17/04/2016, 20:03
Yo creo que si, no es nada que no pueda sanar, solo que no tengo mis vendas conmigo así que...
Contestó la pregunta de Riko haciendo un gesto con ambas manos como desentendiéndose de la situación. Miró un momento a Taro cuando probó lo que le había ofrecido. Aquellas lagrimas que escapaban de los ojos del bandido no eran simples lagrimas de alegría, eran LAS lagrimas de alegría. Después de todo no había sido un gesto cualquiera, le habían ofrecido una porción de torta de frutilla digna de Amaterasu. Ese postre podía levantar el ánimo de cualquier persona en menos de lo que aquellos samurai los iban a meter en un calabozo si no arreglaban el tema monetario con el dueño del local.
Bueno, bueno, bueno...
Dijo para para escuchar la forma en la que el dueño los amenazaba, ya estaban los hombres de las katanas ahí así que no había mucho espacio para negociar.
Esto fácilmente podría ser considerado una misión de rango D en cualquiera de las tres aldeas a las cuales representamos. Y eso tiene un costo, señor.
Defender un local de bandidos sonaba como una misión de rango D, aunque no estaba del todo seguro.
Camarero ¿qué cree usted que le habría pasado si no lo hubiésemos protegido? ¿estarían todos esos postres aun en las vidrieras?
Con un poco de suerte los samurai actuarían como jueces intermediarios en todo el asunto y juzgarían ellos la situación, razonó las cosas tan rápido como pudo y lanzó ese argumento con la esperanza de convencer al dueño y los soldados del lugar.
Contestó la pregunta de Riko haciendo un gesto con ambas manos como desentendiéndose de la situación. Miró un momento a Taro cuando probó lo que le había ofrecido. Aquellas lagrimas que escapaban de los ojos del bandido no eran simples lagrimas de alegría, eran LAS lagrimas de alegría. Después de todo no había sido un gesto cualquiera, le habían ofrecido una porción de torta de frutilla digna de Amaterasu. Ese postre podía levantar el ánimo de cualquier persona en menos de lo que aquellos samurai los iban a meter en un calabozo si no arreglaban el tema monetario con el dueño del local.
Bueno, bueno, bueno...
Dijo para para escuchar la forma en la que el dueño los amenazaba, ya estaban los hombres de las katanas ahí así que no había mucho espacio para negociar.
Esto fácilmente podría ser considerado una misión de rango D en cualquiera de las tres aldeas a las cuales representamos. Y eso tiene un costo, señor.
Defender un local de bandidos sonaba como una misión de rango D, aunque no estaba del todo seguro.
Camarero ¿qué cree usted que le habría pasado si no lo hubiésemos protegido? ¿estarían todos esos postres aun en las vidrieras?
Con un poco de suerte los samurai actuarían como jueces intermediarios en todo el asunto y juzgarían ellos la situación, razonó las cosas tan rápido como pudo y lanzó ese argumento con la esperanza de convencer al dueño y los soldados del lugar.