Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
El pobre Calabaza trató de darse a la fuga como buenamente pudo, pero aquel arácnido parlanchín parecía muy empeñado en interponerse en su camino. Cuando la araña le saltó al paso, el indigente la esquivó con un veloz paso lateral —¿tal vez demasiado veloz para un yonqui?— y prosiguió su carrera hacia las calles aledañas. Al abrigo de la oscuridad, Calabaza tenía una ventaja sobre los dos kusajines; él conocía la zona. Si lograba internarse en alguna de las callejas adyacentes, le sería extremadamente fácil dar esquinazo a todos sus perseguidores.
Por su parte, Daigo se apresuró a perseguir a Ashi el Junco. Sin embargo, estaba a punto de descubrir que el sicario no sólo era más ágil que él —sustancialmente—, sino que además jugaba con la misma ventaja que Calabaza; conocimiento del terreno. Cuando el genin de pelo verde sorteó la nube de humo y cayó al otro lado, ya no había rastro del larguilucho. Probablemente había huído por los callejones adyacentes, en dirección derecha o izquierda.
Mientras, Ushi seguía manteniendo su postura de guardia y observando a Yota. El ninja que antes les había atacado sin previo aviso no parecía dispuesto a mover ficha ahora, y su compañero se había colocado en la retaguardia del Toro; una posición problemática. Así, Ushi resolvió que su mejor baza era hacer lo que mejor se le daba. Embestir. Blandiendo sus dos nunchakus, el sicario cargó ferozmente contra Yota. Primero lanzó uno de sus nunchakus para intentar apresarle el brazo derecho, y luego tiró con fuerza para desequilibrarle. Aprovechando la ocasión, intentó darle un tremendo golpetazo en la cabeza con su otro arma.
11/04/2019, 23:58 (Última modificación: 12/04/2019, 00:07 por Sasagani Yota. Editado 1 vez en total.)
Afortunadamente, aunque hizo falta un esfuerzo por parte del peliverde, este me hizo caso y se puso a perseguir al tipo que se largaba por el fondo del callejón. Aquello me dejaba con una situación de igualdad numérica. Kumopansa con el yonqui y yo contra el tipo de los nunchakus.
Pronto se empezarían a torcer las cosas. El yonqui empezaba a demostrar que era todo un atleta y con una finta bien ejecutada pudo superar el obstaculo que representaba el animal que se había decidido en interponerse en su camino.
— ¡Kumopansa!
Ella entendió lo que pretendía decirle a la perfección. Todo apuntaba a que Calabaza se había salido con la suya pero cuando este pasaba por el lado del arácnido, este saltó para agarrarse a la ropa del drogata por su espalda. Así que, o se deshacía de ella, o iban a viajar juntos.
En el callejón, Ushi había decidido librarse de mi presencia y darme una lección, pero atacó de frente, sin pararse a pensar como podría actuar alguien como yo. Y es que los ninjas esconden varios ases bajo su manga y mi caso no era una excepción. Había que ser muy imbécil para no imaginarse que el tipo atacaría con sus nunchaku así que accioné el mecanismo oculto bajo la manga de mi brazo derecha, el cual hizo saltar mi kunai y cuando lo agarre con mi mano surgió un destello que las retinas de aquel matón de cuarta regional no sería capaz de soportar.
Segundos vitales para contraatacar.
Y eso fue exactamente lo que hice. Cargando chakra en mi brazo izquierdo, esta se vio envuelto en una feroz vorágine eléctrica que terminaría por impactar en la boca de su estómago. Pero esta vez me preocuparía de que no fuese un simple calambrazo. No, esta vez le propine un golpe con todo mi poder.
Estado de Yotita
• PV:
160/160
–
• CK:
179/220
–
-12
–
-5
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-24
–
Fuerza: 35
Resistencia: 30
Aguante: 40
Agilidad: 50
Destreza: 45
Poder: 50
Inteligencia: 40
Carisma: 20
Voluntad: 30
Percepción: 40
[code][spoiler=Inventario]
Portaobjetos [Muslo derecho][9/10]
Hilo shinobi (30 metros)
Kemuridama x1
Hikaridama x1
Pack de 5 cascabeles
Sello explosivo clase C x1
Shuriken x2 (8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo)
Esposas supresoras de chakra
Juego de ganzúas
Fuuma Shuriken x1 25 PV/corte superficial, 40 PV/corte, 65 PV/impacto(En el cinto por el costado izquierdo)
Ninjato (15 PV/golpe con mango o vaina, 20 PV/corte superficial, 30 PV/corte, 40 PV/penetración)(en horizontal en la parte trasera del cinto)
¤ Iaido: Nikkou ¤ Camino del Iai: Brillo del Sol - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Kenjutsu 10 - Gastos: 5 CK - Daños: - - Efectos adicionales: Ceguera de unos instantes - Sellos: - - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: 5 metros
El término Iaido representa un estilo específico de kenjutsu que consiste en movimientos limpios, controlados y rápidos de desenfunde y enfunde de la espada, de una forma tan rápida que resulta imperceptible. De esta forma, se consigue confundir a un posible enemigo. Este arte fue inventado por los samuráis, y desarrollado como un arte de lucha con espada instantáneo capaz de anticiparse a los sellos manuales de los shinobi. En esta aplicación del Iaido, el usuario desenfunda ligeramente la espada y vuelve a enfundarla imperceptiblemente, reflejando la luz del Sol (o una luz artificial, o de la luna si está visible) y potenciándola con su chakra, generando un destello lo suficientemente cegador como para incapacitar a un grupo de adversarios durante un pequeño instante. Después de cada uso, la técnica se va volviendo más predecible y evidente.
- Daños: Taijutsu básico + 20 PV - Efectos adicionales:(Raiton 50) En la versión multiplicada al impactar se hace un descarga de chispas que repele al objetivo lanzandolo en la dirección opuesta al golpe - Sellos: - - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El usuario ha aprendido a recubrir con una fina pero potente capa de chakra raiton una de sus extremidades, ya sea del codo hasta la mano, o de la rodilla hasta el pie, para realizar golpes potentes apoyándose en el uso de su elemento y del taijutsu enseñado en la academia. Al alcanzar el máximo de poder, el usuario ejecutor podrá lanzar por los aires a su objetivo.
—Demonios... —se quejó por lo bajo cuando perdió de vista a Ashi.
Daigo miró a todos lados, confundido ¿Cómo podía desaparecer tan rápido?
No tenía caso. Sin ninguna manera de rastrearlo no tenía sentido seguir corriendo y abandonar la escena, así que el peliverde decidió concentrarse en lo que sucedía cerca suyo.
—¡Kumopansa!
El chico pudo ver con aún más confusión si cabe, como con una simple orden de Yota, la araña intentó aferrarse a Calabaza.
«¿Ahora lo estamos siguiendo a él?» Se preguntó. «¿Por qué lo intenta retener?»
Luego de apresurarse a bajar, Daigo dirigió su mirada a Yota para avisarle, pero se encontró con una desafortunada y luminosa sorpresa.
—¡Ah! ¡Mal-! —Se detuvo antes de decir una tontería—. ¡Ha escapado! ¡No sé adónde ha ido!
Estando obligado a taparse los ojos con sus manos, poco más pudo hacer el boxeador por ayudar a Yota.
Vida
180/180
–
0
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Chakra
150/150
–
0
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Inventario:
Hitai-ate (Frente)
Esposas supresoras de chakra (colgadas de la parte derecha de su cadera)
Sorpresivamente para tanto Kumopansa como Yota —y probablemente el resto de los presentes, el yonqui Calabaza que había demostrado una repentina agilidad, volvió a ser el de siempre cuando la araña se le agarró a los ropajes. Cayó al suelo, perdiendo el equilibrio, mientras se revolvía para intentar sacarse de encima a la araña entre gemidos de protesta.
—¡Quítate de encima, bicho! ¿Q... Q... Qué mierdas estás haciendo? —escupió el adicto, que tan sólo quería alejarse de allí lo antes posible, conocedor de que la situación estaba a punto de empeorar—. ¡Vete a tomar por culo!
Entonces el indigente agarró a la araña con ambas manos y, con toda la fuerza que sus raquíticos brazos fueron capaces de imprimirle, la lanzó violentamente contra su propio dueño. «¡Hijos de puta! Este callejón se va a llenar de matones del Dedo Amarillo en nada y menos... ¡Tengo que salir de aquí!»
Por su parte, Ushi trastabilló ligeramente cuando la técnica de deslumbre momentáneo de Yota le dejó sin visión. Rápidamente el kusajin se dispuso a contraatacar, conectándole un tremendo puñetazo potenciado con chakra Raiton al sicario en todo el estómago. Ushi entreabrió la boca intentando en vano cazar el aliento que se le escapaba rápidamente, con los ojos desencajados. Producto del ataque de Yota, aquel tipo de apariencia tan robusta salió despedido en dirección contraria, derribado como un muñeco de trapo. El Toro voló un par de metros por los aires hasta aterrizar cayendo sobre su propia espalda, con un golpe seco.
—Cof, cof... Mi... erda de... Trucos ninja —masculló, mientras se incorporaba—. Pero lo vas a tener que hacer mucho mejor si quieres dejarme seco, niño.
De nuevo en pie, el tipo meneó sus nunchakus mientras trataba de recuperar el aliento.
—Dime, ¡shinobi! ¿Todo este alboroto por un yonqui de mierda? —preguntó el matón—. Pensaba que los ninja sólo trabajábais por dinero. ¿Sabes ya si os va a pagar este trozo de basura? A nosotros nos debe una pequeña fortuna.
Tuve que apartarme para que Kumopansa no me cayese en la cabeza. Maldito yonqui cabrón. Era incapaz de agradecer lo que estábamos haciendo por él, ni que fuese un radical uzujin... Pero el tipo estaba por largarse y yo tenía asuntos entre manos.
«Ya te buscaré luego..»
Ahora era momento de encargarse de aquel matón engreído. el cual no hacia más que intentar provocarme. ¿Tan pocas posibilidades se veía de triunfar ante mí? Bueno, en ese caso quizás era una buena oportunidad para lucirse y divertirse. además, ahora esto se había convertido en un 2 contra 1.
— Oh... también tengo mis principios, ¿sabes? No todo se resume a ser un mercenario
— ¡Sí, eso, principios! —el animal se quedó dudando por unos segundos— Esto.. ¿qué son principios, tío?
Resoplé aunque sin apartar la mirada del sicario.
— Ya te lo contaré el día que puedas entenderlo, ahora bailemos con este gilipollas —señale al tipo con mi índice— Vamos, acércate que me gustan más los bailes lentos y a cortas distancias
Estado de Yotita
• PV:
160/160
–
• CK:
199/220
–
+20
–
Fuerza: 35
Resistencia: 30
Aguante: 40
Agilidad: 50
Destreza: 45
Poder: 50
Inteligencia: 40
Carisma: 20
Voluntad: 30
Percepción: 40
[code][spoiler=Inventario]
Portaobjetos [Muslo derecho][9/10]
Hilo shinobi (30 metros)
Kemuridama x1
Hikaridama x1
Pack de 5 cascabeles
Sello explosivo clase C x1
Shuriken x2 (8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo)
Esposas supresoras de chakra
Juego de ganzúas
Fuuma Shuriken x1 25 PV/corte superficial, 40 PV/corte, 65 PV/impacto(En el cinto por el costado izquierdo)
Casi 10 días desde mi último post... So sorry pero salto a Daigo XD
Ushi ignoraba todo lo que estaba ocurriendo con Kumopansa, Calabaza y el otro kusajin de cabello verde. Su única preocupación era retener allí a los dos ninjas el tiempo suficiente para que Ashi pudiera avisar al resto y volver con refuerzos; sin morir en el intento, claro. Así pues, el anchote bajito agradeció las ganas de cháchara que tenía Yota; aunque por otra parte, le daban mala espina. Parecía que aquel ninja estuviera a su vez, interesado en hacerle perder el tiempo. ¿Para qué?, se preguntaba el Toro.
—Ya verás cómo vas a bailar cuando te haya partido las piernas, shinobi —amenazó sin alterar aquella expresión calma suya, ni elevar la voz—. Habéis cometido un error de tres pares de cojones metiéndoos con el Dedo Amarillo en nuestra propia casa. Os vamos a devolver a Kusagakure en cajas de pino, cabrones.
Ushi empezó a caminar sin dejar de darle el frente a Yota para situarse con una de las paredes del callejón a la espalda, de forma que no pudiera ser sorprendido por ninguno de los dos ninjas. Sus manos meneaban ambos nunchaku con una destreza nada despreciable, al menos para un matón callejero, y sus ojos oscuros no perdían detalle de lo que sucedía.
El contraataque fue un éxito rotundo así que no pude evitar la satisfacción de aquella pequeña victoria. Obviamente no se podía decir lo mismo de el tal Ushi, que no se había tomado demasiado bien mi proposición.
—Ya verás cómo vas a bailar cuando te haya partido las piernas, shinobi. Habéis cometido un error de tres pares de cojones metiéndoos con el Dedo Amarillo en nuestra propia casa. Os vamos a devolver a Kusagakure en cajas de pino, cabrones.
— Sí, claro, lo que tu digas
Estaba un poco cansado ya de ese tipo. El drogata se había largado ya y no había rastro de Daigo. Empezaba a pensar que las cosas podían complicarse con rapidez.
— ¿Lista, Kumopansa?
No hizo falta una respuesta verbal, por su reacción corporal encima de mi cabeza pude saber que la respuesta era afirmativa. Mi mano diestra tomo el cuerpo de la araña y la lancé en dirección al matón. Esta volaría hasta su posición buscando morder alguna parte de su cuerpo. Yo estaba preparando la ofensiva y había empezado a moverme y realicé 3 sellos de mano. Esperaba que el tipo se entretuviese con Kumopansa, de ser así no tendría tiempo de reaccionar a mis verdaderas intenciones. Una masa como gelatinosa y de un peculiar color dorado surgió de mi boca y buscaría apresar el cuerpo del matón del Dedo Amarillo.
— ¡Senpou: Ninken no Yodare!
Estado de Yotita
• PV:
160/160
–
• CK:
175/220
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-24
–
Fuerza: 35
Resistencia: 30
Aguante: 40
Agilidad: 50
Destreza: 45
Poder: 50
Inteligencia: 40
Carisma: 20
Voluntad: 30
Percepción: 40
[code][spoiler=Inventario]
Portaobjetos [Muslo derecho][9/10]
Hilo shinobi (30 metros)
Kemuridama x1
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Sello explosivo clase C x1
Shuriken x2 (8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo)
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Fuuma Shuriken x1 25 PV/corte superficial, 40 PV/corte, 65 PV/impacto(En el cinto por el costado izquierdo)
Ninjato (15 PV/golpe con mango o vaina, 20 PV/corte superficial, 30 PV/corte, 40 PV/penetración)(en horizontal en la parte trasera del cinto)
¤ Senpou: Nenkin no Yodare ¤ Arte sabio: Baba de oro líquido - Tipo: Apoyo - Rango: C - Requisitos: Senjutsu 30 - Gastos: 24 CK - Daños: - - Efectos adicionales: Atrapa al enemigo durante 2 turnos - Sellos: Dragón → Mono → Carnero - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: A distancia, 10 metros. El proyectil mide medio metro de diámetro.
El usuario concentra el chakra en su garganta para luego lanzar un proyectil en forma de escupitajo que se va expandiendo a medida que vuela con el objetivo de atrapar al objetivo en esta masa de oro líquido que busca inmovilizar de forma parcial al enemigo. La baba mide, en el momento del impacto un diámetro de medio metro y se adherirá a cualquier tipo de superfície, ya sea pared, suelo o techo durante 2 turnos, pudiendo dejar a la víctima expuesta a nuevos ataques. Si se conoce la técnica con anterioridad se puede aplicar chakra en los pies para evitar quedar atrapado. El proyectil viajará como máximo 10 metros antes de ser disipado o hasta que impacte con algo.
27/04/2019, 01:52 (Última modificación: 27/04/2019, 01:55 por Tsukiyama Daigo. Editado 1 vez en total.)
Cuando Daigo volvió a abrir los ojos, se encontró con que no solo el maleante había salido disparado por el puñetazo de su compatriota, sino que el joven al que habían intentado ayudar también había convertido a Kumopansa en una especie de proyectil improvisado que lanzó contra Yota.
«Normal, yo también me habría asustado si Kumopansa me saltara a la espalda».
Al contrario que su compañero, Daigo no hizo ningún esfuerzo en atrapar al yonqui, no tenía sentido.
la pelea entre Yota y Ushi continuó sin que boxeador interviniera de otra forma que no fuera como espectador, pues ya era suficientemente injusto para el Toro pelear contra un ninja ¡Cómo para hacerlo pelear contra dos!
Además, todavía no se acababa de sentir cómodo con nada de aquello.
Mientras el combate se convertía en una en una guerra de provocaciones, el genin peliverde decidió escalar de nuevo la pared hasta lo más alto para obtener un mejor rango de visión. Claro, no sin antes dejar un Bunshin común apoyado en la misma pared fuera del campo de visión de Ushi, aparentemente distraído observando la contienda.
«Por favor ¡No lo esquives!» pensó el verdadero ninja al ver la misma baba dorada que había conseguido atrapar al perro de Inuzuka Nabi siendo lanzada contra el maleante.
Una vez posicionado, se preparó para interceptar la llegada de Ashi y aquellas supuestas "trufas".
Vida
180/180
–
0
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Chakra
147/150
–
-3
–
Inventario:
Hitai-ate (Frente)
Esposas supresoras de chakra (colgadas de la parte derecha de su cadera)
¤ Bunshin no Jutsu ¤ Técnica de Clonación - Tipo: Apoyo - Rango: E - Requisitos: Ninjutsu 10 - Gastos: 3 CK/clon (máx. 1 por cada 10 de Inteligencia) - Daños: - - Efectos adicionales: - - Sellos: Carnero → Serpiente → Tigre - Velocidad: Instantánea
Un Ninjutsu que crea una copia intangible del cuerpo del usuario, sin ningún tipo de sustancia ni solidez. Puesto que el clon, por sí mismo, no tiene la habilidad de atacar, y sólo puede utilizarse pues para confundir al enemigo, normalmente empleado en combinación con otro tipo de Ninjutsu o tácticas. Es una técnica muy básica, pero con ingenio puede utilizarse de forma efectiva. Los clones se disipan cuando entran en contacto con cualquier cosa. Pueden ser fácilmente diferenciados de una persona por usuarios de Dōjutsu. Un usuario con ojos normales puede también distinguir los clones del original, puesto que éstos no tienen sombra y no causarán perturbaciones en el área que les rodea (no levantarán polvo, aplastarán la hierba, etc).
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Ushi reaccionó con más rapidez y mejores reflejos de los que los ninjas hubieran esperado. Cuando Yota catapultó a su arácnida compañera de cara contra el matón, en una misión que luego se revelaría suicida, el Toro se limitó a afianzar los pies en el suelo y endurecer su mirada. Cuando la araña ya estaba llegando a sus proximidades, Ushi agitó el brazo derecho para, en un violento latigazo, sacudir tremendamente al animal con uno de sus nunchakus. El golpe fue brutal, directamente en el cuerpo de Kumopansa, y lanzó a la araña hacia un lado como si fuera un saco de arena. ¡Crack!
Sin embargo, la estrategia funcionó para Yota. Ushi había estado demasiado pendiente de Kumopansa y esos segundos clave facilitaron al kusajin el llevar a cabo su verdadero ataque; la plasta pegajosa y dorada impactó de lleno al sicario, derribándolo contra la pared que tenía a la espalda y dejándole el torso pegado a la misma. Todavía podía mover los pies y las manos, pero era incapaz de mucho más.
—Otro truco ninja... —masculló, escupiendo las palabras—. ¿Y ahora qué, eh? ¡Shinobi-san! ¿Vas a rematarme?
Pero ya nada podía evitar que aquel cabrón malnacido golpease a Kumopansa. De hecho pensé que el golpe no sería tan duro como para...
«Joder, se la ha cargado»
Había errado en subestimar aquel mamón. Y ahora Kumopansa no estaba. Desapareció en una nube de humo después del contacto con el nunchaku...
—Otro truco ninja... —masculló, escupiendo las palabras—. ¿Y ahora qué, eh? ¡Shinobi-san! ¿Vas a rematarme?
— ¿Por qué no cierras esa bocaza? Espera... Tengo una idea mejor
Mis manos se habían vuelto a entrelazar y no había que descartar la opción de que estuviese buscando mi último truco antes de arrebatarle su insignificante vida, pero de mis fauces tan solo salió una telaraña que terminó por taponar la boca del tipo, evitando que siguiese hablando, lo cual era un gran alivio.
— Te diré lo que vamos a hacer. Ahora me largaré de aquí y tu no podrás seguirme pero habrás aprendido una gran lección —le dije mientras sustraje un papel de mi portaobjetos, el cual pegaría sobre la baba que le mantenía preso— También le dirás al Dedo Amarillo que no le vuelva a tocar los cojones a mi hermano. Ya sabes, el drogata de antes... Espero que lo hayas entendido bien, porque sino si que tendré que ir a buscarte y matarte
El sello explosivo no solo le causaría quemaduras cuando la baba dorada dejase de surtir efecto, sino que me alertaría de cuando se habría liberado.
Sin más que hacer allí, me fui por donde el yonqui se había ido, esperando tener la fortuna de encontrarle. Con suerte le daría caza, tan solo había sido unos instantes...
Estado de Yotita
• PV:
160/160
–
• CK:
169/220
–
-6
–
Fuerza: 35
Resistencia: 30
Aguante: 40
Agilidad: 50
Destreza: 45
Poder: 50
Inteligencia: 40
Carisma: 20
Voluntad: 30
Percepción: 40
[code][spoiler=Inventario]
Portaobjetos [Muslo derecho][9/10]
Hilo shinobi (30 metros)
Kemuridama x1
Hikaridama x1
Pack de 5 cascabeles
Sello explosivo clase C x1
Shuriken x2 (8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo)
Esposas supresoras de chakra
Juego de ganzúas
Fuuma Shuriken x1 25 PV/corte superficial, 40 PV/corte, 65 PV/impacto(En el cinto por el costado izquierdo)
Daigo sintió la necesidad de socorrer a la compañera arácnida de Yota, pero esta desapareció mucho antes de que el boxeador pudiera hacer nada por ella.
Aún así, su sacrificio no fue en vano, pues el otro proyectil del rubio impactó directo en Ushi, aprisionándolo.
El chico decendió y se acercó a su compañero mientras este le pegaba una especie de nota en la baba que apresaba al maleante.
—Vámonos, no quiero quedarme a ver qué nos tienen preparado.
Sin nada más que añadir el peliverde siguió a Yota tomando el mismo camino que había tomado su supuesto hermano, abandonando la escena.
—¿Quieres alcanzar al chico de antes? —preguntó, sospechando que su camarada no había tenido suficiente—. ¿Qué harás si lo encontramos?
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Yota y Daigo abandonaron el callejón dejando allí al sicario Ushi, inmovilizado por la baba pegajosa del arácnido que pronto comenzaría a perder consistencia. Los ojos del Toro observaba el papel que este ninja le había pegado con una mezcla de miedo y confusión; no sabía qué hacía —no tenía un extenso conocimiento del arsenal shinobi, después de todo— pero intuía que no le aguardaba nada bueno. Con sus brazos gruesos y fornidos trataba de liberarse, ignorante de lo que ocurriría si lo conseguía. Por un momento notó cómo aquella plasta viscosa iba cediendo, y jubiloso, redobló sus esfuerzos. Pobre diablo.
Cuando ambos kusajin habían doblado la esquina...
¡BOOM!
La explosión se sucedió al otro lado, dejando tras de sí una fina estela de humo y a un sicario probablemente malherido. Sin embargo, si los kusajin buscaban en los alrededores —desentendiéndose de Ushi—, no hallarían rastro alguno del Toro. Lo que sí encontrarían...
Lo que sí encontrarían sería a una auténtica hueste de sicarios, a simple vista media docena, encabezados por Ashi. El Junco alzó un dedo acusador desde el otro lado de la calleja nada más verles, advirtiendo al resto de sus compadres, y luego vociferó con aquella voz tan intensamente aguda suya.
—¡Ahí están! ¡Hijos de puta, ¿qué coño habéis hecho con Ushi?!
El resto de los sicarios les lanzaron miradas poco amistosas y se prepararon para pelear. Eran seis —sin contar con Ashi—, y llevaban en sus manos armas propias de los bajos fondos, como cachiporras, cuchillos, wakizashi y otros artilugios que les permitían ejercer su trabajo con cuanta dignidad y eficacia podían.
2/05/2019, 13:00 (Última modificación: 2/05/2019, 13:00 por Sasagani Yota.)
— Ah, ya has regresado, anda es hora de largarse de aquí
Era un alivio ver que Daigo estaba bien, aunque confiaba en que el muchacho sabría apañarselas.
— Eso es, Daigo-kun. Estaría bien que al menos nos diese las gracias por haberle salvado el pellejo y su dedo. Y bueno, quién sabe, igual estaría bien que nos dijera donde encontrar una cam..
«Me cago en san dios»
— Me parece que aun no se ha acabado el combate... Prepárate
Aquel desgraciado nos había señalado con el dedo acusador. Venía bien acompañado, pero... ¿serían capaces de tumbarnos aquella panda de descoordinados narcotraficantes? No tardaríamos en conocerla respuesta a aquella simple pregunta. Esboce una tenue sonrisa antes de dar una simple directriz a mi compañero.
— Utiliza mis zombies para camuflarte
¿Qué puto sentido tendría aquello que acababa de decir? Bueno, el caso es que ya había hecho una corta cadena de sellos y del suelo empezaron a surgir multitud de ¿muertos vivientes? tenían forma humanoide, pero claramente estaban en carne viva. Algunos tenían miembros amputados, otros tenían ojos colgando, incluso en algún caso se podía ver alguna que otra víscera, así como órganos vitales.
Estado de Yotita
• PV:
160/160
–
• CK:
144/220
–
-25
–
Regeneración de chakra impedida
–
Fuerza: 35
Resistencia: 30
Aguante: 40
Agilidad: 50
Destreza: 45
Poder: 50
Inteligencia: 40
Carisma: 20
Voluntad: 30
Percepción: 40
[code][spoiler=Inventario]
Portaobjetos [Muslo derecho][9/10]
Hilo shinobi (30 metros)
Kemuridama x1
Hikaridama x1
Pack de 5 cascabeles
Sello explosivo clase C x1
Shuriken x2 (8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo)
Esposas supresoras de chakra
Juego de ganzúas
Fuuma Shuriken x1 25 PV/corte superficial, 40 PV/corte, 65 PV/impacto(En el cinto por el costado izquierdo)
Ninjato (15 PV/golpe con mango o vaina, 20 PV/corte superficial, 30 PV/corte, 40 PV/penetración)(en horizontal en la parte trasera del cinto)
¤ Kasumi Jūsha no Jutsu ¤ Técnica de los Sirvientes de la Niebla - Tipo: Apoyo (Genjutsu ambiental) - Rango: D - Requisitos: Genjutsu 20 - Gastos: 25 CK (impide regeneración de chakra) - Daños: - - Efectos adicionales: (ver descripción) - Sellos: Buey → Jabalí → Caballo → Rata → Palmada - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: 30 metros
Este genjutsu crea una serie de réplicas ilusorias del usuario, vestidas completamente de negro y armadas con kunais también ilusorios, que aparecen uno por uno desde los árboles, las rocas u otros obstáculos del entorno (incluso del suelo) para arrinconar al enemigo. Sus movimientos son más lentos de lo normal, pero cuando son atacados se multiplican, por lo que en este sentido parecen fantasmas que habitan en la niebla.
Alterador (Mokushiroku): A diferencia de la técnica original en la que se aparecen los sirvientes de la niebla, en esta ocasión se crean personas que recuerdan al apocalipsis, surgiendo de la superficie o de elementos tales como arboles o rocas una orda de zombies o muertos vivientes, con aspecto totalmente demacrado y evidentes heridas en las que se aprecia no solo la carne humana, sino también vísceras. con ello se consigue que la sensación de miedo se acentúe, así como la confusión propia de la técnica. Dichos efectos se acentúan con el defecto escrupuloso.
—Estaba vigilando que nadie interviniera en la pelea —le informó, sonriendo.
Bien está lo que bien acaba. Ahora solo tenían que buscar a Calabaza, quizá hacerle alguna pregunta y descansar antes de volver a cada. Fácil, ¿no?
No.
¡BOOM! Una explosión sobresaltó al peliverde, que apenas pudo contener un chillido.
—Me parece que aun no se ha acabado el combate... Prepárate.
Daigo bufó por la nariz algo molesto antes de cerrar los puños y levantar la guardia.
«parece que no saldré de esta sin pelear...»
Quizá podría haber huido en ese momento, pero eso solo habría tenido resultado si las carreras las ganase el más lento .
—Utiliza mis zombies para camuflarte
—¿Qué?
Luego de una serie de sellos, Yota convirtió aquel sitio en la tierra de los muertos vivientes, en zombieland, en...
Bueno, ya lo entienden.
El boxeador tragó saliva, algo incómodo por sus nuevos compañeros.
—De acuerdo —le dijo en voz baja—, pero soy tan sigiloso como un pato. No creo que salga bien.
Intentando no llamar la atención y confiando en que los nuevos amigos de Yota fueran suficiente distracción, Daigo se agachó y se movió tras los zombies con lentitud mientras descolgaba sus esposas de su cadera con cuidado de hacer el menor ruido posible.
La técnica de Yota surtió efecto exactamente tal y como el shinobi había previsto; una estrategia de manual. De haber habido algún ninja entre el contingente enemigo, probablemente el Genjutsu no hubiera tenido tamaño impacto, pero allí frente a ellos sólo estaban media docena de matones de barrio y uno de sus jefes. Cuando aquellas horripilantes figuras empezaron a surgir del mismo suelo, de las paredes, del propio aire para abalanzarse sobre los sicarios entre lastimeros quejidos, éstos entraron en pánico... Y el caos se desató en el callejón.
Dos de los matones, armados con cachiporras, soltaron las armas y echaron a correr por donde habían venido. Por su apariencia parecían ser los más jóvenes y, por tanto, menos curtidos en la calle; de ahí que —probablemente— fueran los primeros en poner pies en polvorosa. De los cuatro matones restantes, dos de ellos se abalanzaron sobre las copias entre tajos y maldiciones, tratando en vano de asesinar a los zombies. Al ver que por cada uno que mataban, surgían dos en su lugar, empezaron a temer verdaderamente por sus vidas... Incluso a plena luz del día, aquella era una imagen sobrecogedora. No tardaron en dejar que el pánico les dominase y tratar de alejarse de los zombies con pasos torpes y el miedo en el rostro.
Ashi el Junco, por su parte, peleaba con uñas y dientes no sólo contra sus enemigos ilusorios, sino contra el descenso de moral entre la tropa de matones. Los dos sicarios restantes parecían los más veteranos y curtidos, y no se estaban dejando amilanar —demasiado— por los sirvientes de la niebla de Yota. Aun así, los tres estaban atrapados entre la multitud de zombies, incapaces de avanzar o hacer otra cosa que no fuese tratar de defenderse de los atacantes.
Daigo, por su parte, pese a ser más torpe que un guardaagujas y tener el sigilo de un elefante en una cristalería, contaba con la tremenda distracción que le estaba proporcionando el Genjutsu de Yota. Sin problemas pudo rodear la escena y colocarse donde quisiera hacerlo, pues los sicarios —los que no habían huído— estaban demasiado preocupados por aquella fantasmagórica arremetida como para prestarle atención.