14/05/2016, 12:30
—Entonces, ¿adónde vamos...? —inquirió Ayame, unos minutos de silencio después, con un hilo de voz—. ¿A.. los Ramones? Tienen fama de ser muy buenos...
Daruu negó con la cabeza, se dio la vuelta y mostró una sonrisa nerviosa mientras caminaba hacia atrás.
—Sí, lo son, pero... —explicó—. también son unos cotillas, y no quiero que nos pregunten qué hacemos por ahí. Quiero dejar atrás a esos ninjas de Uzu, lo más lejos que podamos...
»¿Has probado alguna vez la pizza?
Daruu se detuvo en seco y la observó de arriba a abajo, como analizándola con cara de circunstancias. Esperaba, al menos, que Ayame no fuera la clase de persona que era Zetsuo, una amante incondicional del pescado y del marisco.
A decir verdad, ¿qué era lo que veía en ella? ¿Por qué la había besado? No lo sabía. Era algo subterfugio, algo subyacente en lo que no había percatado. Miró a sus ojos un momento, y la vio a ella en su totalidad, y se vio él, y le invadió una extraña nostalgia que no supo explicar.
Se había ruborizado otra vez, y apartó la mirada.
—Me estoy poniendo nervioso cada vez que te miro, como si estuviera ocultando algo —dijo, avergonzado—. Me gustas, y ya está. Me da miedo no poder ocultarlo mucho tiempo. Pero también me da miedo no ocultarlo. Ya sabes por qué.
En su cabeza seguía repitiéndose la imagen de Zetsuo sujetándolo entre las manos y haciéndolo añicos como lo había hecho con la rosa en los baños termales.
Daruu negó con la cabeza, se dio la vuelta y mostró una sonrisa nerviosa mientras caminaba hacia atrás.
—Sí, lo son, pero... —explicó—. también son unos cotillas, y no quiero que nos pregunten qué hacemos por ahí. Quiero dejar atrás a esos ninjas de Uzu, lo más lejos que podamos...
»¿Has probado alguna vez la pizza?
Daruu se detuvo en seco y la observó de arriba a abajo, como analizándola con cara de circunstancias. Esperaba, al menos, que Ayame no fuera la clase de persona que era Zetsuo, una amante incondicional del pescado y del marisco.
A decir verdad, ¿qué era lo que veía en ella? ¿Por qué la había besado? No lo sabía. Era algo subterfugio, algo subyacente en lo que no había percatado. Miró a sus ojos un momento, y la vio a ella en su totalidad, y se vio él, y le invadió una extraña nostalgia que no supo explicar.
Se había ruborizado otra vez, y apartó la mirada.
—Me estoy poniendo nervioso cada vez que te miro, como si estuviera ocultando algo —dijo, avergonzado—. Me gustas, y ya está. Me da miedo no poder ocultarlo mucho tiempo. Pero también me da miedo no ocultarlo. Ya sabes por qué.
En su cabeza seguía repitiéndose la imagen de Zetsuo sujetándolo entre las manos y haciéndolo añicos como lo había hecho con la rosa en los baños termales.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)