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Solo en casa - Versión para impresión

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RE: Solo en casa - Uchiha Akame - 28/09/2016

Akame simplemente tomó otro sorbo de té ante las chanzas de su compañero de Villa. «¿Está intentando hacerme pasar por homosexual? ¿Qué tiene eso de gracioso?» El Uchiha de Inaka era un chico listo, pero a veces la convenciones sociales cambiaban de una tierra a otra, y a él le resultaba extraña aquella broma que acababa de hacer Datsue. Tomó otro sorbo, y esperó a que amainase la tormenta.

Sea como fuere, al final acabaron enganchando al joven camarero de la taberna para intentar sonsacarle algo de información. Era una jugada tan clásica, simplona y predecible que a él le daba un poco de vergüenza usarla, pero como siempre decía su maestra Kunie, «siempre debemos usar todas las herramientas a nuestra disposición, por burdas, simples o poco atractivas que sean». De modo que allí estaban, intentando camelarse al mesero, en una escena de lo más arquetípica.

El chico entornó los ojos cuando Datsue anunció que estaban allí por el reclamo del señor Itachi, y poco después negó con la cabeza. Sin embargo, cuando iba a contestar, el gennin parlanchín desvió la conversación hacia asuntos más... De su interés personal. Akame enarcó una ceja, incapaz de creer lo que estaba oyendo, y la mueca se amplió todavía más cuando Karamaru el Calvo cedió su parte.

Datsue-kun, esperaba mucho más de ti —el Uchiha se refería, obviamente, a la simpleza con la que su compañero intentaba quedarse con la recompensa—. ¿No vas a tantearme primero? ¿Adularme? ¿Halagar algunas de mis múltiples virtudes? Meh...

Yo que ustedes, mozos, no vendería la piel del oso antes de cazarlo.

La voz del camarero captó toda la atención de Akame. «¿Está insinuando que...?»

El señor —hizo especial incapié en la palabra, frunciendo los labios, como si en realidad quisiera decir que Itachi era todo lo contrario a un señor—. no sólo tiene fama de charlatán y estafador, sino que además por su culpa ha muerto gente. Buena gente.

El rostro de aquel muchacho era ahora apenas una mueca de asco, y escupió a un lado con marcado desprecio antes de seguir hablando.

Lo que debiera hacer el señor alguacil es llevárselo preso de una vez, antes de que consiga engañar a otra familia de prim... —calló de repente y entonó una breve oración en voz baja. Allí, como en muchas otras partes de Oonindo, era de una mala educación superlativa insultar a los muertos—. A otra familia, para que le alquilen la casa.

Akame bebió el último sorbo de té con gesto pensativo. «Así que hay cadáveres de por medio... Esto se va esclareciendo, y no tiene buena pinta».

Lo importante es si puede decirnos el paradero del lugar o del propietario. Con eso nos conformamos y no lo molestaremos más —agregó el calvo con una sonrisa.

¡Un momento! —exclamó Akame—. ¿De qué muertes me habla? ¿Quién ha muerto en la casa? ¿Sabe cómo fue?

El mesero, que se había sentido visiblemente aliviado por la promesa de Karamaru, compuso una mueca de desconfianza cuando el Uchiha empezó a atosigarle con más preguntas, temiendo que los despachase demasiado rápido. Y así fue.

La casa está en las afueras del pueblo, siguiendo esta calle hasta la plaza, y luego cogiendo la que va hacia el Oeste —indicó, gesticulando con las manos—. De ese tipo, no sé ni quiero saber nada.

»Que tengan ustedes un buen día.

Y dicho aquello, se volteó con exageración y retomó su tarea de limpiar las jarras de cristal de una de las estanterías.


RE: Solo en casa - Uchiha Datsue - 29/09/2016

Yo no me haría problema por dinero Datsue, es tuyo si quieres..

¡Perfecto, Karamaru, perfecto! Esos pobres huérfanos te estarán eternamente agradecidos —intervino, antes de Akame mostrase su disgusto. Al parecer, estaba decepcionado porque el Uchiha no tratase de tantearle primero, halagando, quizá, una de sus múltiples virtudes.

Datsue no sabía a qué virtudes se refería, pero cuando quiso abrir la boca para replicar, el camarero intervino:

Yo que ustedes, mozos, no vendería la piel del oso antes de cazarlo.

Aquel mozuelo de veintitantos años había conseguido atraer toda la atención de Datsue, olvidándose de cualquier tipo de réplica. El camarero escupió a un lado, como Datsue solía hacer cuando quería exagerar su desagrado por algo, antes de continuar:

El señor, no sólo tiene fama de charlatán y estafador, sino que además por su culpa ha muerto gente. Buena gente.

Por un segundo, Datsue creyó que le estaban describiendo a él. Y eso era malo. Muy malo. ¿Acaso había hecho todo el viaje para nada? ¿De qué le servía matarse a resolver el misterio si luego no obtenía su contrapartida en forma económica?

Hundido en moral, revolvió la leche que le quedaba con la cucharilla y dio un último trago, que le bajó por el esófago calentando su cuerpo. Ni siquiera prestó atención al resto de la conversación, tan apenado como estaba por la dramática noticia del mozo.

Después de todo el jodido camino que hice para llegar hasta aquí… ¿Debo volverme a casa? Suspiró. Esto es un asco.


RE: Solo en casa - Karamaru - 30/09/2016

Entusiasmado levantó el brazo que tenía apoyado sobre la barra, taza en mano, para seguir dando sorbos a ese té de calidad "pasable". Decepción fue ver el fondo blanco y sentirse imponente al no poder llenarla por segunda vez. La situación no lo ameritaba y la tristeza se plasmó en su cara por unos segundos.

Bajó el recipiente de nuevo a su lugar y retomó la atención de la conversación. Se había perdido algunas palabras del mozo pero pudo interrumpir para obtener la información que quería.

Lo importante es si puede decirnos el paradero del lugar o del propietario. Con eso nos conformamos y no lo molestaremos más.

La casa está en las afueras del pueblo, siguiendo esta calle hasta la plaza, y luego cogiendo la que va hacia el Oeste. De ese tipo, no sé ni quiero saber nada.

—Que tengan ustedes un buen día.


Igualmente.- llegó a responder antes de que se marchase.

El calvo metió la mano en el bolsillo de su pantalón y rebuscó un rato. Al sacarla, había en ella varias monedas que dejo junto a la taza blanca y tras eso se levantó.

Miró a sus dos nuevos compañeros y se quedó estático. El calvo comenzaba a actuar confiado y con determinación.

¿Vamos?

Las palabras de Akame si que no se le habían perdido a sus oídos. Solo le habían infundido más interés en el caso, todo se hacía más intrigante y del agrado del monje. ¿Muertos en la casa? Miró a Datsue y sonrió, como si le hablará mentalmente.

«Como si fuese la primera vez...»


RE: Solo en casa - Uchiha Akame - 3/10/2016

Impotente, Akame tuvo que ver cómo sus compañeros dejaban que aquel joven camarero se cerrase en banda sin hacer ni el más mínimo esfuerzo por evitarlo. «¿¡Es que no quieren sacarle más información!? Maldita sea, los taberneros y sucedáneos son una fuente inagotable de chismorreos, aparecen en toda historia que se precie...» Ni Datsue ni el calvo de Amegakure parecían haber leído muchas historias, o al menos de las que a Akame le gustaban. Historias de esas a las que nadie da crédito.

Después de poner un billete de cinco ryos sobre la barra, y de despedirse del camarero con una silenciosa inclinación de cabeza, el Uchiha de Taki se arregló la capa de viaje y salió de la taberna. El enfado al ver los dos pusilánimes que se había agenciado como compañeros iba poco a poco dando paso a la resignación.

Por todos los dioses... —suspiró, alzando la vista al cielo nublado.

Sin embargo, no iba a ganar nada lamentándose. Echó un vistazo alrededor; estaba en la calle principal del pueblo, con la plaza al final y la casa, supuestamente, en algún lugar al Oeste de allí. En principio la ruta parecía clara, sin embargo... «El mesero dijo algo de un alguacil, de asesinatos. Quizás debería indagar un poco más en todo esto...» Akame volteó la mirada, buscando a sus compañeros —que, esperaba, le habrían seguido al exterior—.

Este asunto apesta. Una casa maldita —remarcó aquella palabra con un deje entre desdeñoso y desconfiado— , unos muertos de los que nadie quiere hablar y un dueño desesperado por ganar dinero. Si queremos llegar al fondo de este asunto, está claro que no lo vamos a tener fácil... ¿Qué os parece si le hacemos una visita a ese alguacil?


RE: Solo en casa - Uchiha Datsue - 4/10/2016

Se le había cerrado el estómago. Ya no tenía ni hambre, ni sed, ni ganas de hacer otra cosa que no fuese tumbarse en la cama y no levantarse en semanas. Estaba hundido, anímica y psicológicamente. Le habían dado una puñalada donde más le dolía, el bolsillo, y había perdido toda esperanza de sacar provecho a aquel tortuoso viaje.

Cuando Akame abandonó el bar, él se levantó también, pagando su cuenta y dirigiéndose en dirección contraria a la que había tomado su compañero. En dirección al baño.

Ahora estoy con vosotros —dijo a Karamaru, con los hombros hundidos y la voz cansada.

Fue una vez allí, mientras vaciaba su vejiga en el ponzoñoso agujero que tenían por baño, que recordó quién era. Él era Uchiha Datsue, infame shinobi de Takigakure que había vendido el honor de su Aldea por un par de joyas. ¿Acaso un estafador de poca monta iba a dejarle en evidencia? Joder, ¡no! ¡Claro que no! Sus ojos volvieron a brillar con una codicia inusitada, y la euforia recorrió sus venas como un Ribereño del Sur al hacer una de sus fechorías. Tal fue su emoción que…

¡Auch! ¡Mierda! —frunció el ceño y se quedó pensativo—. Bueno… ya lo limpiarán. Si total, tampoco es que haya mucha diferencia con cómo estaba antes…

Salió a la sala principal con una sonrisa renovada, esperando que Karamaru ya estuviese en el exterior junto a Akame. Entonces, se dirigió a la barra y realizó una seña al camarero para que se le acercase:

Usted también se ha dado cuenta, ¿verdad? —preguntó, con una media sonrisa dibujada en el rostro, como si estuviese a punto de contar un chiste—. Esos dos tenían frente a sus narices la mayor fuente de información que un ninja pueda tener y ni se molestaron en intentar tirarle de la lengua… Así es, amigo mío, así es. Principiantes —el Uchiha rio, sin mucha esperanza de que el camarero le imitase. No le importaba. Tan solo quería volver a tener su atención—. Pero no se confíe. Esos dos tienen más suerte que un Uzureño alcohol en las venas en plena vendimia. Hágame caso cuando le digo que terminarán por resolver el misterio… Lo cual sería estupendo, ¿verdad? —se inclinó hacia él y bajó la voz—. Aunque… por otra parte, sería una pena que el tal Itachi se fuese de rositas. Ya me imagino el tipo de persona que es. Del tipo que no le importa engañar a familias enteras para que alquilen su finca, con tal de sacarse unas monedas. Estoy convencido que hay personas que pagarían —a Datsue se le iluminó la mirada cuando dijo la última palabra—, y mucho, además, porque alguien le diese un buen escarmiento —la mano de Datsue se deslizó por la barra, dejando sobre ella tres papeles higiénicos recortados. Aunque, a ojos del camarero, se trataban de tres impolutos billetes de cincuenta ryos. Era cierto que el Uchiha se había prometido no pagar con dinero falso, pero aquello no se podía considerar pagar, ¿verdad?—. Lo que trato de decirle, buen hombre, es que estaría eternamente agradecido si alguien me susurrase al oído qué puertas debería tocar para encontrarme con dichas personas…

...

Datsue salió justo a tiempo para oír que Akame planeaba visitar al alguacil.

Me parece buena idea —afirmó, con cara de póker—. ¿Sabéis dónde está su casa? Con toda esta jodida niebla no veo a dos palmos de mi cara...


RE: Solo en casa - Karamaru - 6/10/2016

Pagadas las cuentas los tres shinobi se separaban de la barra. Karamaru seguía al Uchiha de pelo más largo hacia la puerta de entrada, para ellos salida. Datsue se separaba por la natural necesidad que ningún ninja podía evitar, y que nadie podía ayudar. Preparado para taparse con la mano el golpe del Sol repentino el calvo se llevo una desilusión. No recordaba que afuera había niebla y esperaba ver una iluminación que le hiciese cerrar los ojos. Trató de bajar la mano lo antes posible para que nadie notase su estupidez y se encontraba nuevamente con ese clima tan desolador.

«Niebla.... Creo que nunca la vi tan densa, esta al nivel de las playas de Amenokami sin duda alguna»

Se frenó junto a Akame y comenzó a revolear los ojos de aquí para allá tratando de ubicarse. La plaza no estaba lejos, y ese era el punto de partida para ir a la residencia. Pero había que esperar al otro morocho y Karamaru no lo haría en silencio. Puso sus manos en los bolsillos del pantalón y comenzó a silbar unas lindas y lentas melodías que recordaba de su abuelo. Era una de las tantas cosas que le relajaban la mente.

«¿Qué andarás haciendo en el templo?»

Aunque esos minutos pasaron y las puertas de madera volvieron a sonar y tras ellas apareció la persona que esperaban, y fue en ese momento en el que Akame comenzó a trazar la hoja de ruta.

Este asunto apesta.

Una casa maldita, unos muertos de los que nadie quiere hablar y un dueño desesperado por ganar dinero. Si queremos llegar al fondo de este asunto, está claro que no lo vamos a tener fácil... ¿Qué os parece si le hacemos una visita a ese alguacil?


Me parece buena idea. ¿Sabéis dónde está su casa? Con toda esta jodida niebla no veo a dos palmos de mi cara...

Soy más de experiencias, si es por mi me internaría en esa casa pero son dos contra uno así que yo los sigo.

Supongo que podemos ir a la plaza central, debe de estar cerca de ahí y si no tal vez nos encontramos a alguien ¿No?



RE: Solo en casa - Uchiha Akame - 9/10/2016

La primera reacción del joven camarero al ver a Datsue acercarse a la barra con un brillo intenso en sus ojos fue alzar una ceja, solitaria, peluda y escéptica. Ya estaba a punto de mandar al gennin a paseo cuando éste empezó a hablar; y, si había algo que a aquel Uchiha se le daba bien, era precisamente eso. Cada una de sus palabras iba cargada de la precisión de un cirujano, tocando exactamente los puntos que él quería tocar —ni uno más y ni uno menos—, y aflojando poco a poco la voluntad del pueblerino hasta convertirla en una pasta viscosa fácilmente moldeable.

Hágame caso cuando le digo que terminarán por resolver el misterio… Lo cual sería estupendo, ¿verdad?

El camarero asintió con aire ausente.

Aunque… por otra parte, sería una pena que el tal Itachi se fuese de rositas.

Volvió a mover la cabeza afirmativamente, como hipnotizado por la lengua de plata del Uchiha.

Estoy convencido que hay personas que pagarían —a Datsue se le iluminó la mirada cuando dijo la última palabra—, y mucho, además, porque alguien le diese un buen escarmiento.

El joven asintió una tercera vez, y cuando vio los tres billetes de cincuenta ryos que el gennin de Taki le deslizó sobre la barra, se le abrieron los ojos tanto que su cara recordó por momentos a la de un sapo. Volvió a asentir, con mayor convencimiento que las dos veces anteriores, y su mano —rápida como una centella— atrapó el dinero y lo guardó en algún lugar de sus pantalones.

Veo que es usted un... —el camarero calló un momento, quizá dándose cuenta de que Datsue era demasiado pequeño para encajar en la categoría de hombre—. Una persona de negocios. No abunda por aquí la gente con dos dedos de frente, ya se lo digo.

Con una mirada a su alrededor, el muchacho se cercioró de que nadie podía escucharles.

Si quiere usted saber más sobre la Finca Makoto, debería intentar hablar con el señor Iwata —Datsue creyó detectar un tono peculiar en la palabra hablar, pero no supo identificar exactamente de qué se trataba, o por qué—. Es el más anciano del pueblo, lleva aquí casi cien años, ha visto de todo y ha oído de todo.

Sin esperar respuesta por parte del gennin, el camarero se apartó discretamente y empezó otra vez a darle al trapo, sacando brillo a todas las jarras que reposaban en la estantería de madera.


— — —


Akame asintió, complacido, cuando sus compañeros se mostraron conformes con su idea original. Cierto era que ninguno parecía saber dónde estaba la casa del alguacil, sin embargo, no debía ser un lugar difícil de encontrar en un pueblo tan pequeño y característico como Kawabe. Así pues, el Uchiha simplemente decidió seguir el consejo de Karamaru y encaminarse en dirección a la plaza.

Por el camino el gennin de Taki abordó a la primera persona con la que se cruzó —un hombre de unos cuarenta años con pintas de pescador, de hombros anchos y rostro curtido por el trabajo rural— y le preguntó educadamente dónde podían encontrar al alguacil. El tipo le indicó pobremente, pero aun así, el Uchiha creyó saber con aceptable certeza hacia dónde debían dirigirse.

Llegó a la plaza —junto a sus compañeros, si es que no le habían puesto pegas— y una vez allí, busco una casa con la fachada de color rojo y un penacho azul turquesa en lo alto del tejado. Según le había explicado el pescador, el color rojo sangre identificaba la vivienda del alguacil con su oficio —el de guerrero— y el penacho con el color del País del Río le avalaba como autoridad impuesta por el Daimyo.

Aquí es, compañeros —dijo el Uchiha, plantado ante la puerta de madera.

Tocó suavemente con ambas manos y, tras unos instantes, la puerta se abrió. Tras ella apareció un hombre alto y musculoso, de piel bronceada y pelo negro. Llevaba una armadura de placas de acero con distintivos de color azul turquesa, y de su cinto colgaba una espada de factura impecable. El alguacil observó al trío de ninjas que tenía ante sí con expresión escéptica.

¿En qué puedo ayudaros, muchachos?


RE: Solo en casa - Uchiha Datsue - 10/10/2016

Precisamente íbamos a preguntarle lo mismo —respondió Datsue, sonriente, al alguacil. Después de recobrar la esperanza de ganarse unas monedas en todo aquel asunto, el Uchiha estaba más feliz que un Ribereño del Sur haciendo maldades—. Pero, por favor, permítame que nos presente primero: soy Uchiha Datsue, infa…¿Infame shinobi de Takigakure? ¿En serio ibas a decir eso? ¿¡Estás tonto o qué!? En seguida carraspeó, tratando de disimular—. Quiero decir, conocido shinobi de Takigakure. Y él —posó la mano sobre el hombro de Akame—, Uchiha Akame, el Gennin más honorable y patriótico de toda Taki. ¡Y primero en su promoción, nada menos! —exclamó, como el mejor de los vendedores haría con su producto más preciado. Todo aquello eran invenciones improvisadas sobre la marcha, por supuesto, aunque tratándose de Akame, no le sorprendería en absoluto que fuese cierto—. Y el fortachón de aquí es Karamaru. Todo el mundo que le conozca mínimamente dirá de él que es un gran shinobi, pero los que le conozcan un poco mejor —Datsue se inclinó hacia él como si fuese a contarle un secreto—, le dirán que incluso es mejor persona.

Y después de todos aquellos halagos sin sentido, en el que mas que presentarse a sí mismo y a sus compañeros parecía estar vendiéndoles como esclavos a algún ricachón extravagante, tomó aire y fue directo al grano:

La cuestión es, señor alguacil —la mirada de Datsue recorrió cada placa metálica de la armadura del alguacil hasta llegar a su espada, y, una vez allí, volvió a re-dirigirla hacia la mirada escéptica que el hombre le estaba brindando—, que hemos oído rumores inquietantes sobre la Finca Makoto.

»¿No es así, Karamaru?


RE: Solo en casa - Karamaru - 11/10/2016

«Si se encarga de las presentaciones por lo menos puedo hablar de lo importante...»

Tras haberse alejado de la taberna y averiguar la casa del alguacil allí se encontraban los tres ninja en la puerta de madera con un fortachón armado frente a ellos. Denotaba autoridad e intimidación con solamente su vista pero Karamaru no se echaría atrás y menos cuando Datsue comenzaba a hablar sin sentido como si de una broma se tratase.

«Con este hombre yo usaría palabras más serias pero si tú quieres Datsue»

El calvo negó con la cabeza mientras el Uchiha lo mencionaba y se sorprendió al ver que le cedían la palabra.

Hemos oído rumores inquietantes sobre la Finca Makoto.

¿No es así, Karamaru?


El monje tosió un poco, se paró firme y miró con seriedad a la cara del alguacil.

Nos enteramos de los problemas que están ocurriendo en ese lugar y queríamos ofrecer nuestros servicios y capacidades para ayudar en la causa.

Esperábamos que como una de las autoridades del pueblo, y como defensor del lugar, nos pudiesen echar un cable con la situación.


Decorando sus frases con palabras elegantes Karamaru trataba de mantener toda la formalidad posible para no ser golpeados en la cara con la puerta de madera y decepcionar al grupo. Tragó fuertemente saliva y esperó a volver a escuchar la voz del morocho.


RE: Solo en casa - Uchiha Akame - 13/10/2016

La mirada dura y sólida del alguacil recorrió de arriba a abajo a cada uno de los muchachos. Primero Akame, que le mantuvo la vista con sus ojos negros y profundos, sin inmutarse siquiera. Todavía llevaba sobre los hombros su capa de viaje cubierta de polvo y tierra del sendero, y bajo ella apenas se podía intuir su constitución ágil y el portaobjetos que llevaba colgado del cinturón. Luego a Datsue, el más joven de los tres. Y, finalmente, a Karamaru. El funcionario se tomó un tiempo para examinar detenidamente a aquel misterioso chico hasta que sus labios se acabaron curvando ligeramente en una tímida sonrisa.

Akame, por su parte, había estado haciendo lo propio con aquel guerrero. «Dudo que haya conseguido ese bronceado aquí, donde apenas se ve el Sol. Deben haberle asignado a Kawabe hace poco. Su armadura está muy pulida, sin marcas ni arañazos, por lo que éste no es un sitio donde haya demasiados problemas. O demasiado graves.» Bajó la vista hasta el cinturón de aquel hombre. «La espada parece de buena factura, muy valiosa, no creo que haya podido pagársela con el sueldo de funcionario del Daimyo. ¿Quizá viene de buena familia?» Frunció el ceño. «¿Por qué un soldado joven, bien situado y de buena familia acabaría en un pueblo dejado de la mano de los dioses?».

Mientras él reflexionaba, su compañero Datsue tomó la iniciativa. Era en situaciones así en las que Akame se alegraba de tenerlo cerca; siempre podías contar con aquel chico para que se encargase de la parte aburrida.

Conforme el joven Uchiha hablaba, el rostro del alguacil fue pasando primero por patente resentimiento, luego curiosidad y —cuando Karamaru agregó lo suyo—, resignación. «Que estemos aquí es claramente un insulto directo a su autoridad; significa que no ha podido hacerse cargo del problema él solo. Sin embargo, parece resignado... Es evidente que esto lleva trayéndole quebraderos de cabeza desde hace tiempo».

Muy bien. Yo soy Bayushi Hisagi, guerrero al servicio de Daimyo-sama y alguacil de Kawabe por su gracia —se presentó, irguiéndose en toda su estatura y regio porte—. Supongo que estáis aquí por el anuncio que ha puesto el señor Ho.

Sus ojos oscuros y duros como la roca se perdieron en algún punto de la lejanía, por encima de las cabezas de los shinobi.

Sí, han ocurrido ciertos sucesos en esa casa, pero nada remotamente cercano a lo que el señor Ho asegura —negó con la cabeza, visiblemente molesto—. Hace unas cuantas noches, la señora Sanbou sufrió un delirio y atacó a su familia. Nadie se lo hubiera esperado, eran gente normal, queridos en el pueblo. No parecían tener problemas.

Ryomaru chasqueó la lengua, como si estuviese irritado por sus propias palabras. Se le veía afectado por el caso. «Quizá demasiado. ¿Es por su poca experiencia en casos de verdad, o porque... Ha ocurrido más veces?»

Ha sido un golpe de mala fortuna, pero ahora el señor Ho no para de repetir bobadas que sólo hacen alimentar la imaginación de la gente.


RE: Solo en casa - Uchiha Datsue - 16/10/2016

Muy bien. Yo soy Bayushi Hisagi, guerrero al servicio de Daimyo-sama y alguacil de Kawabe por su gracia

Datsue asintió, mientras se prometía a sí mismo tratar de conocer algún día al Daimyo. Viendo lo bien que vestía aquel alguacil, se notaba que cobraba mucho mejor sueldo que él bajo las órdenes de Yubiwa.

Supongo que estáis aquí por el anuncio que ha puesto el señor Ho.

Si con el señor Ho se refiere a Itachi, así es —aclaró rápidamente, suponiendo que Ho era su apellido—. Estamos por su anuncio.

Hisagi dejó que su mirada se perdiese en el infinito durante unos momentos antes de continuar.

Sí, han ocurrido ciertos sucesos en esa casa, pero nada remotamente cercano a lo que el señor Ho asegura —negó con la cabeza, visiblemente molesto—. Hace unas cuantas noches, la señora Sanbou sufrió un delirio y atacó a su familia. Nadie se lo hubiera esperado, eran gente normal, queridos en el pueblo. No parecían tener problemas.

Así que la señora Sanbou… Perfecto, más material con el que llevar una buena negociación con el tal Iwata. Pero antes tengo que librarme de éstos… Miró de reojo a Karamaru y Akame. No iba a ser fácil dar con una excusa convincente. Al menos no para el último, siempre tan sagaz con sus actos.

Se percató de que Hisagi chasqueaba la lengua.

Ha sido un golpe de mala fortuna, pero ahora el señor Ho no para de repetir bobadas que sólo hacen alimentar la imaginación de la gente.

Esta vez fue el turno de Datsue de chasquear la lengua. No sabía por qué, pero había algo en aquel tipo que le ponía de mal humor.

Disculpe mi ignorancia, señor alguacil —intervino, con su habitual máscara de amabilidad cuando quería conseguir algo—, pero no termino de entender por qué un hombre de negocios tiraría mierda contra su propio terreno, y menos para que después tenga que pedir ayuda para limpiarla. —Definitivamente, se estaba perdiendo algo—. Además —añadió—, hemos oído que han habido más… accidentes —como había sido un desliz del camarero y realmente no estaba seguro, decidió pasarle el muerto a otro—. ¿No es así, Karamaru?


RE: Solo en casa - Karamaru - 17/10/2016

Hisagi el alguacil se presentaba finalmente ante los shinobi. El calvo seguía firma cual militar tratando de mostrar respeto ante una autoridad tanto moral como profesional y jerárquica. Empezó su explicación del asunto negando lo que ese tal Itachi advertía en sus notas con las que atrajo a los de Taki. Al parecer todo era una exageración aunque al pelado no le terminaba de convencer.

«Dudo que sea tan tonto cómo para arruinar su propia propiedad... A no ser...»

Chasqueo de lengua de un lado y del otro y Datsue parlaba cómo si fuese su vocación. Karamaru se daba cuenta que era de esas personas que siempre le gustaba aportar lo suyo y que en toda conversación tenía que hablar. Mientras que en los momentos en los que hay que callarse y pensar lo haga para el cenobita estaba todo perfecto.

¿No es así, Karamaru?

«¿No es así, Karamaru? ¿Acaso lo va a seguir diciendo?»

El calvo asintió con la cabeza y esbozó una leve sonrisa amigable aunque sin perder su postura.

Claro, cosas... fuera... de lo común. Usted lo debe de saber mejor que nosotros seguro, esa casa tiene algo. Varios accidentes.... sí.

O Itachi lo hace por algún motivo en especial o usted no conoce toda la verdad del asunto.


Karamaru no tenía ni puta idea, pero antes que quedar como un ignorante frente al alguacil y llevarle la contraria a Datsue prefirió mentir un poquito. Así por lo menos estaban todos en la misma sintonía.


RE: Solo en casa - Uchiha Akame - 19/10/2016

Si Hisagi estaba incómodo hablando de aquel tema —sobre todo a tres muchachos, que decían ser shinobis, y que él no conocía de nada—, quedó patente cuando su rostro se deformó en una mueca claramente molesta por las palabras de Datsue. Abrió la boca para contestar, pero no dijo nada. En lugar de ello la cerró junto con sus ojos, soltó un suspiro y volvió a abrir éstos últimos, momentos después. Examinó otra vez a los gennin, uno a uno, como si intentase averiguar cuánto de molestos podían llegar a ser.

«Se ha contenido bastante bien, un soldado cualquiera no lo hubiera hecho. ¿Quizás ha recibido una educación estricta? Parece que mi hipótesis sobre su noble origen cobra más sentido por momentos...»

Perdonad mis modales, pero esos accidentes —puso un claro énfasis despectivo en aquella palabra— forman parte de investigaciones oficiales de las autoridades de Kawabe y, por tanto, no tengo autorización para hablar sobre ello. Ni siquiera a presuntos shinobis.

Akame soltó una risilla por lo bajo, divertido al ver cómo aquel tipo hablaba de sí mismo en tercera persona como si eso le fuese a hacer más fácil el mandarles a tomar viento fresco.

En realidad sí que somos shinobis —interrumpió el Uchiha, sonriente, apartándose la capa de viaje lo justo para descubrir la placa metálica con el símbolo de Takigakure que llevaba anudada en torno al brazo.

El alguacil parpadeó un momento, perplejo. Buscó con la mirada las placas de los otros dos muchachos. Se detuvo en cuanto halló la de Karamaru.

¿Un shinobi de Amegakure? Si no estoy mal informado, tu jurisdicción termina unos cuantos kilómetros al Oeste de aquí.

»Y, según tengo entendido, los shinobi de la Cascada actuáis con la autoridad que os confiere Kawakage-sama. Pero, si no recuerdo mal, decís que es el anuncio de un ciudadano el que os ha traído aquí —y, antes de que ninguno contestase, Hisagi agregó—, si estoy equivocado y esto es una misión oficial de Takigakure no Sato, ¿puedo ver el pergamino que lo acredita?

«Por todos los dioses de Oonindo, ahora se ha puesto en plan legal», masculló Akame para sus adentros. Parecía que, al final, Hisagi sí que tenía madera de noble —o, más bien, de funcionario—.


RE: Solo en casa - Uchiha Datsue - 20/10/2016

Menudo grano en el culo te estás convirtiendo. El alguacil no hacía más que poner pegas a todo, como si la sola presencia de los tres shinobis le incordiase. ¿Acaso era por orgullo, al haberse visto sobrepasado por los acontecimientos ocurridos en la Finca Makoto? ¿O porque simplemente era uno de esos que seguían la normas hasta en las comas? Al Uchiha no le importaba demasiado la respuesta, pero sin su colaboración, la investigación de Akame y Karamaru podría verse resentida… y eso podría acabar perjudicándole.

Después de todo, todavía no había hablado con el señor Iwata, y no sabía qué condiciones le pondría para entregarle un generoso regalo en forma de billetes verdes… Si es que me lo llega a ofrecer. No te hagas demasiadas ilusiones, anda, que luego siempre llega la decepción. Paso a paso. Primero a convencer al hombretón.

¿Una misión oficial? Por Izanami, ¡por supuesto que no! —exclamó, como ofendido por la pregunta, tratando de convertir el punto débil de los shinobis en su mayor fortaleza—. Jamás entraríamos en su pueblo insultándole de esa manera. Nosotros le respetamos —pronunció la última palabra con un ligero deje, como si hubiera personas que no lo hiciesen—. Por eso lo primero que hicimos, tras hacer un par de preguntas disimuladas, fue venir a verle a usted. Pedir a nuestro Kage oficializar la misión tan solo haría avivar esos rumores que circulan… —Datsue tomó una breve y calculada pausa—, sobre su propia persona. Supongo que ya sabe a lo que me refiero. La gente habla. Especialmente tras las muertes sin resolver en la Finca Makoto, según nos han comentado —Datsue recordaba perfectamente que el camarero había dicho que había habido muertes en la finca, pese a después no querer explicarse—. Que si es demasiado joven… Que si le preocupa más sacarle brillo a la armadura que el bienestar de su gente… Que si no está preparado… —hizo un ademán, como quitándole importancia—. Plebeyos —escupió a un lado tras decir la palabra, y de milagro pasó rozando entre las piernas de Karamaru, sin salpicarle—. Siempre quejándose, siempre pidiendo más… Soy de la opinión de que no hay que hacerles demasiado caso, pero como le decía, oficializar la misión solo haría que avivasen sus erráticas voces… y eso es lo último que queremos.

»No. Lo que nos gustaría es colaborar con usted. Ayudarle a… —tardó unos segundos en encontrar la palabra adecuada—, esclarecer el misterio de la Finca Makoto, y de paso intentar llevarnos una pequeña paga extra del señor Ho. Ya sabe, por el viaje y los gastos. Pero si lo prefiere podemos hacer todo esto por la vía de los papeles, faltaría más. Al fin y al cabo es su pueblo.

Oh, ha sido perfecto. Quizá la sutil —o no tan sutil— amenaza indirecta de Datsue le saliera por la culata, pero el Uchiha había disfrutado como un Uzureño en plena vendimia pronunciando aquellas palabras. Sin embargo, un molesto picor llevaba molestándole desde hacía un rato. Una ligera sensación de malestar, como el que se siente cuando estás refrenando algún tic nervioso o manía.

Al final, no pudo aguantarse más y elevó la vista para mirar al calvo:

¿No es así, Karamaru?


RE: Solo en casa - Karamaru - 23/10/2016


Perdón que respondo justo de tiempo, estos últimos tres-cuatro días no estuve en mi casa prácticamente. Y por otro lado, quería aclarar que mi bandana la tengo justo arriba del.... culo. Seguro que fue una escena divertida cuando el alguacil la vio xD

¿Presuntos shinobis? Si tan solo ese alguacil no fuese tan desconfiado. Y es que Karamaru no pudo evitar sonreir con un aire de suficiencia cuando Akame lo interrumpió.

En realidad sí que somos shinobis.

¿Un shinobi de Amegakure? Si no estoy mal informado, tu jurisdicción termina unos cuantos kilómetros al Oeste de aquí.

Un shinobi puede operar en cualquier lado, no tiene por qué mantenerse dentro de sus límites.

"Si supiese la cantidad de cosas que he hecho sin que sea misión oficial. Y eso que soy un genin..."

Karamaru rió y como era de esperar Datsue se tenía preparado todo un palabrerío para tratar de convencer al alguacil que dejase a un lado la burocracia. Las palabras, a oídos del calvo, parecían tener bastante consistencia como para hacer cambiar de opinión a Hisagi y asintió varias veces con su cabeza mientras el Uchiha hablaba. Pero de nuevo estaba ese...

"¿No es así, Karamaru?"

Pero esta vez sería diferente, el pelado estaba decidido a no seguir con la línea propuesta de Datsue. A ver si así este dejaba de una vez por todas de tratar a Karamaru como un tonto que tiene que repetir una y otra vez lo que el morocho ya había dicho.

En realidad, si cuento con mi pergamino oficial de la misión, aunque fue entregada por la Arashikage. Pero, al igual que como usted dice, esta misión forma parte de investigaciones oficiales y por lo tanto no tengo permiso ni ganas de hablar de eso.

Es por eso que no le puedo entregar el pergamino por la información confidencial que contiene, así queeeee ¿Podemos dejar el tema de lado y proseguir con lo que nos concierne?


Lo que más ansiaba el monje en ese momento era ver la reacción del alguacil, si se limitaría a callarse la boca o poner en discusión el trabajo de un shinobi de Ame fuera de su país.


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