3/04/2016, 03:24
Normalmente se esperaría que un shinobi llevará encima suyo su equipamiento de combate, armas, venenos, lo que fuese que tuviese como herramienta para lograr su objetivo. Mogura ahora estaba pensando que hubiese sido una buena idea comprar algo de todo eso antes de plantearse la idea de entrar en combate.
Lo único con lo que cuento son mis manos...
Pensó en el momento en que cerró los ojos para evitar quedar cegado por la hikaridama de Riko. Al abrirlos pudo ver con claridad una apertura que ciertamente había esperado, todos los matones habían dejado al jefe atrás, no solo eso, parecía que todos estaban queriendo entablar combates casi individuales, salvo por Tatsuya.
El tipo que tenía la cadena había recibido de lleno el efecto de la herramienta del shinobi de Uzu, aún así decidió atacar, lanzando uno de los extremos de la cadena en dirección suya. Mogura vio esto como la oportunidad perfecta para realizar sus acciones, pues teniendo en cuenta que el jefe de los matones también estaba cegado, un ataque directo sería lo mejor para tomar la ofensiva.
Cuando se actúa de esa forma...
Moviéndose fuera de la trayectoria de la cadena de una zancada hacía delante, corrió hasta el jefe de los matones, mientras los eslabones de metal pasaban a unos centímetros de él en sus piernas estaba preparando su ataque.
Usted no es mi oponente.
No tenía mayor sentido pelear contra un simple subordinado que no estaba ni apuntando, el objetivo que realmente importaba para el shinobi de Amegakure era ese que había empezado todo.
... es por las ordenes de una sola persona...
El ataque de Mogura consistiría en una fuerte patada ascendente al brazo armado del Oyabun con la esperanza de que eso fuese suficiente como para quitarle de las manos su arma, con la potencia que tendría aquel golpe dudaba si no le rompería el brazo en realidad.
... derrotándola, todo estará bien.
De forma fluida, ni bien su pie llegara a la altura correcta realizaría una patada igual de poderosa de forma descendente apuntando esta vez al pecho del sujeto. Adoptaría entonces una postura de combate preparando un próximo ataque en caso de ser necesario, flexionando ligeramente su pierna izquierda y la derecha un poco mas estirada apoyándose en las puntas de los pies, sus manos estarían formando puños, al igual que sus piernas, su puño izquierdo delante y su derecho detrás.
En la mirada del shinobi de la Lluvia había cierto sentimiento de desprecio hacía la figura que representaba el Oyabun, gente como él no le agradaba en lo absoluto, motivo por el cual elegiría ir de frente en su contra en vez de darle una mano a los demás. Desde su apresurada postura, consideraba que sus acciones habían sido las correctas.
· PV:–
· CK:–
¤ Hitai-ate: Frente
Lo único con lo que cuento son mis manos...
Pensó en el momento en que cerró los ojos para evitar quedar cegado por la hikaridama de Riko. Al abrirlos pudo ver con claridad una apertura que ciertamente había esperado, todos los matones habían dejado al jefe atrás, no solo eso, parecía que todos estaban queriendo entablar combates casi individuales, salvo por Tatsuya.
El tipo que tenía la cadena había recibido de lleno el efecto de la herramienta del shinobi de Uzu, aún así decidió atacar, lanzando uno de los extremos de la cadena en dirección suya. Mogura vio esto como la oportunidad perfecta para realizar sus acciones, pues teniendo en cuenta que el jefe de los matones también estaba cegado, un ataque directo sería lo mejor para tomar la ofensiva.
Cuando se actúa de esa forma...
Moviéndose fuera de la trayectoria de la cadena de una zancada hacía delante, corrió hasta el jefe de los matones, mientras los eslabones de metal pasaban a unos centímetros de él en sus piernas estaba preparando su ataque.
Usted no es mi oponente.
No tenía mayor sentido pelear contra un simple subordinado que no estaba ni apuntando, el objetivo que realmente importaba para el shinobi de Amegakure era ese que había empezado todo.
... es por las ordenes de una sola persona...
El ataque de Mogura consistiría en una fuerte patada ascendente al brazo armado del Oyabun con la esperanza de que eso fuese suficiente como para quitarle de las manos su arma, con la potencia que tendría aquel golpe dudaba si no le rompería el brazo en realidad.
... derrotándola, todo estará bien.
De forma fluida, ni bien su pie llegara a la altura correcta realizaría una patada igual de poderosa de forma descendente apuntando esta vez al pecho del sujeto. Adoptaría entonces una postura de combate preparando un próximo ataque en caso de ser necesario, flexionando ligeramente su pierna izquierda y la derecha un poco mas estirada apoyándose en las puntas de los pies, sus manos estarían formando puños, al igual que sus piernas, su puño izquierdo delante y su derecho detrás.
En la mirada del shinobi de la Lluvia había cierto sentimiento de desprecio hacía la figura que representaba el Oyabun, gente como él no le agradaba en lo absoluto, motivo por el cual elegiría ir de frente en su contra en vez de darle una mano a los demás. Desde su apresurada postura, consideraba que sus acciones habían sido las correctas.
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