28/06/2016, 20:10
Las opciones para el poeta iban agotándose una a una, arrancando con la salida de Anzu, quien se estaría marchando sin mediar una palabra con el dúo de Amegakure. Seguramente había mas de una razón para el comportamiento de la muchacha, pero la situación no permitía que el interrogarla para saber sus motivos fuese una prioridad.
Fuera, no muy lejos, habían empezado a mostrarse uno que otro samurai, aquellos guerreros locales que portaban el tradicional par de espadas y cuya finalidad teóricamente era la de guardar la paz del lugar. Len intentó acudir a ellos por ayuda, diciendo lo que estaba pasando, que un grupo de gente estaba moliendo a golpes a un concursante, pero no consiguió mas que risas y excusas del par que escucho lo que tenía para decir.
Alguien debería hacer algo, pero no hay nadie que este en posición de hacer nada.
Pensaba para si mismo mientras caminaba rodeando a la turba loca de forma tal que al detenerse estuviesen justo delante de la entrada.
No hay mucho que pueda hacer pero es mejor que irme sin siquiera intentarlo o hacer la vista gorda.
Junto sus manos rápidamente, realizando peculiares formas con los dedos en una secuencia que para nada era aleatoria, sabía perfectamente que estaba haciendo y con que finalidad. Si las cosas salían la mitad de bien de lo que había pensado, podrían salir todos corriendo y nadie tendría que ser enterrado.
¡¡Fūton: Daitoppa!!
Exclamó una vez que la secuencia de sellos fue terminada. Una rápida rafaga de viento golpeo de lleno a la turba enfurecida que estaba muy ocupada con lo suyo, las consecuencias directas de eso serían que todo el grupo perdiese el equilibrio al ser empujados en dirección a la entrada, algunos caerían y seguramente rodarían, pedazos de silla rotos y demas objetos pequeños serían empujados con el conjunto unos 5 metros aproximadamente.
¡Ya fue suficiente, largo de aquí o sabrán lo que es bueno!
Había comenzado nuevamente a realizar la secuencia de sellos de mano. Podía ver el puñado de gente a la que había atacado con su técnica de ninjutsu, la mayoría por no decir todos parecían meros civiles, pero no inocentes civiles, y es por eso que tomaba por escudo aquella amenaza.
Había actuado sin pensar mucho mas allá de sus capacidades, no estaba seguro si podía esperar que Anzu volviese a entrar por donde se había marchado y Len parecía estar mas ocupado peleando una batalla consigo mismo, pero aun estaba ahí, quizás podría ser de ayuda para el muchacho moreno.
Fuera, no muy lejos, habían empezado a mostrarse uno que otro samurai, aquellos guerreros locales que portaban el tradicional par de espadas y cuya finalidad teóricamente era la de guardar la paz del lugar. Len intentó acudir a ellos por ayuda, diciendo lo que estaba pasando, que un grupo de gente estaba moliendo a golpes a un concursante, pero no consiguió mas que risas y excusas del par que escucho lo que tenía para decir.
Alguien debería hacer algo, pero no hay nadie que este en posición de hacer nada.
Pensaba para si mismo mientras caminaba rodeando a la turba loca de forma tal que al detenerse estuviesen justo delante de la entrada.
No hay mucho que pueda hacer pero es mejor que irme sin siquiera intentarlo o hacer la vista gorda.
Junto sus manos rápidamente, realizando peculiares formas con los dedos en una secuencia que para nada era aleatoria, sabía perfectamente que estaba haciendo y con que finalidad. Si las cosas salían la mitad de bien de lo que había pensado, podrían salir todos corriendo y nadie tendría que ser enterrado.
¡¡Fūton: Daitoppa!!
Exclamó una vez que la secuencia de sellos fue terminada. Una rápida rafaga de viento golpeo de lleno a la turba enfurecida que estaba muy ocupada con lo suyo, las consecuencias directas de eso serían que todo el grupo perdiese el equilibrio al ser empujados en dirección a la entrada, algunos caerían y seguramente rodarían, pedazos de silla rotos y demas objetos pequeños serían empujados con el conjunto unos 5 metros aproximadamente.
¡Ya fue suficiente, largo de aquí o sabrán lo que es bueno!
Había comenzado nuevamente a realizar la secuencia de sellos de mano. Podía ver el puñado de gente a la que había atacado con su técnica de ninjutsu, la mayoría por no decir todos parecían meros civiles, pero no inocentes civiles, y es por eso que tomaba por escudo aquella amenaza.
Había actuado sin pensar mucho mas allá de sus capacidades, no estaba seguro si podía esperar que Anzu volviese a entrar por donde se había marchado y Len parecía estar mas ocupado peleando una batalla consigo mismo, pero aun estaba ahí, quizás podría ser de ayuda para el muchacho moreno.