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Eco de Raijin - Versión para impresión

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RE: Eco de Raijin - Sagiso Ranko - 19/10/2022

Ranko siguió la batuta de Ruhara. Caminó al paso que mandaba y no se quejó. Ahogó todos los gemidos de aquel dolor intenso que provenía de todo su cuerpo. Se alimentó de él.

Yukio... Sólo tenía un recuerdo de tal lugar, y era uno amargo, ya lejano.

Escuchar que Marrow estaba en el mismo barco al que les llevaban le dio una punzada en su dedo, en aquel que ya no tenía. Marrow debía morir. Ruhara debía morir. Así como ella había muerto.

La Kusajin apenas y miró el navío, las luces, y de nuevo las celdas de su interior.

Ranko obedeció en silencio y se sentó con dificultad. Su vista se quedó fija en los pies de Ruhara.


RE: Eco de Raijin - Narrador - 1/11/2022

Con extremo cuidado, Ruhara acabaría por desatarlos. Tendrían los brazos libres por primera vez en horas. Sin embargo, no se detendría a desatarle las piernas a Ranko, si quería hacerlo, era libre de hacerlo. También podía revisarse las heridas y los tratamientos, igual que el resto. Las vendas ya estaban más sucias y ensangrentadas que ellos mismos, pero seguro que cambiarlas no iba a ser prioritario para sus captores.

La única luz que tenían provenía del farolillo que Ruhara había dejado en el pasillo, justo delante de las escaleras, al subir.


En otro lado, y puede que otro tiempo, Hana había cedido ante la premisa de Hayato. No es que realmente pensase que ver dos animales en vez de dos personas fuese menos sospechoso. De hecho, puede que lo hiciese aún más sospechoso. Las personas podían ser de las suyas, pero ¿perros callejeros? Dificilmente estaran entre las tropas de Kurama. Sin embargo, Hana no tenía el cuerpo para ponerse a debatir y, quien sabe, igual les salía bien. Repitió los sellos y se transformó en un zorro, acostumbrada a estar más por el bosque que por las calles.

Lentamente, bordeando el camino, Hana seguiría el camino. Pronto verían al final del mismo, bañado por la luz del amanecer, un puñado de tiendas y gente yendo y viniendo de ellas mientras otras las desmontaban. Habían llegado muy justos, parecía que empezaban a irse. ¿Hacía donde? ¿Con qué intenciones? ¿Era aquello suficiente? ¿Cuanta más información podrían sacar? Miró a Hayato a la espera de ver si la estaba siguiendo o de qué quería hacer él.


Entra Hayato, salis el resto. De momento rolearemos ambos hasta que nos juntemos o pase algo notorio.



RE: Eco de Raijin - Senju Hayato - 2/11/2022

A regañadientes, pero sin al parecer otra idea en mente, la chica aceptó la estrategia del Senju y elaboró su misma secuencia de sellos. El resultado sería parecido, pero no el mismo. En lugar de transformarse en un perro, o incluso un gato, la chica se transformó en un zorro. La verdad, de los animales que se le hubiesen podido ocurrir, quizás ese era el que menos encajaba con el entorno... Al menos eso pensó Siete en primera instancia, pero bueno. La verdad sea dicha, tampoco entendía demasiado de ecología en arrozales. No podía decirle mucho más.

Sin demora, prosiguieron la senda que recorrían los soldados. El amanecer se echaba sobre ellos, cual cazador se cierne sobre su presa. El tiempo no jugaba a favor de ellos, y la luz ambiental también comenzaba a jugar en contra de los genins. Hayato comenzó a separarse un poco de Hana, lo justo y necesario como para que no sospechasen. Ver a un perro abandonado, podía pasar. Ver a un zorro que acecha posibles restos de comida, podía pasar. Pero ver a un perro fisgando con un zorro de acompañante... No, ni hablar, eso no iba a colar ni por asomo.

Era de cajón, no podía perderla de vista, pero tampoco podía estar a su lado dado el animal que había elegido como transformación. Así pues, con algo de distancia entre ellos, continuaron la persecución hasta topar con algo más o menos esperado: Un campamento. Al parecer, no se habían equivocado demasiado, el enemigo había retrocedido para reorganizarse. Seguramente, también para curar a heridos, reaprovisionarse, y a saber qué más. En lo que no habían caído, es en la posibilidad de una retirada total. El enemigo parecía estar recogiendo con prisas aquél asentamiento, como si se fuesen a algún lado. Podía significar dos cosas: Una, que habían cumplido su función y volvían a "casa"; y dos, que habían cumplido su función, y se dirigían a otro frente.

Quizás esa información era la que valía la pena.

Miró a su compañera, y ella le miró a él. Parecían estar en un punto crítico, pero ninguno parecía decidirse a qué hacer. Lo más sensato sería informar con lo que ya sabían, y retirarse. Pero por otro lado, informar de que habían visto un campamento a medio desmontar y no saber hacia dónde iban, o si de verdad habían hecho rehenes. Era como hacerle una paja a un muerto.

«Ojalá supiese alguna técnica para camuflarme mejor... ¡Manda huevos ser un ninja y no saber apenas técnicas de sigilo!.»

Se adelantó un poco, y comenzó a olisquear el suelo, como perro que va siguiendo algún rastro. Seguro que allí tenían comida, y que algún animal con el estómago vacío terminase por allí no era descabellado. Tenían que adentrarse un poco más, no podían volverse con las manos vacías. Al menos eso pensaba el Senju. Si habían llegado hasta allí, podían avanzar un poco más. Podían no, más bien DEBÍAN.


RE: Eco de Raijin - Himura Hana - 3/11/2022

Todas las señales le decían que nadie parecía haberse dado cuenta de su presencia, así que siguió avanzando bordeando un poco el campamento mientras se acercaba muy lentamente. Vio a Hayato disimular olfateando el suelo pero ella no se veía capaz de hacer tal cosa. Después de todo lo que había visto y olido, si veía algo raro vomitaría de nuevo.

Apenas había empezado a marchar cuando se giró a mirar a su compañero, le miró, miró el camino que iba a seguir y volvió a mirarle. ¿No querría acercarse sin más? Esto de no poder comunicarse era una soberana mierda.

Si Hayato la seguía, seguiría haciendo lo que planeaba hacer, rodear el campamento para ver si podían encontrar a donde se dirigían.


RE: Eco de Raijin - Senju Hayato - 3/11/2022

El zorro miró al perro. El perro parecía simplemente olisquear, como si siguiese algún rastro, ya fuese de comida o de a saber qué. El perro miró al zorro. El zorro parecía querer seguir adentrándose, buscando rodear el campamento. El perro quiso seguir al zorro, pero hacerlo reduciendo la distancia que los separaba era peligroso. Eso bien lo sabían, el perro y el zorro. Bueno, y todo shinobi, eso podía ser realmente inusual y sospechoso.

«No poder comunicarse nos está jodiendo a base de bien... Que puto difícil es ésto de infiltrarse, y más cuando el peligro es tan grande.»

Si bien el zorro se daba cuenta, el perro la estaría siguiendo. Eso sí, manteniendo una distancia más que prudenciable. Después de todo, no querían levantar demasiadas sospechas. Continuaría haciendo de las suyas el perro, como siguiendo ese rastro que no tenía muy claro a donde le llevaba. Eso hacían los perros la mayor parte del tiempo, oler todo u oler culos. Así estaba escrito en la sagrada biblia can.

Si bien podían, seguirían rodeando el campamento.


RE: Eco de Raijin - Himura Hana - 4/11/2022

Hana se pudo dar cuenta de que Hayato tenía la intención de seguirla mientras hacía lo posible para disimular que eran dos ninjas disfrazados. Ella en cambio iba con la mirada fija en el campamento, ni siquiera miraba el suelo que pisaba. Cada movimiento, cada sombra que pudiese ligeramente amenazar con asomarse.

De momento, quedaban algunas carpas bastante grandes en pie, lo cual facilitaba que pudiesen acercarse sin ser vistos. A medida que recogiesen cada vez habría menos obstaculos entre ellos y el ejercito y sería más dificil acercarse. Era cuestión de hacerlo rápido e irse.

Aceleró ligeramente el paso hacia el campamento. Parecía que recogían de dentro hacia fuera así que ahora era el mejor momento de acercarse. Su mente racional había tomado el control y con sus deducciones había dejado atrás el miedo a ser descubierta, que volvería tarde o temprano.

Si Hayato no la detenía, Hana se acercaría hasta una de las tiendas que había bordeando el campamento. No parecía haber nadie cerca ahora mismo, pero el riesgo era evidente, tarde o temprano habría alguien cerca.


RE: Eco de Raijin - Senju Hayato - 6/11/2022

Hayato continuó con su movimiento, siguiendo paulatinamente a su compañera en lo que disimulaba la acción. Ante todo, era consciente del enorme peligro al que estaban expuestos. Una sola mirada de más, o un gesto de sobra, y serían el postre de una banda de buitres, o peor aún, de cuervos. Todo estaba jugando en contra de ellos, absolutamente todo. Al menos debían tener en mente que no debían arriesgar de más, en cuanto sospechasen de ellos, deberían salir cagando leches.

Pero su compañera parecía haber tomado un buen puñado de valentía, y habérselo echado por la cabeza. Se había dado una auténtica ducha de valor, y con ello no titubeó en adentrarse más en el campamento. ¿Acaso no tenían que bordearlo y así ver por dónde se iban o dónde estaban cargando las cosas?. Eso era lo que le parecía más lógico al Senju, pero...

Pero era tarde. No podía dejar a su compañera atrás. No en esa situación. Sin demora, imitó sus pasos, buscando no distanciarse demasiado de Hana.


RE: Eco de Raijin - Himura Hana - 9/11/2022

No fue hasta que estuvo literalmente al lado de la tienda en cuestión que se percató de que había alguien dentro de ésta. Entonces se congeló en el sitio.

Dios, no puedo más. Al menos uno rapidito antes de subir al barco. — apremiaba una voz grave.

No tenemos ni cinco minutos antes de que nos empiecen a buscar. — le contestó en un tono más neutro otra voz.

No necesito más tiempo.

Solo habían dos voces. Fuese lo que fuese que iban a hacer los distraeria lo suficiente para que ellos pudiesen hacer algo. Tal vez colarse en algún barril o contenedor para ser transportados junto al resto de materiales y poder oir algo más que las conversaciones calenturientas de dos vagos. Sin embargo, tendrían que ser cajas grandes, pues aunque estuviesen transformados seguían siendo de un tamaño considerable.

Viendo que su compañero la seguía, la zorra empezó a rodear la tienda para asomarse levemente al interior. Aparte de los sonidos del interior de la tienda, no parecía haber nadie en las inmediaciones. Seguramente hubiesen llamado al resto a cargar las cosas al barco. Ahora solo quedaba saber si era un barco de retirada o de refuerzo a la retaguardia.

Dentro de la tienda había un montón de futones y bastantes armeros que aún tenían armas en ellos, por lo que parecía que era algún tipo de guardia improvisada para los encargados de vigilar los alrededores. Sin embargo, parecían más pendientes de otra cosa ahora que estaban en sus últimos minutos de acampada.

Hana se giraría entonces a Hayato. No sabía qué decirle ni cómo decirselo. Obviamente tenía que decidir rápido y la decisión era sencilla. Había que entrar a matar mientras estuviesen despistados y desarmados, matarlos y entonces deshacerse rápido de los cuerpos para transformarse en ellos e intentar colarse. Pero... ¿sería siquiera ella capaz de hacer algo así? Matar...

No tenían tiempo para intentar noquearlos, era arriesgado y estaban en el otro lado de la tienda. Entrar sigilosamente sería dificil y no tenía la fuerza para noquear de un golpe ni técnicas para ello. Todo lo que sabía hacer era quemar y sellar cosas.

Todo ese tumulto de pensamientos contradictorios sería lo que tendría en mente cuando mirase a Hayato. Los dos guardias estaban de pie acariciandose y besandose en lo más profundo de la tienda, al lado contrario de puerta, que no era más que un trozo de tela algo más suelto para poder abrirlo y cerrarlo.


RE: Eco de Raijin - Senju Hayato - 10/11/2022

Cuando se dispusieron a una relativa cercanía a la tienda, pudieron escuchar a un par de personas. La situación dentro de la tienda era algo "ardiente", y parecían estar dispuestos a recibir un reproche por parte de quien debiese, con tal de pasar un efímero buen rato. Al parecer, con cinco minutos le sobraba al hombre. No era una persona egoísta y acaparadora, solo necesitaba unos minutos y dejaba libertad al resto del tiempo. PERO, esos dos minutos y algo, eran sagrados. Ni Kurama podía interponerse y arrebatarselos.

¿Cómo iban a poder ellos?.

Si no temían ni a las represalias del más poderoso demonio con colas, a ellos ni le harían por mirar. Además, a esto se le sumaba una gran catástrofe: Al menos el Senju era incapaz de noquear a una o dos personas de un golpe, y mucho menos sin armar escándalo. Pensó por un instante en amenazarlos con algún arma, o incluso en prender fuego a toda la tienda. Pero eso no haría más que hacer saltar la alarma, y por ende que les pillasen allí. No, no podían permitirse eso...

Sin embargo, su compañera parecía dispuesta a entrar en la tienda, y deshacerse de ellos. Quizás incluso suplantar su identidad, y colarse en el barco que podían ver allá al fondo. No la idea no era mala, a él al menos no se la parecía. ¿Pero dispondría su compañera de buenas armas para eliminar a esos dos guardias cariñosos?. Era algo que no podía saber, más que nada porque apenas sabía algo de su compañera. Todo un dilema.

Sus ojos se clavaban en ella, y luego buscaban por los regueros del interior que dejaban ver las cortinas que hacían de puertas a esa tienda. Sus orbes volvían a su compañera, y tras ello viajaban al barco.

«¿¿De verdad vamos a colarnos allí con un mero henge?... Si tienen a buenos shinobis, que es muy probable, no va a durar nuestra mentira ni diez minutos...»

¿Pero y qué más podían hacer? Debían averiguar dónde iba ese puto barco, y si tenían rehenes. La información recabada hasta ahora era escasa...

Más preocupado que otra cosa por qué hacer, el perro se acercó hasta la zorra, y a una distancia relativamente escasa, bajó la voz tanto como su garganta le permitía, intentando que tan solo ella le escuchase. —Si ésta guardia es la última en embarcar, y están así... podríamos hacernos pasar por ellos, y entrar al barco. Un henge, y al menos habremos entrado...

Si el hombre cumplía su palabra, el tiempo era un bien escaso.


RE: Eco de Raijin - Himura Hana - 11/11/2022

Si ésta guardia es la última en embarcar, y están así... podríamos hacernos pasar por ellos, y entrar al barco. Un henge, y al menos habremos entrado...

¿Te refieres a transformarnos sin dejarlos fuera de combate? No es mala idea, pero iriamos muy a contrarreloj. Tendría que ser entrar y salir. ¿Crees que podremos? — le susurró Hana de vuelta, alejandose un poco de la puerta de la tienda.

No confiaba para nada en nada. Sabía que podía transformarse e imitar más o menos la voz de la mujer que había ahí dentro, pero infiltrarse era mucho más que eso. Necesitaban información sobre ella, sobre sus gustos o, coño, su puto nombre. Y no tenían nada de eso. Si los paraban estaban practicamente acabados.

Sin embargo, eso hubiese pasado igual con su idea. Así que con el plan actual solo tenían que fingir una urgencia, adentrarse e intentar descubrir tanto como fuese posible antes de irse de alguna forma.


RE: Eco de Raijin - Senju Hayato - 11/11/2022

La chica no parecía demasiado en desacuerdo con la idea del peliblanco. Fuese porque tampoco se le diese bien noquear a gente, o bien porque no le gustase la violencia gratuita, la chica parecía tener una sola duda: ¿Les daría tiempo?. La verdad, a esa pregunta solo podía responder el tiempo. Nadie podría asegurarlo, ni dejar de hacerlo. Quizás, con un poco de suerte, incluso los dejaban allí creyendo que ya estaban en el barco. Pero, lo único malo es que no sabían nada de esas personas, ni tan siquiera su nombre. Colarse en ese barco no iba a ser sencillo, ni tan siquiera con esas apariencias.

Solo hay una manera de averiguarlo. —Aseguró en un nuevo susurro.

Se asomó con cuidado, y se fijó en las vestimentas y facciones del hombre. Tras ello retrocedería un poco, y desharía la apariencia actual, para con los sellos necesarios, tomar la apariencia de ese hombre tan entretenido. Quizás no era el mejor con esa técnica, no la tenía dominada del todo. Pero realmente podían fingir una emergencia, o cualquier cosa con tal de entrar en ese barco sin levantar demasiadas sospechas.

Más adelante tendrían que ver cómo actuar, o qué decir. Por el momento, eso serían problemas del Hayato y la Hana del futuro. Conforme su compañera tomase la apariencia de la mujer, ambos podrían avanzar hasta el portalón del puerto. Con un poco de suerte, podrían obtener aquello que habían venido buscando. La información era demasiado importante como para dejarla pasar de largo...


RE: Eco de Raijin - Himura Hana - 11/11/2022

Solo hay una manera de averiguarlo.

Ni siquiera le salió un suspiro a Hana, como hubiese hecho si no estuviese con un nudo en la garganta como su puño. La tensión de la situación estaba poco a poco calando en sus carnes. Imitó a Hayato y se asomó un instante para ver incluso más de la mujer de lo que hubiese deseado.

¿Cómo iba a afrontar eso? Tal vez podían decir que tenían información urgente... pero, ¿para quien? No tenía en mente ni quien era el jefe por aquí. Los de antes habían dicho algo de una tal Ruhara. ¿Era ella la jefa de la guardia? ¿La supervisora? ¿Una general? No tenían ningún tipo de información.

Tras deshacer su transformación y de seguido hacer la siguiente se acercaría a Hayato.

Vamos a coger una caja e ir al barco, intentando pasar lo más desapercibidos posible. — le dijo Hana mientras se acercaba a otra de las tiendas cercanas y cogía la primera caja que veía.

La caja era una caja de manzanas y, por suerte, no pesaba demasiado. La tienda tenía varias cajas más con diferentes frutas y verduras, parecía que eran nuevas raciones para el viaje que se les venía. Sin duda, nadie les diría nada si llevaban eso. Esperaría a que Hayato siguiese su consejo antes de empezar a marchar.

Aunque desde donde estaban no era capaz de ver el barco, solo tenía que seguir hacia la linea de costa y entonces ya verían el barco.


RE: Eco de Raijin - Senju Hayato - 11/11/2022

El hombre afirmó ante lo dicho por la chica. Ahora debían apresurarse, eso de seguro. Sin demora, trató de tomar una de las cajas que habían al lado de la que había cargado su compañera. Pero... su fuerza no era precisamente su atributo más destacable (Fuerza 10). No pudo con la caja, y eso que tan solo iba cargada de manzanas. Pero bueno, una caja tan grande cargada de manzanas, tampoco es que fuese demasiado liviana. Miró rápidamente otra cercana, que parecía tener la mitad del cargamento de la anterior, pero en éste caso de naranjas y limones. Tras tratarlo con ésta, sí que pudo.

Vamos. —Apresuró.

Sin demora, se pondrían manos a la obra. El barco ni se veía desde ese punto, al menos no el portalón por donde tendrían que pasar. Así pues, caminarían directos al objetivo, sin malgastar un solo segundo. Debían hacerlo bien, y hacerlo rápido. Quizás los que estaban dentro de aquella tienda —A los que le habían robado la apariencia.— tenían ese mismo ideal.


RE: Eco de Raijin - Himura Hana - 11/11/2022

Apenas habían dado un par de pasos antes de que una voz les llamase.

¡Eh! ¡Vosotros dos! ¿Donde vais tan ligeros?

Hana se giró al mismo tiempo que un hombre barbudo con un delantal le ponía encima de su caja otra caja más. Las piernas de la chica temblaron un segundo antes de acostumbrarse al nuevo peso. Pasaría entonces a darle una nueva caja llena hasta arriba de diversas frutas. Por mucho que se hubiesen transformado, mantenían su fuerza y Hayato ahora se veía bastante corpulento, desde luego, lo suficiente para llevar dos cajas.

Sin embargo, con su fuerza sería incapaz de sostenerlas sin matarse y Hana no podía hacer más que mirar mientras sostenía las suyas propias.

(Haz una tirada con Fuerza, si consigues un 0, aguantas el tipo durante unos segundos, si sale negativo se te caen las cajas.)


RE: Eco de Raijin - Senju Hayato - 12/11/2022

Caminaban directos hacia el barco, como si se jugasen la vida en ello. Literal. Pretendieron caminar de manera ligera, incluso a pesar del peso de las cajas, buscando evadir cualquier comentario o cualquier tipo de retenimiento. Eso intentaron, mas no duró demasiado la efímera libertad. Para cuando se dieron cuenta, tenían al lado a un tipo que bien parecía ser cocinero, un enorme y barbudo cocinero. Éste bramó que dónde iban tan ligeros, y casi sin mediar más palabras le puso a la chica una caja más sobre la que ya llevaba. La kunoichi aguantó estoicamente, como si apenas hubiese notado la presión del nuevo peso sobre su propia caja. Y tras la kunoichi, fue el turno del shinobi del remolino, pero éste...

¡CHUNK!

La caja que puso sobre la que ya portaba el genin, hizo que éste perdiese el control de la situación, del peso. El resultado no fue otro que ambas cajas cayendo, y la primera incluso pareció partir por algún lado. Hasta las naranjas y limones salieron de la caja, para no hacer otra cosa salvo reírse del shinobi. Éste quedó helado, no había tenido ni oportunidad a intentar aguantar ese peso extra.

Apenas cayó la caja al suelo, el Senju se llevó la mano izquierda al codo derecho, y apretó éste con la misma como si se lo acabase de arrancar un caballo de un mordisco. Se mordía los labios, e intentaba imitar un profundo dolor. —¡Joder! ¡joder! ¡joder! ¡Mi codo! ¡Ya lo tenía jodido y lo has terminado de fastidiar! ¡POR DIOS! —Bramó en lo que hasta se tambaleaba sobre sí mismo, un gesto que solía hacer con dolores reales.

Quizás no lo convenciese, pero tenía que intentarlo.


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