13/07/2016, 18:14
El joven Manase había terminado de realizar sus actividades rutinarias durante la mañana, había repuesto las cosas que faltaban en su kit médico y había depositado cuidadosamente el tercer libro de Juego de Kages en un compartimiento donde estaría seguro que no podría entrar agua incluso aunque el kit cayera al fondo del canal mas cercano.
Después de tanto tiempo su peinado no había cambiado demasiado, por no decir que seguía siendo exactamente el mismo, incluso puede que un poco mas largo. Seguía llevándose el pelo hacía atrás y manteniendolo en su lugar con la bandana de Amegakure, descansandola en su frente.
Llegando la hora de salir tenía que terminar de vestirse, había encontrado muy cómoda la ropa tradicional pero sin embargo, para salir a mojarse y tratar de ser sigiloso esa ropa no era la mas adecuada, su estilo de vestimenta no había cambiado demasiado, tanto su camiseta como sus pantalones tenían un color oscuro, mientras que su clásico chaleco ahora había sido cambiado por uno que tenía un tono más grisáceo.
Armado con un paraguas salió a las calles, no estaba del todo seguro de los detalles de la misión, tenía información sobre el lugar donde sería y algo sobre unas cabras pero poco más que eso. En cuanto pudo salir del grueso de la urbe y no hubo peligro de caerse por alguno de los tantos puentes de la aldea por estar distraído, llevó su mano hasta el kit medico y tomó el libro con una mano.
Negitorihima... nunca he estado ahí... Pero bueno, nada positivo saldrá de ponerse nervioso.
Avanzó leyendo y cubriendo las paginas de papel con aquel paraguas, al menos de esa forma tenía una respuesta rápida que darle a la gente si le preguntaba por qué un shinobi de Ame iba con un paraguas a todos lados. De esa forma el tiempo de viaje se le pasaría volando, protegido de la lluvia el caminar por el agua sería una tarea un poco más sencilla.
Ya casi llegando a su destino pudo hacer contacto visual con los limites de aquel pequeño poblado, una barrera hecha con la agrupación de pilotes de madera bastante altos, el interior del lugar desde fuera era todo un misterio, salvo por una construcción en particular.
¿Podría asumir que esa es la residencia del líder de Negitorihima?
Dejo escapar de sus labios a la vez que depositaba el libro en su kit médico. A cada paso que daba una silueta se iba marcando sobre el muro de madera que bordeaba la villa, puntualmente en las puertas del puerto, por donde estaba llegando el muchacho.
¿Será...?
La lluvia claramente dificultaba un poco ver a lo lejos, pero conforme iba a avanzando cada vez podía ver mejor. Los colores le sonaban bastante familiares y no tardo en pensar en una persona con la que había tenido un par de buenas experiencias. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro cuando pudo ver con claridad la silueta de la kunoichi de ojos rojos.
¿Katomi? ¿Eres tú?
Se detuvo cerca de la muchacha y la miró directo a los ojos, inclinando ligeramente la cabeza a un lado. Notaba los razgos que la hacían ella, un rostro que sin duda alguna no se podía considerar menos que algo muy bello y una melena blanca como la nieve, acompañado de eso notaba que era un poco mas grande que la ultima vez que la había visto, tanto en altura como en otras zonas... usted entiende.
Después de tanto tiempo su peinado no había cambiado demasiado, por no decir que seguía siendo exactamente el mismo, incluso puede que un poco mas largo. Seguía llevándose el pelo hacía atrás y manteniendolo en su lugar con la bandana de Amegakure, descansandola en su frente.
Llegando la hora de salir tenía que terminar de vestirse, había encontrado muy cómoda la ropa tradicional pero sin embargo, para salir a mojarse y tratar de ser sigiloso esa ropa no era la mas adecuada, su estilo de vestimenta no había cambiado demasiado, tanto su camiseta como sus pantalones tenían un color oscuro, mientras que su clásico chaleco ahora había sido cambiado por uno que tenía un tono más grisáceo.
Armado con un paraguas salió a las calles, no estaba del todo seguro de los detalles de la misión, tenía información sobre el lugar donde sería y algo sobre unas cabras pero poco más que eso. En cuanto pudo salir del grueso de la urbe y no hubo peligro de caerse por alguno de los tantos puentes de la aldea por estar distraído, llevó su mano hasta el kit medico y tomó el libro con una mano.
Negitorihima... nunca he estado ahí... Pero bueno, nada positivo saldrá de ponerse nervioso.
Avanzó leyendo y cubriendo las paginas de papel con aquel paraguas, al menos de esa forma tenía una respuesta rápida que darle a la gente si le preguntaba por qué un shinobi de Ame iba con un paraguas a todos lados. De esa forma el tiempo de viaje se le pasaría volando, protegido de la lluvia el caminar por el agua sería una tarea un poco más sencilla.
Ya casi llegando a su destino pudo hacer contacto visual con los limites de aquel pequeño poblado, una barrera hecha con la agrupación de pilotes de madera bastante altos, el interior del lugar desde fuera era todo un misterio, salvo por una construcción en particular.
¿Podría asumir que esa es la residencia del líder de Negitorihima?
Dejo escapar de sus labios a la vez que depositaba el libro en su kit médico. A cada paso que daba una silueta se iba marcando sobre el muro de madera que bordeaba la villa, puntualmente en las puertas del puerto, por donde estaba llegando el muchacho.
¿Será...?
La lluvia claramente dificultaba un poco ver a lo lejos, pero conforme iba a avanzando cada vez podía ver mejor. Los colores le sonaban bastante familiares y no tardo en pensar en una persona con la que había tenido un par de buenas experiencias. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro cuando pudo ver con claridad la silueta de la kunoichi de ojos rojos.
¿Katomi? ¿Eres tú?
Se detuvo cerca de la muchacha y la miró directo a los ojos, inclinando ligeramente la cabeza a un lado. Notaba los razgos que la hacían ella, un rostro que sin duda alguna no se podía considerar menos que algo muy bello y una melena blanca como la nieve, acompañado de eso notaba que era un poco mas grande que la ultima vez que la había visto, tanto en altura como en otras zonas... usted entiende.