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18/04/2018, 15:06
(Última modificación: 18/04/2018, 15:08 por Himura Ren.)
Sus sospechas fueron finalmente confirmadas, aunque tampoco hacía falta ser un genio para darse cuenta de ello.
— Podéis hacer lo que vosotros creáis conveniente, Reika-chan, mi trabajo es observaros y tomar nota de vuestras acciones, vuestra toma de decisiones, vuestro trabajo en equipo, etc. A partir de este momento tenéis plena libertad, con sus consecuencias, por supuesto —
— ¿Primera misión Ryuko-san? No te preocupes, todo saldrá bien — contestó la joven Yamanaka frente a la titubeante Uchiha.
— Si... Se trata de mi primera misión. Y-Y no me esperaba algo así ni por asomo. Supongo que es debido al primer contacto con el mundo real... — respondió nerviosa, para terminar añadiendo en susurros. — No nos enfrentaremos a muñecos de madera estaticos... Jaja...
— Creo que Reika tiene razón, pero deberíamos iniciar la marcha hacia la escena del crimen mientras tanto ¿Qué me decís?
A diferencia de ella, sus compañeros contaban con experiencia, puede que mucho mas de lo que ella podría imaginarse. Por lo que pensó que podría llegar a ser un estorbo si no se esforzaba.
El primer contacto con el mundo real, y el saber que cualquier misión por simple que sea, puede llegar a torcerse con facilidad y acabar con algún fallecido, tan solo esperaba que no fuera ella y aun menos en su primera misión. La paz diplomática y endeble que se tejía a lo largo de Onindo, parecía en ese momento para ella más frágil de lo que ella imaginaba. Oda siempre le decía que si no estaban en guerra en aquel momento, y por el resto de la vida, era por intereses de los señores feudales mayores a lo que podría llegar a pensar; por mucho que los profesores y otros ciudadanos le hablasen sobre la paz y tratados establecidos a los largos de los años. La mente de la shinobi dudo, pero aquel no era el momento de pensar mas en ello, cuando acabase su misión, le pediría mas explicaciones al viejo cascarrabias.
— De acuerdo. Comencemos entonces la misión. — Asintió algo mas aliviada. Ocurriera lo que ocurriera durante la misión, esperaba poder confiar en aquellos completos desconocidos; tan solo sabía sus nombres, pero si algo se iba de las manos, allí estaría para ayudarles aquella mujer. ¿No?
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«Ran-sensei tiene razón, estamos siendo puestos aprueba y estamos perdiendo el tiempos aquí» pensó la kunoichi de cabellos dorados. Entendió el miedo de Ryuko, ella también había pasado por esa experiencia de la primera misión, pero esta era la tercera en su expediente y las dudas de la rubia se disipaban cada vez mas.
-Solo es una investigacion, y si nos tenemos que enfrentar a alguien lo haremos los tres como equipo- Reika tampoco pensaba en ponerse la faja de capitana del equipo (pero que conste en acta, también le encantaba la idea) -Por lo pronto Reiji-san tiene razón, debemos ponernos en marcha...ya nos iremos poniendo al corriente en el camino- asintió a lo dicho por el Karasukage y se acerco a la barandilla, la mejor forma de hacer un descenso mucho mas rapido que usando los elevadores eran bajar de la misma forma que subieron -Ran-sensei, volveremos con la misión cumplida- se la notaba tranquila y decidida, de hecho la kunoichi estaba viendo la verdadera primera oportunidad, oportunidad de utilizar sus habilidades mentales en un trabajo de inteligencia, aunque no estaba de un verdadero trabajo como lo que hacen en rangos mas altos. Se paro cerca del borde para iniciar el descenso vertical esperando a sus nuevos compañeros
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Como cuando me encontraba frente a uno de esos puzles de madera que tanto me gustaba coleccionar y completar, aislé mi mente de cosas en las que no tenia sentido pensar en ese momento. Me olvide de la mujer que se había dirigido a nosotros como nuestra sensei, y que decía que nos vigilaría, me olvide de aquella pequeña abeja que revoloteaba alrededor de la mujer y me olvide también de aquel extraño clon del color de la miel y de olor dulzón. Ahora solo tenia un objetivo delante: resolver el misterio que planteaba mi nueva misión. Y no podía fallar, no una segunda vez.
Era cierto que, si me hubiera puesto a investigar a aquella mujer en aquel momento, tal vez hubiera sido capaz de juntar todas las piezas que tenia y llegar a una conclusión acertada. Sin embargo, no era el momento ni el lugar, sobre todo porque, para superar ese reto, no estaba solo. Además, en ese mismo instante, no estaba seguro de si mis compañeras iban a ser de ayuda para superar la misión, o simple un obstáculo más que tendría que superar. Solo el tiempo lo diría.
—Lo mejor seria que avanzáramos por los tejados, el camino mas corto es en línea recta, y la academia es el segundo edificio más alto de Amegakure, desde aquí podemos dirigirnos al lugar sin problemas.
Dije aquello cuando vi a una de mis compañeras dispuesta a inciar el descenso del edificio y no estaba seguro de si pretendía bajar hasta la calle otra vez o ya tenia en la cabeza la idea de atravesar la ciudad por los tejados. Era mejor asegurarse, por si acaso. Tampoco sabia las capacidades de mis compañeras, ni físicas ni mentales.
—No deberíamos ir a un ritmo demasiado rápido, hemos corrido hacia aquí con todo, y apenas hemos tenido tiempo para recuperar el aliento. Lo mejor sería que corriéramos lo justo para impulsarnos de edificio en edificio, no sabemos que nos vamos a encontrar, no seria buena idea llegar allí en malas condiciones.
Sugerí aquello mientras caminaba hacia el mismo borde al que había ido Reika en un principio, y esperaba que Ryuko nos siguiera. Había sido una mañana muy frenética, y estaba seguro, por las reacciones de mis compañeras, de que no había sido el único. Despertarse de buena mañana y correr sin parar hacia la academia, para llegar a la hora indicada y así no volver a la academia. Luego una presentación muy rápida, una breve discusión y ale, de misión. Para poder trabajar bien, también había que estar en condiciones óptimas.
En cuanto Ryuoko estuviera lista, iniciaríamos la marcha y mientras saltábamos de edificio en edificio, tome la iniciativa con la sugerencia que había dado Reika momentos antes. Mas por la información que pudiera conseguir que por otra cosa.
—Voy a empezar yo con la sugerencia de Reika, mi nombre ya lo conocéis, no tengo habilidades super especiales, solo un coeficiente intelectual por encima de la media y memoria eidética. Por si acaso, mi cabeza es como un super ordenador de almacenamiento, puedo recordar todo lo que veo, escucho, toco, huelo o saboreo con todo lujo de detalles.
No era necesario dar los peros. Tambien eran algo obvio, pues si había algo en una habitación fuera del alcance de mis sentidos, por mucho que en mi cabeza fuera como una fotografía, no podría recordar ese algo. Básicamente, si no lo veía, no lo recordaba.
—¿Qué hay de vosotras?¿Que podéis hacer?
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Sus compañeros estaban mas que dispuestos para iniciar la misión, la decisión de ir de manera constante, sin prisas pero sin pausa resultaba muy alentadora. Después de haber recorrido las calles a toda velocidad, necesitaba aminorar la marcha; no supondría un descanso, pero si le devolvería algo de aire a sus agitados pulmones. Caminar por los tejados ademas era algo fascinante para ella, deseaba con el tiempo conseguir algo mas de destreza para poder hacer acrobacias por los escarpados edificios; agarrándose de tuberías para cambiar dirección o impulsarse... Una chiquillada, pero le resultaba fascinante cada vez que veía a los mas avanzados recorrer la ciudad por encima de su cabeza.
Poco después, se acercó a sus compañeros dispuestos a saltar al vació o a los edificios mas próximos; desde luego ella no seria la cabecilla, ya le cuesta ubicar su casa como para encontrar la de otra persona; y poco después, se abstrajo de la presencia de su superior cuando Reiji comenzó a hablar.
— Voy a empezar yo con la sugerencia de Reika, mi nombre ya lo conocéis, no tengo habilidades super especiales, solo un coeficiente intelectual por encima de la media y memoria eidética. Por si acaso, mi cabeza es como un super ordenador de almacenamiento, puedo recordar todo lo que veo, escucho, toco, huelo o saboreo con todo lujo de detalles.
— W-Woah... — Desde luego estaba fascinada ¿Era como una calculadora humana? ¿Podría ayudarle ademas con sus problemas de matemáticas? El avance por la álgebra era difícil y abstracto. — Mmmm... Yo la verdad es que no tengo ninguna cualidad especial. — respondió sonriendo un poco algo avergonzada.
— "Menuda trolla acabo de soltar... Aunque visto lo visto tal vez no lo sea..." — Sabía perfectamente la sangre de quienes recorrían por sus venas. ¿Pero que iba a hacer? ¿Contarlo tal cual? ¿Una Uchiha que es incapaz de si quiera despertar la primera fase del Sharingan? Mejor quedar como cualquier persona del montón. Ademas, aunque se supiera de su linaje, eso solo supondría que sus méritos corresponden a su genética, no a ella misma; si fueran en su lugar fracasos, acabaría siendo objetivo de burlas; y en ambos casos, soportar la carga de "Se espera mucho de ti debido a tu apellido".
— Pero haré todo lo que pueda por no estorbar y ayudar. — añadió por ultimo con la mas profunda sinceridad de su corazón y una sonrisa de oreja a oreja.
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Primero Reiji y luego Ryuko, junto a la kunoichi de cabellos dorados iniciaron la ida hacia la casa en donde debían investigar la muerte que tenían de misión, a ritmo constante, sin prisas pero tampoco lentos, los tres ninjas iban presentándose a los demas «Entonces un super cerebrito y.......ela» se dijo para sus adentros luego de escucharles atentamente.
-Al igual que con Reiji-San mi nombre ya lo conocen...- hizo una pausa -Esta es mi tercera mision y me alegra mucho poder compartirla, como ya les mencione antes soy del Clan Yamanaka, he aprendido varias habilidades especiales que nos pueden venir bien, habilidades que tienen que ver con la mente, y no, no se trata de Genjutsu, mas bien, Jutsus secretos de nuestro clan con los que puedo oir pensamientos, tambien puedo poseer cuerpos arrancando mi propia consciencia de mi cuerpo y tomando el cuerpo que yo elija siempre y cuando su fortaleza mental sea inferior a la mia, hasta el momento no se ha presentado la oportunidad del fallo, pero ojala hoy no sea ese dia, tambien puedo arrancar de uno de mis ojos o de un oido el sentido correspondiente y crear una mariposa para ver u oír a distancia...es útil para seguimientos- la presentacion de ella habia sido mas extensa de lo esperado, y por nada del mundo lo hizo para opacar las habilidades de sus compañeros -Ah! lo olvidaba, mi habilidad para oir pensamientos, también sirve para establecer un canal de comunicación secreto y seguro, o sea, puedo ser como una radio y mantenernos en comunicación en silencio delante de ellos y por otro lado pero un poco menos util porque no me he esforzado en mejorar, tambien soy usuaria de Raiton- recordó la gran razón de porque su Clan utilizaba aquella habilidad de comunicación Telepatica, pero por suerte no se le habia escapado del todo «Creo que me excedi...pero ahora ya sabenque puedo aportar en pos del exito en conjunto»
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— Mmmm... Yo la verdad es que no tengo ninguna cualidad especial.
¿Modestia o falta de autoestima? Aquello no era verdad lo miraras por donde lo miraras. La razón era muy obvia. La pregunta era justo la que yo acababa de formular en mi mente. O era una persona muy modesta, o su autoestima estaba por los suelos. También existía la probabilidad de que simplemente no quisiera compartirlo. Yo no había mentido, pero desde luego no había dicho toda la verdad.
— Si no tuvieras ninguna cualidad especial no llevarías la bandana de Amegakure, ni siquiera estarías aquí con nosotros en este momento, respeto tu decisión de no querer decirlo, pero no la comparto, al fin y al cabo, vamos a trabajar en equipo, no a matarnos entre nosotros. Si simplemente no te valoras lo suficiente a ti misma…
Deje la ultima frase en el aire, pues Reika empezó su propio discurso.
— Esta es mi tercera mision y me alegra mucho poder compartirla, como ya les mencione antes soy del Clan Yamanaka, he aprendido varias habilidades especiales que nos pueden venir bien, habilidades que tienen que ver con la mente, y no, no se trata de Genjutsu, mas bien, Jutsus secretos de nuestro clan con los que puedo oir pensamientos, tambien puedo poseer cuerpos arrancando mi propia consciencia de mi cuerpo y tomando el cuerpo que yo elija siempre y cuando su fortaleza mental sea inferior a la mia, hasta el momento no se ha presentado la oportunidad del fallo, pero ojala hoy no sea ese dia, tambien puedo arrancar de uno de mis ojos o de un oido el sentido correspondiente y crear una mariposa para ver u oír a distancia...es útil para seguimientos
— Ah! lo olvidaba, mi habilidad para oir pensamientos, también sirve para establecer un canal de comunicación secreto y seguro, o sea, puedo ser como una radio y mantenernos en comunicación en silencio delante de ellos y por otro lado pero un poco menos util porque no me he esforzado en mejorar, tambien soy usuaria de Raiton
Un resumen hubiera sido suficiente, pero nunca estaba de más conocer con exactitud que podía hacer o no. Era como una pieza del Shogi, si sabias como se movía y cuales eran sus limitaciones, podías aprovechar todo su potencial. Al final, la guerra o una simple misión, era como una partida. Solo había que saber mover las piezas a la casilla adecuada en el momento adecuado.
No dije mucho más, ni siquiera me digné en terminar la frase que había pensado para Ryuko. Ya se lo diría en otro momento, si se daba la ocasión.
Tras saltar de tejado en tejado y de pared en pared, utilizando nuestras habilidades shinobi y nuestras habilidades físicas, viajando sin prisa, pero sin pausa, llegamos a un edificio casi tan alto como la academia. Si no era el tercer edificio mas alto de Amegakure, debía ser el cuarto. Aquella zona era conocida por ser el sitio donde vivía la gente mas adinerada de la aldea. Cada casa en ese edificio esta compuesta por tres pisos, y en la planta baja había una elegante recepción con varios porteros. Como si de un hotel de lujo se tratase.
Bajamos por la pared del edificio mas cercano, y antes de entrar al edificio me paré y miré a mis dos compañeras. No quería iniciar la misión todavía, no sin saber que estaban preparadas para ello.
— ¿Estáis listas para esto? No sabemos que vamos a encontrarnos ahí dentro, ni como serán las personas que nos han contratado, ni la reacción que tendrán al ver a tres niños. Yo ya me he encontrado con este problema antes, nos infravaloran por nuestra edad, sin conocer nuestras habilidades. Puede que no sea el caso, pero de serlo, tendremos que demostrar de que somos capaces. Tomad aire, respirad lo que necesitéis, con calma, lo importante no es cuanto tardamos en superar la misión, lo importante es que la superemos bien.
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No es que hubiera hecho el mayor de los intentos por ocultarlo, y mucho menos ponerle algo de empeño debido a la confusión de la apresurada misión; era algo que se le había escapado de entre los dedos y Reiji pareció haberla calado desde el principio.
— Si no tuvieras ninguna cualidad especial no llevarías la bandana de Amegakure, ni siquiera estarías aquí con nosotros en este momento, respeto tu decisión de no querer decirlo, pero no la comparto, al fin y al cabo, vamos a trabajar en equipo, no a matarnos entre nosotros. Si simplemente no te valoras lo suficiente a ti misma…
"¿No valorarse lo suficiente a ella misma?" ¿Podría ser ese uno de los motivos? Pese a que era algo obvio y sencillo, no era una de las posibilidades que Ryuko hubiera barajado desde sus comienzos. Siempre había acabado siendo muy crítica y dura con ella misma, llegando a catalogarse de fracaso absoluto por su baja autoestima. Y tal vez por ello, todavía no había podido llegar a florecer. Las palabras llegaron a eclipsar lo que su otra compañera dijo poco después, escuchando tan solo un suave murmullo en la distancia.
— ¿Debería?... ¿Debería dejar de ser tan estricta conmigo misma?...
Y sin comerlo ni beberlo, ya estaban en todo el meollo; Reiji no dudo ni un segundo en abandonar el lugar nada mas acabar de presentarse Reika. Ya se veía quedándose atras, y como él parecía conocer el camino, no dudo en seguir sin mas dilación.
Con paso ligero, se movieron con total libertad por las calles de su ciudad; saltando de tejado en tejado, dando breves sprints y saltos de algunos metros; por lo que o les llevo mucho rato hasta alcanzar la zona donde se encontraba el edificio a donde debían acudir. Se detuvieron en una de las calles circundantes.
¿Estáis listas para esto? No sabemos que vamos a encontrarnos ahí dentro, ni como serán las personas que nos han contratado, ni la reacción que tendrán al ver a tres niños. Yo ya me he encontrado con este problema antes, nos infravaloran por nuestra edad, sin conocer nuestras habilidades. Puede que no sea el caso, pero de serlo, tendremos que demostrar de que somos capaces. Tomad aire, respirad lo que necesitéis, con calma, lo importante no es cuanto tardamos en superar la misión, lo importante es que la superemos bien.
Desde luego, Reiji era mas maduro de lo que su edad aparentaba; y por lo comentado y posteriormente afirmado por el mismo, era muy posible que los infravalorasen. Sin embargo, Ryuko todavía le estaba dando vueltas a lo ocurrido momentos antes en la azotea, ensimismada un poco en si misma y algo embobada.
— ¿Debería contarlo? Pero puede que lleguen a esperar de mí mucho mas de lo que puedo dar... Ni tan si quiera puedo activar una pequeña mota... Por otra parte, tal vez Reiji sepa sacar partido de ello, incluso aunque sea para marcarse un farol. — La duda asaltaba a la joven kunoichi una vez mas. Era su primera misión y ya estaba hecha un lio. Lo único que quería realmente, era volver a casa, comer algunos dulces y leer libros recostada en su cama.
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Algo le decia a la kunoichi de cabellos dorados de que este grupo tendria mas caciques que indios, para Reika el hecho de que fuese un cerebrito no le daba el suficiente credito para ser el lider, ella tenia mas experiencia y estaba completamente segura de que sus habilidades telepaticas serian mas que utiles, no sentía así desde el inicio de la mision, esto comenzo cuando al parecer Reiji comenzo a ignorar lo dicho anteriormente en cuanto a ya tener experiencia -Lo estoy ¿Tu tambien lo estas Reiji-san?- respondio la Yamanaka, tenia las habilidades yestaba segura que, sobretodo, tratandose de una investigacion de crimen mas de uno le pondria trabas en su investigacion, sus palabras mentirían, pero no sus pensamientos.
-¿Estas bien Ryuko-chan?- pregunto a su compañera quien se mantenía en silencio, quizá le estaba pasando algo y necesitaba un empujoncito de una compañera
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— No, no lo estoy, es imposible estarlo. No se lo que hay mas allá de estas paredes, no se lo que voy a encontrarme cuando atraviese esas puertas y suba al ascensor. No se lo que va a pensar de mí la gente que a pagado a la Arashikage por nuestros servicios. Y aunque yo lo se todo, ahora mismo solo sé una cosa: Que voy a cumplir esta misión.
Sin embargo, en ese momento, me preocupaba mas Ryuko que otra cosa. Todos teníamos un propósito, todos estábamos allí por una razón. Incluso si esa razón era que nuestros nombres empezaban por R.
Parecía ida. En otro mundo. Como si no estuviera con nosotros, en ese lugar, en ese momento. Como si no viera y no escuchara lo que la rodeaba. Tal vez le habían afectado mis palabras, o tal vez había visto algo que le recordaba algo desagradable. No era el momento de entretenerse en esas cosas, pero igual si no lográbamos recuperar a Ryuko, la misión no salía adelante.
Pose una de mis manos sobre uno de sus hombros con suavidad.
— ¿Sigues con nosotros? — Dije, a mi manera. — Mira, tal vez no se me da bien tratar con las personas por que soy… digamos diferente, o tal vez son las personas las que no son capaces de comprenderme, el caso es que el trato humano no es lo mío, y no se muy bien que decirte, pero lo que si que se, sin duda alguna, es que la bandana que llevas se consigue con esfuerzo, y que si pudiste enfrentarte a la academia, puedes enfrentarte a esto. Puede que no sola, pero somos tres, ¿No?
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10/05/2018, 17:05
(Última modificación: 10/05/2018, 17:06 por Himura Ren.)
— Lo estoy ¿Tu también lo estas Reiji-san?
— No, no lo estoy, es imposible estarlo. No se lo que hay mas allá de estas paredes, no se lo que voy a encontrarme cuando atraviese esas puertas y suba al ascensor. No se lo que va a pensar de mí la gente que a pagado a la Arashikage por nuestros servicios. Y aunque yo lo se todo, ahora mismo solo sé una cosa: Que voy a cumplir esta misión.
¿Otra vez la experiencia volvió a hacer acto de presencia? Aunque tan solo se tratasen de simples misiones, como la entrega de algunos pergaminos, o acompañar a alguien, eso se trataba de algo que Ryuko desconocía, por lo por error, observó un gran abismo de experiencia que les separaba a sus compañeros de ella. Aunque en este caso, no se trataba de ello, si no de convicción y de autoestima.
— ¿Estas bien Ryuko-chan? — dijo Reika dirigiéndose abiertamente a la joven, y su suave voz, la devolvió al sitio.
Ryuko le redirigió la mirada con gesto de preocupación; ella era quien mas fácil lo tendría para saber lo que se ocultaba en su sangre, podría por error mandarlo como mensaje entre sus mentes si establecía un canal de comunicaciones como ya había mencionado, y desde entonces eso no dejaba de darle vueltas.
— S-Si. No te preocupes, son cosas mi-
Pero antes de que pudiera terminar la frase, una mano se posó sobre ella, haciendo que girase la cabeza casi de inmediato.
—¿Sigues con nosotros? — Dije, a mi manera. —Mira, tal vez no se me da bien tratar con las personas por que soy… digamos diferente, o tal vez son las personas las que no son capaces de comprenderme, el caso es que el trato humano no es lo mío, y no se muy bien que decirte, pero lo que si que se, sin duda alguna, es que la bandana que llevas se consigue con esfuerzo, y que si pudiste enfrentarte a la academia, puedes enfrentarte a esto. Puede que no sola, pero somos tres, ¿No?
Ryuko en esas ocasiones y muchas veces en general, emocionalmente inestable; y tanta amabilidad por tan solo estar algo absorta en sus pensamientos le hizo estremecerse. Desde que comenzó a vivir con Oda, le dio la espalda al resto del mundo y no le resulto difícil, pues este también pareció dársela; nadie le solicitaba ayuda, nadie se la ofrecía y nadie se interesaba por ella excepto aquel hombre mayor. De sus ojos comenzaron a brotar lagrimas en aquel momento.
— S-Si chicos... E-Estoy bien... ¿V-Vale? Tan solo... Ha sido un torrente de emociones... G-Gracias por preocuparos... — Tartamudeó con facilidad y su voz temblaba. Con lentitud, se deshizo de las lagrimas de sus ojos con su propia ropa y acto seguido, intento tranquilizarse respirando profundo para lo que venia a continuación. — Mi apellido... Yo soy del clan Uchiha. N-No quise contarlo a priori ya que no soy capaz ni de mostrar una simple aspa y no quería que esperaseis algo "impactante" de mi. — Finalizó con un suave rubor en las mejillas por haber llorado, pero también por profunda vergüenza.
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— S-Si chicos... E-Estoy bien... ¿V-Vale? Tan solo... Ha sido un torrente de emociones... G-Gracias por preocuparos...
Se había puesto a llorar. ¿Acaso la había hecho llorar yo? ¿Con mis palabras? Hacer llorar a un compañero de equipo, que buen comienzo, que buenos primeros pasos… ¿Cómo tenia que actuar frente a eso?
Yo no había entrenado para esas cosas, no había leído sobre esas cosas. Seguro que mi padre sabría como actuar, o incluso Yoru, que en sus telenovelas lloraban un montón. Pero solo el hecho de llamarlo me daba dolor de cabeza, seguro que estaba viendo una ahora mismo.
Aquello me había pillado con la guardia muy baja. ¿Tenia que abrazarla? ¿Secarle las lágrimas? Mire a Reika como suplicando ayuda y al mismo tiempo avergonzado.
Sin embargo, antes siquiera de poder reaccionar, ella se había secado sus propias lágrimas.
— Mi apellido... Yo soy del clan Uchiha. N-No quise contarlo a priori ya que no soy capaz ni de mostrar una simple aspa y no quería que esperaseis algo "impactante" de mí.
— Se que va a sonar cruel lo que voy a decirte, justo después de hacerte llorar, pero quiero que sepas que yo no espero nada de nadie, independientemente de su apellido. El poder, tu habilidad, tus capacidades, nada de eso está en el nombre que heredas de tus padres. Todo ello sale de aquí… — Dije señalando al corazón y luego a la cabeza. — Y de aquí.
En realidad, esperaba que Reika también dijera algo. Yo estaba un poco perdido en cuanto a relaciones humanas se trataba. Y tal vez no había elegido el mejor momento para aquellas palabras, por sabias que fueran.
De cualquier modo, debíamos empezar la misión cuanto antes, así que volví a preguntar.
— Bien, ahora que has dejado salir todo, ¿Estamos listos para entrar ahí y cumplir con nuestra misión?
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Reiji es vio ligeramente afectado por el llanto de la joven kunoichi; como auto-proclamado líder del grupo, tal vez sintió la responsabilidad de lidiar con el problema de su compañera. Los nervios de Ryuko le habían jugado una mala pasada; la presión de su primera misión, el canal de comunicación mental, podría escaparse por error un simple pensamiento sobre su linaje. Podría alterarles y generar dudas entre ellos.
— Se que va a sonar cruel lo que voy a decirte, justo después de hacerte llorar, pero quiero que sepas que yo no espero nada de nadie, independientemente de su apellido. El poder, tu habilidad, tus capacidades, nada de eso está en el nombre que heredas de tus padres. Todo ello sale de aquí… — Respondió fugazmente a su reacción, señalando su corazón, y posteriormente su cabeza. — Y de aquí.
Desde luego, las palabras eran crueles y frías, pero al parecer las había elegido con cuidado. Por un momento, Ryuko sintió algo de empatía. ¿Alguien espera algo grande de él también? ¿Esta solo fingiendo? ¿O realmente había empatizado con ella suavemente? Todas esas cuestiones eran imposible que se le ocurrieran a Ryuko, por lo que simplemente se sintió complacida.
— Bien, ahora que has dejado salir todo, ¿Estamos listos para entrar ahí y cumplir con nuestra misión?
— Una ultima cosa... Ambos por lo que veo tenéis algo de experiencia... Si fallamos en la misión, aunque salgamos sanos y salvos pero el objetivo falla. ¿Nos degradaran igualmente? ¿Ese es el castigo por errar?
Hasta ella misma por sus propios conocimientos de las instituciones estudiados en la academia, sabia que eso no tendría que ser así. Pero lo que viene en los libros, y la realidad, puede llegar a ser muy distinta.
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La kunoichi de cabellos dorados escucho con atención las palabras del auto-proclamado líder, pero no pudo ocultar su mirada de desaprobación cuando este le miro como buscando ayuda, lo demostraba a todo momento, no tenia idea de como tratar a una persona -No importa del clan que seas Ryuko-chan- dijo acercándose a ella y posando su mano derecha en su hombro del mismo lado, le dio un apretón amistoso para demostrarle que podía confiar en ella «¿Clan Uchiha? El mismo Clan que Akame el Jounin de Uzushiogakure» se dijo a si misma, recordando a aquel Shinobi, que para ser precisa rondaba la misma edad que los presentes «¿Es que tan poderosos pueden llegar a ser?¿Por eso tan infravalorada se siente?»
-No debes pensar en eso ahora, Ryuko-chan- respondió a su pregunta -Estamos compartiendo esta misión, no te sobrecargues de trabajo y si ves que algo no puedes sola, nos avisas y ahí estaremos-
«Reiji-san baja un par de octavas con tus palabras a Ryuko» comenzó con su mensaje telepático al Karasukage «Tengo una idea, me imagino que con tu intelecto eres bueno haciendo preguntas, estaré leyendo sus mentes y tratare de reducir la lista de sospechos teniendo en cuenta sus pensamientos, quizá con sus palabras nos engañen pero no sus mentes» claramente su plan era completamente invasivo para la privacidad de los pensamientos de aquellas personas y seguramente algunas de ellas estarían en verdadero luto, pero no todas
-Ryuko-chan y yo ya estamos listas- aseguro a Reiji manteniendo la mirada y una sonrisa en Ryuko, si su líder no podía ayudar con la inestabilidad emocional de la Uchiha, ella lo haría, después de todo ella entendía mejor la mente de las personas, era parte de su Clan
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