11/04/2016, 23:19
—Ugghhh, ¡maldito pez!
Maldito pez, claro. Pero se iba a cagar a tres bandas cuando se diera cuenta de que la inocente y pequeña fémina del grupo era la que se animaría a arrojar lo que para todos supuso ser el golpe final. Con la fuerza que ya hubo demostrado anteriormente, su menudo brazo cargó contra el Dientes de sable; y el tiburón temió por llevarse él gran parte del ataque.
Por tanto, su brazo soltó un poco el agarre y dejó que su superior de cuerpo se inclinara levemente hacia atrás. Todo para ver en primera fila como Eri se lo zurraba de un sólo hostión.
Yota pudo ver a la distancia como el puño tocó al hombre. Lo tocó, y pareció haber hecho el daño que todos esperaban. Pero para sorpresa de todos, la figura de Shinzo desapareció en súbito tras un sonoro "puff". Kaido perdió completamente el agarre y cayó al suelo, como pájaro que pierde su vuelo. Y frente a él, un bien formado tronco tomó lugar donde debería haber estado el hombre, aunque éste se encontraba estillado y destruido por las manos de la muchacha.
El tiburón abrió los ojos de par en par y volteó a ver a Eri. ¿Dónde coño estaba el tipo?
¡¿Kawarimi?!
A simple vista, lució como una sustitución. Y sólo un shinobi podía hacerlo. ¿Entonces, era Shinzo un ninja? ¿O lo fue alguna vez?...
Yota estaba a punto de averiguarlo, porque el tipo aprovechó la distracción para salir de su escondite y arremeter directamente a la espalda del arácnido shinobi de uzu. Y esta vez portaba un arma, una espadón de estilo medieval que cargaba como si fuera pluma. Y lo había sacado de quién sabe donde, pero la amenaza era certera.
El tiburón contempló el avance y debido a la distancia, no pudo hacer más que alertar a su compañero. Aunque por un milisegundo pensó en no decir nada y dejar que se lo cargaran, pero no era tan mala gente, desde luego.
—¡Yota, detrás tuyo!
Maldito pez, claro. Pero se iba a cagar a tres bandas cuando se diera cuenta de que la inocente y pequeña fémina del grupo era la que se animaría a arrojar lo que para todos supuso ser el golpe final. Con la fuerza que ya hubo demostrado anteriormente, su menudo brazo cargó contra el Dientes de sable; y el tiburón temió por llevarse él gran parte del ataque.
Por tanto, su brazo soltó un poco el agarre y dejó que su superior de cuerpo se inclinara levemente hacia atrás. Todo para ver en primera fila como Eri se lo zurraba de un sólo hostión.
Yota pudo ver a la distancia como el puño tocó al hombre. Lo tocó, y pareció haber hecho el daño que todos esperaban. Pero para sorpresa de todos, la figura de Shinzo desapareció en súbito tras un sonoro "puff". Kaido perdió completamente el agarre y cayó al suelo, como pájaro que pierde su vuelo. Y frente a él, un bien formado tronco tomó lugar donde debería haber estado el hombre, aunque éste se encontraba estillado y destruido por las manos de la muchacha.
El tiburón abrió los ojos de par en par y volteó a ver a Eri. ¿Dónde coño estaba el tipo?
¡¿Kawarimi?!
A simple vista, lució como una sustitución. Y sólo un shinobi podía hacerlo. ¿Entonces, era Shinzo un ninja? ¿O lo fue alguna vez?...
Yota estaba a punto de averiguarlo, porque el tipo aprovechó la distracción para salir de su escondite y arremeter directamente a la espalda del arácnido shinobi de uzu. Y esta vez portaba un arma, una espadón de estilo medieval que cargaba como si fuera pluma. Y lo había sacado de quién sabe donde, pero la amenaza era certera.
El tiburón contempló el avance y debido a la distancia, no pudo hacer más que alertar a su compañero. Aunque por un milisegundo pensó en no decir nada y dejar que se lo cargaran, pero no era tan mala gente, desde luego.
—¡Yota, detrás tuyo!