(D) Como perro mojado

[Himura Ren]

No pudo evitar esbozar una sonrisa cuando este fue detrás de aquel objeto; tal vez por haber acertado o puede que fuera simplemente por ver que la estampa era realmente adorable. Aunque su sonrisa se tornó en preocupación al ver como se tropezó, fue a socorrerlo pero rápidamente se puso en pie y recogió el objeto lanzado. Suspiró aliviada al ver que todo había quedado en un susto; se acercó hasta una distancia prudencial, y pese a que parecía tener unos deseos irrefrenables de seguir jugando, su desconfianza era aún mayor que esas ganas.

— Y yo ahora que hago contigo... — se llevó una mano a la cara, apretándola contra su mejilla, intentando pensar en que podría hacer.;tal vez intentara seguirla, pero aquello no era certero y podría aprovechar para marcharse. Volvió a suspirar entre apenada y algo agobiada sin saber bien que hacer, dejando su otra mano estirada sobre la rodilla mientras seguía en cuclillas.

[King Roga]

El perro soltó la vara, y empezó a ladrar de nuevo a la kunoichi. ¿Qué era exactamente lo que quería? El perro parecía no ser tan desconfiado de los humanos. ¿Cómo es que había terminado en la calle? Claramente esta sucio y pasaba hambre, ¿algo le ocurrió a sus antiguos dueños? Era un animal muy pero muy travieso. Ya le había hecho la jugada con la bolsa de comida, pero no le bastaba esa jugarreta para quedarse tranquilo.

Al ver la inactividad de la kunoichi, perro parecía estar perdiendo el interés. El movimiento alegre de la cola se fue apagando, hasta que finalmente se sentó y luego se recostó, haciéndole ojitos a Ren.

[Himura Ren]

— N-No... N-No me hagas eso... — dijo con voz temblorosa, viendo los ojos llorosos acompañados de gimoteos; se vio más que forzada a intentar acariciarlo, extendió la mano y gateó solo un par de centímetros hacía el animal.

Aquella cara angelical era casi una tortura; un cachorro que seguramente tendría un par de meses la estaba tentando y ella no podía oponer resistencia ante el canino. Desde luego la capacidad para evitar ser tentada y su entereza, era algo que necesitaba mejorar más pronto que tarde, si hasta un perro así podía engatusarla.

[King Roga]

Pero el perro al ver que la chica se acercaba para tocar su frente se incorporó de golpe, tomó el palo y retrocedió nuevamente dejando de lado totalmente su carita triste para pasar a una más alegre. Casi se podría decir que estaba tratando de verle la cara de tonta, pues al menos el animal se estaba divirtiendo mucho al incomodar a la chicha con sus juegos.

Volvió a agitar la cola mientras mantenía la vara en su boca, dando vueltas en círculos ahora delante de ella comos si quisiera que lo persguiera.

[Himura Ren]

Confundida se alzó, apoyándose en sus propias rodillas y quejándose soltando un quejido al haberse quedado sin ideas. Si seguía jugando con el durante un buen rato, a lo mejor se acababa cansando y podía cogerle, o tal vez se encariñaba de ella y dejaba de verla como una amenaza. Avanzó lentamente hacia él, para intentar arrebatarle el palo con seguramente ningún resultado; si conseguía arrebatárselo, se lo mostraría agitándolo hacía los lados como si fuera una golosina para tentarlo, y después volver a lanzarlo, siguiéndole el juego.

[King Roga]

La kunoichi tomó desprevenido al perro, logrando quitarle el preciado palo al perro. El pobrecito ahora lucía enojado y ladraba nuevamente a la chica, aunque sin duda alguna aquella fiera no hacía más que lucir tierna con su carita de rabia. Rápidamente corrió hasta ella y le pegó un cabezazo en uno de los tobillos solo para luego ponerse a dar vueltas alrededor de ella. ya de últimas, empezó a juguetear y mordió suavemente su tobillo, pero sin la fuerza para llegar a lastimarla en realidad.

[Himura Ren]

— ¡Oh, no! ¡Socorro que alguien me ayude! — bramó con suavidad cuando este comenzó a ladrarle para después placarla contra su pierna. Comenzó a reír cuando este dio vueltas una y otra vez sobre ella, para después intentar morderla con una débil fuerza en sus mandíbulas. — Jeje, eres mío pequeñin — aquel era el momento perfecto; parecía del todo confiado en su poderío y Ren no dudó un instante en echarle el guante al animalito, para alzarlo con las manos extendidas y verlo de aquella forma mejor.

[King Roga]

El perro, finalmente agotado o aburrido de molestar, se terminó dejando atrapar y cargar por la muchacha. El perro empezó a olfatearla de cerca y parecía rebuscar entre las ropas de la muchacha. ¿Se le habría pegado algo del olor? Quizá el tiempo en aquel callejón le había terminado tapando la nariz por el mal olor, pero por lo menos se podría decir que el suplicio había terminado al tener a aquel pequeñin finalmente entre sus brazos.

El perro ciertamente estaba muy inquieto, más por las ganas de jugar que por otra cosa, que sin duda era el más enérgico y peludo de todos los animales que había encontrado hasta ahora.

[Himura Ren]

Suspiró largo y tendida, al tenerlo de una vez entre sus manos. Lo acercó a su pecho, colocándole boca arriba para acariciarle bajo la mandíbula en gesto de felicidad.

— Buff que día más agotador. No me quiero ni imaginar como deben de ser las misiones de varios días; o incluso meses — comenzó entonces su camino de vuelta a la clínica, con el cachorro entre sus brazos asegurado.

Intento esquivar en la medida de lo que pudo la lluvia, pasando bajo tejados, cornisas que sobresalían y un largo etcétera para que el cachorro no pillara más frio del necesario; bastante trabajo tenia Kagara ya como para llevarle otro perro enfermo pensó. Durante el trayecto lo acariciaría y juguetearía con los dedos, dejando que le mordiera y revolviéndole la cara mientras reía.

[King Roga]

El cielo se oscureció, pues la tarde finalmente caía y el sol se escondía tras las perpetuas nubes.Al llegar a}de nuevo a la clínica, encontraría a Ryogaku echado y dormido en la entrada. El piso estaba un poco sucio, que aparentemente alguien había estado caminando por ahí con los zapatos mojados. En los recintos, algunos cánidos ladraban alegres y otros estaban lo suficientemente dormidos. Al fondo del pasillo yacía Karaga desparramada sobre un banco, lucía bastante cansada y sudada.

—¿Oh? ¡Finalmente has vuelto! — Quiso mostrar su sonrisa enérgica, pero en ese cuerpo ya no había demasiadas fuerzas al punto que le era difícil hacer una mueca. —He terminado de darles un buen baño a todos los demás inquilinos, además de de algunos cortes de pelos y por su puesto los tratamientos médicos requeridos... Algunos necesitarán más tiempo para recuperarse, pero gracias a ti mi único trabajo será cuidarlos acá en la clínica hasta que pueda encontrarles un hogar — Lucía satisfecha pero fatigada, cerró los ojos y dejó los brazos colgando en la silla.

—Perdón si no puedo recibirte a ese pequeño como se debe, uff, ha sido día duro...

[Himura Ren]

— Oh, no te preocupes. Además seguro que este pequeño no te dará mucho la vara después de haber jugado tanto con él — dijo volviendo a hacerle varias caricias al cachorro por el pecho y la cabeza. — Ha sido un placer ayudarla en todo lo que he podido Kagara-dono. Aunque creo que más me has ayudado tú; sobre todo con aquella orden, no hubiera podido pegar ojo en toda la noche sabiendo que aquel pobrecito estaba sin ayuda... — añadió con un tono apenado, para luego soltar una risa nerviosa.

>>Hubiera intentado cometer una locura de no haber podido hacer nada

[King Roga]

Y Karaga, río nerviosa.

—¿Crees que no lo sabía? De hecho, he de confesar que quién ha cometido una locura he sido yo—. La mujer se tomó un tiempo para respirar. Luego de dejar como nuevos a todos los animales, era irónico que ella terminase totalmente en fachas. —La orden que te di ya había perdido validez. Ciertamente era original pero la fecha no coincidía. ¿En serio crees que me iba a dar tiempo de ir hasta el edificio de la Arashikage para solicitar la autorización con todo el trabajo que tengo aquí? No te lo dije en su momento porque no sabía como ibas a actuar, así que opté por esconder ese detalle para que no estuvieses nerviosa y pudieses actuar naturalmente sin dudar al presentarla.

La veterinaria echó a reír, pero acalló para no despertar al doberman.

—Perdón, perdón. Pero a veces la gente solo se enfoca en el sello y no en los pequeños detalles, así que calculé que iba a funcionar — Suspiró nuevamente con alivio.

La kunoichi más experimentada observó al pequeño canino que Ren aún sostenía en brazos, y sonrió condescendiente.

—¿Sabes? Te prometí que te iba a dejar quedarte con uno de los animales que atraparas, pero creo que ese pequeño te ha atrapado a ti — Señaló al pequeño canino, el cuál tenía la lengua de fuera y giró la cabeza al no entender lo que estaban diciendo.

La mujer se puso en pie y trató de peinarse un poco.

—Déjamelo a mí, estará como nuevo mañana a primera hora — Se acercó y extendió los brazos para tomar al pequeño perro negro. —Vuelve mañana al medio día para recogerlo, tendré los papeles de adopción listos y esta vez si serán originales — Se permitió bromear. —Por todo lo demás, FELICITACIONES. Misión cumplida, Himura Ren.

Objetivo cumplido. Ren obtiene un perro nuevo (?). Puedes realizar un último post si así gustas, ¡yo procederé a solicitar la experiencia!