24/04/2016, 20:26
(Última modificación: 24/04/2016, 20:26 por Amedama Daruu.)
Daruu sentía una terrible mezcla entre miedo e ira, que invadía todos sus músculos y se filtraba entre todos los resquicios de su razón. Esa mezcla le obligaba a la vez a abrazar a Ayame y a llorar, y a lanzarse a por el enemigo a pesar de que no tenía ninguna oportunidad, de frente, sin trucos, arriesgando su vida. No: entregando su vida.
—Patéticos... ¡¡¡LOS NINJAS DE AMEGAKURE SON UNOS CRÍOS PATÉTICOS!!! —gritó el jefe de los matones, y se plantó frente a Daruu asiendo la porra electrificada, sentenciando su muerte.
«Mamá, ¿es esto lo que son los ninjas? ¿Unos matones? ¿Unos xenófobos, fanatistas de su propia aldea? ¿No sabemos mirar más allá?»
De pronto, sintió una fuerza que lo arrojó de culo al suelo y lo apartó del camino. Se dio un fuerte golpe en la cabeza, y aturdido y con la mirada borrosa oteó y se cubrió las manos, temeroso. ¿Le había dado la técnica del matón? ¿Un secuaz suyo le había hecho otra fechoría?
No. Era Ayame. Ayame, con el brazo derecho monstruosamente hinchado. Era una visión extraña, ciertamente. Se habría reído, habría soltado un comentario irónico, habría reaccionado de otra manera si no fuera porque...
...le había salvado la vida.
—¡¡JEFE!! ¡¡JEFE!! ¿¡Qué esss esssto!? No... ¡¡¡NO PUEDO CONTENERLA!!! —El larguirucho era el que había hecho la técnica que aprisionaba a Ayame. Bien, perfecto.
Uno podría haberse quedado mirando embelesado con lo que se supusiera que estaba haciendo Ayame, pero Daruu tenía algo más importante que hacer.
Lo iba a matar.
Aprovechó que estaba tirado en el suelo, su particular perfil bajo ante el impresionante despliegue de poder de Ayame, para crear dos shuriken de madera y arrojarlos discretamente. Apuntó al cuello del hijo de puta que siseaba.
—Patéticos... ¡¡¡LOS NINJAS DE AMEGAKURE SON UNOS CRÍOS PATÉTICOS!!! —gritó el jefe de los matones, y se plantó frente a Daruu asiendo la porra electrificada, sentenciando su muerte.
«Mamá, ¿es esto lo que son los ninjas? ¿Unos matones? ¿Unos xenófobos, fanatistas de su propia aldea? ¿No sabemos mirar más allá?»
De pronto, sintió una fuerza que lo arrojó de culo al suelo y lo apartó del camino. Se dio un fuerte golpe en la cabeza, y aturdido y con la mirada borrosa oteó y se cubrió las manos, temeroso. ¿Le había dado la técnica del matón? ¿Un secuaz suyo le había hecho otra fechoría?
No. Era Ayame. Ayame, con el brazo derecho monstruosamente hinchado. Era una visión extraña, ciertamente. Se habría reído, habría soltado un comentario irónico, habría reaccionado de otra manera si no fuera porque...
...le había salvado la vida.
—¡¡JEFE!! ¡¡JEFE!! ¿¡Qué esss esssto!? No... ¡¡¡NO PUEDO CONTENERLA!!! —El larguirucho era el que había hecho la técnica que aprisionaba a Ayame. Bien, perfecto.
Uno podría haberse quedado mirando embelesado con lo que se supusiera que estaba haciendo Ayame, pero Daruu tenía algo más importante que hacer.
Lo iba a matar.
Aprovechó que estaba tirado en el suelo, su particular perfil bajo ante el impresionante despliegue de poder de Ayame, para crear dos shuriken de madera y arrojarlos discretamente. Apuntó al cuello del hijo de puta que siseaba.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)