Lo que olvidaron los Ancestros

[Sasaki Reiji]

Aquel lugar me traía recuerdos agridulces. Por una parte allí me había encontrado con Yuuna por primera vez. Pero por otro lado... Había sido un idiota insensible.

De cualquier modo, las cosas iban bien con Yuuna ahora y aquello quedaría tan solo como otra anécdota mas de mi estupidez. Una de las muchas que podía contar sobre aquella aventura.

Suspiré mientras lo rememoraba. Cuanto me había cambiado aquella experiencia. O quizás había sido la propia Yuuna. Quizás su insistencia en que yo no era tan malo como veía me estaba afectando positivamente.

Gracias a eso había aprendido que no era el yo del espejo en el que tenia que fijarme, si no el yo que se reflejaba en los ojos de los demas. En los ojos de mi padre o de mi madre, o en los ojos de la propia Yuuna. Al final, esos ojos ven cosas que uno no puede ver de si mismo.

Por otro lado... ¿Que vería si me fijaba en los ojos de Sakura? Había evitado mirarla a la cara desde entonces. Es mas, había evitado pasar tiempo en mi casa desde entonces. Y también, había cambiado el tatuaje de mi pecho.

Volví a suspirar. Aún así, con todos mis nuevos problemas, me sentía bastante feliz.

¿Que tenia que ver todo aquello con el hecho de estar en aquellas ruinas en ese momento? Pues absolutamente nada, por que no estaba allí por el mero recuerdo.

Lo que pasaba era que, por aquél entoces descubrí que había gente que asaltaba aquel lugar y se llevaban partes de las armaduras y objetos que nuestros ancestros habían olvidado llevarse en su viaje al más allá.

Y ahora... Quería que eso se detuviera. Quizás para muchos aquellas memorias no valían nada, quizás por eso aquello estaba abandonado y olvidado.

De hecho, seguramente debería aprovechar el tiempo que Yuuna pasaba en la academia para hacer alguna misioncilla de las facilitas. Sin embargo algo me había llevado hasta allí para detener los robos de las armaduras.

O tal vez... Tal vez hubiese otro motivo.

[Himura Ren]

Nanashi no iba a estar siempre con Ren en estos viajes de exploración, y aún menos si se trataban de misiones, no podia acompañarla a todos lados y dejar su pequeño local desatendido; bastante estaba haciendo con mantenerlo una semana cerrado por "motivos perrsonales". Pero aquella peregrinación estaba siendo un buen recuerdo para guardar.

La aventura llamaba a aquella genin, y Nanashi se aprovechó de ello; tras llegar ambos a Los herreros, decidió mandarla hasta las ruinas abandonadas que estaban bastante cerca. Esto le serviría además como ejercicio de orientación; era capaz de leer un mapa y orientarse vagamente, pero debía entrar dicha capacidad para el futuro de sus misiones; siempre podía vagar de un lado a otro hasta darse de bruces con una estación de tren y comprar un billete, aunque para eso debía tener dinero a expuestas.

— Oonindo realmente es impresionante, como me alegro de haber salido de viaje — dijo en voz alta, mientras se apoyaba sobre algunas rocas para escalar.

Quien sabe donde se estaba metiendo, no obstante, debia tener cuidado, estaba relativamente cerca de la aldea vecina de remolino; por lo que no seria sorprendente encontrarse con ninjas de aquel lugar.

[Sasaki Reiji]

¿Por donde empezaba? Yo no era un experto en investigación y sentarme allí hasta que apareciera un ladrón, no me parecía la mejor idea del mundo.

Primero. No sabia si eran distintos ladrones que pasaban por allí de vez en cuando o de una banda organizada que se dedicaba a ello.

Segundo. Yo tampoco era un ninja sigiloso. ¿Esconderme y perseguir a alguien hasta dar con su guarida? Ese no era el tipo de ninja que yo era. Yo no sabia hacer esas cosas.

Pero por algo había que empezar, por lo que subí al segundo piso y estudie el lugar lo mas cuidadosamente que supe. Tampoco iba a averiguar la gran cosa, pero oye, quizás ocurriera un milagro. Como Yuuna decía, tenia que tener más confianza en mi mismo.

De una cosa si me di cuenta. Lo que mas les falta a las armaduras era el casco. Quizás por que era lo más fácil para llevarse. Pero también podía ser algún tipo de señal.

[Himura Ren]

Una gran puerta de viaje madera se izaba ante ella; debía ser de una calidad excepcional si la dura mano del tiempo la había dejado todavía en pie. Dicho portón estaba entre abierto, por lo que no suponía dificultad para que entraran unas dos o tres personas incluso a la vez, en el suelo se podían vislumbrar marcas circulares que describían la trayectoria de la puerta; seguramente también llevaba bastante tiempo sin ser cerrada.

Ren se asomó con cuidado dentro del edificio, haciendo un vistazo previó al interior, y poco después se aventuro al interior. Estaba ligeramente oscuro, pero la luz que se filtraba por la puerta era suficiente.

— ¿Y este gran castillo a quién pertenecía? Por el aspecto parece la fortaleza de un señor feudal, o de un líder... — algo que capto su atención, la dejo con una frase a medias, para continuarla con un grito.

¡¿SAMURAI?!

Corrió como una excéntrica, con pasos amplios y tirando por accidente algún que otro porta velas de cobre hasta que llego a su objetivo. Se trataba de una armadura muy lastimada. Tenia un color rojizo, o más bien lo parecía, ya que el desgaste del tiempo lo había dejado en un color carmesí muy apagado sin brillo alguno.

—¡¡Brazales, perneras, y también tiene la protección del pecho!! — comenzó a ponerlas sobre el suelo, extendiéndolas como quien monta una maqueta. Y tras un rato andando en círculos no muy lejos de su hallazgo, volvió a pronunciar palabra. — Que raro. ¿No hay ni un solo casco?

[Sasaki Reiji]

¡¿SAMURAI?!

El grito se escuchó por todo el castillo. No por que fuera excesivamente fuerte, que también. Si no por que no había ningún sonido mas. Y si había animales por allí, ya se habrían escondido todos.

Aquello me hizo dejar todo lo que estaba haciendo y salir corriendo hacia la planta baja para encontrarme con la persona que había gritado de esa manera. Era una voz femenina, eso seguro.

Y no, esta vez no me equivoqué. Allí abajo había una muchacha de cabellos oscuros. No muy alta y bastante delgada. No tenia manera de ladrona y en su cuello lucia la Bandana de amegakure. Sin embargo...

Allí estaba, reuniendo las piezas de una de las armaduras. Desenvainé a Tsubame y sosteniéndola con la zurda, apunte con la punta de la espada en dirección a la muchacha.

—Deja eso ahora mismo donde lo has encontrado. Que seamos aliados no te da derecho a llevarte lo que quieras sin permiso.

¿Se habría llevado ella los cascos y el resto de piezas que faltaban? ¿Pertenecería a alguna banda de rufianes y había robado también la bandana?

De cualquier modo, no iba a permitir que se llevara de allí ni una sola pieza.

[Himura Ren]

—Deja eso ahora mismo donde lo has encontrado. Que seamos aliados no te da derecho a llevarte lo que quieras sin permiso. — replicó una voz.

Se trataba de un joven, el cual amenazaba con su arma a la kunoichi

— ¡¡WAAAAAA!! ¡¡No me mates! — respondió soltando en el momento un placa destinada a los hombros y se giró despacio con las manos en alto. — ¡Mi intención no era robar!

No tardo mucho en mirarle desde los pies hasta la cabeza; unos pantalones y camisa anchos, atados por un obi, portaba dos espadas, una enfundada y la otra con la que estaba amenazándola, todo ello coronado con una coleta alta. Sin duda, daba el pego.

— ¡¿ERES UN SAMURAI?! — añadió dando otro grito, con los ojos abiertos de par en par brillando como las estrellas.

[Sasaki Reiji]

— ¡¡WAAAAAA!! ¡¡No me mates!¡Mi intención no era robar!

Una cosa tenía clara. No pensaba ser como el desgraciado del pais del hierro. Ni iba a pegarle ni a encerrarla sin pruebas. Y mucho menos matarla. Me hubiera gustado decir que nunca había matado a nadie pero...

—No soy ningún asesino, si no estas robando, explic...

— ¡¿ERES UN SAMURAI?!

¿Eh? ¿Era una loca o algo? ¿Yo un samurái? No. Nunca. Y siempre había tenido las mismas pintas. ¿Quizás era por la actitud? ¿Me habría pegado algún gesto raro Yuuna? O quizás ¿el acento al hablar?

No ¿No?

—No. Soy un shinobi de Uzushiogakure.

[Himura Ren]

— ¿Un shinobi? ¿De Uzu? — respondió extrañada con las manos en alto, pese a que estaban a distancia y su arma era cuerpo a cuerpo, hasta ella comprendía que estaba en una situación delicada y más aún tan lejos de casa — Pero si llevas hasta un daisho, coleta, y cualquiera diría por tu ropa que eres de alguna escuela.

Ladeo la cabeza de arriba abajo, como quien inspeccionaba una columna antigua pero manteniendo la distancia por si esta se le venía encima, solo que en su lugar podría llegar a ser un buen tajo. En las historias, mangas y series que ella devoraba sobretodo las que trataban sobre algún estilo de combate, relataban y mostraban las mismas ropas que portaba él, por lo que todavía no se daba por convencida.

— Oye que si es algo personal. Lo entiendo, pero no tienes que ocultármelo a mí. Seré como una tumba. — añadió convencida aún de que era un espadachín. — Quiero decir, estáis aislados del resto del mundo en el País del hierro. ¿No? ¿Que haces tan lejos?

Los brazos empezaban a temblarle ligeramente de mantenerlos en alto tanto rato.

[Sasaki Reiji]

— ¿Un shinobi? ¿De Uzu? — De umigakure, no te jode. Pues claro que era de uzu. ¿De donde si no? — Pero si llevas hasta un daisho, coleta, y cualquiera diría por tu ropa que eres de alguna escuela.

Si claro. Y también llevaba una bandana con el símbolo del remolino bien bonito. ¿Necesitaba una flecha de luces de neón apuntando a la bandana o que? El último ninja de Ame que me había encontrado tenía buena vista, pero esta chica...

— Oye que si es algo personal. Lo entiendo, pero no tienes que ocultármelo a mí. Seré como una tumba. — ¿Pero que personal ni que leches? ¿Quien era esta chica?— Quiero decir, estáis aislados del resto del mundo en el País del hierro. ¿No? ¿Que haces tan lejos?

Suspiré.

—Vamos a ver... ¿Ves esto? — Dije señalando la bandana de uzushiogakure. —¿Sabes lo que quiere decir? Que soy un shinobi de uzushiogakure.

Tenia relación con los samuráis, eso si. Pero eso eran asuntos MUY personales que no le importaban a esa muchacha.

—Ahora que hemos aclarado ese tema, que te parece si vas devolviendo esas piezas al sitio donde las has cogido. Si no eres una ladrona, no te importara dejarlas donde las has encontrado. ¿Verdad?

[Himura Ren]

—Vamos a ver... ¿Ves esto? — Dijo señalando la bandana de uzushiogakure. —¿Sabes lo que quiere decir? Que soy un shinobi de uzushiogakure.

«Si bueno... Pero a lo mejor tienes algo asi como asilo político, o cualquier pamplina gubernamental»

—Ahora que hemos aclarado ese tema, que te parece si vas devolviendo esas piezas al sitio donde las has cogido. Si no eres una ladrona, no te importara dejarlas donde las has encontrado. ¿Verdad?

— ¿N-No me puedo quedar nada como recuerdo? — dijo con una suave risa tan temblorosa como sus brazos, hasta que los dejo caer por su propio peso, dando un largo suspiro. — No sabía que pertenecía a alguien. Si por mí fuera pagaba encantada.

Se cruzó de brazos, algo más aliviada y relajada, ya que la peor parte parecía haber pasado. Mirando de un lado a otro de la sala.

[Sasaki Reiji]

— ¿N-No me puedo quedar nada como recuerdo?

—No.

Seco y cortante como la espada que aun apuntaba a la muchacha. Había ido allí a proteger esas reliquias. No iba a permitir que se las llevara. Por mucho que fuese de una villa aliada.

—No sabía que pertenecía a alguien. Si por mí fuera pagaba encantada.

—Pertenece a Uzushiogakure y no esta a la venta. Así que, me repito de nuevo, si no has venido a robar, devuélvelo todo a su sitio.

No quería tener problemas con esa chica, pero sus pocas ganas de devolver las reliquias a su sitio, es lo que mas me hacia dudar de sus intenciones.

En el pasado las dudas me habían cegado y me había equivocado. Con Yuuna por ejemplo. Por eso, le estaba dando una segunda oportunidad para demostrar que no estaba allí para robarle a mis ancestros.

[Himura Ren]

— D-De acuerdo, de acuerdo

Visto que no cedía en bajar el arma, Ren agarró los protectores un brazo; con los nervios ni si quiera se percato si era del izquierdo o del derecho, por lo que tuvo que alzarlo levemente y hacer como que se lo colocaba para determinarlo. Podría parecer que se lo iba a quedar, pero el volver a sostenerlo entre ambas manos y el mirar a los laterales, negó este hecho.

— E-Esto... ¿Creo que iba aquí? — dijo acercándose a una columna de madera magullada. ¿Hay saqueadores de tumbas o algo por el estilo por aquí? Q-Quiero decir no he visto ningún casco y me parece extraño.

Volvió donde estaba la armadura extendida, a la que ahora le faltaba un brazo. Le dirigió una mirada de preocupación a su acusador, deseando desde el interior que creyera en sus palabras.

«¡Que mi intención no era robar ni mucho menos, joder!»

[Sasaki Reiji]

— E-Esto... ¿Creo que iba aquí? — ¿Era torpe o se lo hacia a propósito?—¿Hay saqueadores de tumbas o algo por el estilo por aquí? Q-Quiero decir no he visto ningún casco y me parece extraño.

Suspiré. No parecía estar allí para robar, y estaba obedeciendo a la parte de re colocar las piezas en su sitio. Envainé la espada, aunque mantuve la mano sobre la empuñadura. Nunca se sabía.

—Eso parece, es lo que he venido a investigar. Y resulta que me encuentro contigo cogiendo piezas de una armadura. Espero que entiendas mis sospechas.

Vamos, lo normal. Si te encuentras a alguien reuniendo las piezas de una armadura, debía ser por que quería llevársela, por que para admirarla no hacia falta moverla de su lugar de reposo.

Ademas, que moviendolas podía cargarselas, que eran reliquias antiguas.

[Himura Ren]

—Eso parece, es lo que he venido a investigar. Y resulta que me encuentro contigo cogiendo piezas de una armadura. Espero que entiendas mis sospechas.— Una gota de sudor frió le recorrió a mejilla cuando le devolvió la mirada a Reiji mientras guardaba su arma

— Y-Ya. A-Aunque si fuera un ladrón, simplemente me las hubiera ido llevando. — dijo alzando un dedo suavemente. — Aunque en ocasiones, se vendería más caro una por completo, que por partes... ¡I-Ignora eso que he dicho! ¡Te prometo que no soy una ladrona!

Alguna de las piezas tal vez no estaban en su lugar correcto, sin mencionar la posición, pero hizo lo que pudo por contentar a su captor en cuanto pudo; dando un largo y tendido suspiro al terminar el trabajo; en parte por su cansancio, pero sobretodo porque no podía quedarse al final con nada.

— Me llamo Himura Ren. ¡Pido perdón de nuevo, no quería molestar ni hacer ningún mal! —respondió desde lo profundo de so corazón.

[Sasaki Reiji]

— Y-Ya. A-Aunque si fuera un ladrón, simplemente me las hubiera ido llevando. — O toda enterita para sacarle mas valor. — Aunque en ocasiones, se vendería más caro una por completo, que por partes... ¡I-Ignora eso que he dicho! ¡Te prometo que no soy una ladrona!

Si claro, lo soltaba así de repente y esperaba que lo ignorara. Por lo menos había puesto las piezas donde estaban, pero quizás era únicamente para despistarme y llevarse algo en cuanto bajará la guardia.

— Me llamo Himura Ren. ¡Pido perdón de nuevo, no quería molestar ni hacer ningún mal!

—Sasaki Reiji, SHINOBI de uzushiogakure. —Que quedara bien clarito que yo NO era un samurái. —Y autoproclamado guardián de estas ruinas.

»¿Puedo preguntarte que trae a un amejin tan lejos de sus tierras?