Ojos ardientes

[Himura Hana]

— Dudo que se parezcan cada vez más. Será que ahora los estás viendo más de cerca y se parecen más. Aun así, no creo que se parezcan tanto. Los tuyos son más brillantes y afilados. Sobre todo cuando me miras como si fueses a comerme. — contestó más relajada de lo que debería.

Ahora que estaba finalmente en la cama y arropadita, abrazando a su almohada favorita y medio dormida, empezaba a soltarsele la lengua demasiado.

— ¡Es Shiona! — protestó dandole un suave manotazo en el brazo para regañarla. — Y no me pasó nada. ¿Qué pasa? ¿No puedo ser yo la mamá? Tú pareces más el papá al que le da un ataque de panico al ver el positivo en el test de embarazo.

[Himura Ren]

Por fin parecía que reinaba la paz y las dos empezaban a estar algo más tranquilas, hasta el punto de poder bromear. Ren rió cuando Hana dijo lo del test positivo, una de sus sinceras, amplias y dulces risas con las que se le escapó alguna lágrima dada toda la tensión acumulada.

— Oh, si. Y durante el parto me acabaría desmallando, tendría miles de fotos de mi hija en la cartera y estaría siempre agotada porque tras volver del trabajo, solo querría estar con ella — se le dibujó una amplia sonrisa de forma inconsciente, mientras miraba al techo.

[Himura Hana]

Hana hizo un acomodamiento final mientras los parpados se le iban cerrando del agotamiento. Se echó todavía más sobre Ren, abrazandola con todo su cuerpo.

— Cuando venga el mercader te compraré una cartera con un buen montón de espacio para fotos. Para todas las niñas que vamos a tener. — dijo por lo bajo, claramente más dormida que despierta.

[Himura Ren]

— Menos mal que solo está Lily en el orfanato, si no seguro que las querrías todas... — Se volteó a ella devolviéndole el abrazo. — No lo digas dos veces, o empiezo ya a buscar a la segunda

Añadió con ironía, terminando con un suspiro más suave para después besar su frente con delicadeza. Había sido una noche de lo más movida, y no como ella quería.

[Himura Hana]

— Ya buscaremos alguna forma. — mencionó tranquilamente Hana mientras su respiración se volvía más lenta y ritmica, quedandose dormida.

A la mañana siguiente, Ren se despertaría sola, como era habitual, pues Hana era la reina de madrugar sin ningún motivo. Aquel día, Jin no salía a cazar, pero Yukiko no sabía ni lo que era un día de fiesta, así que tendría que ayudarla igualmente. Por lo demás, escucharía el clasico ruido de movimiento debajo suyo. Saori y Hana estarían preparando el desayuno y moviendo cosas para cuando llegasen el resto de crios.

[Himura Ren]

Ren se preparó con su tranquilidad o pereza habitual, según quisieran verlo. Realmente allí nada corría prisa, por lo que si iba más tarde o lo que sea no pasa nada. Además, Yukiko no podía reprochárselo demasiado, pues luego era una chica muy aplicada y se centraba completamente en el trabajo. Tras ver a Hana y Saori en el desayuno, pensó que si luego Hana iba a verla, le comentaría sobre si intentó indagar o habló con Saori respecto al tema.

Una vez con Yukiko, aquella mañana Ren estaba especialmente trabajadora, buscando adelantar lo que tenían previsto para aquel día por hacer. Pues tenía algo en mente y necesitaba un poco de tiempo.

[Himura Hana]

Yukiko estaría directamente en la casa que Ren estaba reformando. Hasta ahora solo la había ayudado por las tardes, una vez acabado su propio trabajo, sin embargo, aquella mañana la pasaron afianzando la base de la casa. Si Ren le preguntaba por qué el interes ahora, Yukiko le diría que Saori le había dicho que ahora iban a ser una familia, así que ahora era prioridad acabar esa casa cuanto antes y en el mejor estado posible.

Con la ayuda experta, Ren conseguiría avanzar significativamente. Yukiko trabajaba los materiales y Ren los colocaba. Solo preparar los tablones y que estuviesen bien le hubiese tomado días, pero la carpintera lo hacía como si fuese lo más facil del mundo.

[Himura Ren]

Gracias al diligente trabajo de ambas, sobre todo cuando Yukiko le comentó lo que Saori le había dicho, acabaron con lo propuesto por aquel día con rapidez. Tras acabar, Ren se veía visiblemente agotada, por lo que se sentaría en algún lado a recuperar el aliento. Sin embargo, cuando la carpintera se acercara a cualquier cosa, Ren alzaría la cabeza para mirarla.

— ¿Hay algo de bambú de más? Si solo puedo usar el que nos ha ido sobrando... Bueno, intentaré apañar algo — comentó mirando los alrededores.

[Himura Hana]

Yukiko bajó la mirada para mirar a Ren cuando se lo preguntó. Llevaba una camiseta negra ceñida sin mangas, así que sus poderosos brazos se podían ver perfectamente. A Ren aún le quedaba algo más de ejercicio para llegar a ese nivel. Cogió la calabaza de agua que usaba y le dio un trago.

— ¿Para qué quieres el bambú? — preguntó en vez de contestar a su pregunta. — Aún nos queda madera, deberíamos empezar a montar la estructura de la siguiente habitación. — dijo ignorando lo que Ren tuviese en mente

[Himura Ren]

— Había pensado en... Hacerles espadas de bambú a los niños para que se entretuvieran y... Es una idea pésima ahora que lo digo en alto... — Respondió mientras su voz iba poco a poco bajando de tono, a la vez que su expresión se volvía más extraña.

Realmente la idea era para que Lily fuera practicando, pero si lo hacía solo ella quedaría raro y hacer algo por todos los niños en respuesta al agradecimiento que todo el mundo les estaba mostrando en el puesto a Ren y Hana al principio sonaba bien, pero luego Ren pensó que aunque ayudara a todo lo que le pedían, no estaba de más un extra.

[Himura Hana]

Yukiko se la quedó mirando de nuevo. Muchas veces su mirada parecía mucho más amenazante de lo que realmente era. No es que quisiera matarla ni nada, simplemente se veía así cuando se concentraba.

— Habría que tratar bien el bambú para que no se rompiese y tampoco golpease demasiado fuerte. Es posible, pero no sé si los padres estarán muy contentos. A menos que les dieses clases de esgrima. — comentó relajando el rostro ligeramente

[Himura Ren]

— Ya... Por eso había pensado en hacer en todo caso shinais, que también sirven para practicar; hacen mucho ruido, pero no hacen mucho daño al estar huecos por dentro. Espera — se volteó a mirarla ligeramente sorprendida. — ¿No te parece tan mala idea? Se algo de esgrima pero... No soy desde luego una gran maestra con decenas de años a la espalda, de hecho quien me enseño esgrima tampoco es que me enseñara exactamente.

Ren se enfadó ligeramente, apretando los puños al recordar a Nanashi.

— El muy cabrón se tocaba las putas narices todo el rato dándome pautas extrañas y erráticas, pese a que era un experto espadachín

[Himura Hana]

Yukiko se cruzó de brazos, sin cambiar su expresión más allá de un levantamiento de ceja.

— Yo no estoy aquí para ser tu compás moral. Saori me pidió que os ayudase y eso hago. Si tienes una idea, te puedo decir cómo hacerla, no te voy a decir si me parece buena o mala. — dijo finalmente sin darle demasiada importancia. — Tienes infinitamente más experiencia que unos crios. Con enseñarles como cogerla y cómo posicionarse, ya será un gran logro.

[Himura Ren]

— Uhm... ¿Así que para ser un maestro, el único requisito es llevarle una lección de ventaja al alumno? Eso suena sencillo y a la vez demasiado estúpido como para que sea el requisito para que alguien se convierta en profesor... — Apuntó murmurando, con una mano en la barbilla. — Bueno... Hemos avanzado suficiente hoy, ¿no? Podría intentar hacer aunque sea unos cuantos y luego se lo comentaré a Saori a ver que opina ella también... Aunque tendrá que ser por la tarde las clases, al menos por el momento.

[Himura Hana]

— ¿Ya quieres parar? — preguntó ligeramente ofendida antes de soltar un soplido y calmarse. — Aún es pronto, podríamos ir al orfanato a ver si necesitan algo para la comida. — propuso tras mirar la posición del Sol.