[AU: Blooming Lotuses]

[Himura Hana]

— Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah eso. Esa arpía no dejaba de molestarme, solo quería devolverle un poco de su propia medicina ¡Pero de todas formas, menuda rata chivata de mierda; anda que le ha faltado tiempo para correr a decirtelo! Mira; no hicimos nada, solo me estaba quedando contigo... Aunque tampoco pareció importarte

— ¡Ya sé que no hicimos nada! — lo cierto es que había dudado bastante aquellos días — Pero eso ahora no importa, ¡no puedes ir diciendo esas cosas de la presidenta del consejo estudiantil! Mira, no sé qué ha pasado entre Ai y tú, pero no me metáis a mí en vuestros lios, ¿vale?

Suspiró, llevandose la mano al pelo para arreglarse unos mechones que se le habían puesto en medio de la cara por culpa de Ren.

— Ahora, ¿podemos tener un día tranquilo? Ir a clase, no hacer ningún alboroto más, no decir lo que pasa en nuestra cama y ya. — se percató de como lo había planteado y levantó la mano, llevando el dedo indice a los labios de Ren. — ¡No quiero oirlo!

Enrojeció aún más pero se giró rápidamente para volver al edificio principal a toda prisa.

[Himura Ren]

— Ahora, ¿podemos tener un día tranquilo? Ir a clase, no hacer ningún alboroto más, no decir lo que pasa en nuestra cama y ya. — Ren fue directa a soltar otra de sus burradas, pero Hana la calló poniendo un dedo contra sus labios. — ¡No quiero oirlo!

Rio levemente, y la siguió; por fin se había librado de la mochila de kendo y las clases estarían a punto de comenzar las clases.

Estaría tan absorta en sus pensamientos, pensando tanto aquella chica que la había puesto con tantísima facilidad en su sitio; pero también en el finde semana. Fijando la mirada en ocasiones en la cabellera rubia de su hermana, lo fragil y dulce que estaba bajo aquella fuerte tormenta. ¿Se comportaba así en todas las tormentas? El cielo se veía realmente despejado aquella mañana, y no dejaba de preguntarse cuanto tiempo más pasaría para volver a ver aquella faceta suya.

[Himura Hana]

Ambas fueron hasta su aula, que ya empezaba a llenarse de gente. Hana fue hasta su sitio y se sentó con toda su elegancia, dejando a un lado con cuidado la bolsa con los bentos. Sacó una libreta y un estuche y esperó pacientemente al profesor.

Las horas pasaron al igual que los profesores, aparte de hacer una prueba de nivel de matematicas no hubo nada más especialmente relevante. De momento solo repasaban contenido ya dado otros cursos para asegurar que todos sabían de lo que se hablaba. Llegó la hora de comer y toda la clase se dispersó, como una manada de cebras al oír un rugido, cada cual tiró para un lado.

Algunos alumnos preferían pedir la comida de la cafetería directamente, otros se traían algo preparado de casa y los más valientes vivían de lo que sacaban de las maquinas expendedoras, que eran poco más que sandwiches y aperitivos varios. Sin embargo, Ren tenía bento, o eso creía ella, había visto a Hana prepararlos la noche anterior, antes de ir a ducharse.

También recordaba perfectamente que la rubia llevaba ambos bentos en una bolsa. Para cuando se dio cuenta y levantó la mirada al pupitre de la presidenta. Allí ya no había ni un rastro de ella. ¿Donde estaría Hana? ¿En el comedor? ¿En alguna clase? ¿En el consejo?

[Himura Ren]

Poco a poco la clase se fue vaciando y su estómago sabia que hora se acercaba; fue echar mano en su mochila pero entonces recordó que Hana era quien hizo los bentos el día anterior; dos concretamente, así que en teoría uno era para ella, y por eso no se preocupó de hacerse algo de comer para el día siguiente. Si no, echaría mano de la cafetería de la escuela.

Hana había desaparecido de la clase sin haberse ella dado cuenta, después de un vistazo general otra vez, se levantó para buscarla en el pasillo; pero tampoco la encontró allí. Tal vez hubiera ido a la sala que usaba el consejo para reunirse; así que fue directa allí. Tocaría un par de veces con el dorso de la mano en la puerta, y hubiera o no respuesta, intentaría abrirla.

[Himura Hana]

Ren no recibiría respuesta alguna, pero abriría la puerta igual. La sala del consejo estaba desierta. Era básicamente una sala de reuniones con una enorme mesa rectangular en el centro, un par de muebles a los lados con papeles y libros y al fondo, una puerta que llevaba a un pequeño despacho reservado a la presidenta del consejo.

Antes de dar por perdida a Hana en el consejo, oiría ruidos provenientes de la puerta del fondo. Más que ruidos, si afinaba el oído, era una canción. Si se acercaba más reconocería la canción de obertura de un famoso anime sobre chicas mágicas. Si abría esa segunda puerta, encontraría a Hana con su bento sobre su mesa comiendo mientras veía un anime en una tableta.

[Himura Ren]

Abrió la puerta lentamente, escuchando y viendo perfectamente lo que salía de la pequeña pantalla, pero sin prestar atención suficiente como para saber que es lo que estaba ocurriendo. Era el momento perfecto para devolverle la de la noche anterior y aquella mañana. Anduvo lentamente hasta colocarse tras ella, poniéndose en cuclillas; pasaría los brazos lentamente por encima de sus hombros para abrazarla y susurrarle al oído.

— I-mo-u-to-chan~♪ — aquella vez sonó con aún más rin tintín que las otras veces que lo había pronunciado.

[Himura Hana]

— I-mo-u-to-chan~♪

Hana tragó instantaneamente, tosiendo violentamente un par de veces mientras intentaba parar el anime con una mano. Lo consiguió e intentó girarse, pero era imposible con Ren abrazandola por detrás.

— ¿R-Ren? ¿Q-qué haces aquí? — lo peor no era la presencia de Ren, ni la sorpresa.

Lo peor era ese estúpido cosquilleo que le despertaba la cercanía de su hermanastra. Eso era la respuesta de su cuerpo, su mente le decía una y otra vez que era peligrosa, que no se podía relajar en su presencia. Sin embargo, no intentó deshacerse del abrazo ni de la cercanía de Ren.

[Himura Ren]

— ¿R-Ren? ¿Q-qué haces aquí?— respondió claramente nerviosa.

— ¿Qué pasa? ¿No puedo estar con mi hermanita favorita? — comenzó a acariciarle la cabeza con suavidad mientras con la otra mano, la retenía del abdomen.

Hana, estoy hambrienta

Susurró a su oreja con dulzura, por lo que sentiría cada palabra escapar de sus labios.

[Himura Hana]

— ¿Qué pasa? ¿No puedo estar con mi hermanita favorita? Hana, estoy hambrienta

Se quedó muda, no por lo que había dicho Ren, sino por como lo había dicho. ¿Qué quería decir? No se había podido quitar de la cabeza lo que Ai le había dicho, ¿qué habría pasado aquella noche si ella hubiese estado consciente y consentido? Ren siempre se hacia la dura y la valiente, ¿hasta donde la hubiese llevado? Solo pensarlo hacía que se le nublase la vista del vapor de lo mucho que se le calentaba la cabeza.

Entonces recordó que tenía su bento en la bolsa y se relajó, solo hablaba de comida.

— Tu bento está en la bolsa. — dijo tranquilamente señalando la bolsa que estaba encima de la mesa, a un lado. — Mañana acuerdate de cogerlo y te ahorraras el paseo hasta aquí. — ahora estaba molesta.

Solo había venido a por su comida, ni estar con su hermana favorita ni hostias.

[Himura Ren]

— Tu bento está en la bolsa. — dijo tranquilamente señalando la bolsa que estaba encima de la mesa, a un lado. — Mañana acuerdate de cogerlo y te ahorraras el paseo hasta aquí. — ahora estaba molesta.

— Muchas gracias~ — volvió a responder con el mismo tono, y dándole un beso en la mejilla antes de separarse.

Caminaría solo uno dos pasos con el bento en la mano antes de frenarse en seco; marcharse y dejarla allí era la mejor opción seguramente. Pero eso era lo que no le cuadraba; estaba completamente sola, ni la chica que las recibió en la entrada, ni la petarda peli azul; por lo que decidió hacerle compañia. Retiró suavemente una de las sillas que había frente a un escritorio, y se sentó a disfrutar de su almuerzo.

— Hana-chan... — dijo con voz algo apenada. — ¿Por qué estás aquí sola?

[Himura Hana]

— Muchas gracias~

"¿Muchas gracias?" Hana alzó una ceja. Ren teniendo educación era una de las cosas que la haría decidirse en caso de que alienigenas capaces de copiar físicamente a los humanos se infiltrasen en la sociedad y tuviese que elegir a qué Ren matar. La Ren educada moriría la primera.

Solo asintió, acercandose el dedo indice y el corazón al lugar exacto en que su hermanastra la había besado, sintiendose extrañamente bien. Ren se acercó a la puerta y Hana la dio por perdida, volviendo su mirada a la tableta para volver a darle al play.

Sin embargo, Ren se dio la vuelta de golpe y Hana se paró de inmediato, mirando por el rabillo del ojo lo que hacía su hermana. Se volvió de nuevo, sentándose en una de las sillas del otro lado del escritorio.

— ¿Qué...? — murmuró antes de que Ren se le adelantara.

— Hana-chan... ¿Por qué estás aquí sola?

Aquello la pilló totalmente desprevenida, se quedó mirando a Ren unos segundos. No... no se había burlado, de hecho, incluso parecía preocupada. ¿Qué le estaba pasando a Ren? ¿Se volvía humana cuando tenía el estomago vacio? Aún con la sorpresa en el rostro y en la mente, le contestó.

— Es... raro juntarme con las chicas del consejo, técnicamente soy su jefa, y cada una tiene su grupo de amigas. Yo estoy bien aquí, tranquila. Como mientras veo un capitulo y después me pongo a hacer cosas.

Era raro hablar con Ren de forma civilizada.

— No hace falta que te quedes. ¿No deberías intentar juntarte con Tsuki-san? Estoy bastante segura que ella se junta con las kendokas del año pasado, así conoces a tu club.

No quería echarla, pero tampoco quería que se quedase por pena.

[Himura Ren]

En cuanto mencionó a Tsubaki, desvió la mirada a otro lado, sonrojándose por aquella mención.

— Y-Ya quede con ella después de clase, para ver si puedo entrar en el club — comió un poco, y volvió a observar a Hana. — Total; tampoco mucha gente más, si no me hubiera ido al terrado de la escuela a comer hasta que hubiera sonado la campana; también sola.

Siguió comiendo por otro largo rato, volviendo a agitar los pensamientos en su cabeza; en especial uno por Tsuki. ¿Habría hecho aquello solo para molestarla? ¿De verdad estaba interesada en las chicas? Y de ser aquello último si... ¿Estaba saliendo con alguien? Era imposible tener respuestas de aquello; o tal vez si, Hana la conocía de otros años, a diferencia de ella.

[Himura Hana]

— Y-Ya quede con ella después de clase, para ver si puedo entrar en el club. Total; tampoco mucha gente más, si no me hubiera ido al terrado de la escuela a comer hasta que hubiera sonado la campana; también sola.

Lo cierto es que solo había visto a Ren como una molestia de puertas de la escuela para dentro, fuera aún intentaba ser considerada, pero en la escuela era una mosca cojonera. Ni siquiera se había planteado que era una chica nueva, en segundo año, cuando ya todos los grupos están más que consolidados.

La observó con tristeza. ¿Cuando se había vuelto tan desalmada?

— No se puede subir a la azotea, la puerta está cerrada las 24 horas del día. Y ya te dije que tienes que hacer las pruebas para ganarte un puesto en el club, si acabas molestando a Tsuki yo no tendré como salvarte el culo. — acabó suspirando, Tsuki no era conocida por ser la más tranquila de las chicas.

Si Ren la molestaba... En fin, esperaba que su hermana comprendiese que debía comportarse.

[Himura Ren]

— Era una afirmación, no una pregunta; sé que voy a entrar — dijo más que confiada de sus propias capacidades; terminando su almuerzo.

No tendría ningún problema contra nadie seguramente, en todo caso tendría problemas con el máximo representante del club; ese tal vez pudiera llegar a hacerle rival. El caso es que esa persona encima era Tsuki, así que tendría el doble de problemas; pues le habían flaqueado todo su cuerpo y este se estremecía, cada vez que la llamaba con un apelativo cariñoso.

[Himura Hana]

— Era una afirmación, no una pregunta; sé que voy a entrar

Se llevó a la boca un trozo de pollo y mientras lo masticaba miraba a Ren como si fuese un puzzle irresoluble. ¿De donde salía esa confianza? Vale, podía ser buena en Kendo, pero ¿cómo podía pensar que puede llegar y ganar a todos en una escuela que tiene renombre por su club de Kendo?

— Has conocido a Tsuki ¿no? ¿Sigues pensando que puedes ganar contra ella? ¿Habéis practicado?

Le había dicho a la jefa de Kendo que se abstuviese de hacerlo hasta las pruebas, pero eso no tenía por qué saberlo Ren y tampoco confiaba en que Tsuki le hiciese caso. Al fin y al cabo, ella era nueva como presidenta y Tsuki llevaba desde primero como líder indiscutible de Kendo.