(D) Lo que ocultan los muros

[Himura Ren]

— Tienes razón; de esa forma abarcaremos más terreno en menos tiempo — comentó mientras aceptaba también el pergamino para guardarlo en su portaobjetos. — Entonces... — giró la mirada alzándola también, para señalar a un reloj colgado en la pared. — Seguro que tienen relojes por todas las habitaciones ¿Cada media hora o una hora volvemos a la entrada? Y así vemos que es lo que hemos encontrado cada uno. ¿Te parece? Si fuera capaz de hacer un Kage bunshin no recurriría a algo como esto; de hecho podríamos explorar todos a la vez, pero es mejor que nada ¿no?

Añadió una risa y después se despidió de su compañero agitando suavemente la mano; fue hacia uno de los pasillos opuestos a donde estaban hace unos minutos.

[Akamatsu Nao]

—Que sea en una hora entonces — Asintió ante la propuesta de la kunoichi, despidiéndose con la mano y tomando él un rumbo opuesto al de ella.

Parecía algo fácil, pero a la vez no lo era. «¿No podían llamar a un shinobi que si supiera sobre sellado? A la larga no es nada peligroso, pero sin duda es algo complicado para genin como nosotros» Se metió las manos a los bolsillos mientras jugueteaba con el pincel en la boca sacudiéndolo de arriba a abajo. Sus ojos se paseaban por los pasillos. Había puertas a distintos cuartos, y siendo que tenían carta libre para husmear pues aprovechó para revisar algunos. «¡¿Qué rayos?!» Se dijo cuando encontró el baño, siendo que el retrete estaba en medio de una enorme sala alfombrada, siendo que la taza estaba fabricada en oro. «Los ricos tienen demasiado tiempo libre...» Suspiró, aunque al menos ahora ya no tendría que preguntar si necesitaba ir.

A decir verdad, estaba un poco más concentrado en fisgonear que en encontrar el mentado testamento. Confiaba demasiado en sus roedores como para esforzarse de más. Su mente, estaba en un modo quejumbroso que no terminaba de hallar peros a toda esa situación. «Tan tacaños son que han llamado a unos novatos, en el pergamino de la misión ni siquiera especificaron que el trabajo implicaba a otro shinobi.» Y entonces, se frenó en seco. «No estaba especificado... Un segundo. El mayordomo dijo que el mentado Uragaki le señaló dónde estaba el pergamino y ya. ¿Entonces como supieron que él que lo ayudó fue un shinobi?» Algo no estaba nada, pero nada bien. Pero sabiendo esto, el muchacho sonrió. «Parece que algo más se está cocinando aquí, y si es así, será más interesante de lo que creía. Aunque ahora mismo deberé esperar para reunirme con Himura-san, pues debe saber esto.» Empezó a recorrer las demás habitaciones, sólo para aparentar que de verdad estaba haciendo algo productivo.

***

Cuando Ren continuó con su camino, creyó regresar sobre sus pasos a aquel pasillo. Sin embargo, algo no encajaba en aquel sitio: Una puerta tradicional de papel con motivos de olas pintados. Independientemente de que no encajaba con el resto de la arquitectura de hormigón del resto de la mansión, ella casi podría jurar que no estaba ahí la primera vez que pasaron por ese sitio. ¿Sus ojos le habrían jugado una mala pasada?

[Himura Ren]

Salvo la decoración excentrica y derroches habituales de las altas clases, no había nada destacable por los pasillos. Plantas, vasijas... A lo mejor si rompía una de ellas salía dinero como por arte de magia, o se endeudaba de por vida, así que mejor no tentar a la suerte. Diversas puertas se extendían a lo largo y ancho del pasillo sin nada destacable; y durante un largo rato, no se había cruzado con nadie, tal vez podría husmear sin problemas.

En cualquier caso, se volvió a hacer la misma pregunta una y otra vez. ¿Por qué un par de Genins para una tarea que realmente parecía bastante delicada? Sobre todo si tenían en cuenta el apoyo económico que había ofrecido la familia a lo largo de la vida de la Villa. Simple y sencillo; una misión de rangos más altos supondría una recompensa económica mayor ¿Pero una de rango D? Tendrían más que de sobra tirándole a los que participaran en la misión, lo que llevaran en el monedero en aquel momento.

Tras llegar al final del pasillo, por cuarta vez sin ser capaz de observar algo destacable; pensó en cambiar de lugar, al fin y al cabo todavía le faltaba un rato hasta que pasara el tiempo que establecieron. Pero a caminar de vuelta, una extraña puerta se erguía ante ella en uno de los laterales; tenía un diseño tradicional, hecho de papel como en algunas viejas mansiones y hacía que destacara de sobremanera con el resto del lugar.

Estaba más que segura de no haber visto aquella puerta antes, pero no pudo evitar acercarse curiosa; por lo menos ya había encontrado algo destacable. ¿Debería volver a la entrada, o ser la imprudente genin de siempre? Aquella pregunta ya había tenido respuesta cuando intentó mover la puerta de papel hacia un lado.

[Akamatsu Nao]

Al abrir la puerta no vería nada raro. Era una simple habitación con piso de tatami tradicional, aunque no dejaba de ser raro. En ese tipo de lugares, normalmente debías quitarte los zapatos para entrar. ¿Por qué estaba un sitio así en medio de la gran mansión? Obviando la acogedora mesita baja de mantel rosa pastel en el centro y los cojines celestes para sentarse, justo delante tenía otra puerta corrediza. ¿A dónde llevaba?

***

«¿Por qué se me ocurrió decir que nos viésemos en una hora?» Ahora estaba bastante arrepentido, pues aunque quisiera ir al punto de encuentro con Ren pensaba que no había motivos por los cuales ella quisiera ir ahí. Quizás, podía ir a esperarla. «Jaja no.» No planeaba estarse quieto, y si por laguna casualidad alguno de los sirvientes de la mansión lo veía vagando podía acusar con los tres hermanos Tainan. «Aunque...» Ahora que lo pensaba, tampoco se encontraron con más empleados aparte del mayordomo desde que habían entrado. «No sé si soy demasiado paranoico o no... No me queda más que esperar a ver si mis ratones lograron encontrar algo fuera de lo normal.»

Así pues, siguió su camino aunque con el paso más acelerado y mordiendo más fuerte el pincel.

[Himura Ren]

Aquel lugar rompía con todos los esquemas de la mansión normal; en el suelo de tatami algunos cojines junto a una baja mesa adornaban el centro de la habitación; metros más atrás de esta, otra puerta similar a la que estaba tocando en aquel momento se erguía frente a ella. «Maldita sea, y que hago. Esto segura de que esta habitación no estaba hace un rato; seguro que si me quedo fuera y parpadeo, es capaz hasta de desaparecer la puerta.»

—O una de dos, esto es parte del fuinjutsu para proteger el testamento, o es un maldito Genjutsu. Todo siempre es un puñetero genjutsu — dudaba de que hacer ¿Y si entraba y se quedaba encerrada para los restos de los tiempos? Si se trataba de un genjutsu, gritar no serviría de nada; aunque si aquella habitación la transportaba a algún otro sitio tampoco le serviría. — Pues supongo que de perdidos al río... Es la única pista que tenemos por ahora

Entró en la habitación, dejando la puerta abierta; que tenía toda la pinta de cerrarse de golpe y porrazo en cuanto su cuerpo cruzara el umbral del marco de la puerta, para dirigirse a abrir la siguiente.

[Akamatsu Nao]

Entró al cuarto, pero por el momento todo estaba perfectamente normal, o al menos eso frente a sus ojos. Cuando estaba por abrir la siguiente puerta sintió un extraño aire en la nuca, la puerta se corrió y entonces se encontró... Con otra habitación exactamente igual. El mismo piso de tatami, la misma mesita, los mismos cojines y la misma puerta al final. Quizá la única diferencia es que ahora el mantel era celeste y los asientos rosa, pero de ahí, poca o nula diferencia.

***

«Supongo, que cuando dijeron que teníamos carta libre, lo decía en su totalidad.» Se dijo divertido mientras parecía entrar a lo que parecía ser un dormitorio personal. No podría decir a quién pertenecía, pero al abrir el closet y ver los tacuches supuso se traba del cuarto de alguno de los dos hermanos. «No es que no confíe en los clientes pero... Bueno, en realidad no confío en ellos.» Examinó un escritorio que estaba cerca de una ventana. Ahí, parecía haber unos documentos referentes a una solicitud para demoler la mansión y construir encima un orfanato. «¿Por qué no simplemente remoderlarla?» Se cuestinó el genin. «Sin duda alguien ya está haciendo planes para cuando tenga este edificio en sus manos, ¿pero porqué un orfanato? Eso genera más gasto que ganancia.» Seguía dudando de la sinceridad de los hermanos Tainan.

Con sigilo, salió de la habitación, cuando sus animales de tinta volvían a él. Sacó un pergamino, y de pronto el texto quedó inscrito en él solo para revelarle que en efecto. «No hay nada, y eso es lo raro.» Ni marcas raras, ni personal de trabajo más allá del mayordomo. «Debo volver con Ren, aquí hay gato encerrado.» Se dirigió de regreso al corredor, por aquello de que pro alguna casualidad ella hubiese regresado.

[Himura Ren]

Sin soltar la mano de la puerta corrediza, su rostro se tornó en una mezcla de enojo y enfado a partes iguales, con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido.

— Esto empieza a ser demasiado raro... Ni que me hubiera caido por un agujero buscando un conejo blanco — murmuró para luego dar paso a un suspiro. — Será mejor que vuelva a la entrada y espere allí a Nao; antes de que no pueda salir de aquí

Cerraría entonces la puerta, haciendo como que no había visto nada en el interior de la segunda sala, aunque ella misma sabía que sería imposible; todo empezaba a coger un aire bastante siniestro. Retrocedería sobre sus pasos, no figuradamente, pretendiendo volver a la entrada de la mansión y hacer allí el tiempo que fuera necesario hasta que su compañero volviera.

[Akamatsu Nao]

Sin embargo, en cuanto Ren se dio la vuelta, el pasillo de la mansión ya no era lo que se encontraba tras su espalda. La puerta corrediza seguía abierta de par en par, pero en su lugar ahora una habitación muy familiar estaba ante ella: Una mesita de mantel celeste pastel y cojines rosa para sentarse. Ahora ya daba igual a dónde mirase, tanto por dónde vino como por la siguiente.

***

«Ahhh fue mala idea volver» El muchacho movía de arriba a abajo el pincel mientras se acercaba al corredor donde hasta hace unos segundos, sin saberlo, había una puerta tradicional. «No sé porqué pensé que ella podría estar por aquí, si la idea era justamente investigar por sitios separados. Supongo que tendré que seguir por mi camino hasta la hora indicada.» Sin más, volvió a irse por donde vino.

[Himura Ren]

Y sus sospechas lo que más temía, y de lo que en verdad sospechaba, se aconteció sin ningún problema. Estaba atrapada entre el varias salas practicamente similares; se llevó las manos a la cabeza para luego tirarse al suelo a golpearlo repetidas veces.

—¡MIERDAAAAAAAAAAAAAAA! ¡SI ES QUE LO SABIA, SABIA QUE IBA A PASAR! ¿¡POR QUÉ SOY TAN TONTA!? — golpeó con el puño cerrado una y otra vez para intentando aliviar algo de ira, después se reincorporó suavemente, todavía de rodillas poniendo las manos al lado de su boca para intentar amplificar su voz. — ¡¿HAY ALGUIEN AHÍ? ¿¡NAO!? ¡¿ALGUIEN?! ¡¡CUALQUIER IDIOTA DE LA MANSIÓN!!

[Akamatsu Nao]

Pero absolutamente nadie la iba a escuchar. Ella no lo sabía, pero pese a estar dentro de la mansión, hasta cierto punto no lo estaba más. Por más que gritase, el sonido simplemente viajaría hasta rebotar en sus propios oídos. Nadie más iba a escucharle, como la más pura de las historias de ficción. Ella estaba ahí en aquel cuarto, con la mesita, los cojines y las puertas a cada lado. ¿Realmente existía una salida?

***

El de ojos rojizos seguía husmeando, llegando a la que parecía ser la habitación de la fémina por los vestidos y la lencería de los cajones. «Upa, creo que no debería estar por aquí...» De todas maneras, al menos en ese cuarto no parecía haber nada raro. «Me pregunto, si habrá alguna otra pista en la habitación del difunto... » Continuó vagando con los dormitorios, pero en cuanto llegó a uno en específico, este estaba con llave pese a que les dijeron que podían buscar en cualquier sitio. El genin arqueó una ceja, si querían mantenerlo cerrado, es porque seguramente querrían esconder algo en especifico. ¿Por qué entonces los trajeron para buscar? Sin embargo, no disponía en esos momentos de lo necesario para forzar la cerradura, pero ir a pedir amablemente la llave no le estaba pareciendo tan buena idea.

[Himura Ren]

Tras berrear durante un rato, Ren desistió cruzando tanto las piernas como los brazos sentada en el suelo. Con el rostro arrugado, no dejaba de darle vueltas a que puñetas debía hacer ahora. Ella no era la novata ahora, debía de se supone dar ejemplo para Nao que si que estaba en su primera misión a diferencia de ella, aunque desde luego la naturaleza de esta, discernía mucho en sus anteriores.

— ¿Qué debería de hacer? Las tres habitaciones son prácticamente idénticas... — miró a una de las otras habitaciones con la cabeza apoyada sobre la mano, preguntándose una y otra vez que debería hacer. Sin ninguna dificultad, volcó la mesa boca abajo y agitó los cojines intentando buscar alguna pista bajo ellos; incluso abrió uno de estos para vaciar su contenido.

[Akamatsu Nao]

Para cuando terminase de darle la vuelta entera a la habitación pagando los platos rotos con el mantel rosa y el relleno de los cojines, notaría que al menos la mesita del centro tenía algo raro, pues justo en la parte de abajo podría encontrar los kanji "豚肉". No es que fuese a marcar una gran diferencia aquello, pero menos daba una piedra, ¿no? Igual, dejar inscrita la palabra cerdo bajo una mesa no parecía tener ningún sentido en lo absoluto, ¿pero acaso tenía sentido desde un inicio entrar a ese lugar? Sólo tenía más cuartos con más puertas a los lados, y esa extraña inscripción.

***

—¡Ahhhh maldita sea!— Mordió fuerte al ver que su fallido intento de forzar la cerradura era completamente inútil. —¿En serio no hay nada que pueda hacer?— Refunfuñaba en voz alta. Era su primera misión y todo parecía estar patas arriba dando vueltas en una enorme mansión buscando un jodido papel para unos nenes ricos. Y aunque se suponía que él se había propuesto ser alguna clase de investigador ninja o similar, ni con ayuda de su técnica había encontrado nada. «Voy a terminar yendo a pedir de verdad la llave, eso le quita toda la sensación de misterio al asunto.» Suspiró algo avergonzado pese a que nadie estaba ahí para verle.

Así, se encaminó de regreso a la sala principal dónde deberían estar los hermanos y el mayordomo.

[Himura Ren]

Al menos aquella rabieta parecía haber conseguido algo a cambio; unos kanjis escritos bajo la mesa. ¿Pero y esto de que le servía? ¿Las mesas de las otras habitaciones, tendrían lo mismo o poseerían distintos símbolos? Se preguntaba sin separar una mano de su barbilla. Solo había una forma de averiguarlo, dejando una puerta de par en par, se dirigió a la habitación donde debería estar el pasillo por el que había entrado, para buscar bajo la mesa.

Pero también repetiría lo mismo que hizo con los anteriores dos cojines, tan solo por asegurarse de que no había nada en su interior que la pudiera ayudar.

[Akamatsu Nao]

Así como repitió la acción, asíi se repitió el resultado: Cojines indefensos y una mesa con el kanji del cerdo grabado en la parte baja. Ciertamente si nos remitíamos únicamente a ese cuarto en específico no había cambiado mucho, pero si tenía el escrito debía ser por algo. ¿No? Dependía de ella si limitarse a aquel lugar o sí por el contrario, se adentraría al resto de puertas. ¿Izquierda o derecha? ¿Ir o no ir? ¿Marcaría aquello alguna diferencia?

***

El joven regresó a la sala principal, pero al abrir la puerta los hermanos ya no se encontraban y el mayordomo era el único que parecía estar limpiando aquel lugar.

—Disculpe mi intromisión señor, pero le estaría agradecido de sobremanera si usted fuese tan amable de proporcionarme algo de su ayuda — Dijo tratando de ser lo más cortés posible.

—¿Qué se le ofrece, shinobi-san?— Se acercó hasta él.

—En realidad, pese a que se nos ordenó indagar en la mansión, me he encotrado con una recámara en específico que se encuentra bajo cerradura. Para que nuestra búsqueda sea eficiente y productiva, no podemos descartar un sólo rincón. Con esto, me gustaría solicitarle por favor que pudiese brindarme la llave correspondiente — Dijo sonriente.

Sin embargo, el mayordomo pareció fruncir el ceño.

—Ese era le cuarto de Urogaki-sama, por lo que desde su fallecimiento fue una decisión de los honorables herederos el que nadie pusiese sus pies en ella. tendría que solicitar la autorización de ellos, pero han partido a hacer otras diligencias en pos de despejar sus mentes. Como pudo observar, ellos tienen una fuerte carga de estrés en sus espaldas. Puedo ir a buscarlos si es estrictamente necesario, pero no garantizo en su totalidad que sus demandas vayan a ser cumplidas — aseveró cerrando los ojos.

—Se lo encomiendo. Aprecio encarecidamente su esfuerzo — Hizo una leve reverencia.

El mayordomo entonces partió, mientras el genin procedía sentarse a esperar en uno de los sillones. «Me pregunto si Himura-san estará teniendo mejor suerte. Bueno, nadie podrá decir que yo estoy descansando, esto es estrictamente necesario.» Se dijo divertido.

[Himura Ren]

— Otra vez la misma palabra... — protestó mirando la mesa boca abajo estando ella de pie frente a ella, con los brazos cruzados. — ¿Y qué cojones quiere decir? Si es una pista para salir de aquí, no tiene ningún sentido — volvió a echar un vistazo por toda la habitación, incluida la contigua de la que venía arqueándose ligeramente hacia atrás. — Ni una sola hucha en forma de cerdito.

Molesta por no encontrar nada que la fuera a sacar de allí, comenzaría a abrir habitaciones tras habitaciones; repitiendo una y otra vez el mismo proceso hasta que acabara en el suelo, suspirando con fuerza por la falta de aire debido al esfuerzo físico.