2/06/2016, 22:42
Si los humanos hubieran podido reconocer las expresiones de aquél lobo, Ayame habría atisbado una mezcla entre preocupación y diversión. Y es que la reacción infantil de la muchacha había pillado a Seremaru por sorpresa.
—Sí, cachorrilla —contestó, condescendiente—. Hay animales ninja por todo el mundo. Familias diferentes. Incluso los lobos tienen varios clanes.
»El mío es el de las Garras de Tsukima, una serie de montañas que no llegan a estar del todo dentro de la cordillera. Somos aliados de Amegakure, y Amegakure es aliada nuestra mientras haya ninjas en ella que firmen el pacto. Nos... protegemos mutuamente.
Seremaru se giró y encaró a Daruu. El chico había levantado la mirada, pero sus ojos estaban perdidos en el horizonte.
—Os habéis desmedido matando a esos imbéciles, pero ahora no os queda más remedio que responsabilizaros. Es lo que podrías haber hecho para reparar un poco el daño, si es que de verdad no había otra opción.
—¡No la había, Seremaru, de verdad!
—¡¡Entonces afrontad de cara el problema y contádselo a un superior, no huyáis y os pongáis a retozar como un par de perros en época de apareamiento!!
Seremaru agachó la mirada y dio unos lánguidos pasos hacia él.
—Ahora ya da igual, vuestros padres ya lo saben. ¡Ayame! —dirigió el hocico hacia la Hozuki, e hizo un gesto con la cabeza apuntando hacia ella—. Tu padre te espera. Parecía muy preocupado. Y enfadado. Yo que tú no le haría esperar demasiado tiempo.
—No saben todo, ¿ver...
—Eso lo acabo de oler yo desde lejos, de modo que no váis a poder ocultarlo por mucho tiempo. Pero ese es un problema que tendrás que afrontar cuando vuelvas a Ame.
Levantó la mirada.
—¿Qué?
—No volverás a Ame cuando acabes el torneo. Te vienes conmigo.
Daruu se levantó y tensó los músculos del cuello. Le dio un tirón, y se llevó la mano a la nuca en un seco gimoteo.
—¡No! ¡No soy chunin! ¡No me lo he ganado!
Seremaru bufó, y dejó escapar un sonido a medio camino entre un ladrido y una risa.
—No te voy a premiar. Te voy a enseñar disciplina y templanza, cachorro. Si quieres llegar alguna vez a subir de rango, las vas a necesitar.
—Sí, cachorrilla —contestó, condescendiente—. Hay animales ninja por todo el mundo. Familias diferentes. Incluso los lobos tienen varios clanes.
»El mío es el de las Garras de Tsukima, una serie de montañas que no llegan a estar del todo dentro de la cordillera. Somos aliados de Amegakure, y Amegakure es aliada nuestra mientras haya ninjas en ella que firmen el pacto. Nos... protegemos mutuamente.
Seremaru se giró y encaró a Daruu. El chico había levantado la mirada, pero sus ojos estaban perdidos en el horizonte.
—Os habéis desmedido matando a esos imbéciles, pero ahora no os queda más remedio que responsabilizaros. Es lo que podrías haber hecho para reparar un poco el daño, si es que de verdad no había otra opción.
—¡No la había, Seremaru, de verdad!
—¡¡Entonces afrontad de cara el problema y contádselo a un superior, no huyáis y os pongáis a retozar como un par de perros en época de apareamiento!!
Seremaru agachó la mirada y dio unos lánguidos pasos hacia él.
—Ahora ya da igual, vuestros padres ya lo saben. ¡Ayame! —dirigió el hocico hacia la Hozuki, e hizo un gesto con la cabeza apuntando hacia ella—. Tu padre te espera. Parecía muy preocupado. Y enfadado. Yo que tú no le haría esperar demasiado tiempo.
—No saben todo, ¿ver...
—Eso lo acabo de oler yo desde lejos, de modo que no váis a poder ocultarlo por mucho tiempo. Pero ese es un problema que tendrás que afrontar cuando vuelvas a Ame.
Levantó la mirada.
—¿Qué?
—No volverás a Ame cuando acabes el torneo. Te vienes conmigo.
Daruu se levantó y tensó los músculos del cuello. Le dio un tirón, y se llevó la mano a la nuca en un seco gimoteo.
—¡No! ¡No soy chunin! ¡No me lo he ganado!
Seremaru bufó, y dejó escapar un sonido a medio camino entre un ladrido y una risa.
—No te voy a premiar. Te voy a enseñar disciplina y templanza, cachorro. Si quieres llegar alguna vez a subir de rango, las vas a necesitar.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)