Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
—Pues yo no sé— No entendía el porqué querían cambiar de sitio. ¿Que diferencia existía si les escuchaban o no le escuchaban? Por él, que el mundo lo supiese, que la sabiduría fluyese. Pero no, los de kusagakure tenían un complejo de modestia y recato que le resultaba hasta vomitivo. Lo que si entendió, fue el desafío que Daigo pareció lanzarle de nuevo —¡Entonces sí que te acuerdas!— sonrió y le señaló con el dedo índice. —Aunque no me esperaba que tuviésemos público.
Observó a Kazuma y luego pegó un par de saltitos hasta donde se encontraba el peliblanco.
—Espero que no te moleste que Tsukiyama y yo arreglemos una pequeña rivalidad en estos precisos momentos— sonrió siniestro. —No te sientas ignorado, es sólo una sana contienda entre colegas. Prometo trapear rápido el suelo con él para que no te sientas solito— Le dio unas tres palmadas en la espalda y se alejó riendo de forma sórdida.
—Bueno, tú di a dónde y yo te sigo. Más te vale que te hayas fortalecido, porque yo no me he quedado todo este tiempo de brazos cruzados viendo la lluvia caer. No quiero humillarte demasiado ante un novato que está aprendiendo a respetarte— dijo soberbio y provocador.
De hecho, en aspecto inicial ninguno de los dos se miraba realmente diferente. Quizás más confiados, pero físicamente estaban igual de flacuchos que cuando se vieron la primera vez.
Kazuma miro a ambos lados antes de comprender que se estaba refiriendo a él, aunque no comprendía del todo a que se referían.
—Espero que no te moleste que Tsukiyama y yo arreglemos una pequeña rivalidad en estos precisos momentos— sonrió siniestro. —No te sientas ignorado, es sólo una sana contienda entre colegas. Prometo trapear rápido el suelo con él para que no te sientas solito— Le dio unas tres palmadas en la espalda y se alejó riendo de forma sórdida.
—Fantastico —comento con los ojos brillantes y abiertos como platos—. Jamás he visto un duelo… Me gustaría poder verlo…
A Kazuma se le veía emocionado, pues la expectativa de presenciar un duelo de verdad le hacía mucha ilusión: en la gran mayoría de las historias que leía, la aventura se veía culminada por el combate uno a uno entre el protagonista y el antagonista. Claro, había presenciado combates de entrenamiento, pero eran demasiados limitados y fingidos.
El peliverde sonrió de oreja a oreja al escuchar la respuesta positiva por parte de ambos chicos.
—Yo tampoco he dejado de entrenar, Rouga-san —le dijo al Yotsuki, emocionado—. ¡Muéstrame lo fuerte que te has vuelto!
Y así sin más, sin querer perder un solo segundo más, Daigo echó a correr lejos del puente, regresando por el mismo camino por el que había llegado.
—¡Seguidme!
La carrera duraría unos pocos minutos antes de que el boxeador encontrara un lugar adecuado algo alejado del camino que llevaba hasta el puente Tenchi. Lo suficiente para que este se perdiera entre la vegetación y no tuvieran peligro de dañar a algún viajero.
—Este parece un buen sitio —les dijo al llegar—. Aquí no molestaremos a nadie.
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Pese a que Daigo se echó a correr, el Yotsuki no tuvo problema alguno en alcanzarlo y seguirle el paso. Llegaron a una zona sin miradas curiosas, salvo por el peliblanco de piel morena que desde un inicio se estaba mostrando ilusionado de presenciar un combate entre dos shinobi experimentados y de mayor calibre. "No puedo decepcionar a la fanaticada, ¿verdad?" se regocijó dentro de sí mismo al poder que podía ganarse la admiración del joven Kazuma. "Más han de conocer mi nombre. Más. ¡MÁS!" se sintió complacido cuando llegaron a un claro del bosque.
—All right!— se quitó el sombrero de forma melodramática, agitando la cabeza para el lado contrario mientras lanzaba luego el kasa al suelo. Pegó un salto entonces, quedando parado delante del de cabellos esmeralda a una distancia de unos cinco metros. —Será un enfrentamiento justo. Si te parece bien no habrá nada de armas de por medio, ¿correcto?— Dio un pisotón, relamiéndose los labios por la ansiedad de combatir contra él.
Por un instante, adoptó la clásica postura del shinobi kumite. Sin embargo, de pronto se tensó y cambió de forma radical. Sus palmas se abrieron y los dedos se encorvaron cómo las zarpas de una fiera. Su brazo diestro quedó por arriba de su cabeza mientras la zurda atrás de su espalda. Adelantó la pierna derecha y flexionó la rodilla izquierda. Aquella postura de taijutsu sería totalmente ajena a la que la que Daigo conocía al verle pelear, además que Kazuma también notaría que no era similar a las clásica enseñada en la academia.
Entonces, el cachorro de lobo sonrió. ¿Cuanto había esperado por esta revancha? Lo suficiente, y ahora deseaba demostrar finalmente quién era el más cool.
Dado que vamos a darnos de madres mientras Kazuma mira, joderémos el orden de nuevo XD. Para que vaya más fluido, no sé si les parece que posteemos en orden Yo-Daigo-Yo-Daigo, y que Kazuma postee entre posts cuando pueda y/o quiera en plan espectador no sé (?). Más que nada para darle dinamismo y no echarnos tres meses en esto XD. Además creo que así sale más natural, no sé, ya me dirán. ¿Correcto?
Kazuma podía sentir la rivalidad en el aire, aunque aquella sutil vibración bien podía ser su propia emoción contenida. De pronto, Daigo se puso en carrera, pidiendo que le siguieran. Era natural que quisiesen alejarse del puente, para evitar posibles malentendidos e interrupciones en su confrontación. Rōga parecía no tener problemas para seguirle el paso, pero el peliblanco apenas podía seguirlos, al punto que cuando los alcanzo estaba con la lengua afuera y con necesidad de sentarse a recuperar aire.
Ambos contendientes se ubicaron y tomaron sus distintivas posiciones de combate, dejando que el silencio y la quietud del bosque se preparan para retirarse ante la fuerza de la confrontación… Aunque una leve tos parecía habérsele adelantado.
—Lo siento… lo siento —se disculpó mientras se esforzaba en levantarse y respirar con profundidad—. Solo necesito un minuto.
No le gustaba interrumpir el épico ambiente, pero detestaría perderse el inicio de tan prometedor encuentro. Además, solo necesito de unas cuantas bocanadas para recuperar su actitud serena.
—Si me lo permiten, daré inicio al combate con la señal tradicional —dijo mientras se colocaba entre ambos, adueñándose del arbitraje—. ¡Que sea una pelea épica, donde den lo mejor de sí, que no les queden remordimientos!
Dicho eso, esperaría a que el silencio y la quietud se instalasen de nuevo, como si fueran un ave delicada a la cual se planea cazar. En el momento en que apenas fuesen audibles las reparaciones, bajaría el brazo con fuerza y retrocedería, atento al inicio del combate.
Me parece bien el cambio de turno: primero Rōga, luego Daigo y después yo, narrando mi punto de vista
—Entendido —contestó el boxeador antes de empezar a dar un par de pequeños saltos en el sitio para calentar—. Ya has escuchado a Kazuma-san. Nada de contenerse...
El joven genin sonrió ampliamente mientras extendía ambos brazos a sus costados con los puños firmemente cerrados y esperó a la señal de Kazuma.
—Yo no lo haré
*¡BAM!* junto al sonido de sus puños chocando entre sí con excesiva fuerza se empezó a formar un vendaje que los cubrió a la vez que unos brillantes guantes esmeralda los mantenía cerrados.
—¡Vamos allá!
El boxeador cargó contra su rival a toda velocidad, buscando recortar la distancia que los separaba tan rápido como sus piernas se lo permitieron.
Tan pronto como llegó a una distancia en la que supo que su puño podría alcanzar al Lobo, Daigo lanzó su puño izquierdo en un rápido jab al rostro Rouga mientras mantenía la guardia alta y firme con la diestra.
El usuario concentrará una gran cantidad de chakra en sus puños para mejorar considerablemente su fuerza a la hora de golpear, recubriendo rápidamente sus puños en una densa capa de chakra que acabará tomando la forma de unos guantes de boxeo transparentes y una especie vendaje que cubrirá completamente los puños del usuario, manteniéndolos cerrados.
Al cancelar esta técnica el usuario sufirirá una penalización de -10 al Aguante durante 3 turnos.
Jab=36PV-Resistencia
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Kazuma se ofreció a ser el juez de la contienda, ante lo cuál Rōga no tuvo pegas. Al contrario, aquel banderazo de salida sólo sirvió de combustible para avivar la llama de su pasión al combatir. Les instaron a no contenerse. "Ha. Y me lo dicen a mí." Rió ante la ironía de los hechos. Todo mundo sabe que joven lobo jamás tenía clemencia ante los oponentes.
En cuanto Daigo chocó los puños y activó una misteriosa técnica, sintió la misma sensación que la primera vez que se enfrentaron: un desconcierto el cuál se negaba a reconocer cómo admiración, pero que envidiaba de todas formas. "Really?" Por fuera, su estoico rostro denotaba emoción y ansiedad por ver de qué era capaz, pero por dentro. "Maldita sea. Con ese chakra alrededor del brazo no podré emplear la Garra del Lobo fácilmente." Contrarrestada en su totalidad su estilo base, pero no por ello estaba sin recursos.
Observó a su rival, calculando su velocidad y su presteza de movimiento. Si bien, no parecía haber cambiado demasiado con el tiempo, la diferencia no la notaría hasta que intentase bloquear el impacto.
"No tan...
No iba a permitir el golpe en la cara, por lo que viró un poco la cara y alzó la zurda para bloquear con el antebrazo. Sólo para darse cuenta de la brutalidad de fuerza que ahora mostraba Daigo. "VERGA" Aún bloqueando el impacto, pegó un par de saltitos cortos a la derecha para no perder el equilibrio ni la cercanía con su rival. El puñetazo fue incluso más fuerte que un golpe normal sin interceptar."Si eso me da de lleno estaré en problemas. No es ágil pero su fuerza es tremenda." Más pronto que tarde, iba a demostrar que no era el único que había mejorado.
—Soy mejor que eso...— Sonrió desafiante.
Audaz cómo el sólo, inmediatamente lanzó una patada al costado derecho de su rival sin importarle que tuviese la guardia levantada. Pero todos sabemos que una patada del Rey Colmillo de Lobo no era una patada cualquiera. Ahora qué sabía cuál era más o menos la velocidad de reacción del peliverde, no tenía planes de dejarlo respirar tranquilamente. El truco estaba en que llevaba una carga eléctrica que esperaba sorprendiese al genin de Kusagakure. Pero antes de darle tiempo a pensar, encadenaría una segunda por el costado contrario, sólo para luego rematar de nuevo en la zona inicial. El plan era simple, darle por todos lados sin opción a defenderse, soltando toda la ráfaga a gran velocidad.
¤ Raiton: Luxurious Thunder Kick ¤ Elemento Rayo: Patada Lujosa del Trueno - Tipo: Ofensivo - Rango: B - Requisitos: Yotsuki 30 - Gastos: 12 CK por patada (Máximo 3) - Daños: 20 PV por patada - Efectos adicionales: Entumecimiento leve - Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
Jutsu considerado por Rōga cómo su "Técnica Insignia", siendo básica pero efectiva.
Esta consiste en lanzar de una a tres patadas con chakra raiton imbuido en las piernas, la cual genera una pequeña descarga eléctrica al impactar, entumeciendo durante unos instantes la zona afectada. Sí el ejecutante decide lanzar más de una, estas serán en secuencia, intercalando la pierna usada al atacar. Leves rayos recorren la pierna del usuario durante su ejecución, además de escucharse un tronido cada vez que conecta con éxito.
36/2=18-3=15 de Daño recibido
Posibles 60PV de RLTK (lo abrevio que escribirlo con teclado de celular es jodido (?))
Kazuma retrocedió y se mantuvo a una distancia que le permitía una vista privilegiada. Se mantenía sereno y completamente concentrado en el desarrollo de los eventos; y con las piernas algo flexionadas, por si las cosas se ponían locas y necesitaba apartarse de la contienda.
Daigo tomo la iniciativa, chocando sus puños y permitiendo que los mismo se envolviesen con una cobertura de chakra que parecía emular un par de guantes. Su siguiente movimiento consistió en aproximarse a su oponente y arrojar un golpe bien medido. Cualquiera hubiera sospechado un uso más complejo de aquellos guantes, pero su estilo parecía ser simple: pelear de frente, crear una brecha y golpear duro.
Rōga reacción levantando su defensa, evitando un golpe al rostro. La protección que obtuvo al interponer su brazo era buena y su postura era la correcta; sin embargo, el golpe del joven de Kusa era lo suficientemente pesado como para sacudirle.
«Si Daigo-senpai logra encadenar varios de esos golpes avasallara a Rōga; solo sería cuestión de conseguir un impacto en la cabeza y causarle una contusión… ¿o es una conmoción?», pensó, mientras sentía crecer sus expectativas.
Incluso cuando su golpe fue bloqueado por el Yotsuki, Daigo solo pudo celebrar mentalmente, pues él mismo había notado el brutal impacto que había causado un efecto incluso mayor que un puñetazo de lleno con todas sus fuerzas.
Con destreza, Rouga dio unos pocos pasos hacia un costado sin proporcionarle al boxeador una distancia que le permitiera preparar una buena defensa.
—Soy mejor que eso...
«Veamos qué tienes»
Ambos sonrieron, desafiantes.
Una veloz patada por parte del Lobo impactó directamente en la guardia del boxeador, moviéndolo hacia el lado contrario por el impacto y obligándolo a tensar sus músculos forzosamente.
«¿¡Raiton!?» El estruendoso tronar de la técnica respondió por sí solo.
*¡BAM!* Antes de que pudiera reaccionar una segunda patada le golpeó en el lado contrario y una tercera amenazó con reiterar en su objetivo inicial.
«¡Aguanta!» Se dijo.
Levantando ligeramente su brazo derecho, el boxeador recibió el impacto de la patada eléctrica con los músculos flexionados de su torso.
«¡Tienes que aguantar el dolor!»
Notando como el aire se le escapaba del cuerpo, el Genin se obligó a no moverse pisando con fuerza con la pierna izquierda, evitando retroceder mientras acumulaba chakra en la misma pierna.
La energía recorrió su cuerpo como un rayo pasando por la planta de su pie, por la rodilla, por el torso y finalmente por su puño, que se alzaba raudo buscando impactar en el mentón del Yotsuki.
—¡RYU!
Pero el chico nunca tuvo la intención de terminar el movimento, al menos no de hacerlo él mismo, pues antes de lanzar su puñetazo un espectro verdoso continuó con la técnica por él, permitiéndole en su lugar concentrar chakra en ambas piernas y su brazo derecho para retroceder apenas medio metro hacia atrás antes de impulsarse directo al ataque.
Tanto como como si impactaba como si no, el falso boxeador desapareció al terminar su falso movimiento apenas un instante antes de que el verdadero Daigo se abriera paso a través suyo, lanzándose al ataque buscando impactar en el esttómago de Rouga con su técnica insignia.
¤ Nise no Ito ¤ Falsa Intención - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Taijutsu 45 - Gastos: 15 CK - Daños: - - Efectos adicionales: (ver descripción) - Sellos: - - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El usuario vitaliza su cuerpo momentaneamente para cancelar un movimiento o técnica de Taijutsu antes de que se realice, dejando tan solo una sombra que acabará de realizar dicho movimiento de forma completamente no dañina, permitiendo al usuario realizar otro movimiento en su lugar.
Para realizar esta técnica el usuario debe tener, como mínimo, uno de sus pies en alguna superficie.
¤ Ushi no totsugekii ¤ Embestida del toro - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Taijutsu 25 - Gastos: 30 CK - Daños: 50 PV - Efectos adicionales: - - Sellos: - - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: 5 metros
Esta técnica consiste en acumular una gran cantidad de chakra visible en la pierna y el puño de un lado del cuerpo, impulsándose con la pierna cargada de chakra y golpeando con el puño, liberando todo el chakra que tenía acumulado. Es posible realizar la técnica una segunda vez, utilizando las extremidades del otro lado, aunque el gasto de chakra puede agotar al ejecutor.
Alterador (Jolt Counter): En esta versión el usuario divide el chakra que potenciaría una pierna entre ambas, utilizando una de ellas para impulsarse un máximo de 2 metros hacia atrás antes de utilizar la otra para impulsarse un máximo de 3 metros hacia adelante y golpear.
Jolt Counter=50PV
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El Yotsuki estaba satisfecho y alarmado a la vez. Su técnica fue efectiva y logró acorralar levemente a Daigo, aunque le sorprendió la entereza con la que el peliverde logró mantener la postura aún con el paralizante golpe aplicado. Sin duda era algo de esperar siendo un rival al que admiraba, pero también era preocupante si seguía resistiéndose de esa manera.
Mientras Kazuma se debatía por el uso adecuado del léxico, los otros dos se batían pero a golpes. Daigo no se esperó y contraatacó de inmediato, amenazando con golpear directamente el rostro de Rōga. "Es una carga rápida, fuerte pero predecible". Oh, no sabía cuan equivocado estaba.
Por reflejo, se llevó ambos brazos al frente, trazando una cruz que protegiese su rostro. Sin embargo, sus ojos se percataron demasiado tarde que lo que estaba intentando atacarle en realidad era algo fantasmal. "WHAT!? El puño se desvaneció ante su defensa, sólo para que una milésima más tarde el golpe del Daigo real le impactase de lleno en todo el estómago.
El cachorro de lobo perdió el aire, para luego salir empujado por el impacto. Cayó al suelo por la fuerza en los puños de Daigo, al punto que terminó unos tres metros lejos de su posición original. Se revolvió un poco para reincorporarse, no sin antes escupir saliva al suelo. "¿Qué mierdas fue eso?" En menos de lo pensado, Daigo hizo gala de una gran coordinación con las piernas mientras engatusaba fácilmente la visión del de la lluvia. "Eso fue... cool" Pero el orgullo afloró de nuevo. "Ahhhhhhh NOOOOOO. Nadie puede superar tu estilo, eres el Rey Colmillo de Lobo y debes ponerlo en su lugar... Pero eso fue épico... ¡Kuchiuuuuuu!" Tenía un dilema que sólo el podía entender.
Se mantenía sereno, por lo que no respondió a la ofensiva de inmediato. En su lugar, volvió a adoptar su postura inicial. "El baile se acaba cuando yo lo decido" Su mirada se afiló, desafiante mientras mantenía las garras dispuestas. Cuando se mentalizaba de esa manera, era porque tomaba la decisión de finiquitar a su oponente de una buena vez. ¿Por qué no avanzaba entonces?
Rōga había recibido el ataque, pero aún mantenía la entereza suficiente como para contestar.
«Una… ¿serán dos?... ¡No, son tres!», conto Hanamura mientras las patadas bombardeaban con rugidos de rayo los costados de su compatriota.
La expresión de Daigo delataba el dolor paralizante que estaba sintiendo; sin embargo, su postura se mantuvo firme. Kazuma vio cómo se arrojaba a la búsqueda de conectar un nuevo golpe en la barbilla de Rōga, pero sus ojos demostraban haberlo engañado cuando la figura del contendiente de la hierba se tornó de un verde espectral y desapareció cual fantasma. Le tomo unos instantes el notar que el luchador verdadero había retrocedió y ahora tomaba un poderoso impulso, para atacar cual toro embravecido.
«Ese fue un movimiento simple, pero cambio por completo su ritmo de combate», juzgó, sorprendido por lo fácilmente que su capacidad de adaptarse a los ritmos había sido rota.
El nativo de Amegakure retrocedió ante la fuerza de un impacto que deshizo por completo su postura, y el novato le observaba tomar la apariencia del cazador acechante. De alguna manera, aquel combate le recordaba la ocasión en que vio como un lobo solitario atacaba un manso buey: Daigo era la bestia de fuerza bruta que atacaba de frente, poderosa pero carente de instinto asesino; mientras que Rōga era el cazador que debía de utilizar su astucia y ferocidad.
«Esto no pinta bien para Rōga-san, combatir de frente lo está poniendo en desventaja —juzgó con serenidad, pensando que acaso fuese cosa de orgullo—. Aunque si logra esperar el momento oportuno y apuntar al cuello… quizá pueda valerse de las artimañas del cazador»
El chico se permitió relajarse unos instantes cuando Rouga salió despedido por su técnica, bajando la mirada para echar vistazo a sus brazos.
«Debería deshacer los guantes...» pensó sabiendo que si no desactivaba su técnica probablemente acabaría exhausto mucho antes de lo que pensaba. «Pero es mucho más rápido que yo. Esta fuerza es mi única posibilidad para mantener el combate a mi favor.»
Viendo como Rouga decidió tomarse un segundo, aparentemente para preparar su siguiente acción, Daigo optó por utilizar ese tiempo para recuperar el aliento.
«Haciendo esto no seré tan rápido como él, pero si con esto puedo reducir la distancia que nos separa...»
Con cautela, el joven caminó hacia el frente poco a poco y sin bajar la guardia, poniendo un pie delante del otro mientras sus piernas y sus brazos volvían a arder con fuerza.
«¡Ahora!
Con mayor velocidad a la que había mostrado antes, el boxeador se lanzó al ataque, buscando impactar en el cuerpo de Rouga con un directo de derechas para reducir su movilidad.
«¡Ni!»
De una zancada intentó moverse hacia su izquierda, flanqueando el costado derecho de Rouga mientras pivotaba sobre su pie para lanzar un gancho al hícado.
«¡San!»
Con otro paso, el chico buscó colocarse del lado contrario del Lobo para lanzar un corto hook a su mentón antes de agacharse frente a él.
«¡YON!»
Levantándose de todo su cuerpo, acabó la combinación lanzando un gancho ascendente directo a la mandíbula del Yotsuki.
¤ Hachi ¤ Abeja - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Taijutsu 40 - Gastos: 5 CK (golpe) - Daños: 8 + Destreza/10 - Resistencia del oponente/10 por golpe - Efectos adicionales: El usuario será capaz de lanzar un máximo de (Destreza/10 + Agilidad/20) golpes, con un máximo de 8. - Sellos: - - Velocidad: Moderada (activación), Rápida (golpes) - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El usuario, luego de tomarse un par de segundos para concentrar su chakra en sus cuatro extremidades, se lanza hacia su rival para golpearlo con gran agilidad mientras se mueve alrededor suyo y lo persigue. Con la contra de que para poder conseguir tal agilidad en pies y manos tendrá que sacrificar una gran cantidad de fuerza por golpe, aún así estos golpes no son inesquivables o imbloqueables, pues la fuerza de esta técnica no reside en su velocidad neta, sino en el poco tiempo de recarga que hay entre cada golpe y los distintos ángulos en los que se pueden lanzar.
Mientras dure la técnica, las extremidades del usuario dejarán escapar un aura del color de su chakra que parecerá estar ardiendo.
11PV-Resistencia por puñetazo.
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¿Saben lo peligroso que es acercarse a un depredador? No importa que esté quieto, que no gruña. Esos son los animales más peligrosos, porque no puedes predecir sus movimientos, no puedes prever cuando saltará a tu cuello. Porque no sabes cuál es tu lugar.
Rōga permaneció estoico aún cuando Daigo empezaba a canalizar poder, recordando cómo empleó aquella técnica cuando combatieron la primera vez. No tenía los músculos tensos: al contrario, mantenía su postura de forma relajada incluso cuando Daigo se acercaba lentamente a él. El de la hierba creía que el Yotsuki únicamente dependía de la velocidad, siendo ese su error. Casualmente, Rōga podía ser muchas cosas, pero ser rápido no era una de sus virtudes precisamente.
Daigo planeó cada movimiento minuciosamente, pero aquel majestuoso combo quizás sólo iba a quedarse en su mente.
Rōga no tenía vistosas llamaradas de chakra, no tenía una cadena tan bien coordinada de golpes. Pero eso no importaba. A veces un movimiento presto vale más que cualquier estrategia o habilidad marcial. Tosco, simplón... Pero orgulloso.
En cuanto Daigo retrajo el brazo para lanzar el primer golpe, Rōga había calculado la trayectoria del impacto. Imitó el movimiento, retrayendo su propia diestra mientras inclinaba la cabeza a la derecha para que la ofensiva rival pasase de largo, no sin dificultad ya el guante espectral pasó rozando sus cabellos. Fue ahí cuando la coordinación entró en juego. Sólo debía bailar, al son de la batalla. Siguiendo el ritmo y movimiento del de Kusagakure, su cuerpo se iba girando como un espejo en la misma dirección. Pues para cuando Daigo se estaba reposicionando para lanzar el gancho que daba continuación a su tecnica, la diestra de Rōga se cargó del poder del relámpago, dando al unísono un corto salto que más pareció un paso. Sus ojos siempre le siguieron, pero en ese momento brillaron con la saña de un cazador.
Atroz cómo la mordida del lobo a la presa, Rōga golpeó no con la fuerza de un animal, sino la de un súper hombre. Buscando encajar su puño en el pecho del otro genin cargado con toda la potencia posible a quemarropa antes de que el peliverde pudiese conectar el suyo.
- Daños: 40 PV - Efectos adicionales: Deja inconsciente al oponente bajo ciertas condiciones (ver descripción) - Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: El usuario puede saltar hasta 3 metros.
Jutsu insignia original de Shishio y heredado a Rōga, dotado de gran peligrosidad pese a su simpleza. La técnica concentra una gran cantidad de chakra raiton en un sólo puño, para que luego el ejecutante de un veloz salto con el fin propinar un brutal puñetazo a su rival que además le electrocutará. Esta técnica resulta especialmente efectiva si se busca golpear en la cara al oponente.
La versión multiplicada al máximo, si da de lleno en la cabeza, dejara inconsciente al objetivo durante los siguientes tres turnos, víctima del impacto y la descarga eléctrica. Esto sólo ocurrirá media vez su PV sea igual o inferior al 40%. En el caso de un civil este podrá ser noqueado únicamente con recibir de lleno la versión multiplicada x2 sin cumplir la regla de PV.
Contestó ya para quedarme inconsciente y eso, el siguiente post seguiría siendo de Kazuma y seguimos el orden normal.
¡Nos vemos en unos tres turnos!
¿¡Cómo ha...!?
Con gran destreza e impresionantes reflejos el Lobo consiguió evitar la ofensiva del boxeador y contraatacar con potencia y velocidad provocando que el peliverde saliera despedido varios metros antes de caer al suelo y rodar sin control.
Ahora a unos cinco metros de su posición original, derrotado, el chico no se volvió a levantar.
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El combate acababa de caer en otro cambio de ritmo, la duda luego del primer choque, el instante que se tiene para tomar una decisión.
«Parece que ambos se han decidido», pensó mientras Daigo se arrojaba al ataque.
La velocidad de su compatriota había aumentado, ahora se le notaba mucho más frenético y aparentemente errático, como si fuese una abeja. Se abalanzo sobre Rōga con la promesa de un diluvio de golpes; y este último, en lugar de precipitarse, se preparó y enseño los dientes, jurando dar la mordida y llevarse un bocado si tenía la oportunidad.
«Y allí está el final, el ataque al cuello», juzgo mientras el joven lobo penetraba las defensas de Daigo con un golpe que le mando a volar.
—¡Termino el combate! —exclamo, seguro de que su compatriota había quedado del todo inconsciente.
El peliblanco se acercó a su compañero, se agacho y busco con sus dedos las pulsaciones del corazón que caían en el cuello. Sintió alivio al comprobar que estaba vivo; tenía que agradecerlo a su contextura entrenada, aquel golpe habría bastado para mandar a mejor vida a cualquier civil.
—Está bien, solo quedo desmayado —confirmo, girándose hacia Rōga—. A ti también te han dado fuerte, ¿Cómo te encuentras?