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RE: Operación Tambor de Raijin - Akamatsu Nao - 19/05/2022 Para la mala suerte de Nao, el enemigo se había percatado de sus intenciones de liderar al ejército, siendo que en cuanto observó la esfera formarse, muy malos recuerdos del enfrentamiento con aquel gebijuu vinieron a su cabeza. «Ohnononononononononononononononono». Sólo tenía una cosa por hacer, y esa era confiar en una vieja gran amiga: La fuerza de gravedad. —¡KHK!— Desesperadamente hizo que el ave rotase sobre si misma de forma horizontal, dejando caer a su jinete a la deriva justo momentos antes del impacto, siendo que el ave desaparecería completamente tras ser impactada por aquel destructivo láser. «¡¿POR QUÉ A MÍ?!» Él realmente no era ni de cerca el más fuerte ahí. «Pero sí que has abierto la bocota, grandísimo pedazo de animal.» Caería rodando, tratando de amortiguar la caída y luego posar sus ojos de nuevo en el general de Kurama por si intentaba lanzarle otra bijuudama o algo más, quedándose agachado con una rodilla en el piso, sin ponerse en pie. «Lo que a mí me falta de chakra ha de sobrarle a él.» Observaría al tipo peliblanco, siendo que era un ninja más peligroso que todo el resto del ejército junto. «Y de paso quiere tu cabeza, si si, la tuya, Nao. ¡AAAAAAHHHHHHH!» Aunque por fuera, su mirada afilada no demostraba todas las ideas negativas que pasaban por su cabeza. —¿¡Realmente eso era necesario!? — Gritaría dirigiéndose a Marrow. ¿Estaba intentando platicar con el general enemigo? Por su puesto que desde luego que sí. «No tengo chakra ni siquiera para poder dibujar un león, y no puedo huir dejando a Lyndis y a Ranko. Sin embargo necesito que el resto de las tropas se mantengan a salvo mientras mi clon se comunica con retaguardia. AHHHHHHH.» Necesitaba perder el tiempo, pero incluso mantenerse a él mismo a salvo era demasiado complicado. El enemigo parecía haberse dado cuenta de lo que él estaba tratando de hacer, y ahora ya no podía pelear y dar órdenes al mismo tiempo. Sobrevivir de pronto lo único que podía intentar, y aún así, sería bastante difícil. Su clon se habría alejado ya, tratando de llegar a la parte más atrás de toda la batalla. ¿Habría alguna oportunidad realmente? Tenía que encontrar a alguien, a quién sea. Estado de Nao - PV: 190/190 - CK: 21/200 +20 –- Nao Clon: 9/9 - Daños: - - AO: - RE: Operación Tambor de Raijin - Marrow - 20/05/2022 —¿¡Realmente eso era necesario!? — — Cortar la cabeza es el mejor metodo para matar a una criatura, por muy insignificante que sea. — contestó con seriedad mientras se cruzaba de brazos. Tampoco hacía falta que se esforzase tanto, sobre todo cuando Ruhara lo tenía todo bajo control. Se quedó de pie con los brazos cruzados observando con cuidado la situación y su desarrollo. RE: Operación Tambor de Raijin - Narrador - 20/05/2022 Ruhara sonrió. Primero era una leve sonrisa, como si se estuviese conteniendo, pero pronto pasó a una sonrisa tan grande que se veía como una lunatica. ¿Cómo podían ser tan estupidas? ¿Cómo habían llegado vivas hasta aquí? Era irrisorio. Incluso su clon estaba sonriendo ante la inmensa felicidad de su creadora. Cuando tanto Ranko como Lyndis se abalanzaron sobre el clon, Ruhara hizo un único sello. — ¡Kassei-ka! — dijo al mismo tiempo que el clon abría los brazos recibiendo a las chicas con alegría. Ranko no necesitaría oír el familiar sonido del sello explosivo ni ver su caracteristico destello para saber lo que se venía, pues practicamente acababa de vivirlo, sin embargo, el sello se lo dio igualmente. ¡BOOOOOOOOM! La explosión cubriría tres metros y salpicaría hasta diez metros del agua que el clon había dejado al reventar justo en el foco de la explosión (65 PV). Ruhara empezaría a reirse sin control ninguno. — ¡JAJAJAJAJAJA! ¡Idiotas! ¡¿Lanzarse de cabeza con todo a por un clon?! ¡Y yo que pensaba que había siendo demasiado obvia dandole la palmada en la espalda! Pero claro, ¡si no usais los ojos para nada más que de decoración! Vaya panda de inutiles. Marrow-sama, no es necesario que intervenga. Hasta una humilde kunoichi como yo puede ocuparse de ellos. Cambió radicalmente cuando pasó de mofarse de ellos a hablar con el general, pasando a un tono mucho más serio e incluso le hizo una pequeña reverencia cuando Marrow le asintió en respuesta. Además, en su última frase, daba la impresión de que consideraba a su capitán como algo más que un simple ninja, algo... superior. RE: Operación Tambor de Raijin - Akamatsu Nao - 20/05/2022 La respuesta se le hizo amarga, muy amarga. De alguna manera, le reconoció y lo despreció al mismo tiempo, y se le hizo extremadamente amargo. «Nunca quise estar en esta posición.» Nunca quiso estar al frente de todos, porque ser un líder implicaba tomar decisiones dolorosas, decisiones que quizá él no podía tomar. «Pero no hay nadie más que pueda hacerlo.» Tomó su paraguas y lo usó como bastón para levantarse. Se giró se inmediato al escuchar una explosión, sabiendo que tanto Lyndis como Ranko estaban mil veces mucho más malheridas que él, y ahí se nuevo, se maldijo por tener las ropas tan limpias. «...» Se giró de nuevo a ver a Marrow que estaba parado de brazos cruzados, cuando algo de información de su clon llegó a él, mostrando que la retaguardia probablemente también estaba comprometida. Suspiró, y soltó una lágrima, pero tratando de mantener su rostro en seriedad. Con chakra, quizá hubiera intentado algo, pero ahora mismo estaba tan indefenso como un chico común y corriente. —So, ¿sólo les queda acabar con nuestros rezagados, eh? — En aquel punto, Nao simplemente trataba de razonar todo, quizá para intentar buscar una salida, o quizá, como un mecanismo de defensa para asimilar que estaban condenados. —Marrow-dono, ¿verdad? — Se dirigiría a él. —¿Existe algo, con lo que pueda negociar...? En ese punto, ya no quería más dolor. No quería perder a Lyndis ni a Ranko. Joder, nunca tuvo amigos, pero de pronto las kunoichis de ese equipo eran lo más cercano a una persona apreciada que tenía. Pero se sabía débil, se sabía que llevaban las de perder. —Yo no tengo autoridad para hablar en nombre de la Alianza así que no ofrezco ninguna concesión, pero, al menos por todas las personas aquí. ¿Existe algo que pueda haber a cambio de cesar la batalla? — Junto ambas manos y las colocó en el mango del paraguas que estaba apoyado en el piso. No estaba rogando, estaba erguido de frente mirando al general de Kurama. Quizá con el corazón hecho pedazos, pero de pie. —Ciertamente no sería lógico, siendo a nosotros se nos había ordenado perseguirlos a ustedes sin descanso y no hubiéramos tenido clemencia. Esperaría lo mismo de ustedes, realmente, más sabiendo que eliminar a todos aquí sería una gran ventaja táctica— Respiró hondo. —Pero, ya que al menos soy el que se quedó a cargo aquí por descarte, es por ello que me dirijo a usted —. Le miró directamente a los ojos. —¿Existe algo que yo pueda hacer? No esperaba una respuesta favorable, pero al menos, al menos quería intentarlo. Quizá era demasiado optimista el siquiera pensar que les darían una oportunidad. No podía apelar a la bondad u honor de alguien en medio de una guerra. Pero era eso, antes que dejar atrás a sus compañeras. Por que podría hacerlo; podría tirar un shunshin y huir lejos mientras coordinaba al resto de las tropas, siendo que Lyndis y Ranko ya no daban más de sí. Pero ese no era él. Ese joven que quizá había sido pragmático e insensible hasta que se vio acorralado, al final no podía simplemente darse la vuelta. Si iban a salvarse, si iban a morir, sería juntos. Estado de Nao - PV: 190/190 - CK: 41/200 +20 –- Nao Clon: 9/9 - Daños: - - AO: - RE: Operación Tambor de Raijin - Sagiso Ranko - 22/05/2022 ¿Por qué? fue la pregunta que surcó la mente de Ranko varias veces. ¿Por qué Lyndis se había lanzado contra el clon también? Ranko había ido a por él para eliminar un par de manos enemigas, y esperaba que Lyndis hubiese seguido de largo contra la oponente real. ¿Por qué Nao intentaba dialogar con el enemigo que les había lanzado dos explosiones y arrasado con sus fuerzas? Ranko había indicado que los que pudieran, pelearan, que protegieran al resto. Ranko no había saltado al frente como una heroína, como una valiente combatiente sin temor. No, había saltado con la intención de comprar tanto tiempo posible para que las tropas se retiraran. No lo hacía por honor o gloria, ni por ganas de seguir peleando. ¿Por qué? "Con mi sacrificio sirvo a Kusagakure" — ¡Kassei-ka! Ranko abrió los ojos, sorprendida. No podía hacer nada. Ella no era tan rápida por sí misma como para evadir una explosión. No podía detenerse. Sin embargo, el escuchar a la mujer decir el nombre del jutsu le dio una fracción de segundo para reaccionar. Usaría lo único que era lo suficientemente rápido para ayudarle a moverse. Apenas tocó la tierra y vio el primer chispazo de energía, Ranko se movió instantáneamente. Si Hakai lo usaba para escapar, ella lo usaría para perseguir. Dejando la explosión detrás, despreocupándose brevemente por Lyndis, arrastrando tierra y agua en su movimiento, así como fuego en su larga trenza, Ranko aparecería justo frente a aquél con quien la mujer hablaba tan apropiadamente. El chico de cabello blanco. La cabeza de la serpiente . Y lo patearía en la cara con la diestra. —Shunjukkyaku. Lo patearía diez veces en un segundo. [-100PV] —¡NAO! —le gritaría justo después —¿¡Qué haces!? ¡Sácalos de aquí! RE: Operación Tambor de Raijin - Zhaoren Lyndis - 22/05/2022 Apenas se había recuperado de las heridas gracias a aquella kunoichi médica, Lyndis había vuelto a meterse de cabeza en todo el meollo de la peor forma posible. Ranko por su parte, consiguió evitarlo a tiempo, y avanzar hasta un nuevo objetivo. Pero la peli plateada por su parte había recibido todo el impacto de lleno, consiguiendo mantenerse el pie casi de suerte mientras sus piernas levantaban algo de barro y la hundían al ser desplazada por el estallido. Ahora su ropa por lo menos volvía a estar limpia, aunque estaba empapada de nuevo desde los pies hasta la cabeza, y sus cabellos caían por su rostro de la misma forma que lo hacían las perlas de agua restantes. Le costaba mantenerse en pie, jadeaba y tenía la mirada nublada, a la vez que sentía como sus fuerzas abandonaban su cuerpo poco a poco. Apenas podía mantenerse rígida o recta en el sitio, y sus hombros y columna estaban arqueados hacia delante mientras sus brazos colgaban doloridos por la explosión de agua. Debía retirarse, debía llevarse a Ranko de aquel lugar. Debía huir. Aquel pensamiento atravesó tanto su mente como su cuerpo, de la misma manera que lo habría hecho la más afilada de las flechas sin dejar ninguna marca más allá que el agujero que hubiera dejado al penetrar en la carne. ¿Debía huir como hizo en el Valle de las Aguas Termales? ¿Y dejar a todo el mundo allí a su suerte? Por su culpa, aquel misterioso hombre se había llevado una familia entera que no tenía nada que ver con ella, tan solo para intentar cazarla. Claro, debía huir, ¿no? Como una cobarde con el rabo entre las piernas. Debía de huir una vez más, y rezar por mantenerse con vida mientras recordaba aquella nueva humillación mientras respirase día tras día, para seguramente, si moría, arrepentirse profundamente en la otra vida. Puede que solamente sobreviviera unos minutos debido al lugar en el que estaba, pero si esos minutos podía dedicarlos a luchar, al menos no se arrepentiría. Pero los Dioses no huyen ante la adversidad. Los Dioses luchan hasta su último aliento, y forjan de esa manera sus leyendas. Apretó los puños, de la misma forma que lo hizo en su mandíbula, flexionando sus músculos. Sus ojos volvieron a tornarse blancos y su piel volvió a tomar un color rojizo. Ranko había ido directamente a por quien parecía estar al mando allí, aquel chico bajito de cabellos pálidos. La chica seguramente intentaría interceptar a Ranko, pues no parecía que quisiera que los "mortales" tocaran a su señor. Lyndis avanzó hasta ella, dando un salto a mitad de camino para con la carrerilla, plantarle una patada en todo el rostro a la chica (40 PV). RE: Operación Tambor de Raijin - Marrow - 23/05/2022 Las palabras de Nao encajaban demasiado bien con los pensamientos de Marrow. Sin embargo, el general estaba lejos de ser un endeble. Sabía bien que esta guerra no iba a parar, por ello, su objetivo era minimizar las bajas. No era necesario matar a todo el mundo, solo a los integrantes del ejercito de la Alianza. La solución era simple y sencilla. Pero las compañeras de Nao tenían otros planes. Ranko apareció ante él e instantaneamente Marrow supo lo que se venía. Cargó chakra en todo su cuerpo y docenas de huesos puntiaguados sobresalieron de su piel. Cuando la kusajin intentó golpearle, tuvo que pasar por varias espiculas antes de llegar a golpearle a él, clavandoselas en el proceso. Los golpes llegaron, Marrow fue golpeado. Sin embargo, las piernas de Ranko estaban llenas de cortes y perforaciones. Cuando acabó, Marrow estaba magullado, algunas de sus patadas sí habían hecho daño. Aún así, sus espinas huesudas sencillamente volvieron a crecer. Tras recuperarse del intercambio de golpes buscó clavarle uno de sus huesos, que le nacía del brazo, en el pecho a Ranko. — Todo esto no haría falta si dejaseis de combatir lo inevitable. Unios a nosotros y no habrá que pelear. — anunció en voz alta, con cansancio. RE: Operación Tambor de Raijin - Narrador - 23/05/2022 Ruhara pudo ver como Ranko aparecía delante de Marrow y cómo éste ni se inmutaba, sino que calmadamente preparaba un contraataque. Entonces se giró a la que sería su rival ahora que Ranko había dividido a la pareja. Había fallado en mantener a ambas a raya, pero definitivamente acabaría con Lyndis. La vio venir corriendo y saltar hacia ella. Rodó justo a tiempo para esquivar la patada y se giró para encarar el lugar en el que Lyndis caería, haciendo un único sello cuando finalmente aterrizase. Un proyectil invisible, inodoro e insonoro se dirigiría hacia su rival. Si ese proyectil imaginario le impactaba, Lyndis perdería por completo el control de su cuerpo, como una marioneta al que le cortan los hilos. Podría hablar y quejarse todo lo que quisiera, que su cuerpo no le obedecería. Podría ver a Ruhara sonreírle de la forma más macabra posible antes de obligarla a moverse hacia ella. Nao, por otro lado, recibiría la información de su clon, de que había un par de genin que se dirigían hacia ellos para socorrerles. O para ser más carnaza para Marrow. RE: Operación Tambor de Raijin - Akamatsu Nao - 23/05/2022 Pero siempre, siempre tenían que echar todos sus planes abajo. Ranko y Lyndis eran demasiado pasionales, demasiado apegadas a sus creencias como para ver más allá de eso. Él tenía conocimiento de que la situación no era tan simple como para retroceder, pero ellas ni siquiera eran capaces de leer la guardia de sus oponentes, pero eso no significaba que él se iba a quedar de brazos cruzados en cuanto vio a Marrow dispuesto a rematar a la morena«NO LO PIENSO PERMITIR». Un paraguas cayó al piso. Hizo un sello, usando todo el impulso que tenía con el shunshin sin frenar para empujar a Ranko y quitarla del camino, siendo que él terminaría recibiendo el corte de la estaca de hueso en uno de sus costados, siendo que aguantó todo el dolor, y con ambos brazos sujetó el brazo del peliblanco. «Hay cosas, ¡que incluso yo puedo hacer!» Se mantendría ahí, sin soltarlo, aún con todo el riesgo que eso implicaba. Miró a los ojos al general. —¿Unirnos? Lo, siento... Pero me han dado muchas razones para no hacerlo — Cerró los ojos y los abrió de nuevo. —Toda la batalla anterior fue un teatro de ustedes. Sacrificaron a muchos soldados que habían enviado en desventaja numérica, para reunirnos en un punto y no ver venir la bijuudama. ¿Considera usted lógico que yo me una a Kurama luego de lo que he visto aquí, a sabiendas de que podrían usarme de la misma forma cuando se me ordene? — Movió el pincel en la boca. —No me gustan las historias de sacrificios, las detesto bastante, en realidad. No digo que las aldeas no metan esas ideas en la cabeza de su gente, si no, ellas no estarían haciendo esto en primer lugar— Se giró a ver a Ranko y luego a Lyndis, volviendo su vista a Marrow. —No hago esto por una aldea que realmente me importa poco, sino porque no me gusta ver personas entregando sus vidas creyendo que todo se soluciona con sacrificios y dolor. Y por si no ha quedado claro, toda esta explicación significa NO — mantendría el agarre, incluso sabiendo que probablemente ese gesto también era fútil y sinsentido. Marrow también debería estar consciente de eso. Y sin embargo, aquel discurso era bastante cínico de su parte, porque él estaba dispuesto a servir de cebo todo el tiempo necesario con tal de que Shiten pudiera abrir camino en la retaguardia. Sus esperanzas radicaban ahora, en entretener lo suficiente a Marrow. No parecía estar enterado de lo que ocurría en retaguardia y no podía soltar el plan enfrente de él. Su clon aún podía coordinar una última vez a las fuerzas de vanguardia, pero ya no veía posibilidades de salvar a sus compañeras. Jun y alguien más se habían ofrecido a ayudar, pero empezaba a dudar de si podría resistir lo suficiente hasta su llegada. Desde un inicio sabía que la pose de brazos cruzados Marrow había sido porque entendía que él ya no podía hacer nada. Podría haber ganado más tiempo si Ranko no hubiera intervenido, pero no se iba a lamentar ya por ello. «Nuestra victoria será salvar todas esas vidas.» Lo intentaría. Sería quizá, lo último que estaba dispuesto a hacer. Estado de Nao - PV: 130/190 -50 – -10 –- CK: 27/200 -14 –Shunshin: 0/5 HEMORRAGIA - Nao Clon: 9/9 - Daños: - - AO: 1 RE: Operación Tambor de Raijin - Zhaoren Lyndis - 23/05/2022 Pero la ciega confianza que tenía en el chico fue más que suficiente para no tener que preocuparse por su situación. La chica esquivó la patada evadiéndose a un lado y Lyndis derraparía un par de metros por el suelo mientras se agarraba con las manos al suelo para no alejarse más de lo necesario a la vez que veía como ejecutaba un sello. Instintivamente, rodó por el suelo con el resto del impulso que le quedaba. No había acertado con su patada, pero ahora la distancia que las separaba era mucho menor. Pero no era la única que no había acertado. La chica de cabellos plateados movió su cabeza a los lados, sin entender que acababa de suceder. Tras aquel sello, no había ocurrido absolutamente nada de lo que se pudiera percatar. — ¿Ah? ¿Estás jugando conmigo? ¿Te estás riendo de mí? — respondió entre dientes con un claro gesto de enfado mientras apretaba los puños, a lo que lo siguió un rápido sello, para aparecer en el momento en la espalda de Ruhara —. ¡Te voy a reventar todos los putos huesos! Gritó mientras le acontecía una patada baja (40 PV) seguida de una alta contra su torso (60 PV) RE: Operación Tambor de Raijin - Sagiso Ranko - 25/05/2022 Su pierna dolía. Mucho. Había dañado al tipo peliblanco, aunque él se había cubierto de ¿Huesos? Y unos muy duros y filosos. Lo curioso es que la pierna se le acalambraba un poco al usar el Shunjukkyaku, así que en realidad le debería de doler más. Ranko apretó los dientes, preparada para recibir la cuchillada ósea del tipo, pero se vio empujada al instante. "¡No...!" Nao había tomado su lugar, recibiendo el ataque por ella. Ranko sintió la sangre hervir. Se preguntó por un instante qué era más molesto, si Ranko lanzándose cuando Nao no se lo esperaba, o Nao intentando dialogar cuando era claro que no funcionaría. Pero algo debía de saber, pues era el encargado de la inteligencia. Ranko apretó los labios de nuevo y sintió su cuerpo quebrarse. Estaba muy débil, y sentía que pronto no podría moverse. Tenía unos instantes más antes de sucumbir al cansancio. "Lo siento, madre. No pude completar tu entrenamiento a tiempo. Mi señora Morikage, he fallado en una misión suya una vez más. Lyndis, no pude pelear contigo de nuevo. No... No puedo hacer más..." Porque ¿Qué podía hacer contra alguien que le dañaría si pateaba de nuevo? Sería como golpear con un garrote de cristal. Mas entonces un recuerdo inesperado le dio la respuesta: una mujer alta, pelirroja, cubierta de barro y haciendo... "¡Doton!" —¡Chidanryūkan! Ranko dio un paso atrás y dio una dolorosa patada al suelo, haciendo que tres esferas de tierra húmeda surgieran del arrozal. Luego, con sendos gruñidos, lanzó dos puñetazos y una patada hacia el general, arrojando las esferas hacia él [-20PV cada una]. Si no podía patearlo de nuevo, lo golpearía con tierra, más si Nao lo sujetaba. Escuchó a Lyndis vociferar detrás de ella. Ranko sonrió, como si la furia de la ogresa le diera energía. Suspiró pesadamente. RE: Operación Tambor de Raijin - Marrow - 25/05/2022 Nao apareció de la nada y apartó a la victima de Marrow con toda la mala educación que se puede tener en una guerra. Su hueso, inicialmente preparado para rematar a Ranko, se clavó en el nuevo voluntario. Y Nao habló. Y habló. Agarrando con sus dos brazos uno de los del general. Ambos tenían la mirada clavada en la del otro. Marrow tenía un hueso clavado en él y una mano libre. Decidió dejar que lo inmovilizase con su agarre. Después de su primera frase, ambos sabían perfectamente que el resto del discurso no iba a cambiar nada. Marrow uso su brazo libre para clavarle otro de sus puntiagudos huesos en el corazón a Nao, sin dejar de mirarle a los ojos, sin un atisbo de duda. El general no quería hacer más daño del necesario, no quería más sufrimiento del necesario, pero Nao acababa de convertirse en un daño necesario. Ranko se recuperó como pudo de ser cortada, apuñalada y empujada y tras unas cadena de cuatro sellos lanzó tres bolas de roca maciza a Marrow, que estaba demasiado ocupado con Nao para esquivarlas. Sin embargo, las aguantó de pie, siendo arrastrado un par de metros en el barro, preparado para seguir. Podían ver en su rostro que estaba cansado y que el golpe de Ranko le había afectado, perdiendo los huesos afilados que le salían de la piel. RE: Operación Tambor de Raijin - Narrador - 25/05/2022 Ruhara no era Marrow. Ruhara era una chica complicada y sencilla al mismo tiempo. Inteligente de un modo que era dificil de verlo como algo bueno. Sabía cómo hacer daño a la gente y le gustaba hacerlo. No tenía esa ligera capa de bondad con la que Marrow intentaba arropar incluso a sus enemigos. Ese ansía por llegar a una solución simple y rápida. Ruhara quería sangre. Cuando vio a Lyndis hacer el sello del carnero, supo lo que se venía, la imitó y un segundo más tarde habían intercambiado posiciones. Entonces vio la luz. Ahora Lyndis estaba donde ella había rodado para esquivarla, apenas a unos tres metros de Marrow, y ella estaba donde Lyndis había aterrizado, a unos cuatro metros de ambos. Entre Marrow y Lyndis había una persona: Sagiso Ranko, de espaldas a Lyndis y haciendo sellos, dolorida. Ruhara volvió a sonreir mientras hacía un único sello. A espaldas de la kunoichi que estaba lanzando patadas cargadas de Doton hacia Marrow apareció un potente torbellino de uno de los charcos, directo a atravesarla sin ningún tipo de piedad ni amedrentamiento (90 PV). Ruhara no había sido sutil con Lyndis, había mirado a Ranko, había hecho el sello y después la había vuelto a mirar a ella, sonriente. Todo sucedería en un instante. El instante más importante de sus vidas. RE: Operación Tambor de Raijin - Zhaoren Lyndis - 25/05/2022 Ruhara consiguió evadirla replicando la misma técnica, y cuando Lyndis reaccionó para mirar a su espalda, esta ya tenía el punto de mira sobre Ranko. Hizo un único sello, y la mirada que le devolvió a la kusajin lo decía absolutamente todo. La suerte estaba echada, y si alguien debía desaparecer de allí, era la que tenía el sueño entre los presentes más estúpido y sin sentido posible; la misma que debía de haberse retirado y ser más prudente durante la batalla, pero su ciega ansia de lucha así como su orgullo le impedían abandonar cualquier campo de batalla. Corrió con las pocas fuerzas que le quedaban hasta Ranko, tropezando momentáneamente con el terreno. Cada metro que estaba recorriendo, cada centímetro se estaba haciendo eterno para ella. Era como si el tiempo se estuviera ralentizando ante su visión. Pero podía llegar, podía salvar a Ranko de aquel fatídico destino, aunque a cambio le costará su propia vida. Su brazo alcanzó a la chica de la larga trenza, empujándola a un lado antes de que pudiera llegar a impactar aquella enorme masa de agua. Sin embargo, Lyndis no podría cambiar su dirección, pues todas sus fuerzas y velocidad fueron en una única dirección. El contundente torbellino la golpeó de lleno arrancando un ahogado grito de dolor mientras le provocaba escupir una gran cantidad de sangre. Aquel momento también fue percibido muy lento para ella, y también se movía al mismo ritmo en una dirección recta, cayendo un par de metros en el suelo. Quedó tendida en el suelo, mirando al cielo. ¿Estaba despejado con un brillante azul? ¿O tal vez estaba ennegrecido por nubes naturales o artificiales por el despliegue militar de técnicas? Ladeó el rostro, a la vez que poco a poco su color rojizo pasaba a su bronceado natural. Le faltaba el aire, sentía un horrible dolor por todo su torso que no cesaba de sangrar, lo cual seguramente potenciaba la hemorragia por el agua de los arrozales. Se retorció sobre sí misma, e intentó respirar por la boca lo que fuera posible, solo para pronunciar lo que seguramente serían sus últimas palabras. — Más os vale... Que no me vuelva a levantar... Más os vale que este sea mi fin... Si no es así... — jadeaba, tosía y la sangre caía por la comisura de sus labios. No hablaba en un tono alto, pero no llegaba a ser un susurro, aunque podría ser fácilmente ignorado por el fragor del combate —. Si me vuelvo a levantar... No seré una Diosa benevolente... Os arrancaré las extremidades... Os destrozaré la columna... Os partiré el cráneo... Os trincharé el alma... Os extirparé la voluntad de vivir... Una... Y otra... Y otra vez... RE: Operación Tambor de Raijin - Sagiso Ranko - 27/05/2022 "No, no, no, ¡No!" Ranko llevó sus manos a su portaobjetos y lanzó tres shuriken al brazo del peliblanco [-8 o -12PV cada uno]. Quería hacerle cambiar la dirección de su filo. Quería que la punta de su hueso se desviara, tan solo un poquito, quería que rozara el corazón de Nao, y no lo perforara. Sin embargo, no pudo ver si lo había logrado o no, pues sintió un empujón más y cayó al suelo, débil. Y cuando se preguntaba qué había sido eso, el tiempo se detuvo. Y Lyndis cayó por una eternidad ante los ojos de Ranko. Se había distraído de la otra enemiga, se había olvidado de ella por haberse enfocado en quien parecía el líder. Le había concedido el deseo a su amada de luchar uno contra uno. ¿Cómo había sido Ranko tan tonta? ¡Tenían que combatir en equipo, y dejar los juegos para después! "No." Ranko gateó en el agua y el barro hasta Lyndis y levantó su cabeza con suavidad. —Waai... Chan... —susurró Ranko con voz quebradiza. La ogresa ya no era roja, pero sí estaba rodeada de escarlata, como si el rojo de su furia se hubiese lavado y ahora se diluyera en los arrozales. —L-levántate... Waai-chan... No... Levántate... P-por favor... Ranko olvidó el cansancio, el dolor de su pierna, su trenza chamuscada. Olvidó que estaba en medio del campo de batalla, y que Nao podría compartir el destino de Lyndis. Olvidó que estaba rodeada de enemigos. Por un momento, para ella sólo existió su amada Lyndis, con la vida escapándosele del cuerpo. Su calma se quebró. Su voluntad flaqueó. Sus ganas de pelear se desvanecieron. Y lloró y gritó. Sabía que era una guerra, una batalla a muerte, que tanto ella como cualquiera de sus amigos podría caer. Lo sabía. Su madre le hizo jurar que lo entendía. ¿Por qué se rompía ante Lyndis, entonces? ¿Por qué se quedaba reducida a un gazapo indefenso y llorón? ¿Acaso era porque, una vez más, era su culpa ver a Lyndis herida? Ranko gritó. |