(D) Limpiando escombros

[Akamatsu Nao]

Ciertamente, en ese momento no tenían nada mejor que hacer. Era información vaga, pero cualquier cosa con la que pudieran trabajar estaba bien. El muchacho se rascó la nuca y suspiró, moviendo el pincel entre sus labios, pensante. «No tenemos de otra.» Recogió su pergamino antes de empezar a avanzar.

—Vayamos a revisar entonces.

Realmente el lugar estaba cerca, pero el camino estaba bloqueado por unas tablas que habían caído del segundo piso. «¿Cómo es posible que no construyeran esta casa para que resistiera la lluvia?» Bajo condiciones normales, habría sido difícil sortear las tablas, pero para el castaño sólo sería cuestión de usar algo de chakra y trepar un poco por las paredes, evitando tener que escalar las viejas tablas. Esperaba también que Jun hiciera lo mismo.

Cuando llegasen, se enfrentarían a otro problema: Las puerta estaba cerrada. «¿Quién cerró la puerta?» Si alguien había llegado a investigar antes, no tendría sentido que no hubiesen revisado ese lugar. Nao giró el pomo, comprobando que estaba bajo llave. Sin embargo, viendo lo delicado que estaba toda la estructura de la casa en general, decidió patear las bisagras que se salieron de su sitio tras unos cuantos impactos, haciendo que la puerta se saliera del marco.

—Por lo menos no perderemos tiempo buscando una formar de abrir— Bromeó.

El cuarto tenía un gran agujero en el techo, causando que la lluvia humedeciera ese sitio más de lo normal. A diferencia de los demás cuartos, este era el único lugar completamente vacío, salvo por el típico moho. Pero lo que realmente llamaba la atención, era justamente el hundimiento en el centro del cuarto. Había una grieta algo pronunciada, rodeada por un pequeño hundimiento. Daba la sensación que el suelo podía terminas de resquebrajarse si ponías un pie encima.

[Nara Jun]

Realmente, poca cosa podían hacer con la información que tenían. Ya de entrada, no sabían que carajos estaban buscando. Jun había tirado alguna que otra pieza del rompecabezas y Nao pude juntar algunas. Pero todo eran meras suposiciones de ambos, no había nada claro al ciento por ciento. Ir a esa habitación era lo poco que podían investigar.

La chica fue detrás de su compañero, el cual se dirigía directo a la ubicación de la habitación. El leve obstáculo de las tablas no era problema alguno para la mayoría de los ninjas, era de los conocimientos más básicos el poder llevar su chakra a sus pies y pegarse a superficies que, para alguien normal, sería imposible. El problema, más que nada, radicaba en que la kunoichi no era la mejor amiga de las alturas, por lo que nunca le terminó de gustar la idea esta de trepar por paredes. El hecho de no ser totalmente vertical la ayudaba bastante, ya que no era una altura del todo considerable y la sensación del vértigo no era tal. Al poner el pie en la pared y empezar su trayecto, intentó apurarse lo máximo posible.

Al bajarse, se notaban los restos de su miedo incondicional. Sobre todo en una mirada un poco afectada y en un postura un poco temblorosa. También, andaba más callada de lo normal.

El destino no se les iba a hacer fácil, pues la habitación donde debían ir estaba cerrada. Esto, de todos modos, ya lo sabían. La pregunta era: ¿Quién cerraba una puerta en una casa tan destruida como esa? Era absurdo y tampoco había un porqué. De una forma u otra, debían entrar.

Por el lado de la Nara, esperaba hacerlo de una manera tranquila y cautelosa. Quería hacerlo así, por lo menos en una situación como esa. Ya estaba pensando en si había un modo de forzar la cerradura, incluso le iba a preguntar al chico si tenía alguna ganzúa. Pero este último notó algo importante, aunque muy obvio, y era que las bisagras estaban muy débiles. Por lo que bastó con patearlas un poco para que la puerta se salga del marco. «¿La puerta la cerraron antes de que todo esté así? ¿Cuánto investigaron esta casa, entonces?» No tenía sentido que hayan investigado el lugar y, luego, hubieran cerrado la puerta, teniendo en cuenta en el estado que estaba.

—Y-ya, algo es algo. — Soltó tímida.

Y es que no le agradaba ni un poco el estado en el que estaba el piso de esa habitación. Un gran hueco en el techo hacía que la lluvia entre como si nada al cuarto, siendo la posible causa del hundimiento que sufría aquel lugar.

—N-no me parece muy buena idea entrar ahí. — Dijo, asomada desde afuera por el marco de la puerta. Bueno, donde antes había una puerta. —¿Podrá aguantar el peso de una de tus ratitas? Digo, quizás se pueda meter en ese agujero. — Señalaba impaciente, sin querer siquiera meter un dedo en ese lugar.

[Akamatsu Nao]

El joven se giró, pues parecía que Jun no estaba del todo confianzuda respecto a seguir indagando. De hecho, se le había hecho raro ya con anterioridad el que le costara treparse a los muros. Sin embargo, suspiró y negó la cabeza ante la pregunta de la chica.

—La grieta ciertamente tiene una longitud considerable, pero es demasiado angosta incluso para mis ratones más pequeños — Se cruzó de brazos, —¿Habrá algo allá abajo en primer lugar? No es un sótano, porque no hay ninguna entrada. Sin embargo me parece demasiado extraño que este cuarto haya estado vacío y cerrado, como para que no hubiese algo de lo que sospechar — Movió el pincel en su boca.

Nao miró a los muros.

—Me gustaría treparme a la pared para al menos acercarme a la grieta desde otro ángulo, pero no estoy seguro de que resista — Se giró de regreso al pasillo y recogió un trozo roto de una vasija.

Regresó de nuevo al cuarto, y tiró la piedra al suelo, produciendo un eco al rebotar. «Ciertamente, está hueco allá abajo.» ¿Pero quién se atrevería a bajar?

[Nara Jun]

La leve esperanza de que uno de esos pequeñitos amigos de Nao puedan entrar en el hueco, desaparecieron al instante ante la negativa del mismo. «¿Ahora qué?» Debían investigar de una forma u otra lo que había ahí, era la única pista que podían seguir de toda la casa.

—Chico, te llegas a subir a esa pared y, no solo te matas, sino que nos matas ¿Ya viste como está esta habitación?

Era un poco exagerado, pero tampoco estaba equivocada en que, si hacía eso, probablemente se venga abajo esa parte de la casa. Había que buscar otro método.

Por contrario a Jun, su compañero estaba intentando actuar de alguna manera. Había tirado un pedazo de algo al suelo de la habitación, el cual provocó un eco. Gracias a esto, algo se le pasó por la cabeza. Algo no tan cuerdo, como solía ser su proceder ante muchas cosas.

—Ya te digo que no pienso poner un pie ahí, y dudo que vos lo hagas. Pero podemos hacer algo. — Miró el hueco en el techo y luego el suelo nuevamente. —Podemos ver si podemos tirar algo desde afuera y que caiga en el hueco del techo. Diría hacerlo desde el techo, pero no creo que aguante. «Y yo tampoco me subiría ahí, aunque esté en buen estado.» Con la fuerza de la caída y si el objeto es de un peso mediano, se puede llegar a romper el piso y podemos ver que hay abajo. Si llega a pasar algo, estaremos fuera de la casa y no nos pasaría nada.

Aunque, había otra cosa en tener en cuenta.

—Lo que sí, si se llega a derrumbar la casa, se nos va a complicar un poco seguir con la misión. Si ya nos está costando buscar entre estos escombros, no me imagino si se viene todo abajo. — Suspiró y se alejó del marco. —Pero es lo único que se me ocurre a mi. Me parece lo menos riesgoso.

[Akamatsu Nao]

El joven Nao pensó que quizá Jun estaba siendo demasiado precavida, pero se permitió sonreír ante la sugerencia de romper el suelo desde arriba.«Tengo la herramienta perfecta para ello.» De pronto sin decir nada, sacó de nuevo un pergamino.

—No se diga más — Empezó a caminar de regreso por el pasillo. —Espere aquí por favor, desde una posición segura. Yo me encargaré de romper el suelo desde afuera, y así usted podrá inspeccionar — Saldría entonces del lugar.

Nao se encaminó a las afueras entonces, buscando algún escombro lo suficientemente grande y que tuviese un peso más o menos considerable. Vio entonces un gran trozo de pared derruida. «Esto debería servir.» Tiró entonces un pergamino al piso y comenzó a dibujar.

Desde adentro, si Jun tomase la posición que Nao le indicó, podría observar como de pronto un enorme pájaro se asomaba desde el agujero del techo, aunque su aspecto de tinta era bastante similar al de los ratones que Nao usó previamente. El ave entonces dejaría caer un enorme trozo de concreto, causando que el piso de la habitación terminara de romperse justo delante de sus caras.

No hubo mucho polvo ya que fue absorbido por la humedad del ambiente, así que era posible ver claramente lo que había ahí abajo: Gradas vestigiales, indicando que alguna vez hubo un sótano en ese lugar. Por lo demás, el sitio parecía vacío, hasta que un extraño brillo metálico se hizo presente desde los escombros.

—¡¿Hay algo ahí?! — gritó el joven desde el exterior.

[Nara Jun]

Era ella la que iba a empezar a encaminarse para afuera, pero el chico se adelantó. Parecía que le había gustado el plan que había ofrecido. Pero no era solo eso, también parecía que había elaborado otra idea.

—¡E-espera! ¿Qué vas a hacer? — Se detuvo de golpe cuando vio a su compañero tan decidido.

Indecisa, se quedó paralizada por unos segundos, con dos pensamientos chocando fuertemente en su ser: hacerle caso a su compañero o ir detrás de él.

Cuando se quiso dar cuenta, Nao ya no se encontraba con ella. Parecía que ya estaba poniendo en marcha lo que tenía planeado, mientras ella se encontraba casi en blanco. Se puso en un lugar seguro, cosa de que pueda sufrir ningún tipo de daño. Lejos de estar tranquila, se podía notar de lejos la tensión que recorría su cuerpo. No le agradaba nada estar ahí adentro mientras el otro intentaba romper el piso.

Y, bueno... como si nada, apareció un ave gigante por encima del hueco. Pudo notar que tenía el mismo aspectos que los ratones, por lo que quería entender que era otra obra de Nao.

—Ah, genial. Un pájaro gigante. — Soltó para ella misma, ya que no esperaba que el otro lo escuche desde la posición donde estaba.

El animal soltó un trozo directamente en el hueco, tal y como era la idea original. Cuando se rompió el piso, Jun amagó a tirarse más hacía atrás de lo que estaba. Pero, a fin de cuentas, no era tan grave como lo parecía. El piso se rompió sin mucho problema. Realmente no parecía haber mucho allí dentro. Aunque...

—¡Puede que si!

Sin esperar mucho al chico, fue acercándose tímidamente al hueco que había dejado el suelo, intentando diferenciar que era aquello que brillaba.

[Akamatsu Nao]

Cuando Jun se asomase a revisar el antiguo sótano tendría que remover unas cuantas piedras para encontrar el origen del brillo: Era la punta de una espada rota, con unas manchas de sangre secas. No medía más de diez centímetros, y también tenía algunos rastros de oxidación.

Aunque moviera y removiera los alrededores, no parecía que hubiese rastro del resto del arma por ningún lado. En efecto, parecía que el cuarto había estado sellado y vacío por mucho tiempo. ¿Por qué había estado ese trozo de metal entonces en ese sitio?

Entre tanto, el ave había ido a recoger a su creador, alzándolo por encima de los huecos, y descendiendo nuevamente con lentitud en el ahora desvelado sótano.

—Pues al final si había un subsuelo — Diría mientras se bajaba de lomos del pájaro.

[Nara Jun]

Terminó yendo directo por lo que le había llamado la atención en un principio, un objeto brillante. Era un pedazo de un arma debajo de unas pocas piedras. Parecía ser exactamente la punta, la cual tenía rastros de sangre seca y oxidación. «Vaya que la ANBU trabaja bien, eh.» Soltó un seco "Je" para ella misma. No podía creer que eso este ahí aún, algo tan importante como un objeto punzante con sangre. Lo recogió con delicadeza, lo último que quería era cortarse con algo oxidado.

Fue recorriendo la habitación, buscando algo más con lo que poder deducir que había pasado allí. Pero no, solo estaba el objeto que había recogido. Había varias cosas que no le cerraban.

Cuando vio que su compañero bajó del dibujo alado y que ya no tenía más que revisar, se asomó por el hueco que habían generado.

—Tremendo pájaro te sacaste de la manga eh. — Sonrió un poco y se empezó a acercar a Nao. —Solo encontré esto.

Alzó la mano que sostenía el metal, dejándoselo ver al chico.

—Es raro que no haya nada más en el lugar. Además, estaba entre unas piedras. Como si alguien lo hubiese escondido o algo.

Cuando estuviese lo suficientemente cerca, se lo dejaría ver, si es que quería verlo más de cerca.

—Lo que se me hace más raro es que la ANBU no haya llegado a encontrar esto. Esto podría ser importante para el caso.

No es que quería dudar de la capacidad de la ANBU, pero se le hacía raro que hayan dejado pasar eso. Le generaba cierta duda sobre que tanto se habían metido en ese caso.

[Akamatsu Nao]

El chico se acercó, feliz por el cumplido en forma de juego de palabras de la kunoichi, aunque la sonrisa se le borró cuando la chica le mostró lo que parecía ser un trozo de arma ensangrentada. «¿Cómo algo tan importante como eso podría haber estado aquí?» Escuchó atentamente a la kunoichi, aunque no terminaba de convencerle la teoría al respecto.

[col0r=mediumpurple]—¿De verdad la ANBU es una organización tan inútil que se dejó algo como esto? —[/color] Frunció el ceño. —Bueno, obviamente iba a estar entre rocas si literal el piso de arriba ha caído — hizo la observación al respecto.

Sin embargo, algo no le terminaba de cuadrar. Observó a sus alrededores y caminó hasta las antiguas escaleras.

—La verdadera pregunta es... ¿Este lugar ya estaba completamente cerrado cuando la ANBU vino a investigar? Y de ser así, ¿porqué sólo este trozo?— Se giró de nuevo hasta su compañera. —¿Acaso es esto, lo que esa tal Karaga quería que encontrásemos? — Miró fijamente a Jun. —Lo ideal sería sellarlo en un pergamino para poder llevarlo -- esperó a que la kunoichi cumpliera esa labor.

Mientras tanto, Nao trató de figurar el cómo eso había llegado ahí.

—¿En qué lugar de la habitación estaba exactamente? — inquirió.

En realidad, tenía una teoría, pero debía saber en que parte fue localizado.

[Nara Jun]

«No, inútiles no. Todo lo contrario.» Entendía la reacción del chico, pero es que no le encontraba otra explicación a lo que estaba viendo. Aunque debería darle la derecha con el tema de los escombros, fue demasiado premeditada y tonta aquella deducción.

—Supongo que el lugar ya estaba cerrado. Sería muy raro que la ANBU haya cerrado ese lugar con el objeto dentro luego de investigar. — Incluso, era raro el hecho de que eso este ahí abajo.

Parecía que eso era lo que Karaga quería que encuentren. Eso quería creer Jun, que por ahora era lo único que se le hacía viable de toda la mierda y escombros que había en la casa. Ante la petición de su compañero, asintió con la cabeza y procedió a sacar uno de sus pergaminos. Lo abrió y colocó el pedazo del arma encima de este.

—Lo encontré allí. — Con su dedo señaló el lugar exacto donde recogió el objeto.

Cuando terminó de dar la indicación, comenzó la secuencia de sellos para el Fūinjutsu. Mantuvo el último sello durante unos segundos hasta terminar el sellado.

Al finalizar, tomaría y guardaría el pergamino. Mientras tanto, miraba al otro de reojo.

«¿Qué tienes en mente?»

[Akamatsu Nao]

El muchacho caminó por la habitación, formando una imagen mental de que es lo que había sucedido. No conocía el crimen, no conocía la víctima ni a los victimarios, pero al menos estaba tratando de construir algo en torno a la espada. Caminó al punto donde se encontraba, miró hacia arriba y a la leve lluvia que se colaba, y a la derruida puerta. Estaba realizando un trabajo detectivesco sin casi nada para sostenerse. Sonrió.

—Este cuarto ya estaba sellado cuando ocurrió el crimen. Arriba, fue dónde se realizó el ataque — bajó la vista y pateó unas rocas. —Sólo había, una pequeña grieta. ¿La punta del arma cayó por ahí, o fue el asesino él que la tiró? Sea como fuera, el trozo de espada estuvo aquí... El cuarto de arriba fue completamente escudriñado, y limpiado luego de que terminó la pesquisa. ¿Alguien cerró la puerta? — Miró a Jun. —El tiempo transcurrió. La humedad no sólo daño el techo, sino que hizo que se debilitara el espacio en esa pequeña grieta, causando un leve hundimiento. Dos genin han venido años luego, con la brillante idea de romper el piso — Sacudió el pincel en su boca, satisfecho con su deducción.

[Nara Jun]

Era curioso ver al chico analizar y pensar en voz alta mientras iba interactuando con el lugar. Casi que parecía feliz y en su salsa.

El final de la conclusión le sacó una sonrisa y, posteriormente, una risa. Si alguien dijera por ahí que se les ocurrió romper el piso de la nada sería bastante gracioso, aunque esa acción haya tenido todo un plan detrás. Tampoco muy elaborado, pero si habían pensado un poco todo antes de actuar.

—Ya estamos para ser investigadores, ¿no? — Sonrió y suspiró casi de inmediato. Sentía que aún tenían muchas cosas que estaban en el aire, aunque debía admitir que habían avanzado bastante. —Todavía hay algo que me queda atragantado de todo el asunto, como el porqué de que hayan cerrado la puerta de una habitación supuestamente vacía. Pero si, tiene mucho sentido tu deducción. Sobre lo demás, no tenemos mucha información que nos hayan facilitado y que nos ayude para deducir algo más.

Dio media vuelta, dejando de mirar a Nao e intentando que no se le pase nada por alto.

—Bueno, creo que no hay mucho más que revisar aquí. — Se peinó el pelo hacia un lado, mirando los alrededores. —Al menos que las ratas nos hayan mentido con algo. — Bromeó de manera sutil.

[Akamatsu Nao]

Pese a las dudas de la chica, no podía responderlas. Él mismo tenía esas dudas pero a base de suposiciones no podía llegar a nada, pero eso no significaba que se fuera a conformar con ello. Simplemente, cerró los ojos y asintió. Era hora de marcharse puesto que todo el resto de basura no iba a servir para nada, pero seguramente necesitarían oír explicaciones de la mentada Karaga para sacar sus conclusiones.

—Tendremos que llevarle las cosas a la señorita cliente, y ya veremos si ella está satisfecha con esto — Sonrió. —Que nosotros encontráramos ese trozo de espada, quizá no era algo del todo esperado — Empezó a caminar escalando el muro para subir de nuevo al primer nivel. —Y creo que no será necesario llevar ninguna otra chuchería — Esperó a que la chica lo siguiese.

Creo que es hora de regresar a la aldea y llevar las cosas a nuestra clienta.

...........

El camino de regreso sería igual de tranquilo que el de ida, siendo que tendrían que dirigirse a la veterinaria del hospital de Amegakure para encontrarse con la mencionada Karaga.

—¿Ya había hablado usted con ella antes...? — Preguntaría cuando ya estuviesen cerca de llegar.

[Nara Jun]

Probablemente no, nadie esperaría que dos genin encontrarán eso allí. De hecho, Jun incluso no sabía si alguien esperaría que esté ese objeto ahí. Aunque, por otro lado, si no era eso, ¿qué mierda era lo que esperaba Karaga que le lleven? Bueno, solo una persona les podía responder eso.

—Ojala que si esté satisfecha.

La chica tragó saliva y, a su forma, siguió los pasos que Nao daba por el muro.

...........

Por suerte, el camino de vuelta no fue nada complicado. Lo que sí, ahora su destino era el lugar donde se encontraba su clienta. Si se les daba la oportunidad, además de darle el objeto, podían consultarle algunas dudas que los shinobis tenían.

—La verdad que no. — Dijo segura. Habló con varias personas, y perro, en la otra misión, pero nunca con Karaga.

[Akamatsu Nao]

Cuando entrasen al lugar este estaría vacío, siendo que aparentemente no había personas con cita para esa hora. Sin embargo, tampoco había señales de que algún dependiente pudiese ayudarlos. «Es casi medio día, quizá muchos estén almorzando.» Y de pronto, la tripa también le rugió al castaño, llevándose la mano a la barriga un poco apenado y viendo de reojo a su compañera con algo de incomodidad. «Creo que deberé ir a prepararme algo en la casa cuando terminemos aquí.» Se dijo a sí mismo para tranquilizarse. De todas formas, ya faltaba poco para completar su misión.

En ese momento y por casualidad, una puerta se abrió, siendo que un enorme doberman salió de la misma con una bolsa de papel en la boca, volteando a ver a los dos genin de inmediato.

—¡R sn stds ccrrts1. ¿trjrn ls css? — Masculló al verlos.

El joven se quedó tieso en el sitio al inicio. «¿Acaso es un perro ninja? » Vió la bandana en el cuello del mismo. «Obviamente lo es, no sé porqué pregunto.» Concluyó.

—Ehhh, lo siento pero no hablo perro...— se rascó la nuca.