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RE: Operación Tambor de Raijin - Akamatsu Nao - 28/05/2022 Marrow, no respondió. Al menos no verbalmente. Nao lo esperaba, lo contempló de hecho. En cuanto Marrow intentó apuñalarlo, una vez más tuvo que hacer recurso de lo poco que tenía. Echó todo el peso de su cuerpo hacia atrás, tirando del brazo del otro como eje para salirse del trayecto de la puñalada por apenas escasos centímetros. Tras ello, se soltaría y alejaría con un par de saltos hacia atrás, quedando apenas metro y medio atrás de Marrow, asegurándose que el general de Kurama estuviese entre Ruhara y él, esquivando de paso el ataque de Ranko que ciertamente por poco y lo terminaba lastimando también. Pero antes de poder seguir pensando su siguiente movimiento, la batalla entre Lyndis y Ruhara los alcanzó. «No...» Todo pasó en un instante. Un momento en el que no pudo hacer nada. Eso era lo que quería evitar. Y falló bastante miserablemente. Ranko rompió en llanto, siendo que el shinobi de la lluvia no pudo sino apretar los dientes. «No apartes la mirada, Nao. No lo hagas. NO LA APARTES.» Pero pese a todo, no pudo evitar soltar una lágrima de congoja. ¿Por qué? No consideraba a nadie lo suficientemente importante en el mundo para entrar en la categoría de ser querido, pero eso no significaba, que no sintiera empatía. Valoraba cada vida, de una manera que le era difícil describir a los demás. —¿Por qué...? — Murmuró por lo bajo. No completó la oración, puesto que quizá tenía pensamientos demasiado soberbios. Dolía, dolía enormemente. Quería culpar a alguien, pero si había un culpable ahí era él por no ser lo suficientemente fuerte. Necesitaba una oportunidad, pero cada vez la puerta le era alejada de sus manos. ¿Acaso debió haber abandonado a alguien para intentar salvar a quién pudiera? Ya no era momento para eso... Por querer salvarlos a todos, probablemente todos morirían. Y aunque decidió aceptar esa verdad, eso no lo hacía menos doloroso. Quizá debió ser cruel, desde el inicio. Esa lágrima, fue la última. Ranko no estaba en condiciones emocionales de dilucidar lo que se vendría a continuación, por lo que Nao se quedó observando a los shinobi del copo de nieve esperando por cualquier movimiento. ¿Habría ganado el tiempo suficiente? Aquella jugada, podía ser la última. El telón estaba por bajar, y salir vivo de ahí dejó de ser una opción hace mucho tiempo. Tenía la mano diestra, temblorosa. «Creo que también fallaré en comunicar las cosas en la retaguardia.» Debía ser muy preciso con lo que estaba por hacer. Estado de Nao - PV: 120/190 -10 –- CK: 47/200 +20 –Shunshin: 1/5 HEMORRAGIA - Nao Clon: 9/9 - Daños: - - AO: 1 RE: Operación Tambor de Raijin - Narrador - 29/05/2022 Ranko había sentido la mano de Lyndis, sin fuerza ya, intentar apartarla mientras ésta interceptaba un ataque que se había originado a su espalda. El torbellino golpeó y arrancó de Lyndis todo el aliento que le quedaba haciendola caer. Tanto para Ranko como para Ruhara, todo pasó a camara lenta, aunque por motivos completamente opuestos. Ruhara estaba encantada con el resultado de sus acciones, Ranko probablemente estuviese destrozada. Ver el torbellino golpear a Lyndis, verla retorcerse para soltar unas últimas amenazas antes de doblarse por completo y caer sobre el humedal, inerte, fue delicioso. La kusajin cumplió su papel a la perfección, siguió el camino que Ruhara había marcado para ella, directo al infierno. Mientras Ranko lloraba, Ruhara sonreía. Se llevó ambas manos a la cara para limpiarsela del agua y sangre que había ido salpicandose y sonrió. — No te preocupes, no soy tan cruel como para manteneros separadas. — espetó mientras sacaba un par de shuriken y se los lanzaba directamente a Ranko, que estaba sujetando a Lyndis. Marrow, por su parte, también parecía tener la intención de aprovecharse del momento de debilidad de Ranko. Las grandes mentes piensan igual. Ranko, en el momento en que le vuelve la claridad mental, se dará cuenta de que hace apenas unos segundos que Lyndis dejó de respirar. No le han cortado la cabeza, no le han arrancado el corazón, no tiene una herida fatal visible. (Inteligencia 40) Ranko sabe que existe la posibilidad de que pueda ser reanimada, de hecho, ella misma podría llevar a cabo las maniobras de reanimación sin entrar en nada más allá de primeros auxilios (Destreza 40). Cualquiera que pueda y quiera es capaz de ver el pajaro entrando en escena desde la Retaguardia. RE: Operación Tambor de Raijin - Marrow - 29/05/2022 Nao consiguió apartarse para que el hueso no le atravesase una zona mortal, sin embargo, Marrow corrigió la trayectoria lo suficiente para hacerle un corte bastante feo en el costado antes de que el ataque de Doton de Ranko les separase. Seguramente la maniobra de Nao hubiese funcionado con un arma cualquiera, pero Marrow no estaba empuñando nada, solo movía su brazo que tenía afiladas armas saliendo de todo él. — Ruhara, serenate, vienen refuerzos. — comentó serenamente Marrow señalando al gran pajaro que se acercaba por el cielo. Viendo que Ranko había bajado por completo la guardia y el general de Kurama no lo iba a dejar pasar. Bajó la mano cargando chakra en ella y apuntó con su mano a la kusajin, disparandole varios huesos a toda velocidad a su espalda. Uno, dos, tres y hasta seis proyectiles se dirigían a la capitana de escuadrón esparcidos por toda su espalda sin un punto concreto en el que impactar. Ruhara se serenó casi de inmediato prestando más atención a los alrededores y al ave que se cernía sobre ellos, al igual que Marrow. RE: Operación Tambor de Raijin - Akamatsu Nao - 29/05/2022 Eran fracciones de segundo las que quedaban. Nao no había logrado quitarse el golpe completo, pero estaba con vida y eso ya era más que suficiente. Quizá ahora mismo Marrow planeaba acabar con todo, pero Nao no iba a permitirlo. «AHORA.» Marrow no iba a lanzar nada a Ranko, Marrow no iba a moverse. Nao deshizo de inmediato el clon lejano y alzó la mano, aún a costa de que era su única carta para contactar con Shiten. Un sólo sello y las ristras de sellado envolverían al general de Kurama. —SAGISŌ-SAN CONCÉNTRESE EN RUHARA— Indicaría tratando de sacar a la kunoichi de su trance. Esperaba que ella pudiera por lo menos intentar preocuparse por sí misma. El pelirrojo y Jun venían, pero seguramente tendrían problemas para aterrizar, así que haría al ave descender en altitud, dirigiéndola de pronto contra Ruhara, volando al ras del suelo. Ya dependería de ellos el como actuar con ese impulso. Mientras, él saltaría otros dos metros hacía atrás. No se fiaba de poder retener a Marrow completamente, pero al menos necesitaba hacerlo en ese instante crucial. Estado de Nao - PV: 90/190 -10 – -20 –- CK: 6/200 -10 AO Turnos Atrás – +9 – -40 –Shunshin: 2/5 HEMORRAGIA - Daños: - - AO REVELADA: Marca del Sello de Maldición Propia aplicada RE: Operación Tambor de Raijin - Sagiso Ranko - 31/05/2022 La voz de Nao retumbó en Ranko como si ella estuviera en un tonel gigantesco y él estuviese fuera, golpeando con insistencia. El tiempo volvía lentamente, y la realidad se asentó milímetro a milímetro. ”Wai… chan…” ¿Y si…? ¿Y si podía salvarla? Ruhara… Ruhara… Ruhara… CALMA
Sintiendo sus energías dando un último aliento, y habiéndose recuperado del desajuste de chakra que el Shunjukkyaku le había dejado, Ranko sacó velozmente su sai y bloqueó ambos proyectiles con dos veloces movimientos mientras tanteaba el cuerpo de Lyndis rápidamente en busca de algo que ya sabía que estaba allí. Miró a Ruhara con una furia con la que no había mirado a nadie. Empapada, manchada de lodo y sangre, Ranko avanzó. Queriendo aplastar a su enemiga a como nunca había deseado antes, ni siquiera a Dragón Rojo aquél fatídico día, Ranko avanzó. Con la trenza, previamente chamuscada por la explosión, ahora quebrándose y deshaciéndose como un aura de cenizas y humo, Ranko avanzó. No diría palabra alguna, ni gritaría, ni insultaría, ni juraría venganza. Todo eso se vería en los ardientes ojos color miel de la Kusajin. Ranko se acercaría tan velozmente como fuese posible a su enemiga. Si ésta intentaba hacer sellos, Ranko intentaría detener su mano usando las curvas de la sai, que eran precisamente para detener armas. Buscaría estar cerca de ella y darle una potente patada en la rodilla, justo en la rótula [-35PV+ posible rotura], para luego darle un rodillazo en la cara [-21PV]. No usaría su arma de manera ofensiva, y la reservaría para bloquear o desviar. Su otra mano, por mientras, mantenía sujeto el sello explosivo que había quedado en Lyndis al desaparecer su clon hacía ya varios minutos. Lo usaría, muy pronto, en el momento justo. Por mientras, no se separaría de Ruhara. RE: Operación Tambor de Raijin - Kurogane Toshio - 1/06/2022 A lo lejos, Toshio no pudo hacer más que observar lo que sucedía mientras se acercaban a toda velocidad. A medida que se acortaba la distancia, el herrero empezó a distinguir con más claridad lo que estaba sucediendo: tres ninjas de la alianza, con distintos grados de heridas, se enfrentaban a dos ninjas de Kurama. Todos ellos eran realmente poderosos, mucho más poderosos de lo que Toshio realmente había llegado a ser incluso en su mejor momento. «Tenemos la ventaja numérica... creo que incluso nosotros deberíamos poder aportar algo en esto». Poco a poco, con cuidado, empezaría a moverse a la parte frontal del pájaro con esperanzas de poder controlarlo desde allí. El animal de tinta no solo era un buen transporte, sino que también debía ser una poderosa arma que podrían estrellarle al enemigo. — Ya casi llegamos. —Le dijo a Jun—. Cuando te avise, saltamos ¿okay? Tragó saliva, preparándose. Desde donde estaba, pudo ver a Lyndis, una temeraria ninja junto a la que ya había trabajado, recibir el golpetazo de una especie de taladro de agua. A su lado, Ranko gritó. ¿Acaso habían llegado tarde? Antes de que empezase a hacer presión en la cabeza del pájaro para intentar hacerlo descender contra Ruhara, el animal empezó a descender por sí solo a toda velocidad con exactamente el mismo objetivo. «¿Acaso lo está controlando ese chico?» Se preguntó «¡El bastardo está tan loco como yo!» Sonrió, preparado para saltar en el último momento, pero entonces Ranko se lanzó a por Ruhara, buscando venganza. Él único problema con eso era... — ¡OSTIA, RANKO, APARTAAPARTAAPARTA! ... Que se acabarían estrellando contra ella en su lugar. Jun notaría un tirón mientras el chico agarraba al pájaro de los costados de la cabeza y empezaba a estirar hacia arriba con todas sus fuerzas, intentando desviar al ave hacia arriba para evitar el impacto. Pasase lo que pasase, se mantendría intentándolo hasta el final, pero no tenía intención alguna de estrellarse directamente contra el suelo, así que cogería a Jun en el último momento y saltaría a un lado, cayendo él debajo. RE: Operación Tambor de Raijin - Nara Jun - 1/06/2022 A Jun le hubiera encantado ver el campo de batalla para tener una idea de lo que estaba pasando y de donde se iba a meter, pero no. Ni por... asomo iba a abrir los ojos, no volando en ese pájaro gigante. Solo le quedaba aferrarse a sus otros sentidos y, digamos, que ni siquiera se sentía del todo bien así. Sentir que no estaban en tierra y que iban a una velocidad bastante alta, no le agradaba para nada. —Vale. — Dijo para nada segura, pero sabía que debía saltar en algún momento. Sacando las palabras de Toshio, que debía admitir que le estaba teniendo mucha paciencia, lo otro que se oía no era para nada alentador. No sabía bien que era, pero escuchó gritar a una chica. Le inquietaba mucho saber que era lo que se iba a cruzar en los próximos minutos y esos sonidos no le eran para nada alentadores. A pesar de eso, todo iba bastante correcto en lo que era la aviación. No había muchos movimientos bruscos, su compañero parecía estar tranquilo y no había nada que ella sienta que piense que algo iba a salir mal. Hasta que algo o alguien hizo que el ave ese vaya directo contra el suelo. Debía admitir que se estaba poniendo algo nerviosa, pero tenía entendido que el plan del kusajin era saltar antes de que choque su transporte. Quizás era una estrategia para impactar con eso a los enemigos y que luego ellos dos puedan seguir con la ofensiva. —¡OSTIA, RANKO, APARTAAPARTAAPARTA! —¿¡PERO QUÉ HACES PSICÓPATA!? Fue instantáneamente que abrió los ojos cuando sintió el tirón y no pudo reaccionar a hacer nada. Si hasta el momento solo le podía tirar elogios al muchacho por comportarse tan bien con ella con todos los impedimentos que estaba poniendo, ahora mismo solo quería cagarlo a puteadas. La maniobra que había hecho había sido muy brusca, aunque ella no entendía muy bien porqué. Si el herrero saltaba, ella iba a seguirle como pudiese para caer bien a tierra y sin inconvenientes. Iba a adaptarse como podía si aterrizaba bien y, sobre todo, localizar bien que era lo que estaba pasando en el campo de batalla. RE: Operación Tambor de Raijin - Marrow - 2/06/2022 Marrow era una persona calmada y serena. Mucho más que la mayoría de generales. Algunos consideraban eso una falta de fuerza. Su falta de agresividad hacía que algunos de sus hombres incluso dudasen de que fuese un general de Kurama. Además, hasta aquel día, no había una persona en la faz de la Tierra que le hubiese visto usar los poderes de su Dios. Se podría pensar que era esa calma lo que le hacía usar menos el poder de Kurama, pero nada tenía que ver. Marrow respetaba a Kurama por encima de todas las cosas. Usar su poder si no era estrictamente necesario sería una falta de respeto de proporciones biblicas. Por ello, hasta ahora había confiado en sus propias habilidades. De hecho, había sido el propio Kurama a través de él quien había hecho uso de su poder, así que se podía decir en alto que Marrow jamás había hecho uso del poder de Kurama. Hasta ahora. En cuanto fue paralizado intentó liberarse, pero no pudo. No tardó ni un segundo en juzgar la situación. El pajaro descendía velozmente sobre Ruhara, trayendo refuerzos. Ese perro rastrero de Amejin seguiría apoyando a pesar de estar herido y la kusajin también iba tras Ruhara. Estaban en una amplia inferioridad numerica y escasos de energías. Si se quedaba paralizado, acabarían con su subordinada en sus propias narices, incluso con él. No podría cumplir las ordenes de Kurama-sama. El viento empezó a temblar de forma instantanea. El cuerpo de Marrow empezó a expulsar una cantidad notable de chakra anaranjado y antes de que pudiesen siquiera entender qué estaban viendo, ya estaba moviendose en dirección a Nao. Era más rápido, más brillante y más agresivo. Una capa de chakra se había asentado alrededor de su figura, dandole un brillo anaranjado, orejas de zorro y una cola. — ¡Se acabó! Correría hasta alcanzar al amejin, en el camino varias dagas de hueso saldrían de sus extremidades, una en la diestra, otra en el codo izquierdo y una última en la rodilla derecha. Más que un ataque, fue un extraño baile en el que intentó hacerle un corte con cada una de ellas, aunque esa no era toda la amenaza. Simplemente por tocarle, ya le provocaría una quemadura por aquel chakra en ebullición que le cubría y que parecía incluso más agresivo que el propio Marrow. Nao, en la cercanía, podría ver los ojos dorados del general teñidos de rojo y con una pupila rasgada en el centro. Le habían acorralado y habían llamado a la bestia que intentaba mantener a raya. RE: Operación Tambor de Raijin - Narrador - 2/06/2022 Ruhara notaría el cambio en la actitud de Marrow, parandose de repente, sin embargo, ni siquiera le daría tiempo a pensar en ayudarle y sería él mismo quien liberaría algo, el chakra de su Dios a vista de todos. Ahora sí que ya habían ganado. Podían haber resistido a Marrow y Ruhara, pero no aguantarían frente al poder de Kurama. Volvió a centrar su atención en su situación, sabiendo que Marrow pronto habría acabado con lo suyo. Por desgracia, su trozo del pastel era injustamente grande. El enorme pajaro se dirigía directamente hacia ella. Qué injusto. ¿Qué había hecho ella? Ah, sí, la chica. Prácticamente ya se había olvidado de ella. Su compañera se acababa de levantar, furiosa, viniendo directamente hacía ella también. Ruhara casi la avisa de que se avecinaba un ave de cuatro metros de ancho, pero tuvo poco tiempo para decir nada porque Ranko quería destruirla en el sitio. Decidió hacer uso de técnica especial, su mejor arma, la vieja confiable. Con un sello del carnero, explotó en una nube de humo. Para cuando Ranko pudiese ver a través del humo, vería un cuerpo, solo que no era el de Ruhara. Era un ninja del copo de nieve, medio congelado y completamente muerto. Y oiría un sonido familiar... — Tssss Era una imitación del sonido que haría un sello explosivo, hecho por Ruhara, a casi cuatro metros de ella en diagonal a su izquierda. Apenas le daría tiempo a localizarla antes de que un colosal impacto a su espalda la tirase al suelo, para no levantarse. El enorme pajaro de tinta había cogido la velocidad y la trayectoria para impactar en Ruhara, solo para ser interceptado por una Ranko fuera de sí, dispuesta a cobrarse su venganza con las fuerzas que le quedaran. Toshio había intentado fervientemente corregir la trayectoria, pero no tenía la fuerza suficiente para hacerlo, apenas había conseguido empezar a levantar levemente el vuelo de nuevo cuando impactaron. La parte buena era que Jun y Toshio habían conseguido aterrizar rodando sobre el barro con éxito. Tras golpear a Ranko en la espalda, el pajaro desapareció en una explosión de tinta, salpicando a los dos kusajin y a la amejin. Los tres caerían al suelo, pero solo dos se levantarían. El Conejo Blanco de Kusagakure tendría unos segundos antes de caer inconsciente, tirada en el suelo, sin fuerzas y derrotada. De nuevo, Ruhara no haría nada más que quedarse mirando la escena, riendose por lo bajo. — De nada. RE: Operación Tambor de Raijin - Sagiso Ranko - 3/06/2022 Tssss. Ranko viró los ojos en dirección al sonido mientras dejaba caer su sai y hacía un único sello. Podía hacerlo. Podía seguirla y estamparle el sello explosivo en la cara. Podía clavarle a Higanbana en la espalda. Podía aplastarle el cráneo de una patada. Ranko no lo pensó, sólo sintió su instinto diciéndole que podía. Pero luego la escuchó. "Ranko" El ave de Nao golpeó contra uno de los cuerpos cortados y a medio congelar de un ninja de Amegakure, y Ranko apareció a un par de metros de allí, habiendo cambiado en el último instante. Ranko, resollando, se apresuró de nuevo a acudir al lado de Lyndis. "Ran-chan" "Ran-chan" "Onee-sama" Ranko lloraba mientras recordaba las maniobras de reanimación en Lyndis. "Conejita" —¡L-lo siento! —lloriqueó —. ¡N-no quería dejarte! ¡M-me dejé llevar! ¡Respira, Waai-chan! ¡Le-levántate y regáñame! ¡Hazme saber que sigues ahí! ¡Waai! ¡Vamos! Las voces por quienes peleaba le habían devuelto la calma, y su corazón se estrujaba conteniendo la culpa de abandonar a su pareja, aunque hubiese regresado. Si Lyndis no sobrevivía, caería un peso incalculable sobre los hombros de Ranko, pues sería ella quien la habría condenado a tal destino. Debía de actuar rápido, ¿Y qué había hecho? Entregarse a la pelea, cegarse por la ira irracional. Lyndis habría reído, curiosamente. —¡¡Sakumi-san!! —gritó. No sabía dónde estaba la kunoichi en ese momento —. ¡¡Algún médico, alguien!! Sí, habían llegado refuerzos, y tal vez podían salir victoriosos de aquel encuentro. Pero ahora que la furia instantánea de Ranko había amainado, se preocupaba más porque Lyndis no perdiera. RE: Operación Tambor de Raijin - Kurogane Toshio - 4/06/2022 Toshio tiró con todas sus fuerzas, quedándose incluso hasta el último momento en un fútil intento por salvar a Ranko, pero "todas sus fuerzas" no eran suficiente. De hecho, no estaban ni remotamente cerca de ser suficiente, simplemente era demasiado débil. — ¡Ranko! —Gritó, levantándose desesperado apenas caer. Empezó a mirar a su alrededor, buscando a aquella maldita mujer, cuando escuchó nuevamente la voz de Ranko, llorándole a Lyndis mientras se disculpaba. Estaba viva. — ¿Ves, Jun? —Le dijo, mientras desenvainaba su Wakizashi—. Te dije que todo iría como la seda. Bueno, voy allá. Con la zurda, se echó el pelo hacia atrás, destapándose la cara al completo y sonriendo, justo antes de correr directamente hacia Ruhara, espada en mano. No había ignorado la situación en la que ahora se encontraba Nao, pero no podía permitirse dejar a Ruhara por libre cuando Ranko estaba ocupada intentando reanimar a Lyndis. Tan solo esperaba que el Amejin pudiese aguantar lo suficiente. Todavía tenía que decirle su nombre, joder. — ¡Jun, haz lo tuyo! —Le pidió a su compañera sin detenerse. Una vez hubiese llegado a estar cuerpo a cuerpo con Ruhara, lejos de atacarla directamente, Toshio lanzó todos los Makibishi de su paquete frente suyo, haciéndole todo un camino del dolor con la esperanza de que Jun ya la hubiese paralizado como había hecho antes. Entonces, Inmediatamente después y aprovechando la situación, se colocaría detrás de ella y le daría un empujón para que caminase por los Makibishi y cayese al suelo por las múltiples punciones que recibiría (1 PV por Makibishi, 15 en total). El dolor no duraría demasiado, eso sí, pues en cuanto ella estuviese en el suelo lanzaría inmediatamente una estocada al cuello de la mujer, buscando acabar el combate allí y en aquel preciso momento (30 PV). RE: Operación Tambor de Raijin - Nara Jun - 4/06/2022 No tenía ni la más mínima idea de cómo había terminado aterrizando bien en esa situación. Ya se veía con la cara hundida en el barro y con alguna extremidad rota por la maniobra de ese maldito kusajin. Pero no, parecía que todo había salido bastante bien. A sus alrededores pudo ver la situación y, debía admitir, que el relato del clon de Nao no era tan extremista como ella pensaba. Realmente no había una buena situación allí, la escena era más que fatídica. La chica con la que estuvieron a punto de chocar, estaba llorando e intentando reanimar a otra chica que estaba tirada en el barro. Su compatriota estaba peleando frente a frente con un chico muy… raro. Raro pero raro para mal, no lo raro que le gusta a Jun. Una rareza que le daba miedo incluso. Por último, en frente tenían a una mujer que reía como loca, que no parecía tener buenas intenciones para con ellos. Una parte de ella quería ir de cabeza a ayudar al amejin, pero no podía dejar a Toshio solo a la ofensiva, debía combinarse con él. Si podían deshacerse rápido de la mujer de ojos verdes, iban a poder dar una mano con el otro combate. —Si, seda es lo que usas para fumar lo que fumas cabrón. — Dijo bromeando y más suelta mientras preparaba un sello de mano. Ni bien el kusajin partió corriendo a atacar, el Kagemane le acompañaría de la forma más rápida que pueda, como si fuera un aliado más en la pelea. Si Ruhara no reaccionaba a tiempo, se iba a tener que quedar paralizada hasta que a Jun le salga del culo. O, bueno, hasta que Toshio le pegue un buen golpe. «No usa mal las armas, ¿eh?» Se le pudo haber ocurrido algo al ver lo ducho que era su compañero con las armas. Pero debía coordinarse un poco antes de planear nada. De hecho, ese no era su único as. —¡Nao! ¡No te alejes de nosotros! — Exclamó sin poder mirarle bien, quería prestar atención a la rival que tenían en frente. Necesitaba al huesudo algo más cerca para poder dejarlo quieto. Podía llegar a hacerlo con los dos, solo necesitaba un poco de suerte con el posicionamiento de todos en el campo. RE: Operación Tambor de Raijin - Akamatsu Nao - 5/06/2022 Érase una vez, un ninja que no se sentía muy bueno en ese trabajo. Un joven que no tenía un sueño propio, y que de alguna manera buscaba ver el mundo a través de los ojos de los demás. Pero este chico más pronto que tarde, entendió que quizás vivir una vida de aventuras era irrealista de por sí. Quizá él, no viviría para ver el final de la historia que anhelaba. «No me dan un descanso, ¿eh?» Sus mejores armas, un pincel y una cara bonita. Aunque, bueno, ahora mismo se le podía sumar el ninjatō saqueado de un cadáver, pero decirlo de esa manera suena muy feo. «"Trofeo de una víctima en la guerra", si si, queda mejor.» Aunque quizá, no iba a poder escribir esa ingeniosa frase que se le acababa de ocurrir. El general de Kurama hizo gala de su verdadero poder, liberando un aura de color naranja, ante lo cual el joven castaño reaccionó llevando sus manos a la espada a sabiendas de que su enemigo iba a liberarse, preparando lo que sería quizá su última acción. «Así, son las cosas...» Sin las criaturas de tinta de las que se enorgullecía tanto, no era muy distinto de una persona normal. Por el otro lado, Marrow siempre demostró ser alguien frío, calculador, cuasi perfecto en su actuar. «Ojalá tener siquiera la mitad de esas confianza...» Un pensamiento de resignación de alguien que era más de hablar y poco morder. No prestaba ya atención a nada a su alrededor. No escuchó el llanto de Ranko, las palabras valientes del pelirrojo que nunca le dijo su nombre, ni las indicaciones de Jun. Marrow se abalanzó en su contra como una bestia, mientras él no era mejor que la presa de una. Desenvainó el arma sujetándola con ambas manos, aún cuando sus probabilidades de siquiera bloquear el ataque, eran muy bajas. Ya Marrow se lo había dejado claro: Esos huesos eran peores que cualquier espada, y era práctico y certero en querer acabar con su enemigo sin marometas innecesarias. Incluso aunque bloqueara el primer ataque, aquella danza terminaría por despedazarlo. Nao lo sabía también. Por eso no se movió de su sitio, aunque seguramente no hubiera podido superarlo en velocidad de todas formas. Los ojos rojos del general eran de un rojo distinto al del joven de la lluvia. Los de Marrow estaban llenos de ira, los del amejin se sentían fríos. —Sí...— Respondió de forma afirmativa y seca ante las palabras de Marrow, pues estaba bastante de acuerdo con él. Cuando Marrow estuviese ya literalmente frente a él, haría un ademán de querer intentar ponerse en guardia para bloquear una de las dagas, sólo para que un destello de pronto cegase a aquel chico del aura endemoniada cuando ya estuviese a escasos centímetros de él durante unos segundos. Sería en ese instante que la ninjatō de Nao cambiaría a estar en ristre. Nao no bloquearía nada, sino que recibiría el corte, además de la quemadura de ese chakra ardiente proveniente del zorro de las nueve colas. Y al mismo tiempo, ya sea que el general cambiase su trayecto o no, buscó devolver el favor y atravesar el corazón de Marrow directamente no importando nada más para él. ¿Sería el golpe de esa daga el último? ¿O el general giraría las tornas una vez más? Miedo. Incertidumbre. Con esos sentimientos no hubiera podido actuar. La "nada", era algo mejor para él. Era ya su resignación, su última carta. Esa era su pincelada final. Estado de Nao - PV: 58/190 -10 – -12 – -10 –- CK: 1/200 -5 –Shunshin: 3/5 HEMORRAGIA - Daños: 40 PV Al corazón de Marrow - AO: RE: Operación Tambor de Raijin - Marrow - 5/06/2022 Marrow enseguida se dio cuenta de que Nao estaba en sus ultimos estertores. No hubo grandes animales, no hubo trucos elaborados, no hubo brillo en sus ojos. Estaba estatico y desenfundó un arma que apenas podía coger con ambas manos. El general, mejor que nadie, sabía lo que pasaba cuando arrinconabas a un animal. Su calma habitual le permitió discernir el camino más seguro hacia su objetivo. Cuando llegó hasta Nao, su mano izquierda fue a por el arma del muchacho. El destello le cegaría, pero Nao se daría cuenta entonces de que ya no podía mover su espada, Marrow la tenía firmemente agarrada, aunque fuese por el filo, su fuerza y la fuerza de la capa de chakra ardiente, le impedirían moverla libremente. Cambiaría su envite para sujetar la hoja con una mano y cortar con la rodilla y el otro brazo, a pesar de estar cegado, su baile no parecía perder precisión. Una vez hubiese recuperado la visión, buscaría apartar a Nao dandole una fuerte patada en el abdomen y soltando la espada al impactar. La Ninjato de Nao había tenido que atravesar la densa capa de chakra, reduciendo el daño ocasionado a la mano de Marrow. El grito de auxilio de Ranko llamaría su atención. Había que reducir las variables, un dos contra cinco era inasumible y si conseguía llamar a todavía más gente, los problemas no harían más que aumentar. Dio un salto hacia atrás varios metros, aparentemente alejandose de Nao. Dedicó una mirada a Ranko e hizo un barrido en su dirección con la cola proyectando una fuerte onda de chakra rojizo que atravesaría el aire a gran velocidad para llegar hasta ellas. RE: Operación Tambor de Raijin - Narrador - 5/06/2022 La huida de Ranko fue, como mínimo, anticlimatico para Ruhara. Por suerte, la ninja de Kurama no tuvo que perseguirla, pues dos candidatos se propusieron para suplir su puesto de inmediato. Hasta un chimpancé con astigmatismo podría ver que hacer un dos contra uno no era una buena idea, y por ello, Ruhara no iba a hacerlo. En cuanto se resolvió el tema del pajaro, Ruhara sacó una pequeña bola y la lanzó al suelo entre ella y la parejita. Sin esperarse a que impactase, empezaría a saltar hacia atrás para alejarse. Eso sería lo último que verían de ella antes de que una gran manta de humo cubriese tres metros alrededor del punto donde había impactado. Pasarían unos segundos antes de que Ruhara asomase por el lado contrario, separandose un par de metros más del humo para tener una visión más completa. Cualquier cantidad de tiempo que pudiese darle a su general, sería una buena cantidad de tiempo. Ruhara se alejaría lentamente mirando a todas partes para intentar localizarles en cuanto pudiese. Ranko usaba todo su conocimiento médico para intentar reanimar a su querida, sin embargo, su pulso sigue debilitandose y sus gritos de auxilio caian en saco roto. Cómo se les ha ordenado, todas las tropas de la Alianza han ido retrocediendo, solo para encontrarse con una retaguardia asediada y tener que volver a enzarzarse en combates y refriegas. Ahora, no hay nadie cerca para ayudarlas. |