19/06/2016, 21:29
La muchacha evadió con total resolución las puyas que el tiburón le soltaba cada tanto. Y lo hizo tan bien, que el propio Kaido no vio forma de volver a colar el tema sin que le crispara los nervios o la terminase enviando de vuelta a su hotel, incómoda, por la incesante insistencia sobre el tema. Pero lo que le sorprendió fue que de alguna forma se sentía muy de acuerdo con la opinión que Ayame compartió, por el simple hecho de que quienes respetan un sistema jerárquico como el impuesto en todas las aldeas sencillamente tendría que cerrar el hocico y hacer caso omiso a las dudas que pudieran generarse acerca de la gestión de Amekoro Yui como Arashikage.
Cierto era que la aldea de la lluvia, quizás, más que las demás; había tenido muchas dificultades internas a lo largo de los años. Y Yui, con su mano férrea y liderazgo impoluto había mantenido la tranquilidad durante más de lo que se podría esperar. No fue sino hasta el presente año que comenzaron a desvelarse algunos trapos sucios, y sin embargo, allí seguía...
Siendo la máxima autoridad de la lluvia, a pesar de la catástrofe de Kusagakure. Eso decía mucho de ella.
Kaido se sentía muy identificado con esa mujer, a pesar de no haberla conocido personalmente. De hecho, hasta llegó a preguntarse un par de veces si ella tendría algún conocimiento sobre su pasado, o incluso algún nivel de participación en el control ejercido hacia él por su reducto Hozuki. ¿Estaría consciente que tenía a un jodido ser mítico y sobrenatural dentro de sus filas?
—No nos corresponde juzgar las órdenes de la Arashikage.
—A nosotros no, desde luego. Porque: ¿qué podríamos hacer nosotros, un simple par de recién graduados, verdad? —comentó resignado—. de todas formas, me alegra tener a una líder tan resolutiva como Yui. Se puede decir que la admiro, y eso es mucho pedir para un tipo como yo.
El escualo apartó el plato de la mesa y lo dejó casi a la orilla. Tomó un buen sorbo de agua de su termo y lo puso sobre la mesa, desvelando así el símbolo que este llevaba impregnado. El del clan Hozuki.
—Aún no he podido conocerla en persona. Imagino que tú sí, ¿no? —Kaido suponía que se trataba de algo implícito. Siendo ella la jodida Jinchuriki, dudaba que no conociera a Yui.