(D) ¡Puro entrenamiento!

[Karamaru]

Poco a poco el torreón se hacia más grande y cada vez eran más las chances de no encontrarse con los tres pequeños fuera de este. Llegó a las puertas sin problemas y el calvo se tomó unos segundos para detenerse y mirar a su alrededor. Los quería hacer esperar al menos un rato más, que aguanten las ansias y la impaciencia que genera la espera.

«A ver con qué se salen...»

Atravesó el umbral y se adentró en el interior del edificio dirigiéndose sin dudas a las escaleras. Lo más común era usar los ascensores que reinaban en cada edificio de Amegakure, y tal vez tenía la chance de jugarles una mala pasada.

[Amekoro Yui]

Poco a poco el muchacho se acercaba al lugar donde los tres estaban escondidos, escuchaban pasos en la distancia, así que no era extraño sentir que pronto él estaría allí. Habían cubierto todas las entradas, y el segundo piso no estaba tan lejos de la entrada. Habían pedido permiso para hacerlo, así que solo tenían que esperar.

Cuando Karamaru llegó, la luz de la habitación se apagó y unos ligeros sonidos se escucharon, pasos apresurados, movimientos suaves, y por último...

El sensei fue atacado por tres genin.

—¡BUH! —exclamó la chica con una linterna bajo su rostro, haciendo que fuese algo bastante horroroso de ver.

[Karamaru]

Mientras subía por las escaleras la mente del pelado se debatía entre cómo proseguir. No solo no tenía bien en claro qué, o sí, debía de hacer algo después. Pero más importante, y más inmediato, no terminaba por decidirse entre si ser asustado o impedirles el regocijo a los pequeños.

Se acercaba a destino y sus posibilidades de tomarlo desprevenido se hacían menores. Pero la sorpresa terminó por aparecer. Lejos de ser inesperables, las luces se apagaron repentinamente tras el ingreso por parte del calvo a la habitación. Era allí, era ese el momento, o eso o venían maquinando un plan más largo del que Karamaru esperaba.

«A ver con qué salen...» sus dudas se disolvieron al escuchar ruidos en la oscuridad.

Una luz y un rostro, una muchacha y un grito, un calvo y un.... grito agudo y corto capaz de romper tímpanos acompañado por una corta retrocedida por donde había venido. No sabía cómo, pero le había salido mejor de lo que había planeado, y se tomó su tiempo- mientras su tomaba el pecho- antes de reaccionar.

— Bien, bien, bien. Muy bien.— terminó con una sonrisa y un ligero aplauso— Parece que cumplen con su reputación, no me lo veía venir la verdad, pensé que se esconderían por más tiempo. Pero es tiempo de encender las luces, ¿No creen?

[Amekoro Yui]

Lenna comenzó a reír cuando Karamaru chilló, Kubo negó con la cabeza mientras Kaji ahogaba una risotada. Lo habían logrado, ya habían hecho dos de las tres pruebas propuestas y las habían cumplido con éxito.

—Ya voy yo a encender las luces —se ofreció, para sorpresa de todos, Kubo, quien tardó un par de segundos en encender las luces y dejar ver la estancia en la que se encontraban, luego volvió a reunirse con sus otros dos compañeros.

—¡Já! ¡Estamos haciendo todo lo que nos dices! —exclamó la chica del grupo —. Dinos, sensei, ¿cuál será la última prueba? —preguntó, entusiasmada. Kaji asintió enérgicamente, y Kubo solo se cruzó de brazos.

[Karamaru]

El calvo imitó a Kubo y se cruzó de brazos. Miró a los tres tras reírse por el acto de aquellos tres y esperó en silencio. Tenía el siguiente ejercicio ya pensado, incluso desde antes de comenzar con el primero, pero fue Lenna la que le llamó la atención.

— ¿Y quién te dijo que hay más? Bueno, en realidad... ¿Quién te dijo que hay una más? Adecuándonos a tus palabras.

El calvo ya no tenía tantas ganas de moverse y tanto si se decidiese a hacer una o más pruebas, o no hacer ninguna, se las arreglaría para mantenerse no solo en el edificio sino también en el mismo lugar dentro de él. Karamaru buscó asiento y luego preguntó algo que tenía en la cabeza hace rato.

— Me gustaría que me respondan los tres. ¿Tienen idea cuál es la idea de todo esto? ¿O el por qué?

[Amekoro Yui]

— ¿Y quién te dijo que hay más? Bueno, en realidad... ¿Quién te dijo que hay una más? Adecuándonos a tus palabras.

Lenna le miró, confundida. ¿No es lo que había dicho su sensei?

—Es lo que dijo sensei, que tendríamos que hacer todo lo que dijeses, y que harías tres tipos de entrenamiento —explicó la muchacha, los otros dos la secundaron asintiendo con sus cabezas—. O pruebas, no sé, pero si no hacemos más por mí genial, estoy agotada.

Dejó salir un bostezo que tapó parcialmente con su mano derecha.

— Me gustaría que me respondan los tres. ¿Tienen idea cuál es la idea de todo esto? ¿O el por qué?

—Porque somos los peores de nuestra promoción —mencionó Kubo, encogiéndose de hombros —. Somos vagos, no destacamos en nada prácticamente, por eso nos han juntado como un mini equipo.

Kaji se rascó la nuca, sin saber muy bien que decir, Lenna se quedó algo cabizbaja, las verdades a veces dolían.

[Karamaru]

Karamaru negó con la cabeza. No recordaba haber dicho tres pruebas, pero más de ello, no todas tenían que incluir el trabajo físico. Se sentía un poco presionado al ser él el que tenía que dar motivación al trío de estudiantes e intentar sacarlos de su desgana por la vida.

— Bueno, el reporte decía que eran los más vagos y problemáticos. En ningún momento leí yo que eran los peores de su promoción. Pero no iba por ese lado la pregunta.

De hecho, piensen un poco. Si fuesen los peores, ¿Podrían haber tomado desprevenido a un gennin que encima los estaba esperando? Si fuesen los peores, ¿Podrían haber seguido una serie de indicaciones para terminar encontrando al objetivo?

El punto que quería demostrar el calvo con sus palabras, y la idea desde el principio, estaba por llegar. No estaba seguro si funcionaría, de hecho pensaba en negativo, pero fue su primer idea y debía llevarla hasta al final.

— A otro nivel un shinobi, o kunoichi, debe permanecer oculto para tomar desprevenido no a su profesor, sino a un enemigo. Debe permanecer oculto para escuchar a escondidas, para observar una situación a lo lejos. A otro nivel, un ninja debe de poder seguir rastros y huellas, conseguir información, formar el camino que lo lleven hasta su objetivo, su presa, su destino.

Lo que acaban de hacer, son tareas que harán en un futuro y no lo hicieron mal, al contrario, lo hicieron perfectamente. Y si lo hicieron perfectamente, ¿Por qué se dejarían meter en la cabeza que ustedes son inútiles? Y si lo hicieron perfectamente, creo que tus ideas de morir en la primer misión no se van a cumplir. Y si a ustedes tres los juntaron no es porque sean vagos, es justamente porque ustedes tres funcionan de maravilla juntos.

Una sonrisa por momentos, y una cara seria de a ratos, acompañaron el monólogo del calvo. Terminó satisfecho con sus palabras esperando a ver si terminaba por dar resultado o tendría que seguir insistiendo para que esa misión no fuese la primera. Calló y miró a cada uno de los tres, tratando de recibir como respuesta no solo sus palabras sino también sus gestos.

[Amekoro Yui]

Karamaru comenzó a exponerles su punto de vista, alegando que si tres estudiantes podían pillar desprevenido a un genin, es que eran capaces de hacer más que de pensar negativamente sobre ellos. Lenna sonrió tímidamente, pero Kubo no parecía muy contento con el discurso del calvo. Kaji permanecía impasible.

—Lo que acaban de hacer, son tareas que harán en un futuro y no lo hicieron mal, al contrario, lo hicieron perfectamente. Y si lo hicieron perfectamente, ¿Por qué se dejarían meter en la cabeza que ustedes son inútiles? Y si lo hicieron perfectamente, creo que tus ideas de morir en la primer misión no se van a cumplir. Y si a ustedes tres los juntaron no es porque sean vagos, es justamente porque ustedes tres funcionan de maravilla juntos.

Lenna miró a Kaji, quien la miró de vuelta, Kubo bufó, molesto, aunque con algo extraño en su corazón. ¿Aquello era felicidad? ¿Ser reconocido por algo?

—Bien... Tu ganas, Karamaru-sensei —murmuró la chica, aún con aquella sonrisa tímida en el rostro —. Creo que hacemos un gran equipo, aunque seamos una panda de vagos sin remedio.

—Bueno, si nos ponemos, lo podemos conseguir.

Kubo sonrió de medio lado, mientras Kaji se acercaba a Karamaru lentamente.

—¿Nos tomarás como alumnos cuando asciendas a chuunin? —preguntó, inocentemente.

[Karamaru]

Un «¿Qué?» incrédulo se ahogó en la garganta de Karamaru. ¿Tú ganas? Quería esa respuesta, sí, poder demostrar su punto pero... la quería, sí, no la esperaba. Una sonrisa llena de dudas apareció en su cara mientras veía a los tres mirarse entre sí.

Las palabras del trío le dieron una emoción tierna, esa sensación que uno adquiere inexplicable tras intentar enseñar algo a alguien y que este aprenda. Podría ser orgullo, pero no se sentía exactamente como eso. La palabra sensei había vibrado de más en sus oídos, gustándole el término pero a la vez sabiendo que estaba muy lejos para llegar a ese punto. La sorpresa, la última, fue la cercanía de Kaji.

La respuesta se hizo desear, el calvo tardó en encontrar una respuesta en su cabeza. Él no tendría problemas pero no era su decisión, además de que probablemente faltara demasiado tiempo para poder alcanzar aquel rango.

— Primero— contestó al fin poniendo una mano sobre la cabeza de Kaji— Ustedes tienen que conseguir su hitai-ate, graduarse de la academia. Y para graduarse de la academia van a tener que esforzarse, porque sino se les va a hacer cuesta arriba.

Dio una breve pausa, pensando si sus siguientes palabras eran correctas para decir. Dudaba, estaba inseguro, pero él también las quería decir.

— Pero sí, el día que se conviertan en gennin, y el día que yo sea un chuunin… supongo que nos tendremos que ver las caras nuevamente, ¿No?— una ligera y tímida risa siguió tras su pregunta.

[Amekoro Yui]

Los tres escucharon atentamente a Karamaru, con cierto brillo de emoción en los ojos, Lenna estrujó la mano derecha de Kubo mientras Kaji asentía lentamente a su pequeño discurso.

—Claro que seremos genin, no se preocupe —contestó Kubo tras unos segundos de silencio —. Céntrese en llegar a chuunin y luego volveremos a vernos, Karamaru-sensei.

Luego le tendió la mano.

Pero aquel emotivo momento se vio desvanecido cuando la mujer que le había pedido la misión llegó por la puerta, con aspecto cansado y un poco cabreada. Le echó una rápida ojeada a los alumnos, que retrocedieron un par de pasos, y se dirigió a Karamaru.

—Por fin os encuentro, veo que habéis estado trabajando, bien hecho —contestó a los cuatro —. Habaki Karamaru, con esto su misión queda completada totalmente —informó, con una sonrisa ladeada. De su portaobjetos que llevaba en la pierna derecha sacó un pergamino enrollado y se lo tendió —. Aquí tiene, puede llevarlo a la academia donde recibirá su recompensa.

»Gracias por sus servicios.

[Karamaru]

El calvo sonrió y al instante, nuevamente, se clavó la palabra sensei en su cabeza. Pero antes siquiera de poder contestar la aparición de una mujer lo interrumpió. No se la veía del todo bien y Karamaru se esperaba malas noticias, una misión completada no se podía considerar así.

La sonrisa se acrecentó y tomó el pergamino entusiasmado mirando a los pequeños, casi intentando pasar su emoción por un trabajo terminado. Otorgó una ligera reverencia a la dama, levantó la mano a los pequeños y con un "Adiós" se despidió del grupo.

«Si, si, si, allá va una más.... sensei»

Casi a saltitos inocentes fue hasta el edificio de la Arashikage para poder entregar el pergamino y que oficialmente le den por terminada y exitosa su misión. A cambio de este, en el camino a casa estaría acompañado por un bolsillo lleno de monedas que ya pensaba en que utilizar.