![]() |
La Liberación del Dragón - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: País del Fuego (https://ninjaworld.es/foro-pais-del-fuego) +--- Foro: Valle de los Dojos (https://ninjaworld.es/foro-valle-de-los-dojos) +---- Foro: Cordillera de los Dojos (https://ninjaworld.es/foro-cordillera-de-los-dojos) +---- Tema: La Liberación del Dragón (/tema-la-liberacion-del-dragon) |
RE: La Liberación del Dragón - Amedama Daruu - 27/07/2020 Daruu, cruzado de brazos, observaba toda la escena con curiosidad, mientras se daba golpecitos con el dedo en el brazo. Datsue le pidió a Kaido que se quitase la camiseta y luego le bombardeó a preguntas cual bijū desbocado lanzando bijūdamas. —Oye, oye, la prioridad es el sello —protestó Daruu—. Luego podrémos hablar de la Rata Roja. —Y así, Akame quedaba, de nuevo, re-bautizado por el Demonio de Ojos Blancos, con quien desde el principio de todo había tenido una rivalidad (ahora enemistad) bastante profunda. Era curioso: el defensor a ultranza del trabajo shinobi, el Profesional, ahora convertido en poco más que un genocida sin escrúpulos y surcando los vientos de la "libertad" como exiliado de Uzushiogakure. «Manda cojones.» Aún así, Kaido estuvo feliz de colaborar y señaló a un punto en lo alto de la cordillera. Una cueva. ¿Sería la Senda del Carámbano? Daruu sintió una pequeña punzada de dolor en el pecho al sentir que quizás la idea había sido del propio Tiburón. El Hyūga estuvo tentado de activar el Sello de la Hermandad Intrépida y contactar con Ayame a golpe de Llueve Nueve, para que escuchase el plan de Sekiryū de ocultarse en los Templos Abandonados de la Hierba. Pero no lo hizo, porque sabía que Amekoro Yui era capaz de lanzarse en un ataque suicida, montada a caballo, u ordenar a su novia que la transportase en un halcón hasta allí. «Hemos perdido a demasiada gente hoy. No quiero perderla a usted, Yui-sama.» —Después de lo que han hecho, dudo que acuerden ocultarse en el País de la Tierra —intervino Daruu—. Si mataron a los Señores Feudales, la Tierra buscará venganza. Está justo entre la Tormenta y el Bosque. Podría pedir la ayuda de ambos países, y con lo vivido hoy aquí, estoy seguro de que tanto Amegakure como Kusagakure se lanzarían a echarles una mano. A no ser que quieran jugar a esconderse a plena vista, claro. »Incluso si la gilipollas de la Morikage no interviniese, Yui ya tiene suficientes razones de peso como para recorrer cada rincón de la Tierra. Sobretodo después de conocer esta información. Estén allí o no. »No, yo de ellos me iría al Rayo. Sólo hace falta mirar un mapa de Oonindo. Tan extenso como la Tormenta, el Viento y el Fuego. Un vastísimo territorio lleno de bosques y montañas, con cuevas donde ocultarse y guarecerse. Una enorme península lo suficientemente lejos de cualquier aldea como para que les sorprendan. Un poco de vigilancia en la Villa de las Aguas Termales, el único punto de entrada, ¡y zas! Sabes al instante que hay ninjas adentrándose en tu territorio. »La Tierra tiene mucho monte, sí. Pero está flanqueada por dos de las Grandes, y las montañas pueden ser tanto un escondite como un muro que te encierra. No podrán moverse. Y el País del Rayo tiene puertos. Aunque me imagino que ahora habrá mucha vigilancia. RE: La Liberación del Dragón - Uchiha Datsue - 27/07/2020 Datsue se rascó la barbilla, pensativo. —Hmm… Pero te olvidas de una cosa, y es que en la Tierra hay cierta heredera con ansia de recuperar el sombrero. Kurawa Ivvatsumi, la hermana del difunto Daimyō y desheredada por su padre hace años. Los rumores dicen que estaba buscando asaltar Notsuba y tomar el poder. Bien, créeme, esos rumores son ciertos —confesó—. En su día realicé una misión de protección para una herrera que, luego descubrí, resultó que estaba fabricando un enorme cargamento de armas para ella. Quizá el tío del Daimyō busque venganza, pero si ella logra subir al poder tras esto… ¿No estaría agradecida, en parte? Le habían hecho el trabajo sucio, después de todo. Aunque para fiarse de unos tipos que buscaban acabar con precisamente lo que ella se convertiría. Además, Daruu tenía razón: el Rayo era más extenso y tenía menos frentes de los que preocuparse. Estaba menos arrinconado. Sacudió la cabeza. —No importa. No hablemos de esto ahora. Necesito concentrarme. Datsue repasó mentalmente todos los datos que conocía. Conexión entre Ryūtos; genjutsu que sugestionaba la conducta de la víctima a niveles grotescos; y un fuego que se activaba al morir para incinerar el cuerpo. ¿Solo al morir? Quizá hubiese otras condiciones que le hiciesen prender la mecha. Como, por ejemplo, que alguien ajeno tratase de romper el jūinjutsu. Aquello era una de las cosas que más le preocupaban. «Podría cargármelo», supo, con un sudor frío recorriéndole la piel. «¿Podrías? ¡Deberías! ¡Piensa en la cara que pondría Daruu! ¡Imagínate los gritos de Kaido! ¡Eso sí sería pagarle el favor a Yui! ¡JIA JIA JIA!» «¡Shukaku!» «Ah, ¡qué aburrido te has vuelto, coño!»
«Está bien, escucha. Solo hay una forma de eliminarlo por completo: el Kaija Hōin. El Fūja Hōin solo lo dejaría aletargado, y podría presentar problemas a la larga». «Pero para utilizar el Método de Liberación del Mal necesitamos conocer la fórmula…» «¡JIA JIA JIA! ¡¿Y de verdad una banalidad como esa nos va a parar?! ¿A mí, Dios del Fūinjutsu? ¿A ti, que eres capaz de revertir la mismísima muerte?»
Las palabras de Shukaku prendieron fuego en la mirada de Datsue. «No. No lo hará.» «Sabemos exactamente qué hace —y sí, da por hecho que ese sello reducirá a cenizas a Kaido si piensa que lo están suprimiendo. Necesitamos un cortafuegos para eso—. Sabemos sus efectos. Ahora solo necesitamos deducir cómo lo hace».
«Ingeniería inversa». «Exacto».
El Uchiha se sentó, cruzando las piernas, y empezó a hacer garabatos en el suelo con una rama. Aquello que estaba a punto de hacer no se aprendía en la Academia. No, aquello era algo que solo años de estudio empollando en la biblioteca podían dar. ¿Cuántos días, cuántas semanas y meses había pasado estudiando cómo replicar el retrato de Aiko? No lo había logrado, pero por el camino se había curtido. ¿Cuántas más para crear el Sello de Rastreo? ¿Y el Sello de la Hermandad? ¿O el Sello Maldito del Tiempo Inverso? Sin saberlo, Datsue había estado preparándose para aquel día, absorbiendo conocimientos como una esponja. Tener a Shukaku de mentor ayudaba, claro. También que te corrigiese cuando la fórmula iba por mal camino. El sol fue cayendo paulatinamente del cielo y Datsue perdió la noción del tiempo. En un momento dado, se levantó. —Lo tengo. Se acercó a Kaido, inspiró hondo y ejecutó una larga tanda de sellos, posando finalmente la palma de la mano en el hombro del Umikiba. En el dragón rojo. Y, entonces… Entonces Umikiba Kaido cayó inconsciente. —Oh… Vaya... RE: La Liberación del Dragón - Amedama Daruu - 28/07/2020 Daruu abandonó su puesto en la pared de la montaña y se reunió con los otros dos, interesado por la conversación. —Interesante. Pero obvias el hecho de que sólo los Tres Grandes tienen ejército propio. Querrán mandar investigadores a todos los países, y si alguno se mete por medio, van a sospechar de inmediato. Por no hablar de que, si yo fuera un Daimyō, lo último que me interesaría sería aupar a un grupo de asesinos de Señores. Pero Datsue zanjó la conversación, y él asintió en acuerdo. Había un tema más apremiante del que ocuparse, como él mismo había dicho. El Uchiha se acuclilló y comenzó a dibujar una serie de símbolos casi mágicos para Daruu con una ramita. El Hyūga no hacía más que mirar por encima del hombro, inclinándose a un lado y a otro con curiosidad para ver mejor. Casi se da de bruces con el cráneo de Datsue cuando este se levantó de golpe, anunciando que había dado con una solución. Ejecutó la técnica con más sellos que había visto en su vida y posó la palma de la mano en el hombro de Kaido, allá donde tenía la marca. Y el Tiburón se desplomó. —Oh… Vaya... —¿¡Cómo que "oh, vaya"!? —Daruu se golpeó la cara, incrédulo, y corrió a arrodillarse al lado de Kaido—. ¡Te lo has cargado! RE: La Liberación del Dragón - Uchiha Datsue - 28/07/2020 Datsue tragó saliva. —¡Imposible! —¿Lo era? ¿Qué coño había pasado?—. ¡Puse mucho cuidado para que eso no sucediese! Lo que está pasando es que… »Es que… »¡Agh! ¡No tengo ni puta idea! RE: La Liberación del Dragón - Umikiba Kaido - 28/07/2020 Los argumentos de Daruu estaban muy bien fundamentados. El País de la Tierra era el destino más peligroso de todos, aunque no dejaba de ser un territorio que Zaide conocía muy bien. Se movió durante años por el Cañón del Secuestrado, y no se podía descartar que hubiese hecho muchos aliados en ese tiempo, quizás alguno que pudiera tenderle una mano y esconderlos durante un tiempo hasta que lograsen reorganizarse del todo. Conseguir nuevos miembros, pensó Kaido, era una prioridad. Y ver cómo manejar los recursos tras la sentida muerte del testaferro del grupo. Pero si los Ryūto contemplaban los mismos hechos que ponía Daruu sobre la mesa, quizás, tendrían que sentirse disuadidos de ir a Tsuchi. Unraikyo, estratégicamente, sonaba como un destino mejor, teniendo muy en cuenta las circunstancias que padecía la organización. Que no en vano eran conscientes del acoso al que se verían sometidos después de la masacre causada en el Torneo de los Dojos. Kaido miró a ambos. —Estoy seguro de que contemplan todo eso, pero al final dependerá de la votación. Y ahora mismo Ryū está en desventaja respecto a Zaide, porque digamos que Akame tiene cierta tendencia a entenderse mejor con su pariente Uchiha; así que estoy casi seguro de que irán a donde Uchiha Zaide le salga de los huevos. Finalmente, el tema se dio por zanjado. Datsue comenzó su proceso introspectivo para la ejecución del... ¿desellado? y dibujó garabatos en el suelo. Kaido sintió una temerosa familiaridad. Un oscuro Déjà vu ... —Es todo como aquél día. De alguna forma, su subconsciente parecía saber lo que estaba por venir. Cuando Datsue dijo que lo tenía, Kaido tragó saliva. Infló el pecho, respiró profundo y trató de sentirse tan calmo como podía. Necesitaba tener la mente aguda y la memoria vivaz. Necesitaba saber ahora, más que nunca, que él era el jodido Tiburón de Amegakure. Sólo así podría volver. Pero realmente nunca supo que se había ido. Su cuerpo cayó como una bola de plomo, desparramándose en el suelo. Respiraba. No estaba muerto, tan sólo estaba dormido. Muy dormido. . . .
Umikiba Kaido abrió los ojos, en un mundo paralelo. Era un sitio extraño, carente de vida. Todo estaba vacío. A su alrededor solo había una penumbra indistinguible, como si no hubiese salida alguna. Él estaba allí, sin camisa. Se vio el brazo instintivamente —no sabía el porqué sintió esa necesidad, pero lo hizo—. y no tenía el tatuaje del Dragón en el brazo. En cambio, yacía parado sobre un símbolo enorme de un Dragón de Ocho Cabezas, como el que había dibujado Otohime alguna vez. Pero Umikiba Kaido no estaba sólo. No. Había alguien al frente suyo. RE: La Liberación del Dragón - Sama-sama - 28/07/2020 Oh, sí, había alguien al frente de él. Kaido le conocía muy bien, tanto como la palma de su mano. Tanto como su propio reflejo. No por nada, quien tenía frente a él... ...era a sí mismo. Una réplica perfecta. Con aquella mirada azul. Con aquellos dientes afilados. Con aquel porte orgulloso. Con aquel torso desnudo y musculado. Eso sí, aquella copia conservaba el tatuaje del dragón rojo. Su bautizo era visible en su hombro. Su boca se torció en una sonrisa desdeñosa. —Mírate, volviendo al acuario como un pececillo asustado. ¿De verdad pensaste que te dejaría? ¿Después de saborear el océano? ¿Después de sentir la grandeza? ¿Y tú, queriendo volver a la pecera? —Hizo un ademán con la mano, como si quisiese cortar el viento—. ¡JAMÁS! El Ryūto desenfundó su uchigatana y rasgó el aire con la hoja. De ella, una hoz cortante de agua salió despedida hacia el ninja de Amegakure. RE: La Liberación del Dragón - Amedama Daruu - 28/07/2020 —Sssh. —chistó Daruu. Las venas de los laterales de sus ojos se habían hinchado, y la leve sombra de dos pupilas alumbraban sus Byakugan—. Está vivo. Pero le está pasando algo. »Es el sello. Está reaccionando. RE: La Liberación del Dragón - Umikiba Kaido - 28/07/2020 Tal y como aquella vez... Dos Kaido, uno frente al otro. Aquél que fue subyagado a la voluntad de Dragón Rojo versus el Kaido que alguna vez fue. El de Amegakure. El Verdadero Tiburón. Ambos sonreían, como siempre. Aunque en esta ocasión, Umikiba Kaido no iba a ceder tan fácil ante esa imagen manchada de sí mismo. Ahora era consciente de que esa persona no era él. —Mírate, volviendo al acuario como un pececillo asustado. ¿De verdad pensaste que te dejaría? ¿Después de saborear el océano? ¿Después de sentir la grandeza? ¿Y tú, queriendo volver a la pecera? ¡JAMÁS! ¡Fiusj! la reconoció apenas su oponente realizó el movimiento con la espada. Después de todo, aquello era de su propia invención. Una técnica delicada, hermosa, y letal. Donde la unión entre su espada en las partículas de agua en el aire daban luz a una filosa navaja de agua que surcaba los aires como un cóndor hacia su víctima más que decidida a cercenar los cuerpos a la mitad. Kaido no se movió en lo absoluto. Vio como ésta recorría los metros que le separaban. La esperó, y la esperó mientras rebuscaba algo en su portaobjetos. No dejó que le cortara, sin embargo, aunque con el suika hubiese podido evitar una herida mortal. Así que saltó con mucha fuerza y curvó el cuerpo para que la hoja de agua transitara los linderos bajo suyo y se perdiera en la eterna nada que les rodeaba. Kaido aterrizó de pie tras dar una limpia voltereta, a un metro más adelante. Blandió a Nokomizuchi con fiereza y habló, tan fuerte que esperaba que todos sus amigos le escucharan afuera del limbo en el que se encontraban. —No te engañes, Kaido. Sólo saboreaste el océano que ellos quisieron. Y el mar es vasto. Los océanos numerosos. Un verdadero tiburón no se subyaga a las corrientes de un animal que surca los cielos y no nuestras aguas —dijo—. nunca fuiste grande. Siempre alguien te hacía sombra. Shaneji el primero... pues no eras más que su perra. Deberías darle las gracias a Akame que te lo quitó de en medio. Respiró profundo y esperó. Ahora lo entendía. Allí no iba a vencer al menos que ganase los dos pulsos. El físico y el mental. RE: La Liberación del Dragón - Sama-sama - 28/07/2020 Kaido cerró la boca con fuerza y sus dientes resonaron con el peligro de una trampa para osos al cerrarse. —¡Debería coserte la boca a hostias por hablar así de Shaneji! —rugió, con los ojos encendidos con las llamas del Heraldo—. ¿Así hablas del único mentor decente que tuvimos? Shaneji fue el único que hizo algo por nosotros. ¡Nos enseñó el verdadero camino de un Hōzuki! ¡Fue él quien nos introdujo a la familia Same! ¡Fue él quien nos guio hacia nuestro destino como Umi no Shisoku! ¿Qué hice en cambio Yarou, aparte de traicionarnos? ¿Qué hizo ese vejestorio? Sus preguntas eran saetas directas al pecho del amejin. —¿Me hablas a mí de sombras? Tú, que siempre estuviste a la sombra de Yui. De Shanise. De Daruu. También de Ayame, la Jinchūriki. Joder, solo hay que ver quién tiene el sombrero. ¿De verdad pensabas que Yui te lo tenía reservado para ti? —soltó una carcajada ácida—. Eres patético. Su mano libre ejecutó el sello del Carnero y en un parpadeo se puso frente al amejin. Sus manos blandieron la uchigatana e hicieron que su hoja se encontrase con nozomizuchi. Pero no le atacó, sino que ejecutó un rápido movimiento de muñeca circular para mandar volando la espada de su contrario por los aires. Acto seguido, blandió la katana en una luna creciente que rasgaría el torso de su yo-pasado como si no fuese más que un recuerdo malo. RE: La Liberación del Dragón - Umikiba Kaido - 28/07/2020 ¿Que qué hizo ese vejestorio?... Liberarnos de una gran carga. Encargarse él de todos los traidores. Asumir responsabilidades que no eran suyas. Darnos una oportunidad de una vida larga y feliz. Con amigos. Con familia, esa de la que le habían privado un séquito de viejos podridos ansiosos de poder. ¿Qué había hecho Shaneji, en cambio? ¿tratar de engatusarnos para recuperar la pureza del linaje? ¡No era tan distinto de los Kajitsu que trataron de llevarse a Ayame, ni tan diferente a su propio reducto! Kaido estaba cansado de ese tipo de gente. No era lo que necesitaba en su vida. Un súbito parpadeo, y su oscuridad apareció frente a él. Su capacidad de reacción fue suficiente para parar el primer envite de la Uchigatana, pero lo cierto es que fue incapaz de poner a tiempo su otra mano en el mango para que su sujeción fuese más fuerte. Por esta razón, y víctima de una de esas triquiñuelas que usan los usuarios de espada para desarmar a sus oponentes, Kaido perdió el agarre de Nokomizuchi, que cayó a una zancada de su actual posición. De pronto se sintió desnudo sin su vieja amiga. Vio el arma de su yo-oscuro moverse hacia él en una luna creciente, y entonces supo lo que venía. Tan sólo tuvo tiempo de alzar su brazo derecho —aquél que no llegó a usar para el enfrentamiento de agarres—. y lo interpuso al primer corte. Lo primero que atravesó la Uchigatana fue eso, su brazo. Este se cercenó entero, al igual que el resto de su torso y rostro, que desapareció en una explosión de agua. Lo curioso de todo esto es que, en lo que Kaido terminaba de ser cortado, al suelo cayó una pequeña esfera que tenía sujeta en la mano cortada, que explotó sorpresivamente. Un intenso fogonazo de luz envolvió entonces al Ryūto, brillo que no afectó al Kaido real puesto que había cerrado los ojos, consciente de que la hikaridama iba a estallar. Esta apropiada consecución de eventos creó entonces una grandiosa oportunidad, en la que Umikiba Kaido aprovechó la ceguera de su contrincante para hacerle daño. El disparo seco de su bala de agua atravesó el pecho de su otro yo. Además, le encajó una patada en el pecto para mandarlo a volar, lejos. —Es un orgullo estar a la sombra de Amekoro Yui. Después de todo, ella es mi Kage. RE: La Liberación del Dragón - Sama-sama - 29/07/2020 Kaido dejó escapar un aullido cuando el fogonazo penetró sus pupilas como una daga afilada. Soltó la uchigatana en un acto reflejo, llevándose las manos a los ojos. Supo en aquel momento que iba a recibir un ataque. Es lo que haría cualquier ninja, y más si ese ninja era él. El sonido del disparo tan solo lo corroboró. Su cuerpo entero se hizo agua para recibir el balazo en la cabeza o el pecho —eran los dos únicos sitios a los que él apuntaría—, y dejó que la bala de agua atravesase finalmente su caja torácica, limpiamente. Se volvió a hacer sólido y fue justo en ese momento cuando recibió una patada en el pecho. —¡Ugh! Su cuerpo salió despedido hacia atrás y plantó los pies en el suelo, que se arrastraron por varios metros antes de frenarle por completo. Tomó una bocanada de oxígeno, pues el impacto le había robado el aire de los pulmones. Su zurda jugueteó en su portaobjetos. —¿Tu Kage? —rio, una carcajada burlona y ácida. Levantó el mentón y le miró desde arriba—. Creo que te has perdido algo. ¿Te refresco la memoria? Esa perra ha dejado de serlo desde que nosotros matamos a su hermano. ¿Acaso lo olvidaste? Estiró el puño izquierdo, cerrado, en dirección a Kaido. —Ahora tu Kage es Daruu. ¿También estás orgulloso de estar a su sombra? ¿De ser su perrito faldero? ¡PAM!
El puño salió disparado, directo al pecho del amejin. RE: La Liberación del Dragón - Umikiba Kaido - 30/07/2020 No. No se había olvidado de Amedama Daruu. ¿Cómo podría? ¿Cómo podría olvidar a alguien con el corazón del tamaño de la cabeza de Sumizu Kouta? ¿Quien a pesar de todo, incluyendo el daño que le había hecho a Ayame, incluso, le había tendido una mano en su momento de mayor necesidad? ¿Quién sino él, Daruu-kun, llama amigo a alguien que además de traicionarlo, llevaba desaparecido de su vida desde hacía dos años? ¿Quién? Sólo él. Sólo ellos. —¡No pierdas tu tiempo, Dragón! —dijo, ejecutando el sello del tigre justo cuando su oponente desencajaba su brazo como un cohete de agua. De la boca de Umikiba Kaido salió entonces una esfera de agua comprimida de un diámetro mayor a la extremidad voladora; que impactó contra ella a mitad del camino. El Teppōdama de alguna forma consumió el Sentan Taihō, volviéndolo parte de sí mismo y usando parte de su poder para que la esfera siguiera su curso hacia el Ryūto. «Ya no soy el mismo de antes» El Kaido original aprovechó la devolución para correr hacia un costado en diagonal, y arrojarle dos shuriken que sacó de su portaobjetos en el trayecto. RE: La Liberación del Dragón - Sama-sama - 3/08/2020 Kaido estiró los brazos y recibió aquel ataque en el pecho —más los shurikens laterales— como hubiese hecho el mismísimo Ryūnosuke. Sin molestarse en esquivarlo, sin siquiera prestarle atención. Su cuerpo dejó de ser sólido, las estrellas metálicas le atravesaron, y la esfera comprimida le atravesó el pecho e hizo que todo su ser cayese en un torrente de agua que inundó una de las Cabezas de Dragón que decoraban el suelo. El agua burbujeó, elevándose como el magma en un volcán en erupción, solo que convirtiéndose en algo peor. Peor que la lava derramándose por la ladera de una montaña y precipitándose hacia el pueblo que residía en el valle. Peor que mil grados de magma acariciando tu piel. Peor que una catástrofe natural. Peor que un bijū concentrando una esfera de energía en la boca. No, a quien creó fue a Kaido, Ryūto de Sekiryū. La leyenda hecha realidad. Hijo del Océano y participante del mayor golpe en la historia moderna de Ōnindo. Había entrado en la Prisión del Yermo, y esta se convirtió en una jaula de llamas y destrucción. Se había enfrentado a un ejército de orcas en las profundidades de un mar, y las criaturas marinas bautizaron aquel lugar desde aquel día como el Mar Rojo. Había entrado en el torneo del Valle, custodiado por las tres grandes villas, sus mejores ninjas y sus tres grandes Kages, y el estadio se convirtió en caos y lamentos. En llantos y sangre. En pérdidas de un solo bando. Uno solo. ¿Qué era ahora Kaido el amejin, sino una mosca más en su camino? —Me avergüenzas. ¡Ni siquiera noté el gole! —exclamó, burlón—. Mírate: te llamas a ti mismo Tiburón, pero tus dientes son de leche. Kaido el Pececillo te quedaría mejor como apodo, ¿no crees? RE: La Liberación del Dragón - Umikiba Kaido - 4/08/2020 Quizás, sí, había sido el Ryūto el que vivió cada una de esas travesías: el Bautizo. La primera y la segunda gran Reunión. La infiltración a la Prisión del Yermo. El viaje a las profundidades del Océano. El retorno a las cavernas de Ryūgū-jō. Lo curioso, es que aunque fuera el Dragón el que estuviera en la superficie, Kaido el Tiburón lo veía todo desde las profundidades. Recabando información. Aprendiendo de su alter ego y de cada error que cometía, pensando en que iba a usar esa información para derrotarlo en cuanto tuviera la oportunidad. Y esa oportunidad, había llegado. Oh, Umikiba Kaido había estado observando muy bien. —Já. Tú no notas mis golpes —dijo, mientras sacaba un kunai del portaobjetos—. y yo no noto tus palabras. Cuando lo arrojó hacia el Ryūto, el movimiento del arma generó un súbito destello. No era otra bomba de luz sin embargo, sino una habilidad básica pero muy útil que le enseñan a los usuarios del Kenjutsu para cegar momentáneamente a sus oponentes a través del filo de su arma. Kaido ejecutó el sello del tigre y comenzó a correr hacia su yo-oscuro mientras este recobrara la visión. RE: La Liberación del Dragón - Sama-sama - 6/08/2020 Una nueva ceguera, esta vez producida por el filo de un arma. En aquella ocasión, sin embargo, no llegó el disparo mortal. Tan solo la mordida de un mosquito. Un mero kunai clavándose en su hombro. Ni siquiera activó el Suika. Con la vista recuperada, Kaido sonrió. Ahora era él quien tenía un kunai en la diestra —lo sujetaba con la mano estirada hacia adelante, a la altura de los ojos y con el largo del filo de lado—. Conocía al cabrón que se abalanzaba ahora sobre él como la palma de su mano. Sabía que no usaba una treta como aquella para nada. Sabía que lo gordo llegaba ahora. Oh, desde luego que iba a llegar. |