(D) Limpiando escombros

[Nara Jun]

¿Eso era lo que tenía para contestar? Pensó que le iba a decir algo un poco más serio o algo que tenga que ver sobre el tema. Pero se agarró de una frase que había soltado la chica. Y, justamente para ella, Nao era raro a su forma ¿Para ella era raro un chico que anda con paraguas en la ciudad de la lluvia eterna y que, siendo un adolescente con una edad cercana a ella, hable con tanta formalidad? Si. Pero no tiene nada de malo. Jun no relaciona lo raro como algo malo, sino todo lo contrario. Le gusta que la gente salga de lo común y se anime a ser auténtico y a actuar de la forma que a cada uno le parezca.

Fue un poco sorpresivo la respuesta del muchacho. Pero, lejos de enojarse, cuando escuchó lo que dijo y se giró a verle, solo pensó una cosa «¡Que ternurita!» Aquel montañés estaba sonrojado y sacudiendo su cabeza frente a ella por insinuarle que era raro. También la inocencia de aquella pregunta, como si estuviera haciendo algo mal para ser raro o como recalculando que era lo que tenía de raro. Era demasiado para ella y no pudo evitar mostrar su sonrisita pícara.

Lejos de resolver la duda de si él era raro o no, omitió la pregunta y contestó lo que estaba relacionado a la misión.

—Bueno. — Al igual que muchacho, sacó un pergamino y se lo enseñó. —Parece que iremos ligeros, porque yo también uso Fūinjutsu.

Miró, nuevamente, la cantidad de cosas que había por el lugar.

—¿Por dónde empezamos?

[Akamatsu Nao]

Nao se sintió aliviado de que su compañera también pudiera sellar objetos. En realidad dentro de su cabeza ya se había imaginado una escena dónde Nao iba liviano con su paraguas mientras su compañera cargaba varios paquetes. Incluso pensó que podría llegar a causar problemas si luego él no quería cargar más objetos debido a que técnicamente ambos llevarían la misma carga; pero para su suerte todas esas teorías conspirativas se esfumaron ahora que Jun se rebeló como usuaria de fūinjutsu. «Al final creo que ambos somos aptos para esta misión, pues podemos llevar bastante carga sin esfuerzo.» Suspiró.

—De base, en el pergamino dice que la mueblería no se incluye, así que yo recomendaría revisar todos los objetos que no estén del todo estropeados... — Miró hacia arriba. —Las escaleras están rotas, pero debemos revisar también el segundo nivel y ver también que hay ahí — Observó a la chica. —¿Deberíamos revisar la parte baja y luego la parte alta? Temo que pueda caerse y no me gustaría luego tener que revisar demasiados escombros.

[Nara Jun]

Se notaba que ambos estaban bien seleccionados para hacer esta misión. Y no es solo que ambos puedan trasladar objetos sin mucho esfuerzo, sino que se notaba que había que ser cuidadosos e ingeniosos a la hora de moverse por la casa. Nao pudo analizar eso un poco antes de que lo haga Jun y advirtió que empezar por arriba podía ser un problema.

—Parece que si. Me daría miedo inclusive que se estropease algo si se llega a derrumbar el piso de arriba. — Comentó preocupada, ya que no sabía muy bien como iban a hacer para revisar dicho piso. —Cuando vayamos a revisar el segundo piso, deberemos ser bastantes cuidadosos. O, incluso, podría subir la persona de los dos que pese menos. — Que, probablemente, era ella. Aunque debía sacarse de encima su katana y otras mierdas para no hacer más peso.

Pero estaba adelantándose a las situaciones. Todavía ni habían empezado.

Sacudió su cabeza y con sus palmas golpeó leve sus mejillas.

—Mejor empecemos por el principio, ya veremos como haremos lo de arriba. — Soltó luego de un suspiro.

[Akamatsu Nao]

Fue entonces que ambos empezaron con la búsqueda; una en la que no sabían exactamente que estaban buscando. Ya dependería del criterio de cada uno determinar que cosas eran basura, y que otras eran rescatables. Pero en primera instancia, todas parecían ser más de la primera opción: Cuadros despintados, vasijas o macetas rotas, algunas cosas incluso estaban tan húmedas y podridas que no podías distinguir que eran exactamente. Ciertamente, no parecía que hubiera nada realmente útil en primer lugar. «Pero debe existir algún motivo.» Trataba de convencerse a sí mismo el pintor para no exasperarse en una aparente búsqueda inútil.

Fue entonces, que escucharían un crujido bajo sus pies.

—Eso sonó, rocoso — Dijo el muchacho mientras levantaba las suelas de sus zapatos.

La verdad, es que el suelo de piedra, estaba algo agrietado. Si avanzaban más, podían sentir que el terreno de por sí era muy inestable.

—Qué extraño. ¿Por qué los cimientos están débiles? Por mucha lluvia que haya, no deberían estar en este estado. Ni las casas más viejas llegan a deteriorarse así —. Frunció el ceño.

[Nara Jun]

Era algo gracioso que, ninguno de los dos, sabía exactamente que estaban buscando. Le podían meter todas las ganas que quieran, pero si no tenían certeza de cuales eran los objetos que tenían que buscar, no iban a avanzar mucho allí. Y es que tampoco podían deducir que es lo que buscaban a simple vista entre tanta mierda que había en... bueno, en todos lados ¿Podía, quizás, hilar con algo que tuvo en su misión anterior? Por lo menos hasta ese momento, no se le ocurría nada y tampoco tenía pinta que haya relación alguna con la anterior comisión.

En un momento, se había puesto de cuclillas, a punto de empezar a usar las manos para revolver los objetos del suelo, en un intento por encontrar algo. Sinceramente, le daba un poco de asco lo que iba a hacer. En la indecisión, tanto la voz de su compañero como aquel sonido extraño, la interrumpieron en su cometido.

—P-pero, ¿qué mierda?

Si bien todo allí estaba en ruinas, no le había prestado atención al detalle que mencionó el pintor. Tampoco sabía mucho de construcciones, pero si se le hacía raro que el suelo haga ese ruido de la nada. Ese lugar tenía más peligro de derrumbe de lo que, ya de por sí, aparentaba.

Se levantó con cierta parsimonia y delicadeza, intentando omitir movimientos bruscos. Volteó su cabeza para ver a Nao.

—¿Sería una locura que haya un piso abajo? Digo, como un subsuelo o algo por el estilo. — Preguntó realmente inocente, sin saber muy bien si lo que decía tenía mucho sentido o si era una total estupidez.

[Akamatsu Nao]

El castaño se cruzó de brazos, cerrando los ojos para pensar. Ciertamente no era tan descabellado lo que insinuaba la chica, ¿pero en qué les afectaba en ese preciso momento eso? «En este punto cualquier cosa para distraerme estará bien. No estamos llegando a ningún lado mientras rebuscamos entre las cosas.» Se deshizo de su posición, dirigiéndose a Jun.

—Pues tendremos que corroborarlo entonces — Empezó a caminar. —Quizá exista un sótano o algo, y en todo caso tenemos que buscar ahí también. Lo ideal sería dar pisotones al piso para buscar un eco que nos indique que el espacio de abajo está hueco, pero miedo me da también echarnos la casa encima — Él mismo golpeó entonces el piso con su calzado, causando crujidos. --Busquemos entonces una entrada... Quizá haya una puerta o algo para bajar.

Él mismo no estaba seguro de que existiese una entrada, pero quería creer en ello para al menos no sentir que estaba buscando en la nada.

—¿No había dicho usted que había hecho una misión antes para esta persona? ¿No tiene alguna pista? — interrogó el muchacho a la kunoichi, con la esperanza de ver si había segundas intenciones en esa misión.

[Nara Jun]

La chica se sentía algo más despreocupada por quedar como tonta, porque el contrario, por lo menos, se había quedado pensando por un momento. Acto seguido, se encaminó hacia algún punto de aquel lugar. Jun, sin tener idea que es lo que iba a hacer, lo siguió desde atrás, como un pato bebe a su madre.

Al escuchar que lo mejor era dar pisotones, estuvo a punto de abrir su boca en cierto desacuerdo. Le parecía una locura el hecho de hacer cualquier acción levemente bruta en ese lugar tan derruido. Pero este terminó por decir que, haciendo eso, podían llegar a tirar la casa, por lo que no omitió palabra alguna.

Acto seguido, el chico dio un pisotón.

—¿¡Pero que haces!? — Apretó los puños y le miró alterada. —¡No golpees el piso! Mirá si se nos cae todo esto encima...

Estaba siendo un poco exagerada, pero el hecho de que se contradiga tan rápido le afectó la paciencia. Por lo menos, Nao ya conoció el punto de vista que tenía sobre su método para localizar el subsuelo.

Calmó su postura al escuchar la pregunta que tenía el artista para ella. Necesitaba un pisca de tranquilidad y seriedad para poder avanzar con esa misión.

—Realmente, no tengo nada. — Le enojaba ligeramente eso, ya que sentía que, el hecho de haber hecho esa misión antes, les podía dar alguna información importante. —Por lo menos no directamente. Lo último que hice en la misión fue ofrecerle mi ayuda al tipo este y me dijo que me iba a contactar cuando sea el momento. También pude llegar a leer un poco de la carta que tenía que entregar, pero estaba partida a la mitad y no tenía mucho sentido lo que vi.

Algo era algo y podía llegar a intentar hacer conexiones con todo eso. Pero, la verdad, es que no había nada concreto y, cualquier cosa que plantee, era mera especulación.

[Akamatsu Nao]

El joven se cruzó de brazos, escuchando a la kunoichi y tratando de hilar los hechos. Trató de recordar lo que le dijo sobre la misión anterior, y luego abrió los ojos y miró a su alrededor. «Un jōnin raro, una casa abandonada.» Empezó a hilar los hechos, probablemente pensando que la misión tenía segundas intenciones. No lo razonó al inicio, pero había demasiadas cosas fuera de lugar ahora que lo pensaba. «Mierda, debí darme cuenta antes.» Quería creer que había algo más entre manos.

—Jun-san, ¿no le parece extraña esta casa? — Observó alrededor. —¿Por qué aún hay muebles? ¿Por qué aún hay cosas tiradas? Si fuera una mudanza, ¿por qué dejar todas las cosas atrás? — Más allá de lo aterrador que pudiera ser, aquello no tenía mucho sentido. —Nos han enviado a buscar cualquier cosa. ¿Pero si en realidad quieren que encontremos algo? — Se agachó, acariciando el musgo y moho del suelo. —Algo que no podrías encontrar si lo buscas.

Ahora estaba convencido, que no habían enviado a la muchacha por nada.

»¿Qué decía la carta que usted dijo haber visto?

[Nara Jun]

En un principio, no le sorprendía lo que decía Nao. De hecho, el detalle de los muebles era algo que había notado en un principio, solo que no quería darle muchas vueltas a ese asunto. Pero, la segunda parte de su discurso, era un poco más revoltosa. «¿Algo que no podrías encontrar si lo buscas?» No sabía exactamente si lo que dijo era una frase de una novela de misterio o si realmente tenía algo en mente.

—Si, se me había pasado por la cabeza lo de la mudanza. Quizá las personas que vivían acá escaparon de algo o alguien. — Respondió seca mientras observaba al joven, el cual parecía estar elaborando una teoría en su cabeza.

Por último, el montañés le terminó por preguntar el contenido de la carta. Creía entender a lo que iba su compañero. Y es que, relacionar a un hombre tan chiflado como Kagekatsu con el problema que hubo en la casa, era algo de lo más entendible. Aunque, bueno, el muchacho no sabía exactamente como era él.

—La carta la había escrito la misma Karaga. Ni bien se la entregué al hombre, Kagekatsu, y la leyó, partió la carta en dos y yo pude leer una de las mitades. No tengo memoria eidética, pero creo que era algo así... — volvió a nombrar lo de la carta, sentía que parecía importante remarcarlo. Se cruzó de brazos y se quedó mirando embobada. No miraba un "algo" en específico, sino que estaba intentando no olvidarse ni el más mínimo detalle y necesitaba concentrarse para ello.

»Empezó nombrando a un Fujiwara seguido de "el asesino" y luego algo sobre unas ordenes, pero quedó algo inconcluso esa parte. — Lo recordaba bien, era lo que más le había chocado de lo que leyó. —Luego, le formuló una pregunta, empezaba con si quería investigar algo y terminaba con algo sobre sus familiares. Creo que la ANBU le había...

De repente, se calló y abrió los ojos. Acto seguido, se dio una palmada en la cara que resonó fuerte, de esas que da gusto escuchar como impacta. Y es que, al recordar exactamente las cosas que había en la carta, empezó a hilar todo. Ese lugar, tranquilamente, podía ser el lugar donde había sucedido aquel incidente. Aunque quizás era una deducción bastante anticipada. De una forma u otra, la carta podía llegar a ser bastante importante.

—Qué imbécil.

Terminó de deslizar su mano por la cara y pegó un suspiro, algo frustrada por lo tonta que había sido.

—L-lo siento. — Le avergonzó un poco lo inesperada que fue su reacción. —Parece que la ANBU les cerró el caso y le dijo que lo iban a hacer por su cuenta. Lo demás no son cosas tan importantes. Supongo yo, que le explicó porque mandó un ninja a comunicarle esto, ya que el tipo no le gusta relacionarse con gente conocida y se hubiera espantado si Karaga hubiera ido a decirle esto.— Quería relajarse pero, realmente, era el momento donde más atención debía poner. Había cosas que aún no le cerraban mucho. —¿Supongo que debemos buscar más información sobre eso? Aunque creo que ni Karaga ni Kagekatsu sabían que yo leí eso de la carta. Al menos que este último lo haya notado y yo no me haya dado cuenta.

Se le hacía raro que tengan que buscar información sobre aquel hecho en una casa tan derruida. Era probable que esa casa la hayan abandonado hace muchísimos años y se le hacía raro que siga habiendo evidencia ahí.

[Akamatsu Nao]

El joven Nao sonrió. Notó como la chica sacó rápidamente las conjeturas al respecto, entendiendo entonces en qué se habían metido. «Es hora de jugar al detective.» Aunque lo de jugar, puede que terminara siendo mucho más serio.

—Podemos dar por sentado que no, ellos no esperaban que usted leyera la carta — Ladeó el pincel en su boca y empezó a caminar en círculos por la habitación en la que se encontraban. —¿Nos dirían si les preguntamos? Lo dudo. — Observó al suelo. —Esta es una escena del crimen. ¿Qué podrían encontrar dos genin que la ANBU no pudo? — Observó a Jun.

En ese momento, el joven se dirigió hasta un viejo gavetero, sacando un pergamino que apoyó sobre el mismo, empezando a dibujar figuras de roedores. «Algo que no es tan obvio, pero que tampoco es sencillo de encontrar.» Alejó el pincel y sacudió el papel, siendo que los ratoncitos saltaron y corrieron, dispersándose entre los rincones oscuros de esa casa.

—Puede que no confiaran del todo en usted para que les ayudara, al menos no lo suficiente como para decirle la verdad del plan. ¿Quizá porque no es una conocida aún? — Enrrolló el pergamino y se lo guardó de nuevo. —Pero para su mala suerte, recibirán más ayuda de la necesaria.

Aún quedaba pendiente el hecho de que existiera un piso subterráneo, pero por ahora sabían que lo que buscaban debería ser algo fuera de lo común.

[Nara Jun]

Ordenadamente, Nao empezó a deducir y desglosar todo lo que pudo con la información que la chica le había dado. Era complicado la situación en la que se encontraban. Evidentemente ni Karaga ni Kagekatsu iban a comentarle de lo que iba todo eso. Ya había suerte con que Jun haya podido leer un poco de la carta y poder deducir todo a través de eso.

—Ya se me hace raro que la ANBU no haya avanzado tanto en el caso como para tener que archivarlo.

Cruzada de brazos miraba al muchacho, el cual parecía algo inquieto. En parte le agradaba, era una señal que tenía algo en mente. Aunque, en otra situación, le hubiera molestado un poco que se esté moviendo de acá para allá en esa casa tan inestable. No era el peligro del derrumbe en sí, sino que se derrumbe el lugar y caigan a un supuesto vacío, si es que la suposición del subsuelo era verdadera. Le costaba un poco intentar ocultar su leve nerviosismo pensando que podía haber un piso más debajo suyo.

En un momento, su compañero sacó un pergamino y empezó a dibujar algo. «¿Y ahora que hace?» Pero, cuando este terminó, agitó el papel y salieron unos ratoncitos, los cuales se esparcieron por el lugar.

—¡Woah! ¿Y eso? — Notablemente estaba sorprendida por lo que acababa de ver. —¿Tienes algo en mente?

[Akamatsu Nao]

La chica reaccionó impresionada, aunque para Nao, aquello no era demasiado grandioso.

—Realmente, no estoy haciendo más que buscar un poco más rápido — suspiró. —Mis amiguitos puede otear el lugar, e incluso en rincones muy pequeños donde a nosotros nos costaría revisar. No creo que pesen siquiera lo suficiente como para causar un derrumbe, así que estaremos más seguros así —: Giró hasta una pared, pero luego volvió su vista a Jun y alzó el dedo. —Y sí, pude haberlo hecho desde antes y ahorrarnos tooooodo el paseo por la casa, pero realmente como estaba la situación, no tenía ganas de gastarme una técnica en eso — Se excusó al ver venir una posible reprimenda.

Tenía que aprovechar los golpes de suerte. «Además, no hubiéramos descubierto el crujido en el piso.» Ni él mismo estaba seguro de qué esperar, pero otras dudas rondaban su cabeza.

Ahora no les quedaba más que teorizar. Aquella misión era una tapadera para algo más grande, una investigación sobre un crimen, nada menos. «Dos personas que intentan buscar justicia por su propia cuenta.» No era algo para tomar a la ligera.

—El jōnin que usted dijo ver, por como lo cuenta no parecía un tipo que estuviera en sus cabales — Ahora sí se dirigió a la pared menos húmeda que encontró para recostarse en ella. —¿Qué conexión tiene con la clienta de la misión?

[Nara Jun]

Entendía que él ya estaba acostumbrado a ver su propia técnica. Si, obvio. Pero ella nunca había escuchado de nada como eso. Ninjutsus elementales, ilusiones, doujutsus, entre muchas otras técnicas que vio, escuchó o investigó en algún momento. Pero nunca había ni oído sobre dibujos que se movían. Esperaba que el contrario entendiese su reacción, ya que no era algo tan habitual para casi nadie.

Lo que comentó el muchacho sobre su técnica la pudo aliviar un poco. Esas ratitas iban a pesar mucho menos que ellos, por lo que había menos chance de que eso se vaya todo al carajo. Era algo muy importante para Jun, que lo último a lo que quería enfrentarse en esa situación era a una caída repentina.

—Bueno, me alegra que ese pincel sirva para algo más, a parte de que para que te lo comas. — Intentó romper un poco el ambiente con un chiste, pero tampoco quería que perdieran el foco en nada. —Y no te excuses, confío en que sabes lo que haces. — Otra cosa no, pero el muchacho le había demostrado ser bastante audaz hasta el momento. No iba a criticarle ninguna decisión que vaya a tomar. Por lo menos no hasta ese momento.

Siguió a Akamatsu, el cual se había apoyado en una pared. Ella se quedó parada frente suyo, a unos cuantos metros de distancia.

—Creo que eran compañeros. Si mal no recuerdo, diría que en la carta lo llama "senpai". — Lo que es husmear. Jun casi que se acordaba más de la carta, que del propio pergamino de aquella misión.

»Nao, creo que es más que obvio, pero no parece que esto haya sido solo un asesinato. Es decir, ¿por qué abandonarían tanto tiempo la casa? Como mínimo se hubieran llevado sus cosas después de que terminen algunas investigaciones ¿Habrá algo por lo que no querían volver aquí, ni siquiera para buscar algunas cosas y volver a Ame?

«Aunque, cabe la posibilidad de que se sientan inseguros aquí y ni siquiera se animaron a venir.»

[Akamatsu Nao]

Nao soltó una media sonrisa. «Me gustaría tener en mi mismo la confianza que usted tiene en mí.» A decir verdad, Nao no estaba del todo seguro que su técnica fuera a ser útil. Se consideraba a si mismo un niña bastante flojo. Entre tanto, analizaba las palabras de la kunoichi.

—O puede que no pudieran...— Se llevó los dedos al montón. —Hasta donde tengo entendido, los ninjas retirados no suelen tener permiso para salir de la aldea tan fácilmente. Aunque eso no explica porque esa tal Karaga no ha venido ella misma a indagar aquí — Ahí había un hueco que debían llenar.

Tenía muchas preguntas al respecto, pero ahora mismo no podían obtener respuestas.

—¿Quién fue la víctima? ¿Quién vivía en esta casa? ¿Qué pasó con el victimario? — Levantó su mirada al húmedo techo. —A menos que preguntemos directamente, no lo sabremos — Dirigió de nuevo su mirada a Jun.

De pronto, los ratoncitos que caminaban a lo largo de la estructura, regresaron. Nao sacó de nuevo su pergamino, lanzándolo al piso para extenderlo y que los animales regresaran a su lugar de origen, pero esta vez tomando la forma de palabras.

—Y ahí lo tiene — Movió el pincel en la boca.

No había mucha información relevante. El segundo piso parecía estar tan derruido como el primero, aunque por la antigüedad de las vidas era seguro que se cayera con que los dos shinobis subiesen a revisar. No había pasadizos visibles en el suelo tampoco. Lo único llamativo en ese pergamino, era que se mencionaba un hundimiento muy marcado en un dormitorio bajo llave, en el primer nivel de la casa.

[Nara Jun]

—¿No pudieran? — Se rascó con un dedo la mejilla.

Tenía mucho sentido que no pudieran venir, pero ella no creía que era por lo que nombró el otro. De una forma u otra, hubieran ido a buscar algo de la casa. Había un dato más que se les escapaba de su conocimiento.

Igual de curioso que un filosofo, Nao expresaba algunas de las preguntas y repreguntas que tenía. Solo nombró algunas, pero la chica sentía que su compañero tenía cierta inquietud con respecto al tema.

—Sería demasiado difícil que podamos deducir todo eso. — Suspiró. —Siento que hay algo que se nos está escapando de las manos.

Al termino de su última palabra, los roedores retornaron al lugar donde estaban ambos. El shinobi no tardó en lanzar un pergamino al piso y, como clavadistas, los ratones se metieron en este. La Nara, curiosa, asomó su cabeza hacia el pergamino. «Es increíble... Y demasiado útil también.» Los animalitos se habían transformado en palabras, las cuales expresaban información sobre el territorio que recorrieron.

Menos mal que Nao tenía ese as bajo la manga, porque, si el piso de arriba estaba tan mal como estaba abajo, se hubiera caído inmediatamente si alguno de los dos subía. Aunque, estaba más que cantado que Jun no se hubiera ofrecido nunca para subir a ese piso.

Por lo otro, no pudo notar nada relevante del escrito. Solo algo sobre una habitación cerrada con llave. Un hundimiento.

—¿Y eso del dormitorio? — Le miró de reojo. —Deberíamos intentar entrar.