20/04/2016, 13:01
(Última modificación: 20/04/2016, 13:58 por Aotsuki Ayame.)
Ante su saludo, Meri parpadeó ligeramente varias veces. Por una extraña razón que se le escapaba de las manos, su oponente parecía confundida. Aunque no sabría decir si fue tan solo su imaginación, porque al cabo de algunos segundos una radiante sonrisa iluminó sus rasgos.
—Tienes razón, ojalá después de esto podamos vernos en alguna otra ocasión —respondió, y entonces imitó su gesto y formó el sello de la confrontación, dejando claro que estaba lista para la batalla final—. Lo mismo digo, Ayame-san... Que tanto Eri como Ayame den lo mejor de ellas mismas.
Aquella vez fue el turno de Ayame para confundirse. Pero no tardó en darse cuenta de lo que había pasado. Dejó escapar una risilla, y juntó ambas manos.
—¡Ay! Perdona, perdona, Eri-san. Tengo un pequeño problema a la hora de recordar los nombres. Y ahora...
La sonrisa afable desapareció de su rostro, y Ayame fijó sus ojos concentrados en los de su oponente, plantada en su sitio a unos pocos metros de distancia. Parecía que no estaba dispuesta a moverse. Parecía que le estaba dando la invitación para el primer paso del baile decisivo. Pero debía andarse con mucho cuidado. ¿Qué sabía de su oponente? Nada. Absolutamente nada. Estaba en una situación similar a la que se encontraba frente a Juro. No conocía en qué se especializaba Eri, no sabía cuál era su estilo de combate, ¡ni siquiera sabía cuál era su naturaleza de chakra! ¿Qué podía hacer frente a un contrincante del que sólo conocía su nombre y apenas había sido capaz de recordar?
Lo mismo que hizo contra Juro. Tantear.
Su mano derecha voló hacia su portaobjetos y, con un movimiento en arco de su brazo, un proyectil salió dirigido a toda velocidad hacia el torso de la peliazul.
«Veamos cómo te mueves.»
• PV:–
• CK:– –
Objetos: Bomba de humo, Hilo shinobi (3 usos), Kunai, Shuriken x5
2 AO
Daño recibido
Daño causado
—Tienes razón, ojalá después de esto podamos vernos en alguna otra ocasión —respondió, y entonces imitó su gesto y formó el sello de la confrontación, dejando claro que estaba lista para la batalla final—. Lo mismo digo, Ayame-san... Que tanto Eri como Ayame den lo mejor de ellas mismas.
Aquella vez fue el turno de Ayame para confundirse. Pero no tardó en darse cuenta de lo que había pasado. Dejó escapar una risilla, y juntó ambas manos.
—¡Ay! Perdona, perdona, Eri-san. Tengo un pequeño problema a la hora de recordar los nombres. Y ahora...
La sonrisa afable desapareció de su rostro, y Ayame fijó sus ojos concentrados en los de su oponente, plantada en su sitio a unos pocos metros de distancia. Parecía que no estaba dispuesta a moverse. Parecía que le estaba dando la invitación para el primer paso del baile decisivo. Pero debía andarse con mucho cuidado. ¿Qué sabía de su oponente? Nada. Absolutamente nada. Estaba en una situación similar a la que se encontraba frente a Juro. No conocía en qué se especializaba Eri, no sabía cuál era su estilo de combate, ¡ni siquiera sabía cuál era su naturaleza de chakra! ¿Qué podía hacer frente a un contrincante del que sólo conocía su nombre y apenas había sido capaz de recordar?
Lo mismo que hizo contra Juro. Tantear.
Su mano derecha voló hacia su portaobjetos y, con un movimiento en arco de su brazo, un proyectil salió dirigido a toda velocidad hacia el torso de la peliazul.
«Veamos cómo te mueves.»
Estado de Ayame
• PV:
130/130
• CK:
150/150
100/100
Objetos: Bomba de humo, Hilo shinobi (3 usos), Kunai, Shuriken x5
2 AO
Daño recibido