(D) El precio de la fama

[Sasagani Yota]

Reiji rápidamente fue a calmar los ánimos antes de que alguien tuviese que lamentar nada.

--¿Buscas problemas?

El grandullón ya tenía cogido del cuello de la camisa al otro, pero al ver a Reiji le soltó.

—Pues escuchame bien, por que puedo mandarte al final de la cola, que allí seguro que los encuentras, mientras me pienso si tengo que dejarte pasar o no al local, por seguridad, si montáis escándalo aquí, ¿quien me dice que no lo haréis dentro?

—¡Lo digo desde ya para todos, a la mínima que vea problemas, mando al causante al final de la cola, y luego discutiré con el dueño si os dejamos o no pasar, por el bien de los clientes que sí se comportan y la seguridad del local, para que puedan disfrutar tranquilos del espectáculo!

— ¡Eh, eh, tronco! Aquí no pasa nada, solo... jeje, un pequeño malentendido. Todo controlado, no te rayes tio

De pronto parecía como si la voz del tipo se quebrase, como si hubiese visto un demonio mayor que él mismo, como si hubiese visto una katana afilada dispuesta a cortarle el brazo o aún peor, la jodida cabeza.

Delante de la cola, Hana seguía cogiendo los tickets y dejando que la gente fuese entrando al interior, hasta que vio una chica, todavía no había llegado a entregarle su ticket, habían 3 personas entre ambas. La muchacha lucía una diadema amarilla con brillantitos que llamó por completo la atención de la gennin hasta el punto de que todo parecía ralentizarse a su alrededor. Tenía que ser suya, aunque sólo fuese por unos pocos segundos.

[Himura Hana]

Entró en rutina rápidamente, solo era comprobar tickets y dejar entrar a gente, solo esperaba que Reiji lo tuviese tan fácil como ella y pudiesen pasar aquella misión sin mayor percance.

No le daba tiempo a fijarse demasiado en la gente, pero le daba el tiempo justo para ver esa preciosa diadema que llevaba una chica de la cola. Una diadema que claramente estaría mejor entre sus manos que en la cabeza de esa cualquiera. Tendría que jugar bien sus cartas, pero iba a ser como quitarle un caramelo a un niño. Comprobó los tickets de los tres que había entre medias hasta llegar a la muchacha en cuestión.

Le dedicó la misma sonrisa que a los demás pero rápidamente pasó a una sonrisa triste.

— Perdona, pero no te puedo dejar pasar con esa diadema, Shizuka-chan ha dicho que nada de diademas amarillas en el concierto. Si eres tan amable de dejarmela, te la devolveré en cuanto acabe el concierto. Palabra de kunoichi. — le comentó Hana con el tono más dulce del mundo.

[Sasaki Reiji]

— ¡Eh, eh, tronco! Aquí no pasa nada, solo... jeje, un pequeño malentendido. Todo controlado, no te rayes tio

—Eso pensaba, espero que no haya ningún malentendido más. —El dueño quería que todo saliese perfecto, así que haría lo mejor posible, sobretodo, después de llegar tarde. —Sobretodo, espero que una vez dentro, no haya ningún malentendido, por que todos queréis disfrutar tranquilamente del espectáculo ¿Verdad?

Esperaba que si, pero no dudaría en echar a patadas del local a ningúna persona que interrumpirse el show o molestase a los demás asistentes, y además, iba a ser mucho menos permisivo con aquellos que se comportasen peor en la cola. Por ejemplo, con aquel grandullón. Una más, y se quedaba fuera.

[Sasagani Yota]

Reiji logró encauzar la situación de la manera más pacífica posible y encima la cosa salió bien. Poco más se podía pedir.

— ¡Y una mierda! ¿Dónde está el encargado? que me lo diga él

Incluso Reiji se vería alertado por los gritos de aquella adolescente que se había encarado con Hana, quién a su vez le había pedido que le entregase la diadema que lucía y brillaba en la cabeza de aquella joven morena con una excusa de lo más barata.

[Himura Hana]

— ¡Y una mierda! ¿Dónde está el encargado? que me lo diga él

Hana no se achantó por la actitud bravucona de la chica o por sus chillidos. No perdió la sonrisa, aunque levantó las manos con intención de tranquilizarla.

— El encargado ha dejado a nuestro cargo el derecho de admisión y no puedo dejar pasar a alguien que no respeta la autoridad. Por favor, calmese y no arme alboroto o me temo que no podré dejarla pasar.

Aunque su objetivo era la diadema, ahora había otro problema. La actitud de la chica era demasiado explosiva para dejarla pasar sin más, podría causar problemas por cualquier cosa si había reaccionado así a la primera cosa que le había dicho una kunoichi de Uzushiogakure. Y si reaccionaba así con ella, ¿cómo lo haría con un civil?

[Sasaki Reiji]

— ¡Y una mierda! ¿Dónde está el encargado? que me lo diga él

Parecía que el miedo a ser llevados al final de la cola y no entrar o, por otra parte, quedarse el peor sitio, había calmado los ánimos en la cola, y sin embargo, el grito de aquélla muchacha no me paso desapercibido. Aunque no entendía que estaba pasando, me acerqué a ver

— El encargado ha dejado a nuestro cargo el derecho de admisión y no puedo dejar pasar a alguien que no respeta la autoridad. Por favor, calmese y no arme alboroto o me temo que no podré dejarla pasar.

—¿Pasa algo?—Les pregunté a amabas, por que al final, no sabía que narices sucedía, pero si sabía que había mas gente en la cola esperando, y con muchas ganas de entrar. —Por que creía que había que dado claro que los que causaban problemas se iban al final de la cola y luego el encargado decidía si entraban o no.

Sin más. Daba igual la causa, un alborotador lo era fuera y dentro. Antes, y durante el concierto. Y eso no se podía permitir. No si quería que el show saliese perfecto. Y para ello, había que tomar esas medidas.

[Sasagani Yota]

Por supuesto que ante la negativa de la muchacha, Hana buscaría otros modos de llegar hasta su preciada diadema.

— El encargado ha dejado a nuestro cargo el derecho de admisión y no puedo dejar pasar a alguien que no respeta la autoridad. Por favor, calmese y no arme alboroto o me temo que no podré dejarla pasar.

Ese, no obstante, fue el preciso instante en el que Reiji acudió ante el foco del segundo alboroto del día. al hacerlo vería que su compañera era una de las dos protagonistas del barullo.

—¿Pasa algo?

— Oh, ya lo que creo que pasa

—Por que creía que había que dado claro que los que causaban problemas se iban al final de la cola y luego el encargado decidía si entraban o no.

— Dice que quiere que le de mi diadema porque no están permitidas en el interior, ¡que venga el encargado de una vez!

Acto seguido, hizo un buen esfuerzo para enseñar unos buenos morros, señalando lo disgustada que estaba por toda la problemática de la diadema.

[Himura Hana]

—¿Pasa algo?

— Oh, ya lo que creo que pasa

—Por que creía que había que dado claro que los que causaban problemas se iban al final de la cola y luego el encargado decidía si entraban o no.

— Dice que quiere que le de mi diadema porque no están permitidas en el interior, ¡que venga el encargado de una vez!

Hana suspiró. Se cruzó de brazos y frunció el ceño.

— Por favor, Reiji, llevala al final de la cola. Se ha presentado con una actitud muy grosera y la he puesto a prueba, como pensaba no respeta a la autoridad y claramente va a dar problemas si la dejo pasar. Siguiente.

Frunció el ceño aún más, claramente contrariada. Pues si quería quedarse con su diadema, toda suya, pero entraría la última, si es que entraba.

[Sasaki Reiji]

— Dice que quiere que le de mi diadema porque no están permitidas en el interior, ¡que venga el encargado de una vez!

¿Pero qué narices? Nadie había pedido que se prohibieran las malditas diademas. ¿Que mierdas estaba pasando? ¿Cosas de mujeres de las que un tipo como yo no se enteraba? ¿Una vieja enemistad? Estaba tirando la misión por los suelos.

— Por favor, Reiji, llevala al final de la cola. Se ha presentado con una actitud muy grosera y la he puesto a prueba, como pensaba no respeta a la autoridad y claramente va a dar problemas si la dejo pasar. Siguiente.

Suspire. Tenia que cubrir a mi compañera aunque estuviera haciendo el tonto, por que lo principal era la misión. Sin embargo... Me acerque al oído de Hana para susurrarle.

—Por favor, ya hemos hecho bastante mal con llegar tarde, no se que te pasa con esta chica, pero no hagas mas cosas así>

Luego, me encaré a la muchacha de la estúpida diadema, y apoyando la mano izquierda sobre la empuñadura de la espada, le dije:

— Lo siento, pero vas a tener que acompañarme al final de la cola, cuando vuelva a llegar tu turno, hablaras con el encargado y será el mismo quien decida si, con esa actitud alborotadora, te quiere o no dentro del local.

[Sasagani Yota]

— Por favor, Reiji, llevala al final de la cola. Se ha presentado con una actitud muy grosera y la he puesto a prueba, como pensaba no respeta a la autoridad y claramente va a dar problemas si la dejo pasar. Siguiente.

La mirada de la muchacha de la diadema se clavaron en la cara de Hana con una clara mirada entre acusadora y sorprendida ante aquella falsa difamación que la gennin estaba usando para poner a su compañero de su lado, lo cual, al parecer, terminó por conseguir.

— Lo siento, pero vas a tener que acompañarme al final de la cola, cuando vuelva a llegar tu turno, hablaras con el encargado y será el mismo quien decida si, con esa actitud alborotadora, te quiere o no dentro del local.

La chica terminó por montarse en cólera, poniendo morritos y ahora sus orbes mostraron atención de pura decepción hacia Reiji.

— ¡Lo que me faltaba! — explotó. — Lo que voy a hacer es irme de aquí, pero vais a tener que devolverme mi dinero, ¿donde está ese encargado?

Mientras tanto, la gente de la cola y especialmente los que lo habían visto todos estallaron en murmullos y, en su gran mayoría iban dirigidos hacía Hana y en la actitud que había mostrado para originar todo aquel embrollo que Reiji tuvo que solucionar como buenamente pudo. Por otra parte, su amigas habían callado y no decían absolutamente nada, al parecer no estaban en disposición de perderse ni un minuto de poder estar allí dentro.

[Himura Hana]

—Por favor, ya hemos hecho bastante mal con llegar tarde, no se que te pasa con esta chica, pero no hagas mas cosas así>

Esta vez fue Hana la que torció el gesto. Primero, la chica sin una pizca de respeto por las autoridades de la villa que son los ninja y ahora Reiji desconfía de ella por encima de una estúpida niñata que solo quiere su minutito de fama. Rodó los ojos y dejó que su compañero se encargara.

— He dicho que siguiente. — repitió malhumorada.

Miró directamente a la persona que debería ir ahora y extendió la mano esperando su entrada.

[Sasaki Reiji]

— ¡Lo que me faltaba! Lo que voy a hacer es irme de aquí, pero vais a tener que devolverme mi dinero, ¿donde está ese encargado?

Puede que Hana tuviera algo de razón, pese a que había hecho una estupidez, parecía que esa chica iba a ser problemática. Pero los problemas, de una manera mejor, o de una peor, tenían una solución.

—El encargado saldrá cuando termine la cola, de momento solo tienes tres opciones. Puedes esperar tranquilamente al final de la cola, marcharte y venir otro dia, o puedo llevarte a pasar una noche en el calabozo por Interponerte en el correcto desarrollo de la misión de unos shonobis.

Y no pensaba cortarme ni un pelo, si tenia que encerrarla, la encerraba.

—¿Y bien? ¿Que eliges?

Puse el pulgar sobre la guarda de la espada, si había que imponerse por la fuerza... En fin...

[Sasagani Yota]

Hana seguía a lo suyo, buscando reanimar a la cola y no tardarían en seguir admitiendo a la gente que simplemente asentía ante la petición de la rubia.

Reiji, por su parte, seguía con la chica problemática que urgía en deseos de hablar con el encargado de aquello.

—El encargado saldrá cuando termine la cola, de momento solo tienes tres opciones. Puedes esperar tranquilamente al final de la cola, marcharte y venir otro dia, o puedo llevarte a pasar una noche en el calabozo por Interponerte en el correcto desarrollo de la misión de unos shonobis.

A la muchacha estaba a punto a estallarle la cabeza de pura rabia.

—¿Y bien? ¿Que eliges?

— Que os den — bufó y luego desapareció de allí.

Tras aquella interrupción que acabó de la peor forma posible para la chica de la diadema, no hubo más altercados y todos los fans pudieron disfrutar de su estancia en el interior del local. Todo estaba dispuestisimo para empezar con el concierto. La verdad es que todo estaba a punto de empezar.

Cuando entrasen los gennin, se encontrarían a un Kazuki sonriente de ver que todo el mundo estaba disfrutando de su estancia en su local. Y más que iban a disfrutar, la noche es joven que dicen. A localizarlos, se acercaría hasta ellos.

— Hana, Shizuka-dono ha reclamado tu presencia, la encontrarás en su camerino — dijo y esperaría a que la rubia tomase el camino hasta el susodicho camerino — Por cierto, Reiji, he oído que han habido unos pequeños altercados sin importancia ahí fuera, espero que no pasen de eso, de altercados sin importancia. Ocúpate de que todo está tranquilo mientras Hana está con Shizuka-dono

[Himura Hana]

Por suerte, el incidente no fue a más y poco a poco a Hana se le fue bajando el enfado. Aunque se pasó un buen rato con el ceño fruncido finalmente recuperó una leve sonrisa al acabar la tarea y volver al interior del lugar, donde les estaban esperando.

— Hana, Shizuka-dono ha reclamado tu presencia, la encontrarás en su camerino

— V-voy.

Con todo el follón de la tonta esa se había olvidado por completo de lo que le había prometido a Shizuka. Sus mejillas se calentaron mientras empezaba a caminar hacia los camerinos, donde buscaría el de Shizuka y golpearía levemente la puerta a la espera de permiso para entrar.

[Sasaki Reiji]

— Que os den —

Y se fue. Peor para ella, por que si hubiese obedecido, y se hubiese puesto al final de la cola, es probable que el encargado la hubiese dejado entrar, o quizás no, pero seguro que hubiera podido reclamar su dinero. Ademas, el resto de la cola parecía haber captado el mensaje, y no dieron ningún problema adicional, por lo que fue bastante rápido.

— Hana, Shizuka-dono ha reclamado tu presencia, la encontrarás en su camerino — Hana se marcho en busca de la peliazul. El espectáculo estaba por comenzar. — Por cierto, Reiji, he oído que han habido unos pequeños altercados sin importancia ahí fuera, espero que no pasen de eso, de altercados sin importancia. Ocúpate de que todo está tranquilo mientras Hana está con Shizuka-dono

—No se preocupe, ya les he dejado claro a todos, cuando estaban en la cola, lo que sucedería si causaban alboroto. Y al menos, durante la cola, han captado el mensaje, así que espero que lo mantengan estando aquí dentro.

Pero si había que echar a alguien por la fuerza, se le echaba. Ademas, Shizuka-san estaba segura si Hana estaba con ella en el escenario. Dos por uno, una adición a la actuación, y seguridad en el escenario si saltaba algún fan loco por lo que fuese.