20/06/2016, 23:04
Las palabras de Datsue estaban cargadas de razón. No por el hecho de que Anzu creyese que de verdad no se atrevería a dañar a un compañero de Aldea —el Uchiha había demostrado que no tenía reparos en utilizar a cualquiera para su propio beneficio—, sino porque estaba intacta. Como si tuviera que comprobarlo, se palpó el pecho, aun sin apartar la mirada del muchacho. «Nada. Todo está bien, todo está bien, sólo tienes que salir de aquí...»
Relajó imperceptiblemente su postura marcial.
—Venga, joder, haz algo. Muévete, ¡quiero salir de aquí! —se arrancó, de repente.
Lo cierto era que la inacción de Datsue la estaba poniendo cada vez más nerviosa. Se sentía como si el Uchiha supiera algo que ella ignoraba, porque lo veía más tranquilo de lo que debería. Mucho más. Incapaz de entender la situación, Anzu llegaba a las únicas conclusiones de las que era capaz.
Desesperada, recorrió otra vez el pasillo y abrió la puerta contraria a la que le había mostrado aquella horrible visión.
Relajó imperceptiblemente su postura marcial.
—Venga, joder, haz algo. Muévete, ¡quiero salir de aquí! —se arrancó, de repente.
Lo cierto era que la inacción de Datsue la estaba poniendo cada vez más nerviosa. Se sentía como si el Uchiha supiera algo que ella ignoraba, porque lo veía más tranquilo de lo que debería. Mucho más. Incapaz de entender la situación, Anzu llegaba a las únicas conclusiones de las que era capaz.
Desesperada, recorrió otra vez el pasillo y abrió la puerta contraria a la que le había mostrado aquella horrible visión.