(C) El rescate

[Kaminari Kimi]

Kimi parecía estar más ocupada sobreviviendo que prestando atención a lo que decían aquellos hombres.

— Chispaschispaschispas ¡Chispas! Para ya, solo te necesitaba durante un momento. —Se decía, mientras miraba su reflejo en el río.—. Necesito enfriarme.

Acabó por sacar otra pequeña botella de agua, antes de tragársela otra vez entera del tirón, solo que esta vez, al terminar, empezó a salir algo de vapor de su boca.

[Nara Jun]

Si bien prestó atención al discurso del sujeto, no podía evitar escuchar e inquietarse por la situación de Kimi. Chispas, vapor. Le faltaba escupir fuego nada más.

No pensó que el hombre estuviese mintiendo, solo parecía tener cada palabra medida para dar una respuesta bastante decente.

—Entiendo... Y no se preocupen, si no hicieron nada ilegal no les pasará nada. Pero necesito toda la información posible.

Le sorprendía que le paguen a dos personas al azar y si ningún aptitud para defenderse para no dejar pasar a las personas. Puede que engañe a varias personas de no pasar, pero era muy probable que alguien se salte la advertencia sin más. Probablemente, no les pagaron mucho.

Se llevó una mano al mentón y se quedó viéndole fijo. No ayudaba mucho saber que su compañera estaba intentando no autodestruirse, pero intentó mantener la seriedad.

—Necesito que me describas a esta mujer, y también saber en donde y cuando hicieron este trato. Por cierto, ¿no les dijo exactamente hacia que lugar no quería que pasen las personas?

[Narrador]

Los hombres se miraron entre ellos y volvieron a mirar a las kunoichis.

— Pues, no sé. Estaba encapuchada. ¿Tú recuerdas algo? — dijo girandose a su compañero.

— Olía bien, y era morena.

— ¿Morena? Yo creo que era castaña. — el otro solo se encogió de hombros, sin darle un segundo pensamiento. — Es muy dificil con la que cae aquí siempre distinguir nada, sobre todo si va encapuchada. Medía menos que yo, eso seguro.

No parecía que mintiesen, ni que se estuviesen esforzandose en recordar. Además, parecían haberse olvidado de la mitad de cosas que Jun les había preguntado.

[Kaminari Kimi]

— Vale... bien... parece que ha parado. —Se dijo a sí misma en voz baja, comprobando con su reflejo en el río que ya se había detenido del todo el Overclock—. Tendré que tener más cuidado con esto.

Se tomó un par de segundos para respirar y enfriarse, antes de volver andando hacia Jun y los dos hombres.

— Disculpen... —Dijo, algo avergonzada por haber tenido un corto circuito frente suyo.

[Nara Jun]

Los hombres no parecían ser muy despistados o, mínimo, no sabían expresarse. Jun ya no sabía si eran imbéciles o la estaban bolaceando, solo le pregunto un par de cosas simples y solo pudieron responder una, la cual ni siquiera le ofrecieron una gran información.

—Olía bien y morena... o castaña. Era más baja. Anda encapuchada. Ok.

Dio un suspiró y notó que su compañera había vuelto del lapsus que había tenido. No le dirigió la mirada pero estaba sinceramente intrigada con que mierda le había pasado.

—¿Cuándo fue que hicieron el trato? — Preguntó algo desganada.

[Narrador]

Los hombres ganaron confianza al ver que las dos kunoichis eran mucho más credulas, amables de lo que se esperaban.

— Volviamos de la taberna y nos detuvo para decirnos que nos pagaría si nos quedabamos en el camino del rio para avisar a la gente de que habría inundaciones. No parecía nada del otro mundo y gastar un par de horas con esta buena brisa es algo refrescante y así disimulas mejor el alcohol al llegar a casa.

Ambos sonrieron ante la complicidad que se tenían.

[Kaminari Kimi]

Kimi simplemente sonrió y se limitó a repetir la pregunta.

— ¿Y cuándo fue eso? —Les preguntó, pues se habían dejado lo único que les había preguntado Jun—. Esta investigación es importante. Hay vidas en juego, así que por favor, limítense a responder las preguntas ¿de acuerdo?

Todavía les sonreía y les hablaba con paciencia, pero Kimi ya empezaba a preguntarse si debía ser un poquito más dura. Al fin y al cabo ya llevaban bastante rato haciéndoles perder el tiempo.

[Nara Jun]

Con la vuelta de Kimi había vuelto también la paciencia, ya que Jun no iba a poder seguir hablando con esos dos. Esa última respuesta le había colmado un poco su calma, teniendo en cuenta que respondieron algo que le había preguntado antes y no había contestado en el momento. Y, ahora, tampoco respondió la pregunta que le había hecho. Por lo que era mejor que la Nara no suelte una palabra más, por lo menos para el bien de esos hombres que parecían ser tremendamente idiotas o solo estaban jugando con ellas. Tampoco tenía muchas ganas de seguir perdiendo el tiempo con esas personas.

Los miraba a ambos, ya ni decepcionada ni siendo amable. Simplemente estaba molesta. Bastante molesta.

[Narrador]

— ¿Y cuándo fue eso? Esta investigación es importante. Hay vidas en juego, así que por favor, limítense a responder las preguntas ¿de acuerdo?

El hombre que se estaba dirigiendo a ellas principalmente alzó una ceja. Fuese lo que fuese que iba a decir, parece que acabó por reservarlo.

— Hace un par de horas, porque meo una vez por hora y he ido dos veces.

— [color=light green]Tres.[/color] — le corrigió su compañero.

— Esa era la de esta hora, así que sí, dos horas y un rato.

Tras aclararlo, volvió a dedicarles una mirada dubitativa a las chicas. Como si hubiese algo que quería pero no debía decir.

[Kaminari Kimi]

— Entiendo. —Respondió Kimi, anotando mentalmente la información—. Disculpa. ¿Pasa algo?

El hombre con el que estaban hablando parecía querer decirles algo, pero estaba dudando. ¿Quizás había sido demasiado dura antes? Ay, chispas ¿y si lo había ofendido?

[Nara Jun]

«¿Estos se cuentan cuantas meadas se echan?» Aquel dúo era cuanto menos peculiar. No solo por contar cuantas veces van a regar las plantas, sino que hubo un instante que los hombres se quedaron dubitativos, mirándolas de forma rara. Eso fue lo que le impidió a Jun soltar opinión, al parecerle que los hombres necesitaban decirles algo y que Kimi ya les preguntó por ese asunto.

En cierto punto, ya le estaba hartando la actitud de los dos tipos.

[Narrador]

— Disculpa. ¿Pasa algo?

De nuevo, hubo una mirada de complicidad entre los dos hombres. El que estaba detrás negó con la cabeza, intentando detener a su compañero, quien era el portavoz del duo. Sin embargo, se volteó a ellas para decirlo en voz alta.

— Sin animo de ofender pero... ¿de verdad sois ninjas?

El otro se llevó una mano a la cara, haciendolo tan sonoro como era humanamente posible.

— Tiiiiiiiiiiiiiiiio.

Las señaló con ambas manos con las palmas hacia arriba.

— Es que están más perdidas que el barco del arroz. Están haciendo las preguntas más tontas del mundo y enfadandose porque no les damos las respuestas que quieren que no son la pregunta que nos han hecho.

— Serán nuevas, pero joder, esa pregunta no se hace.

— Pero ni parecen ninjas, están super dispersas, parecen un par de colegialas haciendo un trabajo de investigación y rellenando páginas al tuntun más que una autoridad propiamente dicha.

El otro hombre simplemente se volteó haciendo aspavientos, viendo como su amigo tenía demasiado inhibidos los sentidos, tal vez a causa del alcohol o a que tenía el tacto en el culo.

[Kaminari Kimi]

Y entonces Kimi, sin más, cargó una enorme cantidad de chakra en su brazo robótico y decapitó al hombre de un solo golpetazo.

O eso le habría gustado poder hacer, pero prácticamente podía escuchar la voz de su padre a su lado repitiéndole una y otra vez la última regla de cortesía del dojo Kaminari. Aquellas reglas bajo las que vivía su día a día y que le eran imposibles de quebrantar, incluso en situaciones como aquellas en las que habría sido mucho más fácil poner en su lugar a aquel borracho.

Pero quizás, quizás si era muy, pero que muy comprensiva, podría llegar a entender a aquel señor. Ellas dos eran la autoridad allí, pero era cierto que estaban muy perdidas y no sabían qué hacer, cuando deberían ser precisamente ellas quienes supieran qué hacer.

Sin perder la sonrisa, Kimi contó hasta diez mentalmente y respondió.

— Puede que tenga razón, disculpe. —Le respondió, sorprendentemente tranquila para las tonterías que acababa de escuchar—. ¿Pero cuáles son las preguntas correctas, entonces? Y ya que está, si no es mucha molestia ¿cuáles son las respuestas?

[Nara Jun]

Y si, lo tuvo que hacer. El de la voz cantante terminó confirmando una de las dos incógnitas que tenía desde un principio ¿Eran muy tontos o le estaban tomando el pelo? Al parecer era la segunda, pero de la primera tenían un poco para faltarle el respeto a dos autoridades. O a alguien con poca paciencia. O alguien como Jun, que no estaba para tragarse ni media más. Aunque Kimi parecía haber tragado las ganas que tenía de arrancarle la cabeza al tipo ese (literalmente) y siguió mostrándole una sonrisa. Por lo que, si ella no actuaba, Jun si lo haría.

Desenvainó rápido su kodachi y la sostenía fuerte y tensa a centímetros del cuello del que más estaba hablando. No sonrió como su compañera, su expresión era más neutra, casi sin mostrar reacción.

—Nada de disculpas, Kimi. — Soltó tranquila a su compañera, aunque sin quitarle la mirada al tipo. —Te dejas de hacer el tonto y nos empiezas a responder lo que preguntamos o tu meo no va a ser lo único que va a caer al río.

[Narrador]

—Nada de disculpas, Kimi. Te dejas de hacer el tonto y nos empiezas a responder lo que preguntamos o tu meo no va a ser lo único que va a caer al río.

El momento en que se desenvainó la katana, las palabras de Kimi pasaron a un segundo plano, adjudicandole el podio a las de la chica que amenazaba el cuello del hombre.

— Eh, eh, que he dicho sin animo de ofender. Preguntad lo que querais y os contesto, os hemos contestado a todo, ¿no?

Alzó las manos en señal de paz. El otro, más alejado, se quedó tenso observando la situación, preparado para actuar en el caso de que fuese necesario. Hablando de actuar como salir por patas, claro.