemento Rayo: Técnica del Flujo de Chakra Corporal
- Tipo: Apoyo
- Rango: D
- Requisitos: Raiton 15
- Gastos:
  • 6 CK (divide regeneración de chakra)
  • (Raiton 30) (multiplicable x2)
- Daños: Taijutsu básico + 10 PV
- Efectos adicionales:
  • Si toca un arma metálica, quien la porte recibirá el daño de la técnica.
  • (Raiton 40) La técnica se extiende a todo el cuerpo
  • (Raiton 80) Atraviesa técnicas de Doton
- Carga: 2
- Velocidad: Instantánea
- Alcance y dimensiones: -
Gracias al hecho de que el cuerpo humano está en su inmensa mayoría compuesta por líquidos, el usuario de la técnica es capaz de provocar una fuerte y continua corriente eléctrica por las extremidades de su cuerpo, potenciando así los golpes de su taijutsu básico mediante descargas eléctricas.

El usuario solo puede utilizar esta técnica en el tren superior o inferior de su cuerpo y debe mencionar al ejecutar la técnica en cuál se utiliza; pero un mayor control y capacidad sobre el elemento rayo, puede permitir usarlo en ambas a la vez. Por cada golpe, para mantener activo el flujo de chakra, el usuario debe volver a pagar el coste.

"Un rayo puede no caer dos veces en un mismo lugar, pero yo puedo cruzarte la cara dos veces en el mismo sitio"

¤ Shinobi Kumite
- Requisitos: Taijutsu 10
En todas las academias ninja enseñan el arte de la lucha ninja, o Shinobi Kumite. Esta práctica otorga la posibilidad de ejecutar los movimientos básicos de taijutsu (puñetazos, patadas, rodillazos, codazos, cabezazos y llaves).

· Golpes básicos de taijutsu: 12 PV + (Fuerza/10)

· Otros: 6 PV + (Fuerza/10)

· Bloquear: Reduce el 50% del daño a recibir, antes de aplicar la reducción de Resistencia.

(Destreza 100) Ahora Bloquear reduce el 75% de los golpes básicos.
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#17
Sin demasiado esfuerzo Lyndis esquivó el ataque de Sasu y le dio una patada electrificada aprovechando el propio impulso que traía la civil, empujandola contra la puerta con gran fuerza. Obviamente, la puerta de papel y madera se vino abajo tan pronto como la chica chocó contra ella.

La peliverde cayó de culo con los restos de la puerta y se apoyó sobre sus manos para girarse de nuevo a Lyndis, todavía sentada en el suelo. La kunoichi podría ver que las astillas le habían hecho cortes a la chica, y eso no había hecho más que enfurecerla aún más.

Serás...

¡¿Qué demonios está pasando aquí?! — gritó Makura entrando, bueno, "entrando" en escena, ya que no había puerta por la que entrar. — Por Amenokami, ¿qué estáis haciendo?

M-Mamá, n-no lo sé, ésta se ha vuelto loca y... y me ha pegado. — de la forma más sutil que pudo ocultó el senbon que empuñaba bajo su propio cuerpo, señalando a Lyndis con la otra mano, aterrada.
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#18
¡¿Qué demonios está pasando aquí?!Por Amenokami, ¿qué estáis haciendo?

Tu hija ha intentado matarme con paralizantes — dijo señalandose el brazo que tenía completamente paralizado, haciendo un gesto mostrando que este estaba inmovil.

M-Mamá, n-no lo sé, ésta se ha vuelto loca y... y me ha pegado. — protestó escondiendo el senbon con su propio cuerpo.

Lyndis alzó un poco la cabeza, mirándola con asco y enseñando los dientes caminando hacia ella mientras de sus piernas brotaban algunas chispas que emitían algo de luz y ruido.

¿Loca? Si estuviera loca te hubiera matado en el mismo instante que mi pierna te toco la espalda — después, se giró para ver a la dueña. — Poco me va a importar lo que me pagues por la estancia. Me largo de aquí. Ahora.
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#19
Tu hija ha intentado matarme con paralizantes

¿Qué? — miró el brazo completamente inerte de Lyndis y se veía dificil de fingir algo así. — ¿¡Qué!?

¿Loca? Si estuviera loca te hubiera matado en el mismo instante que mi pierna te toco la espalda Poco me va a importar lo que me pagues por la estancia. Me largo de aquí. Ahora.

Espera, espera. No puedes irte con el brazo así.

Sasu se revolvió en el suelo, indignada.

¿Cómo? ¡¿Crees a esta... esta kunoichi antes que a tu hija?!

¡Mirale el brazo! Esto es por tu padre, ¿verdad? ¡Te dije que te olvidases de ello! — señaló con su mano al brazo de la kunoichi.

Oh, claro, disculpame por no poder olvidar a mi padre tras tu sabio consejo. ¡No soy un demonio sin corazón! Como otras. — empezó a hacer aspavientos completamente indignada.

¡Tu padre era un ninja! — se tapó los ojos y suspiró antes de quitarse la mano de nuevo. — Dios, es que eres idiota. — suspiró pesadamente.

¿Qué? ¡No! ¡A papa lo mató un ninja de Kusagakure!

¡¿Y por qué te crees que lo hizo?!

¡Él era un buen hombre! Él no... — se quedó en el suelo, mirando a todo y a nada.

Lyndis, por favor, dejame al menos curarte la herida. — le pidió la mujer con una mano en el pecho. — No puedes salir así, por favor.
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#20
No le hacia ni una pizca de gracia permanecer en ese sitio por más tiempo. Y pese a que le disgustara eso, la dueña del local tenia toda la razón, no podía salir a la calle. Por un instante, se le cruzó por la cabeza que aquella promoción para ninjas y kunoichis, no era más que una trampa para poder ir atrayéndolos e ir matándolos uno a uno según entraban. Pero aquel intento de asesinato solo era por parte de una persona. El hecho de que estuviera tan vacío el local, ahora parecía cobrar algo de sentido. Y es que aunque fueras un civil, tampoco querrías estar en un lugar potencialmente peligroso aunque tú no fueras el objetivo.

Además, la chica no tenía experiencia para matar, y no solo eso, si no que no lo había pensado excepcionalmente bien. Hubiera sido preferible aprovechar que durmieran o estuvieran relajados, e incluso con eso tendría un grave problema para ocultar los cadáveres. Lo mejor sería un veneno de acción tardia en la comida, y que fallecieran cuando dejaban la estancia.

T-Tsk... — Apretó los dientes, mostrándose reacia cuando Maku se acercó, retrocediendo un paso. — De acuerdo — añadió tras dirigir otra mirada de despecio y odio a la chica que estaba tirada en el suelo.

Se dejaría llevar entonces por la dueña en busqueda de asistencia médica. Posiblemente ella misma acabaría ocupándose. Cuanto menos tiempo pasara allí, mejor para ella. Aunque... La pobre niña que la había atendido no tenía culpa de nada, y seguramente se sentiría decepcionada y triste si la veía marcharse. Por el momento necesitaba asistencia, luego ya pensaría que hacer.
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#21
La pobre Sasu estaba tirada en el suelo, sentada y completamente en shock. Mientras, Maku se acercó a Lyndis para examinar la herida. Por suerte, la herida de senbon era casi completamente inocua, apenas sangraba y no parecía haber atravesado nada demasiado importante.

Voy a cerrar y te busco un antídoto general, seguro que algo hará. Mi hija no tiene ni idea de venenos así que eso tienen que habérselo dado. — ni siquiera la miró.

Se giró hacia la puerta y entonces, todas se darían cuenta de que tenían compañía. Un hombre vistiendo una túnica completamente negra las observaba desde el marco de la puerta.

No preocuparse, ya he cerrado yo. — a su lado yacía Lily, inconsciente.

Llevaba el pelo corto y de un color entre plateado y blanco, sus ojos eran de un gris fantasmal. Las mangas de su túnica colgaban como si nada las rellenara. Fuera de la túnica solo se veían sus pies, embutidos en sandalias.

Sasu-chan, ¿acabas el trabajo o esperamos a mañana?

Lyndis distinguiría un movimiento extraño de las sombras justo antes de que Maku quedase inconsciente. La kunoichi seguía sin sentir absolutamente nada en su brazo y Sasu parecía haber recobrado medianamente la compostura al oír esa voz.

K-Kage-san... — gimoteó Sasu.

Remata el trabajo. — le ordenó a la chica — Zhaoren Lyndis, elige. Huye y mato a todos estos o deja que la chica te apuñale y les dejo vivir.

Ni siquiera contemplaba la opción de que la kunoichi le enfrentase.
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#22
Maku estuvo a punto de caer al suelo si no llega a ser por la rápida reacción de Lyndis, quien la cogió con su único brazo bueno solo para dejarla reposar en el suelo sin que se diera un golpe.

Y tu quien... — Y su mirada se desvió al lateral de aquel hombre, viendo a la niña que la había atendido al principio del todo. — Así que has sido tú quien le ha pedido que me mate ¿Quién coño eres tú? ¿Cómo sabes mi nombre?

Tomó una pose defensiva lo mejor que pudo, mientras su brazo atontado todavía colgaba sin movimiento alguno. Sus piernas estaban separadas, con una hacia delante mientras la otra estaba un poco más atrás. El puño de Lyndis temblaba de rabia, y ganas de romperle la cara aquel desconocido. Que atacaran a cualquier shinobi era de lo más normal, mucha gente los odiaba por mil y un motivos. Pero utilizar a civiles, atacarles a ellos e incluso a una cría. Solo la escoria más baja era capaz de hacer algo así.
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#23
Así que has sido tú quien le ha pedido que me mate ¿Quién coño eres tú? ¿Cómo sabes mi nombre?

No se movió, ni siquiera parpadeó, cuando Lyndis se puso en guardia. Seguía ahí parado pasando la mirada de vez en cuando a Sasu, que seguía tirada por ahí en vez de haciendole caso.

Nunca me han gustado los villanos que le sueltan todo su plan malvado a la heroina antes de dejarla en una situación mortal. Porque eso es lo que somos ¿no? Yo soy el terrible malvado y tú la impoluta heroína. En fin, que no va a haber intercambio animado de información, a menos, claro, que quieras contarme algo.

El miedo que la chica sentía hacia el recien llegado parecía poco a poco ir superando el daño que Lyndis le había hecho. El hombre no dejaba de mirarla sutilmente para que se levantase y cumpliese su mandato y Sasu estaba lentamente levantándose sin apartar la mirada de la kunoichi por miedo a que la volviese a golpear.
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#24
Lyndis arqueó una ceja, sorprendida. ¿Quién en su sano juicio haría justo eso? En el caso de ser ella una heroína él la catalogo, y dejarla en un estado al borde de la muerte. ¿Para qué coño iba a contarle sus planes mientras le dejaba recuperar el aliento o que llegara la ayuda? Solo un imbécil con un ego superior y excesivamente creído haría algo así. Aunque fuera una persona fría y calculadora, debería tener un exceso de confianza como para llegar a hacer algo así.

¿Y yo porque coño te iba a contar a ti algo? ¿Tienes problemas en casita con papa y mama y necesitas un hombro sobre el que llorar? — bufó sonriente, para después seguir un rato más con las bravuconadas. — Oh no. Espera. Me tachaste a mí de heroína por ser una Kuniochi y que tú eres un villano. Ya sé. Unos ninjas mataron a tus seres queridos en una misión por accidente pensando que eran su objetivo y desde entonces decidiste tomar represalias contra ellos ¿es eso? ¿Me estoy acercando? ¿O simplemente eres un payaso de esos de ojos rojos danzantes que esta obsesionado con la venganza? — Pero este no dejaba de desviar la mirada sobre la chica a su espalda. — Que estás hablando conmigo, imbécil

Intentó darle conversación, mientras intentaba enfocarse en buscar cualquier respuesta de su brazo. El más mínimo estimulo. Pero fue en vano. Durante todo el rato permanecería en guardia, preparada para contraatacar si notaba cualquier acción amenazante sobre ella.
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#25
El hombre misterioso esbozo una media sonrisa. Lyndis casi se lo estaba poniendo demasiado fácil.

No existen los accidentes, Zhaoren-san. Un ninja no mata por accidente, mata porque puede o porque debe. Se guardan los secretos del ninjutsu para ellos y se declaran guardianes de la paz. ¿Y qué paz guardáis? Tienes razón, un padre murió aquí, no por accidente pero si por un ninja. Un hombre de paz asesinado y nadie pestañeo. Ni siquiera te resulta raro que un ninja vaya matando por error. No somos más que las consecuencias de vuestra egolatría.

Mientras el hombre hablaba, Sasu se fue acercando a Lyndis por su lado paralizado. No fue sutil ni silenciosa. A medida que ambos hablaban, más temblaba Sasu, más lloraba, pero no dejaba de acercarse a Lyndis con el senbon agarrado con ambas manos. Mordiéndose el labio inferior se lanzó a por la pierna de Lyndis.
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#26
El terror de Sasu no fue lo único que le impediria acertar en su ataque; la diferencia entre un civil y alguien especializado en tacticas de combate era bastante grande. Cuando la chica se abalanzó sobre Lyndis, la kunoichi respondió apartándose y agarrándola violentamente con su único brazo bueno de la muñeca. La tiró al suelo, y puso una de sus piernas encima de su espalda para evitar que pudiera volver a levantarse, tiró del brazo de la aguja hacia atrás y haciéndole presión en la muñeca para que soltara el arma y volvió a dirigir su atención a aquel hombre.

Entiendo, entiendo. Y te crees moralmente superior al resto, este sistema de los shinobis está corrupto, siempre se salen con la suya y no pagan por sus errores, blablabla. No sé que gilipolleces le habrás metido a esta pobre chica en la cabeza tergiversando la realidad con palabras bonitas. Que nos declaramos guardianes de la paz pese a todo esto. Bueno, nos ha caido esa responsabilidad sobre los hombros, si fueras tú el guardian de la paz, seguramente tendriamos los papeles ahora mismo invertidos ¿no? — Arqueó una ceja. — Tu serías el heroé, y yo la cruel villana. Oh no, es verdad. Que soy la villana disfrazada de heroina, mientras tu eres tan solo un perseguido libertador ¿no?

Cuando Sasu soltó la aguja, la alejaría de una patada con su otra pierna para después terminar por sentarse encima de la espalda de la chica.

¿Se me da bastante bien, eh? Abusando de mi privilegio policial para abusar de una pobre chica ¿no crees? — Añadió sin perder el tono burlon en ningún solo minuto.
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#27
Para Lyndis, Sasu era poco más que una niña en cuanto a combate se refería. Incluso con ambos brazos y una pierna paralizadas, Sasu tendría bastantes problemas para siquiera asestarle un golpe a la kunoichi. Se apartó y la agarró, tirandola al suelo sin problemas. Sin embargo, cuando ya la tenía agarrada y se disponía a hacerle presión para que soltase la aguja, se quedó paralizada.

Durante unos segundos, se quedó helada en el sitio, incluso soltó el agarre. Parecía que su cuerpo no le respondía, como si no fuera el suyo. Sasu se revolvió y consiguió zafarse, clavandole la aguja en el otro brazo con una expresión de pura desesperación. Acto seguido intentó alejarse de Lyndis, mientras esta recuperaba el control de su cuerpo. Al menos, de las partes no envenenadas de su cuerpo, que ahora eran las piernas, el tronco y la cabeza. No sentía los brazos.

El hombre no se había movido del sitio, pero la kunoichi volvería a ver un movimiento extraño a sus pies, como si su sombra fuese cambiando de forma. Esbozaba media sonrisa, habiendo cortado el discurso de Lyndis apenas haber empezado.

Te dije que huyeras.
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#28
Tras un breve lapsus en el que el cuerpo entero parecía haberse paralizado, este fué devuelto a la normalidad cuando una nueva aguja se clavó en el único brazo bueno que le quedaba. Sasu se consiguió alejar a tiempo, o hubiera recibido una brutal patada que tal vez le hubiera roto un par de huesos en reproche y furiosa.

"¡Mierda, mierda, mierda, MIERDA! ¡JODER!" Gritaba en sus interiores completamente desesperada tras sentir como las fuerzas de su otro brazo también parecián desvanecerse. "Con los brazos así me va a costar demasiado pelear. ¿¡Y que coño fue lo de hace un momento!? Todo mi cuerpo se ha detenido practicamente en seco y... Y las sombras a los pies de ese hombre, volvieron a danzar como había visto en un principio. Son sus putas sombras. Al principio pensé que me lo había imaginado, que tal vez era cosa del veneno. ¡Pero esa puta mierda se mueve a su voluntad"

Te dije que huyeras — y estas volvieron a danzar de forma amenazante.

Odiaba tener que abandonar una pelea con todas sus ganas, pero si intentaba luchar contra un enemigo que ni siquiera sabia que coño hacían sus habilidades con los brazos inutilizados, era un suicidio asegurado.

No se que coño has pactado con este tio. Pero te vas a arrepentir. Profundamente — le dirigió una última mirada a la chica aterrada.

Correr en dirección a la puerta y pasar por su lado no era una opción siquiera posible sin conocerlo, por lo que la única opción que parecía posible era escapar atraves de las alturas de los baños. Retrocedió un par de pasos sin dejar de prestar atención al suelo, en concreto a las sombras de aquel hombre. Dobló las rodillas momentáneamente, para salir impulsada hacia atrás en dirección a los límites de los baños hechos de piedra y cemento. Pateó una de las paredes y luego volvió a dar un gran salto para abandonar definitivamente aquel lugar.


- PV:

200/200


- CK:

160/180

-20


- Daño provocado:
- Acciones ocultas:

Fuerza 40
Resistencia 40
Aguante 40
Agilidad 40
Destreza 40
Poder 20
Inteligencia 40
Carisma 40
Voluntad 40
Percepción 40

Bandana ninja de Kusagakure (Brazo derecho, protege de 7 PV)
Portaobjetos básico (0/10) (Lateral derecho)

¤ Hitoshin
¤ Dios Conejo Saltarín
- Legado de: Sagiso Ranko[/b] en Verano del año 220
- Tipo: Apoyo
- Rango: C
- Requisitos: Taijutsu 45, Fuerza 40
- Gastos: 20 CK
- Daños: -
- Efectos adicionales:
  • Si se usa un Taijutsu básico aprovechando el impulso, incrementa el daño del mismo en 10 PV. Debido a la presión en las piernas, solo puede usarse una vez por turno.
  • (Taijutsu 60) El usuario puede ejecutar el salto una segunda vez de manera seguida, en una dirección diferente si así lo desea, siempre que el salto anterior le haya hecho caer sobre una superficie firme.
  • (Taijutsu 75) El usuario puede ejecutar el salto una tercera vez de manera seguida, en una dirección diferente si así lo desea, siempre que el salto anterior le haya hecho caer sobre una superficie firme.
- Carga: 3
- Velocidad: Rápida
- Alcance y dimensiones: Impulso de 12 metros, ruptura del terreno en un diámetro de 5 metros.
El usuario dobla las rodillas y concentra su chakra en sus piernas. Acto seguido da una potente patada doble al suelo, lanzándose a toda velocidad en cualquier dirección cual bólido. Esta técnica se basa más en el uso de la fuerza para impulsarse, por sobre el sigilo o la destreza, por lo que el salto produce una ruidosa ruptura en el punto de origen, desestabilizando a quien se encuentre lo suficientemente cerca, a la vez que provee de una oportunidad de sorpresa en caso de usarse de manera ofensiva directa. Gracias al impulso, si el usuario conecta algún golpe básico al final del salto, dicho ataque se verá levemente amplificado.

Después del despliegue de Taijutsu Kusajin en el Torneo de los Dojos, algunos ninja de la Aldea se vieron interesados en sus técnicas de combate. Uno que otro quiso saber sobre la kunoichi que había quedado de pie aun inconsciente, y su jutsu de desplazamiento. Ranko decidió entonces compartir su técnica con algunos maestros, para que estuviese disponible a cualquier Kusajin que entrenara su fuerza por sobre su velocidad, para que no se quedase atrás en ninguna habilidad.

"¡El salto de Kusagakure no Hakuto llegará incluso más lejos!
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#29
El hombre ni siquiera hizo el amago de seguirla. Lo único que siguió a Lyndis fue la mirada de los presentes. Saltó del suelo, destrozando metros a la redonda y después en la pared, destrozándola también. Más que una kunoichi parecía un rinoceronte desbocado.

Sasu estaba demasiado asustada o nerviosa para hacer nada que no fuese mirar y Kage ya había conseguido su objetivo. Una vez Lyndis estuvo fuera de escena, éste se relajó.

Sé que tu padre era un shinobi, lo sabía la primera vez que hablamos. ¿Recuerdas lo que le dije a Lyndis que haría si huía? ¿Te ha parecido que le importase lo más minimo? Tu vida, la de tu hermana, la de tu madre. Son heroes contra bandidos, contra civiles. En cuanto hay un peligro real, mira donde quedan los ninjas.

Se giró, dandole la espalda a Sasu, que escuchaba todavía en shock. ¿Iba Kage a matarlas? Podía hacerlo perfectamente. Igual que había dejado inconsciente a su madre en un parpadeo. El hombre se acercó de nuevo a Lily.

Sé que estás despierta. No os preocupeis, no os voy a hacer nada, no soy un animal. Solo quiero igualdad. Os doy la posibilidad de estar en igualdad de condiciones con los ninjas. Os puedo entrenar, os puedo decir quien asesinó a vuestro padre y por qué. Sasu-chan, has demostrado lo que vales, por eso os hago esta oferta.

Comenzó a andar a la salida, mientras la más joven de las hermanas se levantaba lentamente, más pálida que la luna llena.

Si la aceptáis, quemad este lugar. Sino, seguid con vuestras vidas y no volveréis a saber de mi.

Y se deshizo en una sombra, abandona la escena. Lo que no sabían es que si decidían rechazarle, tendría que quemar el lugar igual, con la diferencia que lo haría con ellas dentro. Un triste y trágico accidente. ¿Qué sería? Solo el tiempo lo diría.
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#30
No solo había huido de un combate, sino que había dejado a un par de civiles a manos de una peligrosa persona de la cual, apenas podía describir un par de facciones. Un abrigo largo y negro hasta casi los tobillos, una voz áspera y era capaz de manipular las sombras. Y por como hablaba, estaba claro que era alguien manipulador, que buscaba debilidades que explotar hasta en gente que no tenía nada que ver, para ponerlos de su lado y bajo sus ordenes.

Corrió por las calles iluminadas durante un rato, mientras sus brazos inertes se zarandeaban a la vez que se maldecía una y otra vez por su debilidad. Tanto la madre como la más pequeña, parecía más que claro que no tenían nada que ver con aquel hombre. Sasu parecía haber sido embaucada por sus palabras y puede que hasta cierto punto tuviera culpa.

"Si fuera mas fuerte, no tendria que haber salido con el rabo entre las piernas. Si hubiera tenido cuidado desde un principio, no me hubieran envenenado, o por lo menos no con tanta facilidad" Se detuvo un momento en un cruce, mirando a todas las opciones con la respiración agitada "Por suerte no habia nada de importancia en mis pertenencias, lo mejor será que me largue de aquí e informe sobre lo acontecido"

Tomo el camino a su izquierda, directa a la estación de tren más cercana y buscaría a alguien responsable de la salida de los trenes, preguntando cual era el próximo tren que salía con destino a las inmediaciones de Kusagakure. La bandana y una breve explicación, serían más que suficientes para dejarla pasar aunque no llevara dinero encima, a modo de un asunto oficial. Al fin y al cabo no podía pagarles en ese momento con dinero, pero la publicidad que podría hacer a una institución gubernamental que la había ayudado en una situación de necesidad, podía llegar a ser un pago más que negociable para la línea ferroviaria.
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