Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
6/03/2020, 23:06 (Última modificación: 6/03/2020, 23:11 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
La criatura parecía poco inteligente, pero desde luego sus instintos eran bastante mejores de lo que cabía esperar de algo así... En el momento en que la kunoichi trató de hacerle un corte ascendente, esta apoyó su pata en el filo y con una mezcla entre suerte, agilidad y una atropellada pirueta consiguió apartarse de ambos oponentes, cayendo al suelo con las cuatro patas a la vez y mirándoles con los ojos inyectados en sangre. Kisame fue arrastrado hasta la espalda de Ren y eso le alegraba, al menos había entendido que él era muchísimo más útil en la retaguardia que en primera línea de combate, algo que parecía evidente cuando pudo ver que ella misma luchaba usando un Bokken.
El amejin preparó als manos para protegerla en caso de que fuese necesario sin dejar de mirar a la criatura, moviéndose hacia el lado izquierdo, de tal forma que entre ambos shinobis formasen un ángulo de cuarenta y cinco grados teniendo a la bestia como vértice. No quiso atacar ni actuar, simplemente estaba preparado para defenderla... Había visto que si él atacaba ella no podría ya que seguramente la dañase a ella también, y eso era una jodienda.
-Yo te cubro, esta vez sí... -Se limitó a decir sin perder de vista al animal quimérico.
El animal abrió la boca hacia arriba, comenzando a acumular un extraño chakra de color negro y blanco en ella. Poco a poco, una macabra, densa y oscura esfera de energía comenzó a formarse allí, delante de su boca. El animal se hundía ligeramente en la tierra a medida que esto sucedía... No fue sino cuando terminó de formarla que la lanzó hacia adelante con suma velocidad. No era demasiado grande, pero lo suficiente como para que si no se movían de allí les impactase de lleno tras explotar.
¤ Bandana Ninja
¤ Portaobjetos básico
¤ Kemuridama, Bomba de humo (3)
¤ Comunicador básico
¤ Hilo shinobi
- PV:
110/150
–
- CK:
110/150
–
- Daño provocado: Posibles 40 PV por la Gebijūdama.
- Acciones ocultas: 0
¤ Gebijūdama ¤ Esfera de Bestia con Cola Menor - Tipo: Ofensivo - Requisitos: - - Gastos: 24 CK - Daños: 40 PV - Efectos adicionales: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones:
La bomba ocupa 0.4 metros de diámetro, y la explosión abarca 4 metros de tamaño.
El láser ocupa de ancho el doble de la esfera y el doble de la explosión hacia delante.
La Gebijūdama es una versión más débil de la técnica definitiva de un bijū. Para formar el ataque, el usuario concentra chakra positivo negro y chakra negativo blanco, lo reúne en una esfera y lo comprime dentro de su boca. El chakra necesita ser balanceado en una proporción 8:2, respectivamente, o será contraproducente. Para finalizar, puede dispararlo en forma de una enorme explosión de energía hacia delante en proporción a su tamaño o en forma de bala de color oscuro que provoca igualmente una enorme explosión al impactar contra algo. La Gebijūdama es increíblemente densa y pesada, y el Gebijū se puede ver hundido en la tierra en el proceso de creación. Usada cerca de otros Gebijū u otros bijū, puede ser combinada aumentando drásticamente su tamaño y su poder destructivo.
Sus fauces se abrieron, todavía encharcadas y pegajosas por la sangre y carne que debió haber devorado momentos antes de que se cruzasen; o tal vez era una fuerte salivación debido a la presencia de nueva comida. Momentos despues, comenzó a aglomerarse una violenta esfera de chakra, que poco a poco empezó a ganar tamaño.
— ¿¡Q-Que es eso!? — gritó atemorizada ante la presión invisible que estaba comenzando a generar en su boca la critaura.
E instantes despues, con sus patas suavemente incrustadas en la tierra, lanzó aquel proyectil directo hacia ellos. Tal vez no tuviera la velocidad, o la capacidad de reacción necesarias para poder evitar que la alcanzase, pero tampoco pensaba quedarse de frente a recibir un golpe directo. Ya había aprendido aquella lección tiempo atrás. Se abalanzó contra el suelo, con la esperanza de que le pasara por encima, soltando sin querer su bokken por error y quedando este un par de metros alejado de ella.
12/03/2020, 03:22 (Última modificación: 14/03/2020, 14:55 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
Nunca jamás había visto algo como eso. Desde luego, no pudo evitar quedarse perplejo mirándolo durante unos instantes que parecieron horas... El oscuro chakra que escupió desde su boca parecía apelmazarse en un remolino macabro que giraba, giraba y giraba... Más pronto que tarde, la pequeña esfera se acercaba a ellos rápidamente y sin control. No tenía muchas opciones, así que comenzó a preparar una defensa: tigre, liebre, jabalí, perro... Dejó caer sus hombros hacia adelante y dobló sus rodillas hasta que estas tocaron el suelo. Con un rápido movimiento y mirando hacia adelante posó ambas palmas en la hierba y la tierra comenzó a retorcerse frente a él.
-Doton: Doryūheki -Exclamó apático a pesar de lo crítico de la situación.
La tierra que se había quebrado y retorcido comenzó a prensarse y a formar una gruesa pared pétrea que se levantó ante sus ojos entre crujidos y potentes ruidos. La esfera se acercaba rápidamente. El genin no pudo ver donde estaba su compañera, estaba bastante concentrado en usar su chakra para formar aquella defensa que esperaba que fuese suficiente, aunque en aquel momento no se lo cuestionaba, solo lo deseaba. La explosión que vino fue quizás la mas violenta que el pelinegro hubiera vivido nunca. La gruesa roca se quebró ante él y la onda expansiva consiguió arrastrarle con la espalda pegada al suelo un metro más o menos. Ren no había tenido tanta suerte. Su idea de tumbarse en el suelo habría servido quizás para paliar un poco los efectos de la onda expansiva pero en ningún caso se había librado, más bien le había dado de lleno, no obstante, quizás por un golpe de suerte, su bokken quedó a escasos centímetros de ella.
No pensó demasiado, solo se levantó jadeante mientras se encaminaba hacia su posición. no estaba seguro de si se podría levantar o de si estaría bien, pero de lo que si estaba seguro es de que no podía protegerla ahora, estaba cansado y necesitaba que se levantase para continuar la pelea. Observó como aquella bestia se acercaba a ellos con gesto ansioso, no parecía que se lo fuese a poner tan fácil...
¤ Bandana Ninja
¤ Portaobjetos básico
¤ Kemuridama, Bomba de humo (3)
¤ Comunicador básico
¤ Hilo shinobi
¤ Doton: Doryūheki ¤ Elemento Tierra: Muro de Estilo Tierra - Tipo: Defensa - Rango: B - Requisitos:Doton 20 - Gastos:
16 CK
(Doton 40) (multiplicable x2)
(Doton 60) (multiplicable x3)
(Doton 80) (multiplicable x4)
(Doton 100) (multiplicable x5)
- Daños: - - Efectos adicionales: Defiende 40 PV - Sellos: Tigre → Liebre → Jabalí → Perro - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: La barrera mide 2 metros de ancho y 3 de alto (aumenta con la multiplicación)
El usuario crea una pared sólida de tierra como forma de defensa. El ejecutor de la técnica puede convertir su chakra en tierra dentro del cuerpo y escupirlo para formar la barrera, o manipular la tierra frente a él con el mismo objetivo. Entonces, la tierra se levanta y se endurece de forma casi instantánea, protegiéndolo. Dadas las propiedades especiales de la tierra, la pared es altamente resistente al agua, pero es débil a ataques de elemento rayo. Los usuarios pueden personalizar la apariencia de la barrera, a efectos totalmente interpretativos.
- PV:
110/150
–
- CK:
130/150
–
- Daño provocado: 40 PV por la Gebijūdama (Ren)
- Acciones ocultas: 0
14/03/2020, 12:33 (Última modificación: 14/03/2020, 12:40 por Himura Ren. Editado 1 vez en total.)
Y antes de siquiera poder tocar el suelo, Ren recibió el impacto de lleno, aquella situación comenzaba a ser familiar, arrojandola varios metros hacia atrás hasta parar con algún árbol. Si hubiera reconocido la técnica de Kisame, seguramente no hubiera dudado en buscar una posición defensiva tras él, pero en aquel momento pensaba que se trataría de otra ofensiva por si la kunoichi se veía desprotegida tras lanzar un ataque.
Extendió la mano aterrada, para poyarse en su bokken a la hora de reincorporarse; la respiración de Ren se agitó fuertemente debido a la conmoción del impacto. Sabía que aquella no era una situación normal, y que debía andarse con ojo, pero no esperaba aquello.
— M-Maldita sea... ¿Q-Que es esa cosa? — dijo temblando en el mismo sitio, sin poder moverse, mirando horrorizada a aquel ser.
14/03/2020, 16:18 (Última modificación: 14/03/2020, 16:21 por Taka Kisame. Editado 3 veces en total.)
Parecía afectada. Desde luego no se había estudiado bien las técnicas de tierra en la academia. A veces le costaba comprender que no todos los genin tenían sus mismas capacidades mentales y de memoria. Tenía que comenzar a combatir sin depender de ella, no era la primera vez que se quedaba paralizada sin hacer absolutamente nada cuando la bestia les daba tregua. Parecía que solo reaccionaba cuando había un ataque directo, y seguir así solo haría que se desgastasen de forma inútil y acabasen vencidos por el cansancio que les produciría la batalla. Si bien era cierto que en aquella ocasión debía estar completamente dolorida... Alguien como el Taka siempre exigía más a los demás de lo que realmente podían dar, incluso a sí mismo, y no toleraba las debilidades de ningún tipo, y mucho menos las suyas.
Corrió alrededor de la bestia. No era fuerte, eso estaba claro. No era rápido, al menos no mas que cualquier ninja de academia. Pero estaba claro que su correr era mas veloz que el caminar de la quimera que amenazaba babeante con asesinarles. Intentó colocarse a un costado, cerca de las rocas que antes había roto él mismo. Quizás si conseguía ponerlas de por medio entre él y la criatura, a esta se le complicase aún mas atacarles.
-¡Necesito una distracción! ¡No podemos quedarnos parados como idiotas! -Exclamó con los ojos fijos en la bestia, al tiempo que preparaba una técnica ofensiva contra la criatura.
Era sencillo, si Ren conseguía distraerla el le daría de lleno con la única técnica ofensiva que conocía. Sabía de sobra que eso le dejaría bastante cansado, pero parecía que no tenían ninguna otra opción y algo le decía que desgastarla era la peor de las ideas. Había demostrado tener una capacidad ofensiva mucho mayor de lo que el podría llegar a defender. Miró fugazmente a su compañera, esperando a que reaccionase y le ayudara, no obstante, la criatura comenzó a correr hacia Kisame, el mordisco sería inminente.
Si se quedaba de brazos cruzados, Kisame sería violentamente dañado y poco después ella seria la siguiente. Una vez ya en pie, se llevo una mano al costado mientras con la otra sostenía su arma de madera. ¿Y después de ellos? La aldea entera seguramente, y todavía quedaba por saber que cojones parecía ocultar aquel pastor.
— ¡Me cago en todo, joder! — agarró el bokken con ambas manos, y comenzó la carrera contra aquella bestia, buscando golpear el cuello para evitar que Kisame saliera dañado.
«Si quiere una distracción puedo volver a usar el Iaido: Nikko; puede que funcione una segunda vez, pero dudo que una tercera. » pensó tras lanzarse de cabeza a golpearlo.
17/03/2020, 00:01 (Última modificación: 17/03/2020, 00:04 por Taka Kisame. Editado 3 veces en total.)
Ahora habían pillado por el cuello a aquel engendro. A pesar de que el pelinegro aún no había recibido ningún rasguño, Ren se había llevado la peor parte y estaba siendo una pelea que, aunque controlada, no les había dado cuartel, o al menos no demasiado. El gebijuu estaba tomando toda su atención en él, y no podía dejar pasar la ocasión para lanzar la mejor ofensiva de la que era capaz. El bokken golpeó su cuello y consiguió hacerlo desequilibrarse, la situación comenzaba a ponerse de su lado, por fin.
Enlazó los archirepetidos sellos que conocía para atacar. Quizás un bago recurso pero sin duda eficaz para conseguir estabilizar un poco el combate e inclinar intensamente la balanza en favor de los shinobis de Amegakure. Una vez más, colocó sus manos en el suelo. Esto provocó que la bestia cayera sobre un mar de cuchillas rocosas y le produjera un enorme daño. Claro que Kisame había gastado una enorme parte de sus energías en aquel acto, y aún no sabía si aquello sería determinante para acabar con ella.
La criatura, temblorosa aulló de dolor mientras unos hilos de sangre comenzaban a hacerse evidentes en su cuerpo. Estaba herida de gravedad, de eso no cabía la menor duda...
¤ Bandana Ninja
¤ Portaobjetos básico
¤ Kemuridama, Bomba de humo (3)
¤ Comunicador básico
¤ Hilo shinobi
¤ Doton: Retsudo Tenshō ¤ Elemento Tierra: Desgarro de Palma de la Tierra Retorciéndose - Tipo: Ofensivo (contundente) - Rango: C - Requisitos:Doton 10 - Gastos:
12 CK
(Doton 20) (multiplicable x2)
(Doton 30) (multiplicable x3)
- Daños: 20 PV - Efectos adicionales:(Doton 80) La tierra puede romperse en parábola, aunque sólo alcanzará su radio máximo cuando se encuentre a 3 metros del objetivo. - Sellos: Jabalí → Buey → Sello específico de la técnica - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones:
La técnica avanza 3 metros, y goza de 1'5 metros de anchura (multiplicado x1)
La técnica avanza 5 metros, y goza de 2'5 metros de anchura (multiplicado x2)
La técnica avanza 8 metros, y goza de 4 metros de anchura (multiplicado x3)
Tras la realización de los sellos, esta técnica causa que la tierra frente al usuario se retuerza sobre sí misma, rompiéndose, desequilibrando a los adversarios y causándoles daños debido a las rocas puntiagudas y a la gravilla. Cuanto más chakra se añada a la habilidad, más grande será la destrucción del terreno y más dañina sobre los oponentes.
Otro repetido, pero no nuevo ataque de Kisame terminó por prácticamente decantar la batalla entera. La dañada criatura se quejaba temblorosa, y gimiendo de dolor a la vez que su sangre abandonaba el cuerpo por múltiples zonas de este. Con respiración agitada, y todavía en pose de combate, Ren se acercó hasta Kisame con pasos laterales lentos, sin perder de vista al magullado Gebijuu.
— ¿Q-Que hacemos? Parece estar sufriendo... — respondió con duda en su tono.
Hace unos instantes casi la mata aquella químerica criatura; aún con lo desagradable que podía incluso ser a la vista, y tras que intentara devorarles, no podía evitar sentir pena por ella cuando comenzó a lloriquear como si pidiera clemencia y ayuda. ¿Que era aquel ser ahora mismo, aparte de un magullado y apaleado animal?
— N-No podemos dejarlo suelto. Podría volver a generar un gran caos... — añadió para tragar saliva; a sabiendas de cual podría ser la única opción.
Jadeaba, era evidente que estaba cansado pero no podía dejarla vivir ahora que estaba debilitada. Ya le había quedado bastante claro que su compañera era alguien muy aprensivo y que no tenía el suficiente valor como para quitar una vida era algo que se podía considerar fácil de suponer viendo como había reaccionado ante aquella extraña carnicería en el redil de las ovejas. Sabía que ella no iba a tomar la iniciativa así que aprovechó aquel segundo de tregua de la criatura herida para volver a atacar una vez más con lo mismo. Era repetitivo, pero no conocía ninguna otra forma de atacar, al menos por ahora. No dejaba de ser un novato...
-No podemos dejarla vivir, sería un suicidio... -Dijo sin apartar la vista del gebijuu.
Empezaba a tener los dedos entumecidos de tanto hacer losmismos sellos una y otra vez y lo cierto es que casi todo el terreno a su alrededor estaba destrozado. Quizás consecuencias colaterales o que aquel genin no sabía pelear sin destrozar todo a su alrededor... Un inconveniente más que otra cosa, pero no había mas opciones. Realizó por enésima y esperaba que última vez la técnica de tierra que conocía a modo de ofensiva. La tierra sobre la criatura ya estaba rota, así que aquello simplemente fue un remate, Una larga roca se clavó en su costado y... Se quedó inmóvil. Kisame cayó de rodillas y se la quedó mirando. Estaba cansado, pero Ren necesitaba atención médica inmediata...
¤ Bandana Ninja
¤ Portaobjetos básico
¤ Kemuridama, Bomba de humo (3)
¤ Comunicador básico
¤ Hilo shinobi
¤ Doton: Retsudo Tenshō ¤ Elemento Tierra: Desgarro de Palma de la Tierra Retorciéndose - Tipo: Ofensivo (contundente) - Rango: C - Requisitos:Doton 10 - Gastos:
12 CK
(Doton 20) (multiplicable x2)
(Doton 30) (multiplicable x3)
- Daños: 20 PV - Efectos adicionales:(Doton 80) La tierra puede romperse en parábola, aunque sólo alcanzará su radio máximo cuando se encuentre a 3 metros del objetivo. - Sellos: Jabalí → Buey → Sello específico de la técnica - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones:
La técnica avanza 3 metros, y goza de 1'5 metros de anchura (multiplicado x1)
La técnica avanza 5 metros, y goza de 2'5 metros de anchura (multiplicado x2)
La técnica avanza 8 metros, y goza de 4 metros de anchura (multiplicado x3)
Tras la realización de los sellos, esta técnica causa que la tierra frente al usuario se retuerza sobre sí misma, rompiéndose, desequilibrando a los adversarios y causándoles daños debido a las rocas puntiagudas y a la gravilla. Cuanto más chakra se añada a la habilidad, más grande será la destrucción del terreno y más dañina sobre los oponentes.
Antes de siquiera poder mediar otra palabra, Kisame volvió a repetir los mismos sellos; por un momento Ren intentó detenerlo pero no pudo ni dar un paso para que los afilados trozos de roca salieran del suelo atravesando la carne de la quimera poniendo fin a su vida. La sangre brotaba lentamente ahora por todas las esquirlas, y Ren no perdía ojo de ella, alzó la mirada un momento al ser que ahora permanecía inmóvil con la boca abierta, y tuvo que desviara al instante, llevándose una mano a la boca por una acontecida arcada.
— S-Si... Estaré bien — cerró los ojos queriendo pensar que todo aquello era solo un mal sueño, que despertaría entre las sabanas de su cálida cama. Pero no era así, era la cruda realidad. — ¿Y-Y ahora que hacemos? — miraba en una ocasión de reojo el cadáver pero al momento desviaba sus ojos hacía Kisame; no le había dejado opción a debatir que deberían hacer. Pero, ¿había siquiera otra opción? pensó mordiéndose el labio inferior.
Se levantó con dificultad y miró a su compañera. Aquello había pasado, al menos por el momento. Caminó dando pequeños tumbos hasta que se acercó a ella y le puso una mano en el hombro, ayudándola a darse la vuelta para que no viese la escena. Sabía por la reacción que había tenido antes que aquellas situaciones no le gustaban. Parecía una chica bastante aprensiva, y aunque él mismo viese aquello como un fallo garrafal apra un ninja, seguramente tuviera sus razones. Si, el era tajante, pero siempre y cuando alguien en tu equipo pueda hacer lo que tú no, no debería de haber ningún problema, aunque como individuo seas relativamente incompetente por no ser capaz de finalizar tu trabajo.
-Ya está. No había opción a dejar que lamiera sus heridas y volviera... -Dijo mirándole fijamente, aunque no se encontrase sus ojos -Tenemos que informar al pastor y que él mismo se encargue de limpiar esto. Yo no podría y no estoy dispuesto a que tú lo hagas. Ya bastante hemos hecho... Además, tú necesitas atención médica inmediata, te has llevado la peor parte -Continuó, comenzando a caminar hacia adelante esperando que ella le siguiera -Creo que hemos tenido suerte, esa bestia podría haber hecho mucho más que esto, incluso tenía poder para asesinarnos a los dos. Amenokami nos ha brindado al menos un día mas de vida, siéntete feliz por ello. Por cierto, has estado fantástica -Terminó.
Quizás un halago como ese era algo tan poco común en él que no se repetiría jamás y quizás se saliese un poco de su modus operandi habitual, pero al menos había demostrado que era valiente cuando la situación lo requería, y a pesar de tener grandes problemas como shinobi, aquello había hecho que se ganase el respeto que había perdido al mostrarse tan pasiva en combate. No todos nacen aprendidos y quizás ella tuviese que trabajar algunos aspectos sobre su frialdad ante determinadas situaciones, pero tenía un buen corazón, y esa era la principal virtud que Kisame valoraba sobre cualquier otra. Todo lo demás se podía solucionar con entrenamiento y experiencia, pero las buenas intenciones son algo innato, o se tienen, o no se tienen.
Asintió ante las palabras de Kisame, en especial cuando menciono la asistencia medica, no pudo evitar llevarse la mano al pecho a modo de comprobación. Su ropa estaba algo magullada, y por suerte mientras pasaba la mano por varias zonas de su propio torso; no notaba un dolor en exceso, aunque sí algo palpitante. La respiración no le fallaba, y poco a poco volvía a ser regular, por lo que comenzó a sentirse aliviada pese a estar cruzando el campo de cadáveres ovinos.
— Gracias... Pero está claro que me faltaba bastante práctica. Literalmente ha sido la primera vez que he combatido. — dirigió un vistazo a su mano derecha, tras haber enfundado su bokken; pasó la mano por su propio labio, y pudo ver restos de sangre en ella, pero no eran de la béstia. — Sabría que habría diferencia entre un entrenamiento y un combate real, pero esto... Esto ha sido demasidado. — jámas se hubiera podido imaginar, que su primera pelea real, será contra un ser tan dantesco. — Ese puto granjero nos debe una BUENA explicación.
Caminaron lentamente hacia la cabaña de aquel pastor. Kisame también quería escuchar qué tenía que decirles aquel hombre de dudosa fama acerca de aquella quimérica bestia que no había terminado con su vida por razones que solo el mismísimo Amenokami habría podido saber. Al menos la chica reconocía sus faltas y eso le agradaba. Quizás ella fuese un claro ejemplo de que el pelinegro tendría que ablandarse un poco con los demás e incluso consigo mismo. No es que el fuese perfecto, de hecho, tenía grandes problemas en varias áreas, pero darle tiempo para el aprendizaje a un novato era algo que hasta el más duro de los shinobi permitía, excepto el cascarrabias narcisista de Ichiro. Tal vez su padre no tuviese razón en todo después de todo. Ren le había demostrado gran valor y bondad en contraposición a su inexperiencia. ¿Debía valorar pues sus capacidades? Si se judgase a los peces por su capacidad para trepar a los árboles resultarían todos unos ineptos... ¿No?
-Yo tampoco me esperaba algo así, aunque si te soy sincero... Cuando mi compañero decidió no rastrear eso empecé a sospechar que estábamos en graves problemas. Por suerte todo ha salido bien, eso si... Ese pastor nos debe una explicación, coincido contigo -Admitió en su camino hacia la casa del pastor.
Nuevamente los perros comenzaron a ladrar. Al fin y al cabo eran guardianes y, a pesar de ser un trocito de pan en el fondo, era su instinto. No obstante, una vez que los olieron parecieron reconocerlos en parte y se calmaron en gran medida. Ante los ladridos, el susodicho pastor salió a la puerta de su cabaña con gesto sorprendido y un poco asustado, mirándoles incrédulo sin saber qué decir. Ahí estaba, plantado en el umbral como un pasmarote.
Los perros alertaron la llegada de ambos shinobis; Ren caminaba con un paso torpe, dolorida con una mano ahora sobre el costado, utilizó además su bokken a modo de muleta, para no entorpecer la marcha. Lo único en lo que debería pensar, es en que no tuviera un hueso partido o algo peor; pero empezaba a nublarse su juicio por el dolor; cuando estuvieron más cerca, aquellos caninos se calmaron, apoyándose sobre las vallas y moviendo la cola en gesto de felicidad por volver a verlos, pero la kunoichi de la lluvia no pudo evitar esbozar un gesto de desagrado hacia estos, que seguramente no comprenderían.
— Sea lo que sea, deberíamos seguramente informar a la Arashikage cuando volvamos; si hay más bestias como aquella deambulando por aquí... — poco después, el hombre que les había metido en aquel aprieto, salió de su cabaña, visiblemente pasmado. — Tú... ¡Pedazo de cabrón! ¡Nos debes una explicación!
Estaba claro que había traicionado su confianza; Ren destacaba por dar el beneficio de la duda, que todo el mundo podría equivocarse, pero parece que había comenzado a heredar la intolerancia de Oda por las traiciones y las mentiras.
El hombre pareció estremecerse ante el improperio de la shinobi de la lluvia. Si, a pesar de que fuese una niña y no tuviese ningún aspecto amenazador, no dejaba de ser una autoridad en casi cualquier parte del país. El hombre avanzó con la cabeza gacha hacia ellos. Parecía no atreverse a mirarles a la cara, estaba asustado, pero era de ellos. Kisame le observaba inquisidoramente. Aquel tipo debía saber más de lo que les había dicho, parecía que quería quitarse el marrón de encima y había visto en ellos una ayuda para que su rebaño dejase de ser diezmado. El hombre, finalmente se atrevió a mirar a Ren levemente y comenzó a hacer reverencias de disculpa, exage´randolas bastante.
-Disculpe, disculpe shinobi-senpai... Yo... yo solo quería librarme de la amenaza, no sabía cuan fuerte era... Yo solo soy un pastor... Yo so... Trataba de decir, pero el pelinegro le interrumpió con voz severa.
-Un mentiroso. Si no hubiese contado falsos testimonios con anterioridad el pueblo hubiese avisado de su desgracia a Amegakure y posiblemente le habrían mandado a unos shinobis capacitados. ¿Se da cuenta de la magnitud de esto? Mi compañera ha estado a punto de perder la vida. Y yo mismo, gracias a Amenokami he salido ileso... ¿Realmente cree que dos genin estaban capacitados para enfrentarse a esa cosa? -Sentenció mirándole con rabia.
El hombre se alejó unos metros, parecía no saber que decir. Lo cierto es que de no haber sido por ellos, posiblemente su rebaño hubiera muerto, por completo. No obstante, aquello se podría haber resuelto rápidamente con una carta a Amekoro-sama. Kisame avanzó hacia el hombre y miró a Ren. Sabía que ella quería intervenir, pero antes...
-Quiero que se encargue personalmente de que Himura-chan esté en condiciones para volver a Amegakure, tenemos que informar de esto -Dijo, volviéndose hacia ella por si quería añadir algo. Si, había utilizado ese honorífico... ¿Por qué?