Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Desde la primera ronda del torneo que Kageyama Koko no sale de su departamento si no es para comprar comida, especialmente dulces y chatarra que lo único que hizo hasta el momento fue asegurarle unos kilos adicionales y una falsa sensación de satisfacción.
Era hora de volver al entrenamiento, de volver a moverse y quemar todo aquello que había acumulado en su cuerpo durante esos días y pulir alguna que otra habilidad, como el chidori que hasta el momento no había podido realizar a la perfección justamente por errores a la hora de formular sellos y demás.
Es más, se supone que debería de poder hacerlo sin sellos, entonces… Lo único que podía justificar este fallo a ojos de la rubia era justamente falta de entrenamiento, y claro, se la había pasado corriendo, haciendo flexiones y demás ejercicios físicos que no requerían del chakra en lo más mínimo.
Ese día, muy temprano salió de Nantonoya luciendo un atuendo similar al que habitualmente utilizaba pero el vestido era blanco y el pantalón completamente negro. Hasta el momento no se había conseguido ningún reemplazo para la ropa quemada así que tendría que conformarse con aquello.
Tras correr en direcciones aleatorias hasta el cansancio, la pecosa llegó a una zona del valle que no parecía muy natural. No se veía ninguna construcción pero los troncos indicaban claramente que hubo bastante intervención humana por allí, era un bonito lugar para ponerse a practicar algunas técnicas como aquel codazo cargado en electricidad que nunca había tenido chance de utilizar en combate.
Lo dirigió a un árbol únicamente, tras lo cual quedó bastante más agitada de lo que ya estaba por haber estado corriendo.
—Puta —murmuró antes de dejarse caer de culo en el piso.
Entre el consumo de chakra y el tiempo que había estado corriendo, la Kageyama ya estaba muy cansada y se notaba en su agitada respiración y el sudor de todo su cuerpo. Pero se mantenía sentada en su lugar, probablemente para luego seguir practicando.
¤ Raiton: Lightning Elbow ¤ Elemento Rayo: Codazo del Rayo - Tipo: Ofensivo - Rango: S - Requisitos: Yotsuki 50 - Gastos: 60 CK - Daños: 100 PV - Efectos adicionales: - - Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El usuario envuelve su brazo en electricidad, y propina rápidamente un codazo al oponente que hace que salga despedido en otra dirección. Se trata de una de las muchas técnicas de combate directo y sin complicaciones del clan Yotsuki.
Ya hacia unos días que había cumplido con mi deber como camarada de Kusagakure de Jurete. Había cuidado de su marioneta, había ido a verle y le había devuelto su juguetito de una pieza. Pronto volvería a pisar la calle y podría volver a hacer una vida normal pero yo me aburría demasiado. Solo, sin pista alguna de Daigo. Entrenaba, si, pero echaba de menos mi casa, a mamá y a Setsuna. quería que se acabase todo y volver a mi hogar. Aquello se había convertido en mi hogar, pero todos sabemos que no era lo mismo.
cuando no entrenaba, vagaba por ahí. Iba a Sendoshi a hincharme a comer y beber o simplemente deambulaba por ahí en busca de rincones que no hubiera visto del Valle de los Dojos. Aquel día fui a parar al bosque sesgado. Ese lugar en el que el hombre puso su mano y lo convirtió en un lugar en el que entrenar. Cortando los troncos de los arboles para crear plataformas y desniveles.
Escuche lo que parecía ser una voz femenina, iba corriendo de allí para allá sin un rombo ordenado. Todo parecían ser direcciones al azar y no parecía haberse percatado de mi presencia. De pronto se detuvo y...
«¿Qué cojones?»
¿Estaba alucinando? Su brazo brilló. Lo había recubierto de rayos y estampó su codo en uno de los arboles, el cual recibió un boquete y la muchacha cayó de culo — casi literalmente, pues apenas tenía algo que ejerciese de pantalón o similar — Trataba de recuperar el aliento pero no tendría tiempo para ello pues el tronco que había golpeado estaba dispuesto a caer encima suyo para rematarla, como si se tratase de una venganza.
— ¡Cuidado! — di la voz de alarma.
De todas formas preferí curarme en salud, hice uso del sunshin y la agarré para llevármela a cuestas y que aquella no fuese su final fatal.
— Deberías andarte con cuidado cuando uses el Lightning Elbow o un día lo lamentarás —le dije mientras señalaba el tronco que ella misma había decapitado.
Aquel codazo resultó ser más letal de lo que jamás se hubiese esperado, es decir, destrozó un jodido tronco sin problemas y ahora, mientras se acomodaba sobre la hierba se le venía encima a lo cual solo logró reaccionar de una sola manera.
—Mierda.
Ni siquiera se planteó el salir de en medio del camino del tronco, se quedó allí estupefacta viendo como se le venía encima amenazadoramente. Y eso por decir poco, como le cayera encima moría allí mismo y ni su familia reconocería el cadáver, sería una masa amorfa de sangre y carne triturada.
Para su suerte, un completo desconocido se apiadó de su rechoncha alma y la sacó de en medio cual princesa en apuros para justo después, regañarla justamente por no haber tenido cuidado.
—No sabía —confesó viendo aun idiotizada lo que había logrado—. Nunca lo usé contra algo, toda práctica en el aire.
Dijo con absoluta sinceridad y algo asustada de lo que acababa de ocurrir. Si no hubiese sido por aquel chico de piel morena seguramente hubiese muerto y…
«¿Conoce el lightning elbow? »se planteó al reparar en lo que le acababan de advertir. Que le mencionase la técnica como tal, y también conociera los riesgos de la misma solo podía significar eso, que sabía perfectamente el funcionamiento de la misma.
Solo por eso la Kageyama se giró en torno a aquel desconocido para mirarle curiosa, casi sugiriendo que quería alguna explicación pero no pronunció ninguna palabra. ¿Por qué? A saber, lo importante es que no dijo nada.
Ahora que me fijaba, el camino que dibujaban sus pecas eran cuanto menos gracioso y luego.. luego...
«¿Cómo es posible? Estoy flipando en colores»
Si, precisamente colores era de lo que no faltaba. Cada uno de sus ojos era de un color distinto. sin duda, algo que jamás había visto. Y eso que los había visto de muchos colores; blanco, verde, azul, marrón, negro, amarillo... ¡Pero los dos del mismo color! Se trataba de un prodigio de los genes o de todo lo contrario.
—No sabía —confesó viendo aun idiotizada lo que había logrado—. Nunca lo usé contra algo, toda práctica en el aire.
— Es una técnica peligrosa. Con ella puedes romper las costillas de alguien con facilidad, quién sabe si le partirías la cabeza a una persona, incluso con daños irreversibles —confesé recordando lo que le había hecho a Jurete en el torneo— ¡Fijate los daños que le hiciste al tronco!
Joder, tenía un boquete que rivalizaba con los daños del chidori, aunque aquella bola de electricidad era más potente, claro, por eso era catalogada como una técnica de asesinato muy letal. Pero el lightning elbow era también una técnica de lo más resultona, capaz de causar estragos allí donde se asomaba, convirtiendo un simple codazo en un golpe complicado de encajar.
— Bueno, lo importante es que estás bien —le tendí mi mano para que la aceptase y pudiese levantarse— Soy Sasagani Yota, un placer. Igual has oído hablar de mí. Lucharé en las semifinales
No si estaba claro que era peligrosa, acababa de hacer un boquete a un árbol con solo un golpe y la sola idea de darle a una persona con eso era simplemente perturbadora para la Kageyama, que seguía bastante agitada por el gasto de chakra y también el ejercicio.
—Ya, no sé si quiera darle a alguien con eso —reconoció desviando una vez más la mirada al tronco caído.
Él mismo lo había dicho, tal vez y hasta podría partirle el cráneo a alguien si se lo asestaba en la cara, también el chidori, si bien lo quería perfeccionar, no le apetecía probarlo en nadie o probablemente terminaría por matarle o amputándole un miembro así que…
—Gracias —afirmó, aceptando la ayuda que le ofrecían—. Yo me llamo Kageyama Koko, es un gusto.
Fue entonces cuando soltó aquella frase, ciertamente arrogante pero que no podía recriminarle por ello. «Y yo que perdí en la primera ronda, doy vergüenza »Pensó echándose abajo su propia autoestima, porque es gratis y podía.
—Felicidades, yo no pasé de la primera ronda —respondió cabizbaja—. ¿Fue muy difícil para ti?
Con aquella segunda pregunta, Yota tenía la chance de pisarle la poca autoestima que le quedaba a la pecosa y arrojarla al suelo, pisarla, patearla, llenarla en tierra y si se le antojaba incluso podría mearle y cagarle encima. O bien, podía animarla un poco con una frase.
—Gracias —tomó mi mano y se reincorporó—. Yo me llamo Kageyama Koko, es un gusto.
— Oh, no, el gusto es mio, Koko
«Ya lo creo que lo es»
Era incapaz de dirigir la mirada a otro lugar que no fuera aquella protección que le había dado la madre naturaleza, que estaba justo encima de sus pectorales. solo fui capaz de hacerlo en cuanto la chica soltó mi mano y me dio la enhorabuena por lo del torneo.
— Bueno, fácil no fue, desde luego. Pero debo decir que tuve suerte. En primera ronda me tocó un psicópata de Amegakure. Bajó la guardia cuando pude noquearme y en segunda ronda me tocó contra un camarada, conocía sus habilidades y digamos que me adelante a sus movimientos antes de que fuese demasiado tarde —contesté orgulloso de mi paso pro aquel evento— Espero seguir teniendo suerte en la semifinal
Aunque llegados a estas alturas del torneo, la suerte ya no entraba en las quinielas. Solo quedaban 4 ninjas, cada uno con habilidades distintas y con sus respectivas bazas a su favor, al igual que yo. Solo debía maximizar mis virtudes para doblegar quien se me pusiera por delante, de lo contrario me convertiría en carne de fracaso.
La había salvado y era educado, lo suficiente para no quedarse babeando en el lugar y delante suya, o bueno, según Koko no lo hizo, que estando en el piso y él siendo educado tenía que mirar hacia abajo sí o sí si pretendía mirarla a la cara mientras le hablaba. Aunque una vez de pie se dio cuenta de que era un poco más alta que él.
Por lo menos tuvo la delicadeza de mostrarse humilde, no arrogante como otros que ella ya se conocía bien. «Suerte, supongo que no tuve de eso cuando me tocó contra Akame »Pero por mucho que Yota le estuviese cayendo bien, no iba a decir nada al respecto de su compañero, que dicho sea de paso ya ni sabe quienes siguen avanzando y quienes no así que…
—Entiendo, tuviste bastante suerte, conocer las habilidades de tu enemigo desde antes debe ser genial, yo no sabía nada de nadie y me tocó contra un Uchiha en la primera ronda —respondió encogiéndose de hombros.
Seguir hablando del torneo iba a terminar deprimiendo a la Kageyama, más de lo que había estado anteriormente y eso solo significaba que iba a terminar encerrándose de nuevo en su cuarto con comida, de esa poco saludable que la hace engordar.
—¿Te molesta si cambiamos de tema? Me deprime haber perdido tan feo —le pidió con una sonrisa nerviosa.
Tal vez tendría que haberle pegado a Akame el otro día, así al menos se daba el gusto.
—Entiendo, tuviste bastante suerte, conocer las habilidades de tu enemigo desde antes debe ser genial, yo no sabía nada de nadie y me tocó contra un Uchiha en la primera ronda —
Asentí un par de veces. De todas formas se me escapaba algo. Nombre el apellido de Akame y Datsue como si tuviera que temer eso de los Uchiha. ¿Tan terribles eran? No sé, a mi no me lo parecieron, claro que de lo del barco aquel del demonio hacia ya un tiempo. Quizás hubiesen llegado al torneo en plena forma y con un surtido de técnicas poderosas.
—¿Te molesta si cambiamos de tema? Me deprime haber perdido tan feo —
Rio de forma nerviosa. Lo pasaba mal de verás. esta vez fui yo el que se encogió de hombros. Sentirse tan avergonzado de uno mismo... No quería experimentar aquello.
— Bueno, como quieras... —dije, pues no tenía intención de hurgar demasiado— Pero... Bueno, no deberías sentirte así, Koko-chan. De hecho, se aprende más en la derrota que en la victoria. No vi tu combate pero... Bueno, deberías tomártelo distinto, supongo
No tenía claro que mi mensaje fuese a ser captado y procesado como es debido. Pero algo estaba claro, si uno perdía es que había cometido algún tipo de error y por contra si ganabas podías pensar que lo hiciste todo bien y no lo acabas analizando para mejorar. No sé, yo lo veía bastante claro.
Por suerte el de Kusagakure prefirió no insistir con el tema, aunque sí se dio el lujo de soltarle algunas palabras de ánimo probablemente, que no llegaron a buen puerto y no porque Koko fuese a responderle de mala gana ni similar.
—No pude dar ni un solo golpe ni acertar con ninguna técnica mientras que mi oponente me cocinaba viva hasta que quedé inconsciente —explicó con una sonrisa algo lastimosa.
Si así no le dejaba en claro al chico el motivo por el que se sentía fatal por hablar del torneo, probablemente no lo lograría de ninguna otra manera, las quemaduras ya habían sanado y las heridas que tenía por los shurikens no estaban en ubicaciones que cualquier persona fuese a mostrar libremente a cualquier desconocido, menos teniendo en consideración que la persona con dichas heridas es una mujer.
—Pero bueno, a otra cosa mariposa —sentenció antes de caminar un poco.
Se dirigió al árbol que había tirado abajo con solo un codazo para observarlo más detalladamente. «Pensar que me plantee el darle uno de esos a Akame »
—¿También te sabes el Lightning Elbow? ¿También el Lariat? —Consultó, mirándole apenas por encima del hombro.
—No pude dar ni un solo golpe ni acertar con ninguna técnica mientras que mi oponente me cocinaba viva hasta que quedé inconsciente —
«Vaya, y encima en primera ronda...»
Incluso sentí la pena que la afligía. Quizás por ello correteaba y ensartaba técnicas a las pedazos de tronco de aquel lugar. Puede que por la rabia de aquello o puede que fuera por el simple hecho de mejorar.
—Pero bueno, a otra cosa mariposa —
En eso tenía razón la muchacha, no se lo podía negar, por mucho que desbordase pesimismo por cada poro de su piel.
Se alejó y volvió a inspeccionar lo que le hizo al tronco. Yo la seguí con la mirada desde el sitio con las manos en los bolsillos. Se volteó y me dirigió la mirada por encima del hombro.
—¿También te sabes el Lightning Elbow? ¿También el Lariat? —
Esbocé una media sonrisa ante las dudas de Koko.
— Eso me temo
Estuve a punto de decirle que fue el codazo el que me permitió estar en semifinales pero entonces recordé que la muchacha no quería seguir hablando del torneo y cerré la boca.
— He entrenado duro a lo largo de mi vida para dominarlos. Este nintaijutsu es muy útil
Me acerqué un poco y comprobé yo mismo los destrozos en la madera.
Es todo culpa de Akame, no de Koko, ella solo quería pegarle y no la dejaron.
Y así fue como la rubia se dirigió al tronco, lo miró detenidamente y fue consciente de un poco de lo que podía hacer realmente. Mientras que aquel Uchiha encendía fuego a las cosas, ella podía directamente romperlas, aunque a saber, tal vez y podía hacerlo pero no lo había demostrado solo para no arriesgarse al combate cuerpo a cuerpo.
Lo malo era que Yota justamente parecía conocer las mismas técnicas que la pecosa. Sabía muy bien que no eran un secreto para nadie, pero no se esperaba encontrarse a alguien que utilizase el nintaijutsu al igual que ella.
—Entiendo, significa que eres bueno con el raiton y el taijutsu por iguales —respondió volviendo su mirada al tronco—. Lo que vendría significando que o bien, eres mejor que yo o tuviste mucha suerte.
¿Se podía ser más deprimente? Puede que sí, pero la Kageyama no lo hacía a propósito, no había sacado nada bueno de aquella pelea más que ”cuidado con los clones, algunos pegan duro”, y poco más, ni siquiera le interesaba ir a ver los demás combates después de aquello. «Todo por intentar pensar un poco »
De cualquier manera, la joven se volteó con la intención de mirar de frente al de Kusagakure, no era muy educado de su parte estarle dando la espalda, aunque a ciencia cierta no podía saber si al contrario le molestaba o le agradaba aquello, y tampoco había motivos para intentar averiguarlo.
—¿Habías venido por algo en particular? —Preguntó con un semblante algo más neutro que aquel depresivo que había estado mostrando.
Lo último que le apetecía era estar retrasando a alguien con algún asunto, solo por estar deprimida.
—Entiendo, significa que eres bueno con el raiton y el taijutsu por iguales —respondió volviendo su mirada al tronco—. Lo que vendría significando que o bien, eres mejor que yo o tuviste mucha suerte.
— Yo diría que me va más el ninjutsu. Me gusta más y hmmmm bueno, digamos que la suerte influyó como te dije antes. De todos modos, por mucho que ambos usemos el mismo nintaijutsu, no somos iguales. Pondría la mano e el fuego por ello.
Por Dios, ¿Se podía ser más dramática? Al final iba a parecer que le gustaba castigarse de ese modo. Le gustaba y lo iba repitiendo, minuto tras minuto. Si quería ser feliz e al vida debía aprender a pasar página y mirar adelante. tropiezos nos los íbamos a llevar todos pero si uno no lograba levantarse... Entonces entraría en un bucle vicioso y tremendamente negativo.
Empezaba a sentir que si alguien tenía que cambiar de tema, ese alguien era yo.
—¿Habías venido por algo en particular? —
Vaya, un rayo de esperanza entre la desesperación.
— Que va, la vida aquí en los dojos es demasiado aburrida, nada por hacer, pocas caras conocidas... Necesitaba darme un garbeo y creo que a ti también te hace falta. Nada mejor que unos buenos dangos para levantar el ánimo, ¿No crees? Conozco un sitio perfecto, y así me explicas eso de los Uchihas...
No sería sorpresa que el Yotsuki se termine cansando de ella y la deje sola allí donde se la había encontrado. Después de todo solo sabía echarse abajo por lo que le había ocurrido y es que simplemente no había tenido suerte, tal vez si no hubiese pensado que los clones eran meras ilusiones podría haber hecho algo al respecto. Ese era probablemente el único error del que podía aprender algo.
Fue entonces cuando Yota propuso ir a comer unos dangos, no sin antes dejar en claro lo que sentía respecto de estar entre los dojos por tanto tiempo. «Lo entiendo, tampoco me hace mucha gracia estar encerrada »Le traía alguno que otro recuerdo de su vida antes de graduarse como kunoichi y eso era muy malo, para ella.
—No puedo negarme a la comida —respondió con una sonrisa de medio lado.
Pero como el chico dijera algo de su peso…
—Te sigo, de los Uchiha no hay mucho que pueda contarte, son fuertes y ya, cuando pelean les cambian los ojos a rojo pero no sé si les sea útil para algo —prosiguió esperando a que el contrario decidiera dirigir el camino.
El lado positivo era que conocería un buen lugar donde hincharse el estómago con dangos —seguramente dulces— y por el otro, se dio cuenta de que a pesar de conocer a dos Uchihas, nunca se le ocurrió preguntar algo al respecto del cambio de color de ojos. Era extraño, más que la chica no haya preguntado jamás en su existencia, es decir, a Akame al menos tendría que haberle preguntado si es que estuvieron a punto de… ¿Besarse más intensamente?
Bien, bien, esa actitud estaba mucho mejor. La comida había levantado aunque fuera de forma leve, los ánimos de Koko. Algo que dudaba que fuese a conseguir. Grata sorpresa pues.
—Te sigo, de los Uchiha no hay mucho que pueda contarte, son fuertes y ya, cuando pelean les cambian los ojos a rojo pero no sé si les sea útil para algo —
— Bien, genial —dije colocando mi brazo por su espalda y apoyando el antebrazo encima de su hombro mientras caminábamos— Ya verás como te gustará
«Un doujutsu, ¿Eh? Interesante»
Dudaba que actuase igual que el Byakugan de Daruu, pero al menos ya sabía algo más. Si me guiaba por lo que sabía del ojo blanco, probablemente los Uchiha también disfrutasen de una visión mejorada. La cuestión era hasta que punto.
— Y bueno, ¿Qué harás cuando vuelvas a Uzushiogakure? Espero que nos veamos en el próximo examen chunnin, ¡Seguro que para entonces habrás mejorado mucho!
Pronto nuestros pasos dejarían atrás el bosque sesgado.
Fue curioso que ni bien aceptara el chico prácticamente se le tirase encima, o bueno, un brazo le quedó literalmente encima y se vio más que obligada a caminar al mismo paso que el de Kusa. No era que le molestase pero le resultaba extraño el contacto físico de tal tipo con un completo desconocido, aun así, no hizo nada para zafarse y le siguió.
Respecto del cambio abrupto de tema, no podía decir mucho, no estaba del todo segura de lo que hacer y el examen de chuunin era algo completamente fuera de su capacidad, al menos ahora mismo.
—Entrenaré como si me pagaran por ello, si no mejoro al menos un poco seguramente mi kage no me deje ni ir a ver —dijo con un tono algo más bajo—. Fijo que este torneo no me aporta nada.
A no ser… Que le tengan en cuenta que se aguantó hasta el final los katones de Akame, eso sería bueno al final, aunque ciertamente doloroso. «Lo que una hace por una recomendación… Y nunca más lo haré »Que le había dolido lo suyo.
En ello, mientras se movían, la pecosa tuvo una pequeña pero muy importante duda que no tardó en expresar.
—¿Tienen dangos dulces? —Fue la primera e inocente pregunta que se le ocurrió.
Como no tuviesen… Tendría que comer de los salados, no era que le desagradasen, pero en esos días había estado viviendo de puro dulce, literalmente, solo estuvo comiendo dulces y probablemente terminaría enfermándose, pero la depresión la podía más que el sentido común.