La lobezna carmesí

[Himura Ren]

A Ren le costó terminar de asimilar toda la situación, pese a que lo había dicho la pequeña Tsubaki antes. Pero era normal, ¿no? Ósea, no todo el mundo veía a una loba convertida humana todos los días.

— A-Ah si, perdona, perdona — dijo moviendo ligeramente la cabeza, cuando finalmente ordenó sus pensamientos. — Soy Himura Ren, y esta es mi prometida, Himura Hana

Respondió posando una mano con sencillez sobre su propio pecho para después extenderla hacia Hana con la misma simpleza.

[Himura Hana]

— ¿Prometida? No hay ningún anillo en este dedo, jefa. — dijo enseñando su dedo anular vacio.

La rubia visitante rio ante la reacción de Hana.

— Yo soy Hinoka Yuri, aunque ya nos conocimos en el camino al pueblo situado en la ribera. Pero ahora ya nos conocemos todas. — contestó sonriente. — Oh, y esta es la pequeña Tsubaki. — añadió alzando levemente a la lobezna, que alzó la pata saludando.

[Himura Ren]

Ren alzó las cejas, mirándola con una sonrisa que se ensanchaba por momentos. El cómo lo había soltado le había resultado demasiado gracioso, sobre todo como había adornado la frase al final

— Encantada, ¿llegasteis a casa a salvo? ¿Estáis bien las dos? Cuando Tsubaki dijo querías vernos me preocupó un poco... ¿Qué hicisteis con la espada al final?

[Himura Hana]

Yuri rodó los ojos mirando a Ren, para reirse como si nada hubiese pasado.

— ¿También hablas con las perritas? Tienes todo tipo de habilidades, Ren. — dijo en tono bromista. — Todo está bien, no te preocupes. Pero os acabais de levantar, ¿por qué no desayunais algo?

— Oh, sentaos, yo os traigo unas tazas con lo de siempre. Las galletas las ha traido la señorita Hinoka si quereis probarlas. — dijo Saori levantandose.

— Voy a ayudarte, Saori.

— No te preocupes, sentaos, seguro que tú eres la primera que se muere de curiosidad de esa tarde que tu querida estuvo desaparecida. — comentó yendose directa a la cocina.

Yuri se relajó en cuanto Saori desapareció por el pasillo.

— Tiiiiiiiiiiiiiiiiia. Me paso media hora tanteandola para ver si sabe algo y ocultandolo lo mejor posible, y apareces hablando de lobas parlanchinas. — le dijo a Ren de forma completametne coloquial.

[Himura Ren]

Ren se achantó un poco, volteandose ligeramente cuando Yuri le habló de aquella forma, como si quisiera protegerse utilizando el brazo y mirandola realmente extraña al ver el repentino cambio de actitud.

— A-Ah... L-Lo siento... Se me ha escapado... — Parpadeó varias veces, dandose cuenta de que había metido bien la pata, y no quedandole muy claro hasta qué nivel. Después caminó hasta donde se había ido Saori, para pedirle un café bien negro antes de volver para sentarse. — Joder... Se me había pasado por completo que Saori estaba delante, me dejé llevar...

Se puso una mano en la frente, visiblemente preocupada.

[Himura Hana]

— Ahora ya no estoy tan segura de dejar a Tsubaki con vosotras. Si os juntais tú y ella puede que se enteren hasta en Amegakure de que el clan está en este bosque. — protestó Yuri al aire.

Tsubaki, ahora libre, subió a la mesa, mordisqueando una galleta.

— Eh, yo no he dicho nada. Ni una sola palabra.

— Tú te has colado por una ventana abierta.

— Estabas tardando una vida, pensé que podría haber gente herida.

Hana hizo un gesto para que ambas se callasen.

— Espera, espera, ¿qué es eso de dejar a Tsubaki con nosotras? — dijo preocupada tomando asiento, que el día empezaba fuerte.

[Himura Ren]

— ¿Qué? Yo no estoy para cuidar de otra niña. Hana no se ha recuperado todavía del embarazo y a mi me duele todavía el pecho de amamantar — dijo moviendo un poco las manos para señalar a Hana y luego a ella misma. Para después recostarse un poco de mala gana, dejandose deslizar en el sitio. — No, pero ahora en serio, ¿como que dejarnosla?

Ren torció el gesto, en una mezcla de sorpresa y extrañeza.

[Himura Hana]

Hana soltó un bufido.

— ¿Cómo vas a lactar tú si la que se queda embarazada soy yo? ¡Y no se te ocurra responder! — dijo airada.

Yuri cogió su taza y dio un sorbo.

— Antiguamente, el clan tenía una familia con la que hacían un pacto y cada kunoichi tenía una compañera lobezna, practicamente se criaban juntas. Eso se perdió, pero la tradición de que las crías se pasen una temporada con una familia de ninjas se mantuvo. Así que enhorabuena, habéis sido elegidas para ser tutoras legales de la próxima líder del clan. La gran Tsubaki. — dijo alegremente.

[Himura Ren]

La morena se cruzó de brazos, con un gesto de incredibilidad en el rostro, para después mirar a Hana con la misma sorpresa.

— Aaaaahm... ¿Qué? — rio ligeramente, algo nerviosa. — ¿Q-Quieres que cuidemos de ella? P-Pero nosotras no... Osea...

Se rascó la nuca, pasando entonces a acariciarse los ojos y sentarse bien mientras intentaba volver a hilar algo que era obvio.

[Himura Hana]

— Oh, os pagaremos si lo necesitais. Y tampoco es como que vayamos a irnos del planeta, estaremos por aquí en el bosque. No os puedo decir donde exactamente, claro.

— No te preocupes, Hinoka-san. Será un placer para nosotras y así Lily tendrá una compañera con quien practicar. — atajó Hana viendo que a Ren le daba otro ataque de panico al verse responsable. — Creo que lo que le preocupa a Ren es no tener forma de contactaros. Si sois un clan animal, tendreis un pergamino de pactos ¿Verdad?

[Himura Ren]

— Siiiiiiiiiiii... Claro que eso es lo que me da pánico... No el hecho de tener a otra criatura a mi cargo y cuidado... — respondió desviando la mirada, acariciandose una mejilla y sin mirar a ninguna de las dos, salvo al final del todo para volver a hablar. — P-Pero... ¿S-Sabe transformarse tambien? Si no será más complicado... Por lo menos para mí, seguro que vuelve a liarla...

Se cruzó de brazos suspirando.

[Himura Hana]

— No seas tan dramatica, es una pequeña lobezna. — añadió Hana.

— Ah, sí, el pergamino. Yuki me había dicho que lo trajese sí. — sacó un enorme pergamino de su capa peluda y lo puso sobre la mesa. — Solo tienes que firmar y poner tu huella dactilar con sangre y podras invocarnos a mi y a Yuki. Pero no uses demasiado Chakra o invocaras a Madre. No quieres invocar a Madre.

Hana le dio una palmada en la espalda a Ren, esperando a que lo firmase

[Himura Ren]

Ren se giró extrañada, mirándola y arqueando una ceja para entonces señalarse a ella misma.

— ¿Yo? ¿Quieres que firme un pacto de sangre con otra familia? ¿Y si luego me piden responsabilidades por la niña? — Preguntó sin saber de qué hablaba claramente. — O peor, ¿y si me hacen casarme con alguien de esa familia para asegurar la descendencia del clan y esas cosas?

[Himura Hana]

— ¿Quieres dejar de pensar que todo gira en torno a tu descendencia? Es un pacto entre familias, y tú eres la cabecilla de la nuestra. La que trae el pan. Yo solo sé parir y criar niñas, ¿recuerdas? Así que firma y callate ya.

Yuri levantó ambas cejas sorprendida.

— Nadie quiere casarse contigo, Ren. Del clan quiero decir.

[Himura Ren]

— M-Menuda manera de hablar de ti así... Ahora me haces sentir mal... — Dijo encogiendose de hombros y torciendo un poco el gesto, antes de volver a poner su atención sobre el papel. — Está bien, está bien...

Desenrolló aquel papiro, buscando ir hasta el final de este, mirando un poco por encima los nombres por rebote hasta llegar a un hueco blanco para mirarlo.