(D) El precio de la fama

[Sasagani Yota]

— Ah, claro, estoy convencido de que todo irá como la seda, tiene que ser así — dijo el dueño a Reiji después de que Hana partiese hacia su destino — Siéntete libre de pedir algo para tomar, invita la casa

Tras ello, Kazuki se alejaría y disfrutaría del ambiente desde un rincón, expectante para que empezase el torneo y que todo saliese a pedir de boca.

Hana, por su parte se topó finalmente con el camerino de Shizuka y al segundo de que sonase aquella puerta, esta se abrió y la chica tomó a la gennin de la mano para hacerla entrar.

— Ay, qué nervios — dijo, claramente emocionada — ¿No notas todas esas mariposas? Es como la primera vez... Bueno, ¿estarás lista?

Claro, la preocupación de Shizuka es que la rubia no se echase atrás ahora que el concierto estaba a punto de empezar.

[Himura Hana]

Solo golpear la puerta una vez, esta se abrió y devoró a Hana. Claramente no de forma literal. Shizuka tiró de ella y la metió dentro del camerino aprisa. Eso solo añadió una taza más de nervios al bol de Hana que ya estaba casi desbordando.

— Ay, qué nervios ¿No notas todas esas mariposas? Es como la primera vez... Bueno, ¿estarás lista?

¿Mariposas? Hana más bien sentía gusanos reptando por todo su interior. Estaba tan nerviosa que no podía estarse quieta. Se movía alrededor del camerino, se llevaba la mano al pelo y se arreglaba de algún mechón suelto y luego volvía a darse la vuelta y se le volvía a poner mal.

— Bien, sí, bien, claro. Digo, lista, lista sí. No, estoy de los nervios. — confesó finalmente. — ¿Has visto cuanta gente hay ahí fuera? Es... es mucha gente.

Miró a Shizuka a los ojos esperando que la reconfortara de alguna manera, con aquella confianza suya.

[Sasaki Reiji]

— Ah, claro, estoy convencido de que todo irá como la seda, tiene que ser así — Y si no, haríamos que todo fuese como la seda a la fuerza. Para eso estábamos allí.— Siéntete libre de pedir algo para tomar, invita la casa

—Claro, muchas gracias.

Aunque en realidad no iba a pedir nada, para empezar, no era especial fanático del alchol, la noche con Datsue en el barco no contaba. Y ademas, se suponía que estaba trabajando. Así que en vez de eso, buscaría algún sitio donde apoyar mi espalda y al mismo tiempo, poder observar la mayor parte del local, para tenerlos vigilados a todos, que era a lo que había ido a aquel lugar.

[Sasagani Yota]

— Bien, sí, bien, claro. Digo, lista, lista sí. No, estoy de los nervios.

Una risa se escapó de entre los labios de una Shizuka que parecía divertirse ante los problemas de la joven gennin.

¿Has visto cuanta gente hay ahí fuera? Es... es mucha gente.

— Lo sé, lo sé, intenta tomartelo con calma, ¿vale? — la peliazul puso sus manos sobre los hombros de Hana — todo va a ir como la seda, ya lo verás

Entonces usó sus manos para acercar a la muchacha y abrazarla, aunque en esta ocasión no hubo besos. Igual es que se estaba reservando para el gran show.

— ¿Confías en mí?

···

En la sala principal, Reiji se colocó cerca de la barra, donde tenía una visión lo más panorámica posible del gentío, desde donde podría controlar que todo fuese como era debido. Al parecer todos habían captado el mensaje que el gennin dio en el exterior y más allá de algunas voces que reclamaban que el concierto empezase lo antes posible, no había nada que exigiera la intervención de Reiji.

[Himura Hana]

— Lo sé, lo sé, intenta tomartelo con calma, ¿vale? — Hana asintió mirando a Shizuka a los ojos, sus palabras calaban en ella con una facilidad pasmosa. — todo va a ir como la seda, ya lo verás

Hana aceptó y devolvió el abrazo a la peliazul, relajandose inmediatamente mientras apoyaba la cabeza contra el hombro de la muchacha. Cerró los ojos y suspiró.

— ¿Confías en mí?

— Claro que sí, Shizuka-san. ¿Por qué lo preguntas?

[Sasagani Yota]

— Claro que sí, Shizuka-san. ¿Por qué lo preguntas?

Como si de un acto reflejo se tratase, una sonrisa tonta se dibujó en el rostro de la peliazul. Era todo lo que necesitaba escuchar. Se separó de la gennin en cuanto supo que todo iba bien.

— Solo necesitaba saber que estabas lista para nuestra gran noche y que no te echabas atrás. cuando llegue el gran momento te haré una señal, procura estar bien visible para que pueda avisarte, ¿eh?

Shizuka fue a abrir la puerta e invitó a la muchacha a salir, mientras disfrutaba de una tranquilidad de la que siempre buscaba en los minutos previos a sus conciertos. De hecho, el de aquella noche estaba punto de empezar.

[Himura Hana]

— Solo necesitaba saber que estabas lista para nuestra gran noche y que no te echabas atrás. cuando llegue el gran momento te haré una señal, procura estar bien visible para que pueda avisarte, ¿eh?

Tras el abrazo, Hana se sentía mucho más tranquila, en mayor parte por las palabras de Shizuka que por otra cosa. Se marchó tras asentir a la pregunta de la muchacha. Conforme se alejaba del camerino y volvía al salón, su nerviosismo volvía. Buscó a Reiji con la mirada y se acercaría a él a la espera de que le informase de qué tenían que hacer ahora.

Vigilar era lo obvio, pero igual el dueño del local le había dado alguna instrucción adicional a su compañero. Por suerte para él, ya no se acordaba de lo borde que había sido antes. Shizuka había borrado de un plumazo cualquier cosa que no fuese el final de su actuación de la mente de Hana.

[Sasagani Yota]

Al volver al gran salón, antes de toparse con Reiji, lo que haría es toparse con el dueño del local, Kazuki, y también cliente durante aquel día, quien le sonrío para luego llamarle la atención.

— Ah, aquí estás. Espero que aya ido bien con Shizuka, ahora disfrutemos del concierto. Ya se lo dije a tu amigo, pero si queréis tomar algo de la barra invita la casa, ¿vale?

Si seguía buscando, acabaría encontrando a su compañero, Sasaki Reiji, recostado sobre una pared, observando al gentío, preparado por si tenía que intervenir en pos de un buen ambiente. Además, si observaba el entorno comprobaría que la barra que Kazuki le dijo, no estaba lejos de aquella posición.

[Himura Hana]

— Ah, aquí estás. Espero que aya ido bien con Shizuka, ahora disfrutemos del concierto. Ya se lo dije a tu amigo, pero si queréis tomar algo de la barra invita la casa, ¿vale?

— Va-vale...

¿Barra libre? Estaba casi segura de que si metia algo en su cuerpo, saldría antes de siquiera llegar a entrar. Los nervios habían colonizado por completo su estomago. No quería ni pensar en ingerir absolutamente nada. Solo quería acabar con todo aquello irse a casa o incluso a entrenar para cansar el cuerpo y que su mente dejase de procesar todos los posibles escenarios de como podía salir mal su 'actuación'.

Se acercó a Reiji, una vez el dueño no necesitase decirle nada más.

— ¿Ha pasado algo en mi ausencia? — lo mejor era meterse en modo trabajo, lejos del modo muerte de nervios escénicos.

[Sasaki Reiji]

Por suerte, parecía que todos habían captado el mensaje. Mejor. La verdad era que no me apetecía en absoluto pelearme con nadie allí, pero tampoco dudaría en hacerlo si era necesario, pero esperaba sinceramente que no, que todo transcurriera como el dueño esperaba.

— ¿Ha pasado algo en mi ausencia?

—De momento no. Parece que fue buena idea dejarles claro en la entrada que echaré a la fuerza a quien arme jaleo.

Ademas, si todo transcurría bien, podría irme cuanto antes a casa, que la verdad, tenía muchas ganas.

[Sasagani Yota]

Finalmente había llegado la hora de que arrancase aquel esperado concierto. Las luces bajaron su intensidad, dando un toque más oscuro a todo el local mientras un par de focos blancos se centraron en iluminar el centro del escenario. Fue entonces cuando apareció Kazuki, el dueño del local frente al micro cuando todos estaban esperando que fuese Shizuka la que apareciese.

— ¡Queremos a Shizuka y no a ese viejo!

— ¡Que empiece ya!

El griterío era generalizado mientras el hombre mostraba las palmas en señal de calma. Carraspeó para aclararse la garganta.

— Tranquilos amigos, Shizuka-san ya está lista para haceros disfrutar y estoy convencido de que todos pasaremos una gran noche. ¡Que empiece el espectáculo, con todos vosotros la gran Shizuka-san!

Entre vítores y aplausos apareció detrás de la lona que cubría el fondo apareció la peliazul con un vestido turquesa y blanco que sería capaz de deslumbrar a los presentes, saludando con sus manos y acercándose hasta Kazuki, entonces cruzó su mirada con la de Hana e irremediablemente sonrió. Tras una segundos, tomó el micro.

— ¡Buenas noches Uzushiogakure!

El público volvió a exclamar y empezaría el concierto. Música popular y muy comercial, éxito asegurado.

— Qué dices, subnormal, me ha mirado a mí

— Pero serás retrasado, está claro que me miró a mí

No muy lejos de la posición de los dos shinobi, un par de chicos de unos 16 años discutían, hasta que uno de ellos empujó al otro, discutiendo sobre hacia quién había sido la mirada que realmente fue para Hana.

— No seas iluso, capullo, nadie se fijaría en ti, y menos la gran Shizuka

[Himura Hana]

—De momento no. Parece que fue buena idea dejarles claro en la entrada que echaré a la fuerza a quien arme jaleo.

— Eso espero.

Fue todo lo que pudo decir Hana antes de que el concierto empezase. Primero salió Kazuki a abrir el acto y poco después apareció la gran estrella, Shizuka, tan hermosa y carismatica como la había dejado Hana. Le dedicó una mirada y una sonrisa a la kunoichi y ésta retrocedió sonrojada.

Jamás podría acostumbrarse a la atención de una superestrella de tal magnitud. Para cuando pudo apartar su mirada de la cantante dos tontos estaban peleandose justo delante de ellos.

Vio a ambos y desde su altura más bien baja y su fuerza deficiente, prefirió dejarle los dos muchachos mayores a ella a su compañero. Miró a Reiji y le señaló sutilmente a la pareja.

— ¿Te ocupas tú?

[Sasaki Reiji]

Por desgracia, no iba a ser tan sencillo y rápido. El mensaje parecía no haber calado en todo el mundo, pero bueno, no pasaba nada, acabarian entendiéndolo por las buenas o por las malas. Prefería lo primero, pero estaba dispuesto a recurrir a lo segundo.

— ¿Te ocupas tú?

—Si, todo mío.

No sólo entenderían el mensaje, si lo que serían el ejemplo para el resto de asistentes de lo que sucedía si molestabas a los demás clientes. Así que me acerqué a ambos y me interpuse entre los dos.

—Buenas noches caballeros, al habla la seguridad de local. Como parece que no ha quedado clarito lo que he dicho que pasaría si molestabais a otros clientes mientras disfrutaban del show, voy a tener que pediros amablemente que abandoneis. el local ahora mismo. —Luego puse la mano sobre la empuñadura de la espada. —O tendré que sacaros yo mismo, como os guste más.

[Sasagani Yota]

Reiji se puso el traje de faena una vez más. Quiso tomar las riendas de la situación y aceptó de buen grado la invitación de Hana, así que se dirigió hasta el lugar de la trifulca.

—Buenas noches caballeros, al habla la seguridad de local. Como parece que no ha quedado clarito lo que he dicho que pasaría si molestabais a otros clientes mientras disfrutaban del show, voy a tener que pediros amablemente que abandoneis. el local ahora mismo. —Luego puse la mano sobre la empuñadura de la espada. —O tendré que sacaros yo mismo, como os guste más.

Claro, conciso y directo al grano. O se hacía exactamente lo que Reiji estaba proponiendo o habrían problemas más grandes para ese par de alborotadores.

— Joder, que tiene una maldita katana, deja eso por favor. Dejaremos de armar jaleo pero deja eso, por Dios — dijo el que había sido empujado.

Pero el otro seguía manteniendo una actitud, claramente más chulesca.

— ¿Y qué pasa si no te hago caso? ¿Vas a cortarme en pedacitos con tu cuchillo?

Por otra parte, la música de shizuka seguía su curso y el resto de la gente disfrutaba con el concierto e incluso cantaban con la peliazul las canciones más populares. Las miradas con hana se seguían sucediendo.

[Sasaki Reiji]

— Joder, que tiene una maldita katana, deja eso por favor. Dejaremos de armar jaleo pero deja eso, por Dios —

—Es tarde, ya habéis armado jaleo. Lo repetiré otra vez. Os vais por vuestro propio pie u os sacare yo de aquí.

Como si se arrodillaban a suplicar. La respuesta sería la misma. Ellos serían el ejemplo para todos los demás. Así, nadie volvería a armar jaleo, por que entonces sabrían que se largarian del local.

Por desgracia, uno de ellos parecía querer problemas.

— ¿Y qué pasa si no te hago caso? ¿Vas a cortarme en pedacitos con tu cuchillo?

¿Cuchillo? Si hubiese sido un enemigo, lo habría cortado por la mitad en ese mismo instante. Por suerte para él, era un mero civil de Uzushiogakure. Bastante gilipollas. Pero un civil.

—No, en trocitos no, pero una mano... O mejor, el brazo entero, veras como sales por esa puerta corriendo, a ver si llegas al hospital a tiempo o mueres desengrado por el camino.

En realidad no, no lo haría. Si era necesario le golpearía con la parte roma hasta noquearlo, pero esperaba que el miedo fuera suficiente para que cerrase la puta boca y se largara.

Solo por si acaso, empuje un poco la guarda de la espada con el pulgar, para dejar a la vista lo afiliada que estaba la hoja del "cuchillo".