8/05/2016, 17:54
Katsue asintió, asintiendo ante lo dicho por Naomi. Estaba de acuerdo, por supuesto. Aunque pudo imaginar que la conversación estaba cambiando de rumbo…
—Mi señor Kazuma siempre ha sido dado a los problemas, así que no me sorprendió cuando aceptó venir y pegarse con quien se le pusiera enfrente… Pero el joven Juro parece un chico amable y pacífico ¿Por qué ha venido a un evento como este?
— Sí, es un chico pacifico e inocente, que lleva siempre a rastras un látigo consigo — dijo, con una sonrisa que lejos estaba de la ironía, sino más bien de la melancolía — Quizá Juro no estaba destinado a esta vida, pero… Alguien le hizo cambiar, supongo.
» Aunque no lo parezca, tiene un fuerte deseos de explorar, de progresar. El me pidió participar en el torneo por su propia cuenta – explicó, exhalando un hondo suspiro — Ha salido a su madre.
Katsue se recostó aún más en el pequeño banco. Pronto, la pared se había vuelto otra vez de piedra, y no podía apoyar la cabeza sin sentir incomodidad por ella.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Juro sonrió un poco, al escuchar como Kazuma le instaba a seguir. Tal y como había supuesto, el peliblanco parecía ser un buen espectador. Se asombraba cuando era necesario, y por encima de todo, escuchaba con una serenidad que se alejaba de la frialdad de los Uchihas.
Si, era un buen espectador…
— Los dos nos subidos a los pilares. Había cinco metros sobre nosotros, quizá más de distancia — explicó Juro, alargando las manos como si pudiese abarcar toda esa distancia, quedando como un tonto intento — Los dos hicimos el sello de reconciliación, y entonces si, la pelea.
Juro sonrió, tímidamente. Por alguna razón, era agradable estar contándolo, desde su propia experiencia.
— Mi rival decidió darme el primer golpe, pero estaba demasiado lejos para atacar de ninguna forma, así que hurgue en mi portaobjetos y lance un Shuriken. Solo para tantear, ya sabes — explicó — Ayame fue mi hábil, lo evito y al mismo tiempo lanzó otro Shuriken más, directo hacia mí. Para entonces yo había comenzado a descender el pilar, aprovechando el tiempo que me daba el Shuriken. Me escondí tras el pilar al tiempo que el arma pasaba por uno de los extremos, revelando otro tras su sombra, que pasaron a las profundidades de la arena, alejado de ambos….
—Mi señor Kazuma siempre ha sido dado a los problemas, así que no me sorprendió cuando aceptó venir y pegarse con quien se le pusiera enfrente… Pero el joven Juro parece un chico amable y pacífico ¿Por qué ha venido a un evento como este?
— Sí, es un chico pacifico e inocente, que lleva siempre a rastras un látigo consigo — dijo, con una sonrisa que lejos estaba de la ironía, sino más bien de la melancolía — Quizá Juro no estaba destinado a esta vida, pero… Alguien le hizo cambiar, supongo.
» Aunque no lo parezca, tiene un fuerte deseos de explorar, de progresar. El me pidió participar en el torneo por su propia cuenta – explicó, exhalando un hondo suspiro — Ha salido a su madre.
Katsue se recostó aún más en el pequeño banco. Pronto, la pared se había vuelto otra vez de piedra, y no podía apoyar la cabeza sin sentir incomodidad por ella.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Juro sonrió un poco, al escuchar como Kazuma le instaba a seguir. Tal y como había supuesto, el peliblanco parecía ser un buen espectador. Se asombraba cuando era necesario, y por encima de todo, escuchaba con una serenidad que se alejaba de la frialdad de los Uchihas.
Si, era un buen espectador…
— Los dos nos subidos a los pilares. Había cinco metros sobre nosotros, quizá más de distancia — explicó Juro, alargando las manos como si pudiese abarcar toda esa distancia, quedando como un tonto intento — Los dos hicimos el sello de reconciliación, y entonces si, la pelea.
Juro sonrió, tímidamente. Por alguna razón, era agradable estar contándolo, desde su propia experiencia.
— Mi rival decidió darme el primer golpe, pero estaba demasiado lejos para atacar de ninguna forma, así que hurgue en mi portaobjetos y lance un Shuriken. Solo para tantear, ya sabes — explicó — Ayame fue mi hábil, lo evito y al mismo tiempo lanzó otro Shuriken más, directo hacia mí. Para entonces yo había comenzado a descender el pilar, aprovechando el tiempo que me daba el Shuriken. Me escondí tras el pilar al tiempo que el arma pasaba por uno de los extremos, revelando otro tras su sombra, que pasaron a las profundidades de la arena, alejado de ambos….