16/10/2016, 12:37
Al Uchiha casi le da un infarto cuando Datsue empezó a tirarle ciertas puyas que eran más peligrosas de lo que —seguramente— el joven gennin podía saber. Akame se mantuvo tan impasible como pudo mientras su compañero les relataba, con toda clase de florituras y dramatismo, la cohartada que se le acababa de ocurrir. «Sí que se anda por las ramas este chico. ¿Y qué es eso de que se dejó sobornar en un torneo?». Intrigado estaba, y más aún cuando Datsue —con una convicción que invitaba a preguntarse si de verdad todo aquello no lo pensaba— empezó a quejarse de su situación en la Aldea, del sueldo que les pagaba el Kawakage, de... «¡Por todos los dioses! Y decía que mis palabras habían sonado demasiado convincentes... ¡Pues vaya!»
Luego tanto Ritsuko como Noemi expusieron sus opiniones que, a diferencia de la de Akame —que parecía haber convencido al mandatario—, fueron rápidamente rechazadas por Yubiwa. El Kawakage les despachó con presteza, pero, cuando ya estaban a punto de marcharse, retuvo a Datsue.
Mientras bajaba las escaleras hacia la recepción, Akame pudo oír los gritos del máximo responsable de Takigakure. Parecía furioso, totalmente fuera de sí. «Este Datsue debe ser un pillo de cuidado...», caviló el Uchiha mientras cruzaba la recepción y salía al exterior del Edificio.
—¿De verdad Datsue-kun vomitó encima de Kawakage-sama? —preguntó Akame, una vez fuera, a sus dos compañeras.
Luego tanto Ritsuko como Noemi expusieron sus opiniones que, a diferencia de la de Akame —que parecía haber convencido al mandatario—, fueron rápidamente rechazadas por Yubiwa. El Kawakage les despachó con presteza, pero, cuando ya estaban a punto de marcharse, retuvo a Datsue.
Mientras bajaba las escaleras hacia la recepción, Akame pudo oír los gritos del máximo responsable de Takigakure. Parecía furioso, totalmente fuera de sí. «Este Datsue debe ser un pillo de cuidado...», caviló el Uchiha mientras cruzaba la recepción y salía al exterior del Edificio.
—¿De verdad Datsue-kun vomitó encima de Kawakage-sama? —preguntó Akame, una vez fuera, a sus dos compañeras.