Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Yuri había estado hablando con los habitantes de la casa, que estaban en el patio trasero celebrando el cumpleaños de su hija. Tras preguntar y hacer todo lo que tenía que hacer, volvió a la calle para ir a buscar a su pupila, solo para encontrarsela fisgoneando en las ventanas de la casa.
— ¿Y-Yuki? ¿E-Estas aquí, Yuki-chan? —
— Querrás decir, Yuki-senpai, ¿verdad? — la llamó desde detrás suyo, esta vez a distancia y sin hacer ningún tono extraño.
Estaba pensativa. Pensaba que tenía resuelto el puzzle y ya no era la hora de las bromas. Era la hora de la acción. No esperaba que Yuu hubiese encontrado nada relevante, pero le daba curiosidad la cestita que llevaba entre las manos. Esperó a que su kohai se acercase y se explicase sin tener que pedirselo.
Su voz la alertó, y con su torpeza natural se resvaló estando simplemente de pie, cayendo la cesta a un lado y ella chocandose contra la pared para caer lentamente con las manos apoyada en esta.
— ¡Y-Yuri-senpai! ¡N-N-No me des esos sustos! — Respondió intentando incorporarse torpemente, de forma ligeramente comica.
Después, se limpiaria la ropa que se habría quedado algo sucia al haberse tanto caído como pegado por la pared, golpeando con gentileza la tela con sus manos. Tomó de nuevo la cestita, y se acercó hasta ella con una tímida sonrisa.
— L-La señora mayor ha dicho que lleva me-meses sin verlo, n-ni a ningún gato de la zona. ¡T-También me ha dado galletitas para el té, estan muy buenas aunque son bastante pastosas por la mantequilla! — Sus ojos brillaban con ligera emoción.
— L-La señora mayor ha dicho que lleva me-meses sin verlo, n-ni a ningún gato de la zona. ¡T-También me ha dado galletitas para el té, estan muy buenas aunque son bastante pastosas por la mantequilla!
Yuri asintió y recortó la distancia con Yuu para ponerle la mano en la cabeza.
— Buena chica. Ven, vamos a montar guardia.
Tras despeinarla un poco se giró hacia la calle, yendo hacia unos arbustos sobre una mini colina que daba final a la calle. Esperó a que Yuu reaccionase y la siguiese antes de seguir el camino.
No pudo evitar cerrar los ojos mientras la despeinaba sosteniendo una amplia sonrisa con un claro rubor en sus mejillas, incluso se le escapó una pequeña risa. Aquella misión estaba empezando a ser inolvidable para la joven, debía de seguir pidiendo más misiones si seguían siendo así, o por lo menos si podía seguir con ella. ¡Y también debía darle las gracias a Datsue! Si no la hubiera obligado, seguiría en el salón de su casa tumbada mirando al techo con una ansiedad fuera de este mundo.
Cuando Yuki avanzó, Yuu no dudó en seguirla sin soltar las manos de la cesta. ¿Sabía donde estaba el gatito? No, bueno en parte sí, porque había dicho de montar guardia, así que tal vez sabía por donde podía pasar.
Era tan manipulable que casi se sentía mal por llevarla por donde quisiese. Subió la colina y se agachó tras unos arbustos, quedando oculta respecto a la casa de la que venían.
Le hizo un gesto a Yuu para que se pusiese a su lado.
— Me han dicho que su gata también se va a veces durante horas o un día, pero a diferencia del otro, ella siempre vuelve tras 24 horas. Tiene que ser el mismo sitio al que van el resto de gatos. — le explico asomándose de vez en cuando para asegurarse de que no se le escapaba. — Dentro de poco saldrá la gata y la seguiremos y ya.
Tras avanzar lo suficiente, Yuki se metió tras unos arbustos; Yuu se quedó mirándola extrañada, pero entonces le hizo un gesto para entrar también y posteriormente para ponerse a su lado.
— Me han dicho que su gata también se va a veces durante horas o un día, pero a diferencia del otro, ella siempre vuelve tras 24 horas. Tiene que ser el mismo sitio al que van el resto de gatos.Dentro de poco saldrá la gata y la seguiremos y ya.
— Oh, entiendo — respondió ya sentada a su lado, sin soltar el asa de la cesta.
Solo esperaba que Yuki la siguiera instruyendo y dirigiendo. Se le veía en la cara cierta curiosidad con algo de emoción.
Esperaba que Yuu le preguntaste cómo sabía eso, pero ni eso era capaz de hacer por sí misma. Yuri decidió perdonarla por su falta de curiosidad, no podía apreciar sus métodos sin conocerlos.
— Le he dicho a la niña que no le quitase el ojo de encima a su gata. Así que la niña ha procedido a agarrarla y no dejarla ir. En breves, la gata tendrá que huir de la atención inmediata.
Anuncio orgullosa mientras vigilaba la calle, aún sin señales de la gata.
— Le he dicho a la niña que no le quitase el ojo de encima a su gata. Así que la niña ha procedido a agarrarla y no dejarla ir. En breves, la gata tendrá que huir de la atención inmediata.
— ¿Huir? Ah, ¿de esa forma se agobiará y querrá estar un rato a solas o algo? — preguntó intentando asomarse ella también, pero no sabía ni como mover las ramas del seto para conseguir su objetivo.
Así que tras un rato desistió e intentó mirar por donde lo hacía Yuki si esta se lo permitía. Yuu se moría de ganas por saber algo más de ella, así tal vez podría considerarse amigas de forma mutua. Sería la primera en... En... Desde que se acuerda. Sus recuerdos eran algo confusos, la verdad. ¿Pero qué le podía preguntar?
— Y... ¿Qué te gusta hacer, Yuki-senpai? A-A mí me gusta bastante dibujar, leer y... B-Bueno, casi cualquier cosa que sea no salir de casa... — Añadió con una risa de clara inseguridad.
Tal vez debían esperar un rato largo, así que sería una buena forma de intimar. ¡Muy bien Yuu, qué buena idea, no se podía esperar menos de la princesa maldita de la Oscuridad Eterna!
— ¿Huir? Ah, ¿de esa forma se agobiará y querrá estar un rato a solas o algo?
— Eeeexacto.
Al final, Yuu no era tan tonta como aparentaba. Yuri le echo un vistazo rápido de nuevo, como si estuviese evaluando su calidad. Por algún motivo que no alcanzaba a comprender, no parecía guardarle ningún tipo de rencor por dejarla inconsciente de un susto solo para su disfrute personal.
— Y... ¿Qué te gusta hacer, Yuki-senpai? A-A mí me gusta bastante dibujar, leer y... B-Bueno, casi cualquier cosa que sea no salir de casa...
Devolvió la mirada al frente, mientras sopesaba si contestarle en serio o soltarle otra de sus brillantes ideas. Tal vez podía soltarle la de "Comer kohais a las que entreno y engaño para que entren en arbustos conmigo". Aunque Yuu se había portado bien, tal vez podía decirle algo con sinceridad por primera vez en su vida.
— Pues... — justo apareció una bola de pelo en su radar. — ¡Está ahí! Shhhh, agachate. — agarró a Yuu y la agachó todavía más, pegando su cabeza al pecho para esconderse mejor mientras ella seguía vigilando.
La gata iba aprisa, como si, efectivamente huyese de algo.
— No te muevas, se está acercando. — Yuri se acurrucaría todavía más, asegurando que Yuu no se moviese.
Yuu podría oír el corazón de su senpai acelerarse con la cercanía del animal, preocupada de que las descubriese, así como su calor natural. La frialdad que había estado sintiendo cada vez que la tocaba era producto de la naturaleza elemental de Yuri, algo que ella hacía activamente y que ahora noe staba haciendo
Yuu esbozó otra sonrisa orgullosa cuando Yuki le confirmó que había acertado en su plan. Estaba claro, su camino como una poderosa princesa estaba frente a sus ojos, y aunque dudaba a la hora de avanzar, era obvio que todo lo que hacía le saldría bien. ¡Obvio, era la gran princesa maldita! Si, relacionarse con la gente era algo más problemático, pero no era ningún obstáculo que ella no pudiera pasar.
Quiso decir algo, ofrecerle unas galletas, ya que no sabía cuanto tiempo iban a pasar esperando al animalito mientras hablaban de sus cosas. Pero en el proceso de intentar volver a su sitio, para ir a buscar las galletas, Yuki la atrapó.
Para Yuki tal vez había sido un acto reflejo, en parte inconscientemente para el bien de la misión. Pero para Yuu fue como si todo fuera a cámara lenta mientras caía sobre ella, con los ojos bien abiertos del asombro. Cuando su cabeza conecto con el pecho de la kunoichi, lo hizo de forma gentil sobre una superficie blanda y esponjosa. Algo estaba mal, pero no sabía el qué. Los oídos le retumbaban con el ruido de su corazón, el cual palpitaba con fuerza, pero pronto se vieron eclipsados por otro compás distinto. No era su corazón el que palpitaba y escuchaba con esa fuerza, era el de Yuki. Su tacto no era frío como antes, ni en sus manos ni en ninguna parte de su cuerpo. Era cálido, como ella.
Se supone que en su historia, la princesa maldita se encontraba con un apuesto caballero de cabellos rubios que la ayudaba a avanzar y a vislumbrar el engaño que el Rey Demonio Dragón Oscuro le había impuesto sin que ella lo supiera. ¿Pero era un hombre de verdad? ¿Era...?
Cuando Yuu subió la vista con lentitud, a la vez que ladeaba la cabeza para poder tener mejor visión sobre Yuki. El pulso se le disparó, y el rubor en su pálida piel no parecía de este mundo. Estaba más roja que uno de esos asquerosos huevos rojizos llamados tomates y la cabeza empezaba a darle vueltas. Sentía que, una vez más en aquel día, iba a perder la consciencia.
Yuri mantuvo su mirada clavada en la gata a medida que está avanzada, relajándose cuando ésta paso por delante suyo y se alejó en dirección contraria. Se espero unos largos segundos antes de levantarse de golpe.
— ¡Corre! Que la perdemos.
Ni siquiera se espero a que Yuu reaccionase su orden, la cogió de la mano y empezó a correr hasta la esquina por donde había desaparecido la gata. Se asomó un poco sin soltar a Yuu.
— Mierda, está subiendo a los tejados. — le señaló la valla a Yuu, quién si se asomaba, vería a la gata escalando por ella y mirando un tejado bajo para calcular su próximo salto. — ¿Sabes escalar?
Cuando Yuki se separó de Yuu con su objetivo clavado en sus ojos, Yuu casi cae al suelo y lo besa de no ser por sus brazos, que extendió en acto reflejo. ¿Qué pasaba? ¿Por qué estaba de repente tan nerviosa e inquieta? Sentía como el sudor le recorría la nuca y el cuello, la cabeza le daba vueltas y apenas podía pensar con claridad.
Casi al momento, la kunoichi la agarró del brazo obligándola a levantarse. Yuu respondió con su torpeza habitual y algún que otro tras pie, pues su mirada no podía despegarse de Yuki en aquellos momentos, sus cabellos blancos danzando mientras corría, sus pestañas, sus ojos, sus labios... ¿Por qué habían interrumpido el picnic de hace un momento? ¡Es verdad, si no estaban en mitad de un pícnic, estaban en una misión! Yuu parpadeo varias veces, llevándose una mano a la cabeza confusa. Normalmente, tenía pánico al contacto, de hecho la primera vez ni se dio cuenta por qué estaba demasiado feliz, pero esta vez no podía despegar la mirada del brazo que la sujetaba, y hace unos instantes estaba sobre su torso mientras iban a comer galletas y... ¡Que no, que estaba de misión!
La voz de Yuki la hizo parpadear varias veces; estaba con el pelo visiblemente revuelto y algo desaliñado, los ojos abiertos como si hubiera visto un fantasma, tenía algo de sudor en su rostro y no solo por el esfuerzo físico de aquella carrera. Yuu se la quedó embobada mirando, tragó saliva muy lentamente, como si se tratara de un dinosaurio que se guiaba por el movimiento y que si hacía algo demasiado brusco, la acabaría devorando. ¿Eso estaba mal? O sea si Yuki...
— ¿E-E-E-Eh? ¿E-E-Escalar? — miró a los lados sin saber que estaba pasando. — ¡A-A-Ah! ¡S-Si!
Varios papeles empezaron entonces a arremolinarse, saliendo de sus mangas y otras partes de su ropa alrededor de sus dedos. Creándole unas visibles garras de papeles en blanco.
— P-P-P-Puedo e-escalar con esto — estaba completamente al borde de un ataque de nervios, y la ansiedad estaba empezando a tragársela.
Yuri la miró a los ojos, entonces a las garras y de vuelta a los ojos. Suspiró y habló:
— Hablo de escalar andando. — procedió a subir la pared en la que se estaban escondiendo concentrando chakra en la suela de sandalia ninja. — Así. Te lo enseñaron en la academia, ¿verdad?
Esperó unos segundos para comprobar que su kohai pudiese seguirla, con una ceja alzada ante el extraño comportamiento de Yuu. Estaba incluso más rara que de costumbre, que era un listón bastante alto. ¿Se estaría poniendo nerviosa por perseguir un gato? Eso sí que es panico escenico.
Yuu sonrió nerviosa ante la alterna mirada de su senpai, había quedado claro solo con sus ojos que eso no era lo que buscaba y posteriormente le especificó. La morena desvió la mirada ante la pregunta de si era capaz de andar por las paredes y Yuki entendería al instante de que no era capaz. Ya fuera porque era algo que no sabía hacer o porque se le daba mal.
Frunció el ceño pensando en que podía hacer, hasta que una idea la iluminó el rostro y los ojos. Miró a sus pies, que poco a poco empezaban a deshacerse en laminas de papel y posteriormente estas se doblaban entre sí, formando mariposas. Esto fue ascendiendo por su cuerpo poco a poco; pasando por la cintura, torso, brazos y finalmente su cabeza.
Las mariposas entonces salieron despedidas en bandada, quedando encima de ella en una pequeña nube. Esta tenía una ligera forma puntiaguda, que señalaba al gato.
¤ Shikigami no Mai ¤ Danza del Shikigami - Tipo: Apoyo - Rango: B - Requisitos:Kamijutsu 20 - Gastos:
11 CK (divide regeneración de chakra)
(Kamijutsu 60) Tenshi, 30 CK (impide regeneración de chakra) (crear alas de papel)
- Daños: - - Efectos adicionales:
Transforma el cuerpo del usuario en papeles
El usuario puede flotar por encima del suelo (ver descripción)
(Kamijutsu 60) El usuario puede desplegar un par de alas desde su espalda que le permiten volar (ver descripción)
- Carga: 2 - Velocidad: Lenta (dispersión), Rápida (formación) - Alcance y dimensiones:(Kamijutsu 60) Las alas tienen una amplitud total de 4 metros
Una de las técnicas más emblemáticas de la especialidad y base para otras muchas.
Transformando su chakra en papel, el usuario transforma su cuerpo y sus ropas en numerosos papeles que es capaz de controlar para dispersarse en el espacio y unirse posteriormente para formar de nuevo su forma corpórea. Si no forma las piernas, el usuario puede desplazarse flotando a ras de suelo, pero su velocidad de desplazamiento estará condicionada por su Poder en lugar de su Agilidad.
Como cualquier otro papel normal, los que se forman con esta técnica son susceptibles de quemarse si se exponen al fuego y, ante ataques con aceite, los folios se pegarán entre sí, imposibilitando su control.
Con un mayor dominio de la técnica, el usuario es capaz de crear dos alas hechas enteramente de papel tras su espalda. Esto le permite volar con completa libertad, pero su velocidad de desplazamiento estará condicionada por su Poder en lugar de su Agilidad.
¤ Shikigami no Mai: Chō ¤ Danza del Shikigami: Mariposas - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos:
Kamijutsu 30
Shikigami no Mai activado
- Gastos: 36 CK (divide regeneración de chakra) - Daños: - - Efectos adicionales: Permite espiar a distancia - Carga: 3 - Velocidad: Lenta - Alcance y dimensiones: Las mariposas miden unos veinte centímetros y pueden dispersarse sin ningún tipo de restricción
Usando el Shikigami no Mai, el usuario es capaz de transformar los papeles que se desprenden de su cuerpo en una multitud de mariposas que son capaces de dispersarse en el espacio y permiten desplazarse y espiar de manera eficiente y sigilosa. El usuario será siempre consciente de la información que recogen sus mariposas hasta el momento de volver a unirse y tomar su forma corpórea.
Solo le había preguntado. Sí le decía que no, le iba a decir que simplemente que ella fuese por debajo y ella por arriba. Pero en vez de eso, no le contestó, le apartó la mirada y entonces empezó a deshacerse en papeles.
Por suerte, ya había visto que era capaz de hacer cosas con papeles, así que no le preocupó demasiado. Pero si hubiese hecho eso sin avisarla, esta vez hubiese sido ella la que se hubiese desmayado.
La miró con desidia antes de suspirar. Cuando Yuu señaló a la gata ambas podrian verla cruzando el tejado al otro lado y saliendo de su vista.
— Mierda, vamos, con sigilo
De un salto, Yuri subió al tejado y se asomó, solo para ver a la gata a la carrera por una valla en el otro lado. Empezó a correr detrás suya, sin sigilo ni hostias.